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Un caluroso verano

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Uno de los últimos fines de semana de verano nos fuimos a la playa, solo nos fuimos tres días pero fue más que suficiente para pasarla muy bien.

Nos fuimos a un hotel grande, bastante bonito, buena atención y una piscina gigante. Tania, siempre hermosa, lucía un bronceado hermoso y un culo delicioso. Estuvimos desde el 24 de hasta el 26 de febrero.

El 24 en la noche dieron una fiesta increíble, la verdad que fue una de las mejores fiestas a la que había ido, por supuesto que regresando a nuestra habitación estando con unos tragos encima, lo hicimos hasta quedar dormidos, delicioso.

El 25 no hicimos mucho, pasamos toda la mañana durmiendo y en la tarde estuvimos en la piscina recargando energías, nos dimos una buena cena y nos fuimos a la habitación a descansar, previo sexo obviamente.

El 26 era el tercer y último día que nos quedábamos en el hotel, bajamos temprano a tomar desayuno y fuimos a la piscina. El check-out era a las 12 del mediodía así que a esa hora subí a la habitación, ya habíamos dejado nuestras cosas listas así que solo las baje a la recepción donde hice el check-out y pedí que nos guarden algunas de nuestras cosas.

Como había ido en carro podíamos regresar más tarde así que decidimos quedarnos a almorzar y salir más tarde, volví a la piscina y me eché en la camilla junto a Tania que estaba boca abajo.

-Amor, me puedes poner bloqueador en las piernas? -me preguntó Tania-Claro mi amor.

Me senté junto a ella en su camilla y empecé a echarle el bloqueador. Yo estaba sentado a su costado dándole la espalda a la piscina y más bien de frente al edificio de las habitaciones. Lentamente fui aplicando el bloqueador, se lo echaba en chorros y la iba masajeando. Mientras la masajeaba escuché algo extraño pero familiar a la vez.

-Uhmm... -Uffff... -Que abusiva...

Yo estaba con lentes oscuros así que de forma disimulada trabaja de ver de dónde venía tanta excitación, hasta que lo vi.

En el edificio, en uno de las habitaciones, casi a la altura de donde estábamos nosotros habían dos chicos, por los polos que llevaban supe que eran trabajadores del hotel y se encontraban haciendo limpieza a las habitaciones en el tercer piso.

Habían dejado su trabajo y apoyados en la baranda del balcón se deleitaban la vista con Tania, era muy evidente. Miré hacia arriba e inmediatamente cambiaron sus posturas, uno miró hacia otro lado y el otro simulaba que seguía con el mantenimiento de la habitación.

Me reí disimuladamente pero a la vez me excité muchísimo.

-De qué te ríes? -volteó Tania a mirarme.-De nada mi amor, ya falta poco.

Seguí con el bloqueador a pesar de que ya había terminado, pero como teníamos un par de hinchas en la tribuna que observaban tremendo culo decidí calentarlos un poco más.

Cogí el bloqueador y se lo puse en el culo, le tiré un chorro, como si fuera leche. Las muestras de excitación en el tercer piso no se hicieron esperar.

-Que rico culo... -Yo quiero echarle mi leche...

Entonces empecé a masajear el culo. Lo agarraba con fuerza, lo aplastaba, lo moldeaba, como si fuera masa para una torta, le abría y le cerraba el culo.

-Amor... que ricos masajes que me haces... -susurraba Tania-Te gusta? a mi me gusta hacértelo... pero también me gusta que te miren como te están mirando.

Tania dio un vistazo por la piscina.

-Donde? Quién me mira?-No voltees, están arriba, son dos.

Tania sonrió y yo le dí una mirada cómplice.

Empezó a incorporarse lentamente hasta quedar solo con la cola levantada, la tanga del bikini se encargaba de tapar el ano, pero prácticamente no dejaba nada a la imaginación. Lentamente subí la mirada y los dos chicos estaban con sus celulares grabando o tomando fotos del espectáculo.

-Amor, no aguanto más... quiero que lo hagas, estoy muy excitado y quiero que lo hagas. -le dije a Tania.-Sabes? yo también tengo ganas, pero como lo hago?-Fácil, ellos están en una habitación, solo ve allá y has lo que sabes.

Tania me miró y me sonrió, se levantó y se fue a la recepción.

En la recepción Tania pidió su maleta y entró al baño del costado para cambiarse. Se quedó con la parte superior del bikini y debajo se puso un hilo rojo, minúsculo y encima una mini falda rosada, suelta, muy corta y se levantaba muy fácilmente con el viento, estaba descalza.

Tania fue hacia los pasadizos de las habitaciones hasta donde estaban las escaleras, subió hasta el tercer piso y vio el carrito de limpieza algunas habitaciones más allá, avanzó despacio hasta que la puerta donde estaba el carrito se abrió, Tania atinó a esconderse detrás de un muro que había en el pasadizo. Se asomó un poco para ver y uno de los dos chicos salía de la habitación y le dijo al otro que aún seguía adentro.

-Limpia bien eso, voy a ir avanzando con la otra habitación. -dijo el muchacho mientras se alejaba con el carrito por el pasillo.

Tania regresó al pasillo y avanzó hasta la primera habitación, la puerta estaba entreabierta, entró.

Entró despacio y el muchacho estaba limpiando un sillón que estaba en el balcón, tenía un cepillo y lo estaba limpiando con una especie de espuma.

Tania avanzó por el cuarto y dejó caer su maleta al suelo, el muchacho se volteó sorprendido e inmediatamente se ruborizó.

-Ehmm buenas tardes señorita, la puedo ayudar en algo? -Dijo el muchacho avanzando hacia Tania y mirándola de pies a cabeza- Si... -dijo Tania con voz sensual- ya hice mi check-out, pero te molestaría si uso esta habitación para cambiarme? -Ehh s… s… si, no hay problema señorita, pero no vaya a demorar mucho. -Eso guapo, va a depender de ti.

Tania se volteó y se agachó hacia su maletín, levantando la cola y dejando ver el minúsculo hilito rojo que llevaba puesto, volteó la mirada y el muchacho tenía su mirada clavada directamente en el ano y se cogía la verga por encima del pantalón.

Tania se levantó lentamente y se acercó hacia el muchacho, le quitó el cepillo de la mano y se pasó la espuma del mismo por el pecho y le pasó la lengua al mango del cepillo. El muchacho le cogió uno de los senos y se lo masajeaba, ella hizo lo propio con su pene. Tania lo jaló y lo empujó a la cama, le abrió el pantalón y se lo bajó, dejando a ver la verga bastante húmeda y lubricada, él se echó en la cama y Tania hizo su trabajo.

Se la chupaba, al mismo tiempo se ayudaba con su mano, el muchacho estaba muy excitado, gemía y le cogía la cabeza a Tania, pidiéndole que siga y que no pare.

Tania tuvo una mejor idea y decidió subir a la cama después de haberse quitado las pocas prendas que llevaba, pero esta vez mientras se la seguía chupando, puso su concha en la cara del chico de limpieza, se puso en la pose del 69, le encanta.

Luego de un largo rato Tania se hizo a un lado y le dijo:

-Hace un rato cuando estaba en la piscina, dijiste que querías mi culo, te gustaría probarlo ahora? -Claro que si, te lo quiero reventar. -Reviéntame el culo entonces, es solo tuyo.

El muchacho no perdió el tiempo y se paró, puso a Tania en 4 en la cama y le empezó a pasar la lengua por el año, Tania estaba muy excitada, le pedía que siga y que no se detenga. Se lo lamia, le escupía y lo preparaba para la acción. Cuando ya no aguantaba más, el muchacho actuó.

Lentamente le iba metiendo la verga por el culo, Tania se mordió los labios y disfrutaba cada segundo mientras sentía que la verga le iba entrando lentamente. Luego de haber entrado, lentamente, iba subiéndole la intensidad y la fuerza con la que se la iba clavando, hasta llegar a un punto en el que Tania debía empezar a aguantar el dolor, aun así no paraba de chillar, y si, toda la piscina se había enterado que había una mujer tirando y que le estaban dando bien duro, esos gritos se escuchaban en cada rincón, yo no sabía dónde meterme, estaba demasiado excitado.

El muchacho seguía, y ya se veía venir, faltaba poco para el clímax, entonces se la sacó y volteó a Tania.

-Quiero que te la tragues. -dijo muy excitado el muchacho mientras se sentaba en el pecho de Tania

Tania cerró los ojos y esperó su leche con la boca abierta. Él se vino tranquilamente un litro de semen en su cara. Ella recibía chorros de leche caliente por toda la cara hasta que acabó.

-Tómatela toda perra, toda te he dicho. -Que rica tu leche, me voy a tragar toda mi amor. -dijo Tania

Tania iba repasando con su dedo cada parte de su rostro donde le había caído semen, y se lo llevaba a la boca para tomárselo. El muchacho saliendo de encima de ella, le dijo:

-Que rico tiras, eres una zorrita cachera. Sabes? Si quieres que te entregue tu ropa y tu maleta tienes que hacer lo que yo te diga. -Que quieres que te haga ahora? -dijo Tania mientras se acercaba coquetamente a él. -Si quieres que te entregue tus cosas vas a tener que ir a hacerlo con mi compañero, él está algunas habitaciones más allá. -Pero no puedo salir así, hay gente en el hotel. -Si quieres tus cosas tienes que hacer lo que te digo -insistió el muchacho-Pero donde está el?-Está solo a unos cuartos de aquí, donde veas el carrito de limpieza.

Tania lo miró desconcertada y caminó hacia la puerta, la abrió y miro hacia todos lados para asegurarse que no hubiera nadie, efectivamente no vio a nadie y unas 8 habitaciones más allá estaba el carrito, se sentía nerviosa pero a la vez excitada, estaba muy mojada y aún podía saborear el semen en su boca, tomó valor y salió, caminó rápidamente por el pasadizo totalmente desnuda, iba pegada a la pared para evitar que la vean desde abajo hasta que finalmente llegó a la habitación y entró rápidamente.

El joven estaba limpiando el balcón, así que ella aprovechó y entró en el baño, cerró la puerta y empezó a llenar la tina la cual se llenó rápidamente hasta que estuvo lo suficientemente llena, entonces le echó un par de pomos de burbujas y con el agua aún tibia, dejó la puerta junta y se metió al agua.

-Hola...? -dijo Tania en voz un poco alta.

Se escuchó que el muchacho dejó lo que estaba haciendo y camino hacia la puerta principal, la abrió y no había nadie.

-Por aquí, en el baño. -dijo Tania nuevamente.

El muchacho entro en el baño y se encontró con una escena increíble. Tania estaba metida en la ducha pero boca abajo, apoyada en los bordes de la tina y levantaba la cola que sobresalía de entre la espuma, se veía húmeda y suculenta.

-Que... que hace? -preguntó el muchacho sorprendido. -Es un regalo de tu compañero que está limpiando las otras habitaciones, o no quieres? -Claro que quiero. -dijo el muchacho mientras se desvestía. -Cómo te llamas?-Tania, tu? -Fernando. -Bueno Fernando, que esperas? -dijo Tania invitándolo con el dedo.

Fernando entró en la tina poniéndose encima de Tania, la recorrió con sus manos lentamente, le acomodó el cabello a un lado y le besaba el cuello. Mientras estaba encima de ella, la iba masturbando con dos dedos, Tania gemía, estaba muy excitada, con su mano buscó el pene de Fernando y lo encontró, lo empezó a masturbar.

-Que rica que estás, desde que te vi tomando sol te quería dar toda mi leche. -dijo Fernando súper excitado.-Ahora me vas a dar toda tu leche mi amor, la quiero toda dentro mío. -dijo Tania mientras aun cogiendo el pene de Fernando se lo metió en la vagina.

Fernando le daba duro, sin compasión, el agua rebalsaba de la tina con el movimiento violento de los dos teniendo sexo. Tania empezaba a gritar de lo excitada que estaba. Luego de un rato cambiaron de posición, esta vez Fernando se sentó dentro de la tina y Tania se acomodó encima suyo mientras lo miraba, continuó el movimiento violento, esta vez era Tania quien movía las caderas como si estuviera poseída.

Luego de un rato decidieron salir de la tina y continuar en la cama.

-Vamos a la cama, te puedo dar por el culo? -preguntó Fernando.-Me encanta por el culo, vamos. -dijo Tania súper excitada.

Ambos salieron de la tina y se fueron a la habitación, Fernando puso un par de toallas encima de la cama y se echó con la pinga hacia arriba. Tania subió a la cama y dándole la espalda se puso en cuclillas lentamente mientras se acomodaba la pinga de Fernando dentro del culo, iba entrando poco a poco.

-Ahhh... que rico culo tienes perraaa. -gritaba Fernando completamente excitado y fuera de sí.-Te gusta? te gusta cómo me muevo? A mi me encanta la tremenda verga que tienes, quiero que me destruyas por dentro, dame durooo. -gritaba también Tania.

Los gemidos eran demasiado escandalosos, yo tuve que meterme en la piscina nuevamente, ya no sabía que más hacer para disimular mi excitación. La gente en la piscina ya empezaba a inquietarse ya que había también niños.

Mientras tanto Tania seguía galopando sobre la verga de Fernando, movía el culo de arriba hacia abajo muy rápido. Fernando la jaló hacia él y le levantó las piernas mientras se la seguía metiendo. Tania abrazó sus piernas que ya las tenía en los hombros mientras Fernando le destruía el culo, cuando en ese momento se abrió la puerta del cuarto. Los dos se quedaron congelados y apareció nuevamente el otro muchacho de limpieza.

-César, que haces acá? -Preguntó Fernando.-Te gustó el regalo que te envié? -respondió César mientras reía y se sacaba la ropa.-Claro que me gustó, pero que haces, aún no he terminado.-Una tremenda zorra resultó ser esta pendeja no? Ahora por zorra le vamos a dar de a dos. -dijo César.

César se acercó hasta la cama y juntó su pene con el de Fernando, y los dos al mismo tiempo penetraron el culo de Tania. Ella automáticamente empezó a chillar como una perra. Le dieron muy duro. Luego de un rato ambos sacaron sus vergas y el culo de Tania había quedado completamente abierto. Cesar levantando el culo escupió dentro. Fernando salió de debajo de Tania y Cesar se la volvió a meter por el culo y dándole muy rápido logró terminar dentro del culo.

La leche salía lentamente del culo y bajaba por las hermosas nalgas de Tania hasta quedar en la toalla de la cama.

Mientras veía el espectáculo Fernando se estaba masturbando y cuando César terminó, este se trepó encima de Tania y la cogió del cabello obligándola a chupársela. Tania obedeció y se la chupó mientras Fernando se ayudaba con la mano, hasta que llegó dentro de la boca de Tania.

-Tómatela toda zorra. -decía Fernando.

Tania obedeció nuevamente, no dejó ni una sola gota. Seguía tendida en la cama totalmente adolorida.

-Por cierto, ahora si puedes recoger tu ropa, la he dejado en la recepción. -dijo César mientras se reía.-Pero como la voy a pedir, no tengo nada más. -dijo Tania preocupada, mientras se limpiaba el culo enlechado con la toalla.-Es que no soy tan malo, te he traído esto. -dijo César mientras sacaba del bolsillo de su pantalón el hilito rojo de Tania.

Lo olió profundamente y luego César y Fernando rieron.

-O me lo quieres dejar de recuerdo?

César se lo tiró a Tania.

-También puedes usar esta toalla, ahora vete, tenemos que terminar de arreglar esta habitación. -dijo Fernando mientras le señalaba la toalla llena de semen.

Tania se puso el hilo y la toalla la usó para cubrirse los pechos, no tenía nada más. La toalla le tapaba casi todo pero dejaba entrever un poco de las deliciosas nalgas. Bajó las escaleras y fue hacia la recepción, donde nadie pudo evitar mirarle el culo prácticamente desnudo. Recogió su maletín y se fue hacia la piscina. Yo ya había salido del agua y me estaba terminando de secar.

-Vámonos. -me dijo.

Yo me paré y recogí mis cosas.

-Pero que pasó?-Ya te contaré dijo Tania.

Subimos al carro y arranqué, me contó todo y tuve que parar a un lado de la carretera para tirármela, no pude más. Felizmente tengo lunas polarizadas.

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