Nuevos relatos publicados: 6

Familia sin tabúes (5) - La acampada con mi primo

  • 12
  • 8.942
  • 9,41 (17 Val.)
  • 2

Llegué sobre las 23:00 horas a casa de mi madre, estaba cansado de tanto conducir, y solo quería comer algo y echarme en la cama. Ya en mi habitación, tumbado en la cama no paraba de dar vueltas, seguramente estaba tan cansado que no cogía el sueño, y el bocadillo de jamón serrano que me había zampado, tampoco ayudaba mucho. Así que para cansarme aún más, comencé a recordar la follada que tuvimos en la tienda de campaña mi novio Luis y yo, con mi primo Adrián, a ver si haciéndome un pajote en la polla me relajaba, y me podía quedar dormido de una puta vez.

Me llamo Felipe, tengo 20 años y soy gay... y me gustan muchísimo los hombres. Me considero un tío bastante guapo de cara, soy delgado de cuerpo, pero fibroso, y según dice mi novio estoy muy bueno, para comerme. Soy alto, de 1´80 de estatura, con el pelo corto, y moreno de piel. El culo lo tengo redondeado y muy prieto, la polla grande, larga y gorda, con el capullo bastante orondo y rechoncho. Soy muy calentorro y me empalmo con mucha rapidez, sobre todo si me gusta un tío, y me lo imagino haciéndome guarradas en la polla. En fin, soy como cualquiera de vosotros que le guste una buena follada, y disfrute metiéndola en caliente.

A Luis y a mí, nos gusta ir de acampada de vez en cuando, y practicar el sexo al aire libre. Casi siempre vamos los dos, pero algunas veces invitamos a alguien, algún amigo, o dos, o varios en plan orgía... y este fin de semana se había auto invitado el mismo, mi primo Adrián. Lo bueno de estas acampadas, era que el tío que se venía con nosotros, sabía perfectamente a lo que iba... a follar... a follar... y a follar sin parar como conejos en celo.

Mi primo Adrián, es un tiarrón moreno de 27 años, alto, robusto y bueno como él solo. Tiene un pedazo de polla el cabrón, que da gusto que te folle el culo, y te pegue una buena envergada. Yo la he probado muchísimas veces, desde que cumplí los 18 años me ha jodido el ojete cuando le ha dado la gana, y le ha apetecido al mamón... y yo siempre le he puesto el culo encantado. Con deciros, que el mejor regalo de cumpleaños que me hicieron ese día, fue un buen atracón de polla que me regaló mi primo gustosamente, y que yo recibí como el maricón más feliz del mundo. Ya hacía tiempo que me había dicho, que tenía unas ganas locas de probar el culito de mi novio Luis, y follarnos a los dos juntos... y como sabía de nuestras acampadas sexuales, me dijo que esta no se la perdía.

El viernes después de cenar un bocadillo, nos pusimos a hablar de pollas, de culos morbosos, y de tíos buenos, para ir calentando el ambiente. Nos bebimos unas cuantas cervezas cada uno, y nos fumamos un par de porros, mientras conversábamos y reíamos de las experiencias de cada uno. Estábamos sentados los tres en calzoncillos, yo me había puesto unos que dejaban al descubierto mi culo, de esos que te juntan las nalgas por dos tiras y que se unen en la bragueta... y que sé muy bien por experiencia, que pone a mi primo súper cachondo, y le empalma el cipote. Luis, llevaba un tanga de los que la tirilla se te mete por la raja del culo, yo le había dicho que se los pusiera, que a mi primo esos tangas le calentaban bastante y lo ponía muy lascivo.

Lo teníamos en frente, de cara a nosotros dos, provocándole un buen calentón de huevos, mientras flexionábamos las rodillas dejando al descubierto nuestros apetitosos y suculentos anos. Adrián estaba con medio cuerpo estirado hacía atrás, con las manos apoyadas en el suelo, las piernas cruzadas y mostrando en todo su esplendor un abultadísimo paquete, y un pollón súper marcado en la fina tela del slip. Yo miraba de reojo a Luis, que no podía apartar la mirada de aquél voluminoso fardo, era descarado como se lo estaba comiendo con la mirada... y yo que conozco a mi primo, y que sé que le gusta incitar a los niñatos, no paraba de alzar ligeramente las caderas hacía arriba, como pidiéndole con la bragueta que no tardará mucho en liberar aquella verga que estaba regalando.

Mi novio se deslizó gateando, hasta poner su boca encima del paquete de Adrián, restregando su cara por toda aquella hinchada masa, oliendo el aroma de la tapada polla, y recorriendo con su lengua toda la superficie, la amplitud y la anchura de aquél miembro. Yo me acerqué también al banquete que nos ofrecía mi primo, y le destapé el cipote y los huevos por un lateral de los calzoncillos. Me coloqué a su lado a cuatro patas, de tal manera que mi costado izquierdo tocaba su pecho, y así Adrián me podía manosear el culo, como a él le gustaba. Luis ya le había apresado con su boca el inmenso pollón, comenzando a chupárselo suavemente, e intentando metérselo entero. Mi novio se esforzaba por tragar, pero aquella polla no le entraba entera en la boca, yo apretaba su cabeza para abajo con mi mano, con el fin de ayudarle, pero solo podía meterse un poco más de la mitad del enorme y monstruoso cipote.

Me uní a Luis para lamer la polla de Adrián, los dos nos alternábamos aquella trompa... y digo trompa, porque no exagero cuando digo que la tenía como la trompa de un puto elefante. Lameteamos el duro tronco, pasándole la lengua desde los huevos hasta el capullo, primero Luis, luego yo, después los dos a la vez a cada lado, llegando a entrelazar nuestras lenguas y besarnos con la manguera de mi primo de por medio. A mí sí me cabía entera en la boca, porque la tengo un poco más grande que Luis, y también estaba acostumbrado ya al pollón de Adrián... a que me follara la boca a la fuerza cuando él quería, y de tantas y tantas veces, que se lo había mamado a gusto. Mientras yo chupaba aquella polla, como sé que le gusta a mi primo, Adrián acercó a Luis hacía él, cogiéndole por las caderas con las manos, y poniéndolo de pie de espaldas a su cara, con el culito pegado a su boca.

Le abrió las piernas alrededor de su cara, desde ahí podía ver su culo cerrado escondiendo su ano, sus huevos colgando, y su polla dura como una barra de acero, derramando por el capullo hilillos de pre-cum. Miré hacia arriba y vi cómo se relamía el cabrón, como se le hacía la boca agua mirando el delicioso culito de mi novio, y poniendo esa expresión en la cara de vicio que yo tanto conocía. Al mamón le gustaba tanto, y tal el placer que le daba comerse un culito, que muchas veces hizo que me corriera y descargara toda mi lechada, mientras me follaba el ojete con su lengua... era una máquina el cabrón. Le abrió las nalgas con las manos, y lo sentó encima de su boca, de tal manera que las piernas de Luis quedaron abiertas, a cada lado de sus costados.

Y le metió la lengua entre las nalgas, enterrando todo el hocico en su culo, y comenzó a chuparle el ano como un animal hambriento. Empezó a lamer desde abajo, casi donde terminan sus huevos, pasando la lengua por la vena inflada que conecta el recto, y recorre todo el cipote. Después la introducía en el orificio, una y otra vez, follándoselo a lengüetazos y succionando hacía afuera como un chupón. Luis resoplaba y jadeaba a grito limpio del gustazo... yo le como bien el culo, y disfruta con mi lengua, pero mi primo para eso es único el cabrón. Llevó sus manos hacia atrás y cogiéndole a Adrián de los cabellos, presionó con fuerza para que le clavara más hondo la lengua en el ojete al mismo tiempo que se retorcía y berreaba de placer. Jamás había visto a mi novio así, descontrolado como una vulgar puta, soltando innumerables guarradas por la boca mientras convulsionaba todo el cuerpo, y disfrutaba como una perra en celo.

Sabía lo que iba a pasar, y que Luis no podría aguantar mucho más, así que solté el cipote de Adrián, y me metí el suyo en la boca para mamárselo. Comencé a chupárselo como si mi vida dependiera de ello, Luis me follaba la boca con desesperación, enloquecido de placer y súper enviciado. No paraba de gruñir de gozo, y a los pocos segundos de tener su polla en mi boca, se corrió dentro de ella, vaciando de sus huevos la rica leche. Estuve saboreándola con agrado, hasta que me la tragué toda sin dejar una sola gota, y dejándole el cipote otra vez limpito.

- Ahora quiero que veas chaval, como me follo el culo de mi primo Felipe - ... - Verás que cara de gusto pone cuando le envergue mi polla - ... Le dijo Adrián a Luis mirándolo a la cara. Mi primo se tumbó boca arriba en el saco de dormir, subiéndome encima de él, y pegando su pecho a mi espalda. Quería que mi novio viera como me follaba, como su pollón se iba abriendo camino a lo largo y ancho de mi orificio anal, y como mi ano se iba tragando aquél cipote descomunal. Soltó un escupitajo en su mano, y se embadurnó el capullo y el tronco de saliva. Colocó el pollón a las puertas de mi ojete, y pegó un apretón para dentro que me lo metió todo de golpe. Pegué un grito, que no sé si era dolor o placer, pero la verdad era, que no quería que me sacara la polla del culo por nada del mundo, y que follara el ano dándome placer como el sabía.

- Mira Luis... mira como disfruta el maricón de tu novio, esto era lo que mi primo Felipe quiere, que le reviente el culito a pollazos - ... Le decía Adrián a Luis mientras le señalaba mi polla con el dedo, indicándole que se agachara y se la metiera en la boca para chupármela. Luis hizo más, aparte de mamar mi polla, bajaba con la lengua hasta la follada y la metía en mi ano, al mismo tiempo que mi primo me hundía el cipote. La follada en mi culo cada vez era más rápida, y los chupetones de Luis en mi polla más intensos. Y pasó lo que sin remedio tenía que pasar, le llené toda la boca de esperma al mamón de mi novio, que además sabía que le encantaba beberse mi leche caliente... y la de todos los tíos que quieran correrse en su boca. ¡Que gustazo colegas!... Porque mientras me vaciaba en la boca de Luis, y le regalaba todo mi esperma, mi primo no paraba de cornearme duro el ojete con el pollón... y eso me da un placer inmenso de cojones.

Luis ya se había colocado a cuatro patas, esperando su turno y súper ansioso, que Adrián le envergara la gorda polla por el culito. Mi primo no le hizo esperar mucho, y un abrir y cerrar de ojos, ya tenía media polla dentro del ano, y mi novio gritando como un cerdo en el matadero. Eso era al principio, porque cuando el ano de Luis se dilataba, le cabían las pollas de dos en dos por el culo, y hasta mi brazo entero. Al minuto ya estaba gimiendo de placer, y el pollón de Adrián entraba completamente por el agujero. Los dos estaban súper excitados, disfrutando como locos... Luis por el monstruoso pollón que se estaba comiendo por el culo... y mi primo por el estrecho y apretado boquete, que le estrangulaba de gusto la verga. ¡Qué morbazo! ... Ver a mi chico violado por detrás por la polla de mi primo, aunque me daba igual la polla de quién fuera, lo que me ponía cachondo y caliente, era verlo envergado por otro tío.

Me puse justo debajo, pegando mi cara al culo follado de Luis, mirándole el boquetón súper abierto, cada vez que Adrián sacaba entera su polla del ojete, observando con mis ojos lo hondo y lo profundo que se lo estaba dejando. Acto seguido, volvía a envergarle el cipote hasta el fondo, hasta que sus huevazos gordos pegaban contra los suyos, sacándole de la boca gemidos, jadeos, y gruñidos de satisfacción. Adrián cambió la expresión de su rostro rápidamente, le venía el gustazo recorriéndole por toda la polla, y empezó a gruñir como un animal acaloradamente. Se corría el muy cabrón, le iba a inundar todo el agujero del culo a mi novio, y a llenárselo de semen hasta rebosar. Yo no le quitaba el ojo al culazo de Adrián, mirando como el ano de mi primo, se dilataba y se contraía al mismo tiempo que derramaba, toda la lechada dentro del recto de mi novio Luis.

Cuando Luis notó que su manguera había terminado de bombear leche, se dio la vuelta y se metió en la boca el pollón mojado de Adrián, derramando dentro de ella las últimas gotas que quedaban por salir. Las cuales, él limpió muy agradecido y gustosamente. Después descansamos un rato mientras nos bebíamos unas cervezas, y nos fumamos un par de canutos... y a los 20 minutos, ya estábamos otra vez comiendo pollas. Así nos tiramos todo el fin de semana, follando como locos y disfrutando de lo lindo.

(9,41)