Nuevos relatos publicados: 13

Una buena sacudida gracias a la secretaria (mis fantasías)

  • 3
  • 9.919
  • 9,38 (26 Val.)
  • 7

Hace una semana pase por la oficina de mi marido que queda en la torre al lado del centro comercial a donde me iba a comprar unas botas y cartera.

Me anunció en recepción y del fondo del pasillo viene una chica que parecía una modelo caminado, con una pollera corta bien ajustada marcando sus caderas, unas piernas largas con medias negras, una solera que la mostraban portadora de hermoso par de senos altos.

Me dice con cara de dulce (21 años máximo):

-Usted debe ser la esposa del Sr Gerente. Me presentó soy la secretaria personal del señor Pamela, mucho gusto.-

-Un gusto. Pero Josefa ya no es más la secretaria de mi marido?

-No, ella se jubiló hace dos semanas, yo soy la nieta. Josefa me recomendó con el señor y por suerte con una sola entrevista me contrato, él es muy bueno conmigo. Venga que la acompaño a la oficina.

-Gracias, yo voy sola, se dónde es. Envíale saludos a tu abuela.

No soy tonta, y era evidente que mi marido no sólo cubrió a Josefa sino que eligió deleitarse con una piba joven todos los días, seguro hasta el mismo le debe haber comprado el uniforme súper sexy que lleva.

-Hola papi. No sabía nada de Pamela. Muy linda esa nena, eh! sabe algo de secretariado?

-Si si se recibió hace un mes es la nieta de Josefa. Es muy linda si pero... yo estoy para vos amor-

-Bueno... después hablaremos de eso, ahora necesito 500 dólares ya que voy a comprarme las botas y cartera para el aniversario de tu hija.

- O si! Me olvidé. Toma 1000 y me compras una camisa y algún regalito para mi niña.

Tome los billetes y me fui, bajando el ascensor comencé a imaginarme a aquella chica volviendo a la oficina que yo había dejado.

Botón por botón abriendo la camisa de mi esposo, despacito abriéndole el cinturón, su bragueta y liberando ese pico gordo que tiene, labios y una profunda mamada para levantar todo a mi esposo, delicada como disfrutando de su paleta dulce bien dispuesta ella.

Levanta su pollera suelta los sujetadores de sus medias y ya estaba pronta si su tanga que dejó colgada en la parte de adentro de la puerta de la oficina que cerró con cerrojo.

Una pierna arriba de la silla la otra en sus tacones sobre el suelo dio a mi gordo todo su culito y rajita, totalmente depilada, esas nalgas brillaban duras y subes. Mientras él acomoda su poronga, con sus pantalones y calzones en el suelo, con una lenta embestida la penetró hasta lo más profundo.

Ella tomó su corbata, y se la puso el la boca para silenciar sus gemidos y gritos, mientras mi gordito con fuerza la toma de las caderas va y va con un hermoso ritmo como él sabe, disfrutando su dulce joven y sumisa a su poder.

Ya era hora, ella se liberó de esa solera y los pechos perfectos, sin mis cirugías, todo natural fueron puestos en su boca, ella alocada y dando todo recibía los besos y caricias de su jefe en su propia oficina.

El sobre su escritorio, ella se le subió encima buscando su orgasmo calzándose aquel pene a punto de estallar en su canchita y controlándose de no arañarlo, le cabalgaba intensamente cumpliendo con todo el morbo de la secretaria fiel a su jefe.

Estallaron en su pasión y abrazados quedaron mientras su respiración y el calor bajaba silenciando la oficina.

Se higienizaron y vistieron ella tomó unas carpetas y se retiró. Antes de ello tomó la tanga y se la tiro a mi gordo para que se la ponga la próxima.

-Señora señora... está bien? Va a bajar estamos en planta baja? - el ascensorista interrumpe mi pensamiento.

-No no, subo otra vez al Penthouse. A la oficina del gerente.

Volví y fui directo a su oficina que estaba con la puerta abierta y mi esposo concentrado trabajando en su pc.

Cerré la puerta deje mi bombacha en el pestillo y fui la secretaria que imaginé.

Desde hace 3 días Pamela trabaja en una oficina fuera de la capital, a mi solicitud y compromiso de conseguirle a mi marido una secretaria adecuada.

(9,38)