No sé inglés, pero quiero lamerte el conejo. Tu pelo rubio sol, liso, largo, me llama y me dice que tienes todo tu vello púbico, con todo su cepellón. Aunque no es tan rubio como tu pelo. Pero no me importa. Me gusta así igual, o más, porque es como es. Y como sea es como me gusta, como lo amo.
Tu pelo rubio sol, liso, largo, me llama y me dice que no te rasuras, que tienes tu vello púbico sin tocar, tal cual fue creciendo... así está. Quizá ningún hombre con deseo te lo ha visto. Quizás nadie te lo ha tocado, ni si quiera tú, quizá. No sé. Ahora que pienso en ti te veo toda desnuda. Tus pechos, preciosos, abundantes, cargados, vírgenes, inexplorados. Quizá ningún hombre con deseo te los ha visto. Quizá ningún hombre te los ha acariciado, lamido. Quizá tú ni siquiera sabes que un hombre los desea. Quizá no sabes lo que es que te los deseen.
No sé inglés, pero quiero lamerte el conejo. Ahora que pienso en ti, te veo toda desnuda. Y aprecio que en tus axilas tienes vello, que nunca te has depilado. Un vello fino quizá o más durito ya. Pero que has decidido no depilártelo. Y a mí me gusta así mucho, porque las axilas con vello es lo más parecido a una vagina. Te pelo rubio sol, liso, largo, me llama y me dice que tienes vello en las axilas. Y me apasiona.
No sé inglés, pero quiero lamerte el conejo. Tu pelo rubio, sol, liso, me llama.
Una nena morena, preciosa, pasó a mi lado. Su pelo negro azabache me hizo pensar que su pubis era igual de negro. ¿Qué ocultas, morena? ¿Qué ocultas coqueta, mimosa, debajo de tu vello púbico negro azabache? ¿Qué dices que no quieres enseñar: el vello púbico que cubre tu pubis o lo que hay debajo del vello que lo cubre? ¿Qué piensas que puede pasar si me lo enseñas?: ¿que lo acaricie y no entiendas por qué ni para qué?, ¿que busque lo que hay debajo de la maraña de tu vello púbico con mis dedos?, ¿o piensas que lo único que puede pasar es nada, que me quede mirándote? ¿Para qué lo quiero ver, te preguntas? O... ¿qué quiero ver?