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En el avión y en el taxi...

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Me tocas la pierna y me guiñas un ojo. Te levantas de tu asiento y te vas pasillo adelante. Me miras de reojo sonriendo. Y al entrar al lavabo del avión me miras a lo lejos riendo. Sigo tu juego y al poco me levanto con naturalidad y sigo tus pasos. Entro sabiendo que no has cerrado. Nos besamos con pasión. Con urgencia. Sabemos que tenemos poco tiempo. Nos desbrochamos el uno al otro los tejanos. Me los bajas. Te los bajo. Rápido. Estoy excitado. Tu también. No es mi estilo esta rapidez. Pero da un subidón el morbo de la situación… Uuuuffffff que calor me entra. Te noto caliente también. Acaricio tu ingle sobre el trocito de tela de tu tanga diminuto y te estremeces. Lo aparto a un lado. Te acaricio y das un respingo. Me sacas mi duro pene del bóxer y lo acaricias. Sabes que eso me vuelve loco. El mero contacto de tu mano sobre mi miembro me enloquece. Y mas en esa situación. Apoyándote en el lavabo lo diriges a tu excitada y ya mojada entrada. Entro en ti casi de golpe. Inicio un ritmo rápido. Casi de urgencia. Me presiona el saber que pueden picar a la puerta. Por una vez solo pienso en mi. Entro y salgo.

-Mas. Sigue - me pides.

Me introduzco hasta el fondo. Agarro tus nalgas. Me aferro a ellas. Me clavo en ti una y otra vez. Casi de forma salvaje. Suspiras. Gimes casi en silencio. Jadeas. Somos esta vez casi como fieras. Buscamos un placer rápido. Cargado de fuerza. De ansia. Te arqueas. Tu cabeza va hacia atrás. Beso Tu cuello. Amaso tus pechos. Y me corro. Exploto en tu interior. Me derramo en ti. No he podido aguantar mas. Estaba muy excitado.

-Lo siento guapa que no hayas llegado. Luego te recompenso. Prometido. Lo he disfrutado. Lo sabes. Ha sido tremendo.

-Vistámonos antes de que nos descubra la azafata. – me dices- Tenemos tiempo después… y te cobrare tu deuda con intereses jajaja

Después de aterrizar cogemos un taxi hasta el hotel. Se que estas caliente y excitada y quiero provocarte. Paso mi mano por tu muslo. Giro hacia su parte interior. Subo mi mano por esa parte de tu pierna que se que es tu debilidad, mientras vas abriendo tus piernas para darme mejor acceso hasta donde anhelas que llegue. Y llego hasta los botones de tu pantalón. Te acaricio ahí. Cierras los ojos. El conductor mira de reojo, pero me da igual. Lo que yo persigo es ponerte en ebullición. Veo entreabrir tus labios. Sigo acariciando. Desabrocho tus botones y echo a la vez mi chaqueta sobre tus muslos. Esto tapa mi mano traviesa. Encuentro tu tanga. Acaricio sobre él con suavidad. Y luego voy ejerciendo una presión creciente. Me introduzco bajo la fina tela. Busco y acaricio. Acaricio tus labios. Un dedo se va introduciendo en la antesala de tu vulva. Fácil. Estas muy mojada y receptiva. Muy excitada. Dos dedos ahora. Entran suave. Despacio. Tu respiración se va acelerando. Sello tu suspiro con un largo beso a la vez que mis dedos mojados suben hasta tu clítoris y se concentran en él. Te acomodas en el asiento. Insisto en mi caricia. Presiono un poquito. Círculos. Separo mis labios de los tuyos y te miro. Ojos cerrados. Brazos apoyados y tensados. Previo a que tiembles y te arquees. Te conozco bien. Sigo. Insisto. Me gusta verte así. Tu lengua asoma entre tus labios. Ahora te froto arriba y abajo.

-Ssshhhhssss… Te haré llegar, pero hoy has de ahogar tu gemido final.– te susurro al oído.

Me gusta llevarte al limite en situaciones comprometidas. Se que el taxista nos ha descubierto. Tú no lo sabes. Solo estas concentrada en lo que te he dicho y en mis caricias. A mi me da igual el conductor. No lo volveré a ver. Y ahora ya no tengo que disimular. Así que intensifico mis caricias sobre tu botón del placer. Lo combino con alguna penetración de mis traviesos dedos en tu mojada cueva. Te veo tensarte. Te apoyas fuerte en tus brazos. Elevas la pelvis contra mi mano. Y te beso de nuevo sabiendo que me regalarás tu explosión de placer en un instante. Y así es. Te arqueas de forma casi imposible levantando también mi mano y transmitiendo a mis labios tu temblor lleno de placer junto a tu gemido ahogado.

Te dejas caer casi desplomándote sobre el asiento. Te contemplo hasta que abres los ojos. Sonríes. Me miras. Ríes. Me sacas la lengua relamiendo tu labio superior y me guiñas un ojo. Entiendo tus gestos de complicidad. Se que lo has disfrutado.

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