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Familia sin tabúes (7) Alfredo el monitor del Gim (I)

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Después de follarme el culazo de tito Hernesto, estuve hablando con Luis de su fin de semana de acampada, comentándome lo bien que se lo habían pasasdo Felipe y él, follando con Adrián. De la follada con su padre no quise decirle nada, como sé que a Luis le gustan mucho las sorpresas, quería prepararle una de las buenas a él, y a su novio, con su papá. Hernesto estaba loco por follarse el culito de Felipe, y de paso, meterle la polla al de Luis también, así que se me había ocurrido una situación muy caliente y perversa, para que todos cumpliéramos nuestros deseos.

Luis y yo ibamos al mismo gimnasio para machacarnos el body uno de los monitores, Alfredo, me calentaba sobre manera la polla, y desde hacía bastante tiempo quería follármelo por el trasero. Al cabronazo, se le marcaba un bultazo en el pantalón del chandal y unas nalgas, que me ponía muy, pero que muy cachondo. Esos pectorales señalados en la camiseta, los biceps, sus abdominales, y no olvidemos los abductores ni los cuadriceps. Viendo toda aquella masa de musculos, estaba deseando como un loco verle el mejor musculo de todos, su polla, que tenía que tenerla bien formada y super trabajada. Y encima de estar bueno, el tío tenía una cara guapísima, daba un morbo increíble con esa mirada de pícaro, esos labíos gordos, y esa boca grande para comerse mi buena polla. A mí casi hermano Luis, también le gustaba bastante, él tenía muchas ganas de que le envergara el boquete del culo, y chuparle el cipote, y a mí igual... pero lo que más asiaba y deseaba, era follarle ese culazo que regalaba tan airosamente.

Ya ibamos los dos bien calientes para el gim, sobre todo después de contarme la follada, con todo lujo de detalles, con el primo de Felipe, y de como le había destrozado el cabrón, el ano con su enorme pollón. Además, hoy a primera hora no había nadíe y Alfredo se había ofrecido a Luis, para ayudarle a fortalecer los biceps con las pesitas. Por el camino hablabamos de esto, de como le iba a ayudar Alfredo, y nos reíamos imaginando diferentes posturas sexuales, mientras el monitor le petaba con la verga el ano a Luis. Aparte de todo esto, Laura, una amiga nuestra que sale mucho de copas con nosotros, nos contó, que un día se encontró a Alfredo en un after hours, que frecuenta mucho con Miguel, otro amigo nuestro que es una maricona loca, drogata como Laura, y un come pollas. La cuestiós es que ese día, según nos dijo Laura, follaron los tres en casa de Miguel, haciendo un trío super caliente y muy vicioso. Que Miguel se tragó la polla del monitor, por la boca y por el culo. Que le folló el culo y el coño a Laura. Que alternama a la putilla y al maricón, para envergale el cipote por todos los boquetes. Y que Alfredo aparte de comerle el coño a Laura, también le mamó la polla y le lamió el culo a Miguel.

- Voy super caliente, tío... ¡Uffff!... De hoy no pasa de que me folle al cabrón de Alfredo, asi que esmerate y portate bien Luis... y haber si puedes provocarlo, y excitarlo como tú sabes. -

- Jajaja... ¡Como vas Pablo!... Llevas el paquete que te va a reventar colega... la polla la tienes empalmada, joder... mirate la bragueta tío, así no puedes entrar al gimnasio. -

- Me da igual Luis... haber si de una puta vez, me baja el chandal y me pega una mamada en el cipote... jajaja. -

Cuando entramos al gim no había nadie, solo estaba Alfredo esperando a Luis como le había prometido, para hacer los ejercicios, y trabajar bien los abdominales y los biceps.

- ¿Que pasa tíos, como estaís?... ¿Tú también quieres hacer las pesas, Pablo? -

- No Alfredo, voy a hacer un poco de abductores en la máquina... por mí no te preocupes, si me apetece después me uno a vosotros. -

- Ok chaval... pues vamos al lío Luis, y tumbate en el banco de palancas, haber como están esos musculitos. -

Luis se tumbó en el banco como le dijo el monitor, y yo me puse en frente, a un metro escaso de él, en la máquima de abductores. Los dos nos habíamos puesto el pantalón corto de deporte, con el que jugabamos al fútbol de vez en cuando, y una camiseta pegada al cuerpo de tirantas. Alfredo llevaba una camiseta muy parecida a la nuestra, que le marcaba todos los musculos del pecho y la espalda, y el pantalón del chandal blanco, super pegado a la piel. Desde donde yo estaba, veía perfectamente las piernas espatarradas de Luis, totalmente abiertas a cada lado del banco, y un considerable bulto entre ellas que iba creciendo notablemente. Alfredo, se iba momiendo alrededor de él mirando como trabajaban sus musculos... le presionaba el abdomen, le apretaba las piernas, le tocaba los biceps cuando bajaba las pesas, y se situaba detrás de Luis, con las piernas entre su cabeza para comprimir con fuerza sus hombros. De esta manera, mi mejor amigo tenía una vista extraordinaría y privilegiada, de su paquete y de su marcado culazo. Por eso el cipote de Luis se iba animando dentro de la bragueta, ya lo tenía medio empalmado y morcillón, y conociendo a Luis como lo conozco, seguro que ya estaba fantaseando con la polla de Alfredo.

Alfredo que no es tonto y que se la sabe todas, le miraba el paquete a Luis que engordaba por momentos, y luego me miraba a mí a los ojos, como adivinando lo que ocurriría a continuación. Yo pasé de hacer ejercicios en la máquina, a manosearme la entre pierna descaradamente con la mano, sobándome el cipote, magreándome el paquete, y confirmándole sin hablar lo que él ya intuía. Alfredo no se lo pensó, y se inclinó sobre la cara de Luis, poniéndole encima toda la entre pierna, restregando suavemente su culo y su gran fardo por todo su rostro. Ya había comenzado por fín lo que yo quería, lo que tanto deseaba... así que no perdí un solo segundo en ir hasta Luis, colocarme de rodillas, y ponerle mi boca encima de la polla, apresada todavía por la tela del pantalón. Se la relamí por lo alto de la tela, mojándosela de babosa saliva, hasta que noté que le iba a explotar la inchada vena de la polla, mientras miraba cachondo perdido, como a Afredo se le marcaba la dura verga en el pantalón, y un círculo mojado cubría la parte superior. Era normal... si el cabronazo no le quitaba la vista de encima a mi lengua, y a mi boca de mamona.

Tardé poco en liberarle el cipote a mi amigo, que ya para entonces estaba completamente duro, rigido, y empapado de pre-cum. Mientras yo me empleaba chupando sin parar la polla de Luis, éste le bajó el chandal al monitor, sacándole de un respingo el pollón, que se balanceaba de arriba abajo dando brincos, y sacudidas sin control. Una vez con la polla fuera, Alfredo solo tuvo que apuntar hacía abajo con la mano, como si fuera una flecha y clavarsela poco a poco en la boca a mi amigo. El cipote de Alfredo no era excesivamente grande, le mediría unos 19 céntimetros más o menos, pero si era super gordo y capullona como una seta. Tenía mucho morbo, por que el regordete glande lo tenía granate, la rajita era muy pronunciada y extensa, y cada vez, que le sacaba la polla a Luis de la boca, se le podía ver el goteo insesante de pre-cum.

- Esperar tíos... que puede entrar alguién, y pillarnos aquí en plena follada. -

- Pués que se apunten también... jajaja... no, Luis... y hacemos un buen bukake. -

- Por mí deacuerdo... pero lleva razón Alfredo, todo el mundo no va de nuestro royo, y podemos buscarle un problema a él... ¿Alfredo, hay algún sitio donde podamos estar tranquilo, y que no nos molesten?... Por que así no me puedes dejar tío, caliente y cachonda como una perra. -

- A mí tampoco... que yo estoy igual que mi colega. -

- Tranquilo Pablo, que yo estoy igual que vosotros dos, y me apetece muchísimo una buena follada... ¿O no estáis viendo como tengo la polla, tíos?... Hay una sala al fondo que no la utiliza nadie, todavía no está terminada, solo tiene el suelo, los espejos y un par de máquinas. Meteros ahí y esperadme, que voy a avisar a mi compañera para que esté en el gimnasio, por si viene alguién y necesita que lo atiendan.

La sala no era muy grande, cuadrada llena de espejos, y sin terminar como nos dijo Alfredo. Le faltaban la mitad de las luces, con los cables eléctricos todavía colgando del techo, parecía que la estaban preparando para hacer Spinning, por que había varias bicicletas estáticas, y algunas con plásticos todavía. También había un par de pelotas fitness, un potro de gimnasia, y muchas colchonetas apiladas en el suelo. Luis y yo no perdíamos el tiempo, mientras esperábamos que llegara Alfredo, mi amigo seguía hambriento de polla, y me tenía apoyado contra el espejo mamándome el cipote a boca llena. Yo lo veía por el espejo de enfrente, arodillado en el suelo, y con los dedos de la mano penetrándose el boquete del culo.

Al poco entró Alfredo y se encontró la deliciosa escena, cerró la puerta con llave y se desnudó por completo. Se acercó con la polla flácida a la boca de Luis, colocándose justo a mi lado, tocando sus piernas con las mías, y agarrándome la base de mi cipote con la mano. Luis comenzó a chuparle la verga como él solo sabe, como un campeón que sabe darte un placer enorme, metiéndosela con ganas en la boca, y notando como se le endurecía dentro de ella. Le acariciaba los testiculos suavemente, para que el gozo de Alfredo fuera más intenso, ese gozo al sentir como mi amigo le devoraba el pollón, esa lujuria que le transmitía y le inducía a gemir de gusto sin censura. Luis siguió chupando y chupando, hasta que el vasto pollón volvió a estar voluminoso y colosal. Yo aproveché para bajarme junto a mi amigo, para compartir con él aquella comida de polla tan sabrosa, y metermela por fin en la boca, que era lo que yo estaba deseando.

¡Uffff, colega!... La noté super jugosa, me gustaba sentirla dura dentro de mi boca, y me calentaba bastante, cada vez que acercaba mi cabeza con su mano agarrándome de los cabellos, calzándose la polla dentro de mi hocico, y jadeando de placer mientras me jodía tranquilamente. Con cada jadeo suyo, me ponía más cachondo si cabe, aceleraba la succión sobre su cipote, dándole fuertes chupetones, que lo dejaban ardiente y exhausto. Solo lo soltaba para recobrar el aliento, y para tragarme la saliva, cargada del rico sabor de su polla, y por supuesto, para dejársela al viciosillo de Luis, que esperaba su turno ansiosamente como una puta mamona. Lo miré, y él me miró con una sonrisa perversa, mientras se mordía el labio, dándome a entender que le gustaba mucho la mamada recibida por mi boca, y que siguiera utilizando mi lengua, pero ahora en sus gordos y expléndidos huevazos. Mientras Alfredo se atrincheraba con su polla en la boca de Luis, follándosela como un puto animal, yo me concentré en mamarle los testiculos, y pasarle la lengua por la raja del culazo, insertándola entre sus nalagas.

El monitor nos llevó hasta donde estaban las colchonetas amontonadas, por lo menos habría diez juntas, y le indicó a Luis que se subiera en lo alto de ellas boca arriba. Alfredo fué gateando hasta ponerse encima de mi amigo, colocándose al contrarío que él en un perfecto 69, y se rellenaron cada uno la boca con la polla del otro, y comenzaron a mamar frenéticamente. Yo me situé justamente detrás del culazo de Alfredo, para lamerlo, chuparlo, y saborear detenidamente ese prieto y riquisímo ano. Le abrí las nalgas con las manos, y empecé a pasarle la lengua por su agujero repetidamente, palpando cada pliegue de la piel del ano, y perforándole con ella en el centro, hasta que entró todo mi lenguetazo dentro. Alfredo, emitía gemidos de gusto con la polla de Luis tapándole la boca, acelerando las chupadas, y apretándole el tronco de la polla que sujetaba con la mano.

Me encantaba ver, como Luis le sujetaba la polla dura con una mano al colega, mientras se la metía y la sacaba de su boca, y como brillaba la piel super mojada, dejando a la vista un cabezón empapado y muy apetecible. Yo estaba listo para envergármelo de un momento a otro, mi excitación y mi calentura de perra, no me dejaba pensar en otra cosa, solo quería follármelo, joderle ese culo que me ponía enfermo, y destrozárselo mientras me lo violaba. Me daba igual si el colega no quería, se lo iba a follar de todas formas... y después que pasara lo que pasara... como si quería pegarme el cabrón. Le escupí un buen salivazo en la abertura del ano, y sin decirle nada comenzé a meterle mi cipote poco a poco. Al principio, fue difícil por la anchura y el grosor que había cogido mi miembro, y lo super apretadito que tenía su ano. Su esfinter me oponía resitencia, pero él empujó con fuerza hacía atrás, y la cabeza de mi pollón penetró.

¡Que cabrón!... Y yo preocupado porque no me iba a dejar follarle el ojete, y el tío estaba deseándolo más que yo, joder. Sentí algo de dolor en el capullo, y una sensación de presión que se fué disipando poco a poco, a medida que se ensanchaba su ano, y aceptaba las medidas de mi pollón. Alfredo era el que se movía hacia adelante y hacia atrás, logrando que mi cipotón entrara y saliera de manera consecutiva, y lo que al comienzo era un pequeño dolorcillo, se fué transformando en un grandísimo placer. Yo estaba alucinando, pero Alfredo estaba fuera de sí, retorciéndose, gimiendo, jadeando, envergado por delante y por detrás, envistiéndo por abajo en la boca de Luis, y por arriba devorándome todo el pollón. Luis al ver mi polla follándole el culazo en primer plano, del mismo calentón incrementaba la velocidad de los chupetones, aspirando hacía adentro todo el capullo, absorviéndo y tragándose los fluídos que segregaba por la rajita. De vez en cuando, sacaba la polla del ano de Alfredo y se la metía en la boca a mi amigo, para que probara y saboreara el gustillo del culo del monitor.

De repente, la embestidas de Alfredo por ambos lados se aceleraron un montón, pagando saltitos sin control, en un mete-saca bestial... se corría el muy cabrón, se quería vaciar los huevos envergado por el culo y por la polla. El colega dió un suspiro enorme, clavando su polla en lo más profundo de la mamona boca de Luis, y presionando todo lo que pudo, le soltó toda la carga de leche a fuertes chorros, hasta el interior de su garganta. El cipote de Luis, escupía al mismo tiempo por el capullo imnumerables chorros de esperma, que iban a parar a la cara y la boca de Alfredo, manchándosela por la fricción que le provocaba su mano al masturbarle la polla. Yo saqué mi pollón de su culo y me dirigí hacía su cara, y mientras miraba al mamón lemerle con la lengua el semen del cipote de Luis, me machaqué la polla pegado a su cara hasta que me corrí. Acto seguido, Alfredo me la limpió, recogiendo y guardando en su boca toda mi leche. Se fué hasta la boca de Luis, y uniéndola con la suya se repartiero mi esperma entre los dos, catando y degustando su sabor, mientras se lo pasaban de lengua a lengua, y se besaban ardientemente.

Nunca imaginé, que el monitor del gim fuera tan vicioso y guarrillo, por que de mi amigo Luis me lo esperaba todo, pero con Alfredo que quedé con la boca abierta, y totalmente alucinado.

Continuará...

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