-- Daisuke… Déjame pintarte la sonrisa
-- ¿Como vas a hacerlo?
-- Primero de todo, te pido que dejes de provocarme con esa mirada
-- ¿Porqué?
-- Porque corro el riesgo de enamorarme más de tí.
-- ¿No es eso lo que quieres?
-- No
-- No lo parece, tengo tu pene alrededor de la boca
-- Y tú con tu lengua te estás llevando toda mi esencia
--¿Tambien te molesta?
-- Mucho, te vuelves más sexy
-- Qué lastima, pienso seguir
-- Yo te la seguiré metiendo dentro de la boca mientras mis manos están recorriendo tus muslos
-- Suave es el tacto de tus manos sobre mi piel
-- Me gusta la sensualidad y el camino que recorro en tu cuerpo
-- Cada caricia me hace enloquecer
-- Y tú me estás produciendo que derrame todo mi amor en ti.
-- Ya lo estás haciendo
-- No hables, saborea la comida que te ofrezco
-- Junto a ti no existe el tiempo, quiero darme mi momento para saborear tu amor entre mis labios
-- ¿Quieres más?
-- Te has convertido en mi mayor necesidad, sacia tu deseo
-- Lo que sea por dibujar una expresión de deseo en tu gentil rostro
Y la boca de Daisuke quedó impregnada de blanco semen rodeandole por toda la cara, Ken y su esencia provocaron la mejor de las sonrisas en su chico
-- Eres mío.
La comida entre dos almas hambrientas siempre es más apetecible, entre deseo y anhelo, entre aroma y sabor
--Ese placer de estar dentro de ti, sintiendo como palpitan tus ganas de sentirme, padezco de tí.
-- Tuyo, mio
Y Daisuke siguió recibiendo en sus labios todo el amor ardiente con miradas salvajes.
Mimos, caricias y latidos, estando juntos y en complicidad.