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Mi vecina Samanta

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Les cuento que hace un par de días, pasé por la casa de mi mamá y me crucé a la chica protagonista de este relato entonces recordé lo que pasó entre nosotros el año pasado y ahora se los cuento.

Ella se llama samanta pero yo le digo "Samy".

Durante mucho tiempo de vivir en mi antiguo barrio, con mi familia nos mudamos a otro barrio pero en la misma ciudad.

Entonces tenía nuevos vecinos entre ellos Samy, vivía a lado de mi nueva casa.

Ella era bastante misteriosa, no se hablaba con nadie en el barrio, nuestra conversación por mucho tiempo fue -hola- y nada más.

Recuerdo que la veía muy seguido en el centro de la ciudad, siempre estaba con una amiga subiendo y bajando de colectivos de la misma línea, siempre iban hablando con los choferes cosa que siempre me pareció bastante raro pero nunca se lo pregunté.

Siempre observaba a Samy ya que era muy difícil que pasará desapercibida, es linda, bajita y rellenita por todos lados, no estoy diciendo que es gordita sino que muy exuberante; de tetas gigantes y naturales (tanto así que mi hermana, mis tías, primas se reían y hacían chistes al ver sus corpiños colgados en el patio) y una cola puff.

De ensueño.

Era gracioso ver cuando caminaba una cuadra y media de la parada de colectivos hasta su casa y ver todos los ojos puestos en ella en todo ese trayecto, además su forma de vestir siempre fue sencilla, jeans y remera.

El año pasado ya estaba recibido y me había ido a vivir sólo a la ciudad de la plata (Argentina); ya tenía 24 para 25 años y me todavía me cuesta abandonar el nido así que todavía voy casi todos los días a casa a ver a mis padres y hermanos.

En una de las noches tipo 01:30 am estaba volviendo para el departamento y la veo sola caminando, me preocupé así que frené el coche, bajé la ventanilla y pregunté.

Yo: Samy ¿qué haces sola por acá?

Samy: voy a la casa de una amiga.

Yo: te alcanzo, vamos que es peligroso.

Ella subió y la llevé hasta la casa de la amiga, a pie le quedaba bastante todavía, no era tan cerca; había algo que no me quería contar.

Llegamos y todas la luces estaban apagadas, ella bajó, me despidió y comenzó a llamar a la casa, pero nadie salía y Yo no me iba a ir hasta verla que estaba segura en un lugar.

Nadie salía entonces volvió hacia donde estaba yo.

Yo: parece que no hay nadie ¿tu amiga sabía qué ibas a venir?

Samy: no, salí de casa así nomás.

Yo: noo pero estás loca, te llevo otra vez a tu casa.

Samy: no, no quiero volver a casa.

Yo: ¿tenés otro lugar adonde ir?

Samy: pará que subo y te cuento.

Subió al auto y me contó que había tenido una discusión con la madre por culpa del padrastro (no me dijo el motivo), que los parientes más cercanos eran por parte de el, que había salido de su casa así nomás sin el celular sin plata y enojada después de la discusión, etc.

Yo: yo me voy a la plata, vivo ahí.

Vamos sí querés y por la mañana vemos sí volvió tu amiga.

Samy: bueno vamos.

Nos pasamos hablando la media hora que duró el viaje pero de otros temas, hasta la hice reír; trataba de hacer que no se sienta mal.

Hasta que llegamos y continuamos la conversación.

Yo: nunca te conocí ningún novio a vos.

Samy: no me interesa.

Yo: los hombres o tener novio.

Samy: las dos cosas jaja.

Sí viniera alguien con auto, que viva solo y que me sacara de allá lo pensaría jaja.

Yo: me parece que sos un poco interesada.

Samy: no tanto jaja ¿vos cómo andás? ¿Supongo que la pasás bien?

Yo: a veces, después es una soledad terrible.

Pero igual prefiero estar así.

Ocupado en lo profesional, después veremos.

Samy: está bien, tenés que aprovechar.

Yo: si, que se yo.

¿Querés tomar algo?

Samy: bueno.

Yo: ¿te gustaría ver la heladera de un soltero?

Samy: seguro debe estar repleta.

Estaba vacía jaja había un par de verduras ya marchitas y algunas frutas, también cuatro cervezas artesanales que hace un amigo mío.

Nos reímos y nos bajamos las cervezas.

Yo: sentite como en casa eh, sí querés pasar al baño pasá, sí querés dormir ahí está mi pieza.

Hoy sos mi invitada.

Samy pasó al baño mientras yo me acosté en el sillón, luego salió y se acercó a mi y me dio un beso en los labios y me dijo gracias.

Caminó hacia mi pieza y yo por supuesto le miraba el culo yéndose, hasta que se paró en la puerta, se dio vuelta, me miró por tres segundos y siguió.

Me quedé pensando sí eso era una señal o sí estaba interpretando cualquier cosa, entonces me levanté camine hacia mi habitación y la veo acostada boca abajo, se dio media vuelta sonriendo; entonces me acerque y nos besamos; hasta ese momento parecía todo muy romántico, pero minutos después éramos un tsunami de lujuria.

Después de la guerra de lengüetazos, ella me sacó la remera y rápido se sacó la suya, tenía puesto un corpiño blanco que parecía que iba a estallar con esas tetas adentro.

Me empujó para que me acostara; se paró y se desabrocho el corpiño, en ese mismo instante saltaron esos melones quedándose con las tetas al aire, luego se quitó el jeans y la tanga al mismo tiempo, me bajó el pantalón y el bóxer, por último se me tiro encima y me siguió besando.

Yo ya estaba completamente erecto, ella me besaba y me pajeaba al mismo tiempo, hasta que llegó el momento del oral.

Hizo que me acostara en la punta de la cama y ahí siguió; me la chupaba como sí se estuviera acabando el mundo, luego me hizo la mejor turca de mi vida (ya me habían hecho otras pero el tamaño de los pechos no eran tan grandes, así que terminaban siendo cualquier cosa) mi miembro se perdía en esas tetas, esas tetas sí que me la apretaban, sí que me pajeaban; ella se escupía las tetas para mejorar los movimientos.

Tenía todo eso y sí lo sabía usar no las tenía en vano.

Hasta que acabé, le llené esas tetas de leche, ella la esparció toda mezclándola con su saliva, esos pechos estaban hermosos.

Samy: ¿te gustó?

Yo: me encantó, estás re buena Samy.

Descansamos un rato, ella desnuda recostada sobre mi pecho; yo acariciándole el pelo y observando nuestros distintos tonos de piel (ella es muy blanca y yo más bien trigueño) hasta que se levantó y me estaba por montar.

Yo: ¿querés que busque preservativos?

Samy: sí vos querés.

Yo: lo digo por vos.

Samy: tomo pastillas, pero sí querés no tengo problema.

Yo: dale vení

Se terminó de subir y me comenzó a montar así nomás sin forro, ella ya estaba toda mojada y calentita, arrancó lento y después rapidísimo.

Me encantaba como rebotaban esas tetas, como me las apoyaba a la cara; yo gemía más que ella.

Luego me montó de espaldas, pose que no disfruto tanto pero igual me mató; le dio y le dio hasta que se cansó.

Por suerte no acabé otra vez.

Era increíble como mi miembro no parecía hacerle nada a esa vagina (mi miembro es largo pero no es tan ancho), saltó y saltó sobre mi pene con una gran facilidad.

Samy: ya estoy cansada.

Yo: ah sos terrible.

Samy: ¿te gusta cómo te estoy cogiendo?

Yo: si me encanta, igual se te término porque cuando se trata de colas el que domina soy yo.

Samy: eso lo quiero ver.

(Inmediatamente se puso en "cuatro patas")

Mi vecina Samy era tremenda puta, como no me di cuenta antes.

Ahora tenía ese culo blanco hermoso, grande y parado en frente mío esperando por mi pija.

Me acerque más a ese ano y comencé a hacerle un beso negro, noté que no iba a tener demasiado problema en meter mi miembro; ese culo ya estaba muy bien usado así que lo escupí para lubricarlo con saliva.

Samy: ya no lo escupas, metemelo así nomás de una.

Me gusta más.

Samy no quería lubricación y además no era como otras chicas que me había cogido, esta era una puta de verdad hecha y derecha, no había que tratarla con cariño, había que romperle bien el culo.

Entonces arranque dándole de perrito, mi miembro entró de una.

Le di y le di hasta cansarme de esa posición, luego la recosté boca abajo, le puse una almohada a la altura de la pelvis y le seguí dando fuerte apoyando todo mi cuerpo sobre ella.

Ahora parecía que había comenzado a gozar, ya lo voz se le cortaba y sus gemidos eran cada vez más fuertes.

Yo: ah que culo que tenés Samy, me volvés loco, como come ese culo.

Samy: ah ah rompemelo dale rompemelo.

Le dí un rato más, hasta que era hora de comenzar las penetraciones más profundas, también fue cuando llegaron los orgasmos anales.

Hice que se arrodillara, que flexionara los brazos y apoyara las manos en la cama al igual que sus tetas y su cara; me encanta ver a una mujer así en esa posición, esperando por una pija que le taladre bien el culo.

Eso es lo que hice, no le tenía que tener piedad.

Se la metía entera, entraba y salía rápido a toda velocidad; tuvo un orgasmo tan profundo (temblaba toda, era imposible que estuviera fingiendo).

No dejé que se termine de recuperar que hice que se acostara de costado sacando cola y le seguí cogiendo el culo así; ella tuvo otro orgasmo y al ratito acabé yo.

Le llené ese enorme culo de leche, se podían ver como burbujeaba adentro de ese agujero rojo que se lo había hecho yo.

Mi miembro mojado por mi semen y un poco embarrado por materia fecal; que hermosa imagen.

Terminamos exhaustos.

Por último ella fue a dar una ducha sola, después lo hice yo para terminar desnudos durmiendo juntos; por la mañana hubo un mañanero (sólo lo hicimos en posición del misionero).

Luego la llevé a la casa de la amiga para terminar una jornada increíble de sexo.

Les cuento que creo que ese día tuve mucha suerte, los planetas estaban alineados o algo así, sí bien después lo hicimos un par de veces más; no creo que me vuelva a coger a una mujer así como Samy.

A la hora del sexo tiene físicamente todo lo que me gusta.

Por momentos creí no poder satisfacer a semejante mujer pero terminé tranquilo consiente de que hice todo lo que tenía hacer.

Espero les haya gustado, saludos.

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