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Por histérico y maricón

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Había llegado el Javi a sus 18 añitos, pero creo que desde más de media docena de años antes, ya rompía femeninos corazones con aquél su encanto como otorgado por todos los demonios.

Mujeres hechas, grandes, serias, madres de familia y toda la pléyade de maestras y profesoras cuando llegó al secundario, descarrilaron en sus verticales seriedades cuando sucumbieron ante aquella rara fuerza seductora que aquel muchacho tenía.

Ni que hablar, todo el enjambre de niñas y jovencitas, que acompañaban su edad y conocidas eran, del entorno donde él se movía.

Pero una característica lo diferenciaba, del resto de los seductores ejemplares machos: Despreciaba con frontales desaires, a cuanta fémina se le pusiese delante.

¿Puto? No, no era puto. Tenía una masculinidad bien marcada no sólo en su cuerpo sino además en su carácter, y esa masculinidad, la aderezaba con aquélla su manera de mostrarse indiferente y por demás parco, a cuanta demostración de amor y deseo, las mujeres a raudales día tras día le demostraban.

Era, un verdadero témpano de hielo, que paradójicamente incendiaba a las mujeres, con el fuego atroz de su masculina hermosura.

María Gladys, una hermosísima y audaz muchacha del barrio y también compañera desde la escuela y ahora en la secundaria de Javi, había decidido acosarlo de manera insólitamente desvergonzada, y habiéndonos ella asegurado "que iría a violarlo le gustase a él o no le gustase", había en todas las chicas del entorno generado, aquella expectativa por atender cómo iría a desarrollarse la cosa, para que María Gladys aquello lograra.

Obviamente, tal asunto, llegó al conocimiento del muchacho. Entonces, una tensión por demás candente, comenzó a generarse.

Javi hervía en indignación y miraba a María Gladys con verdadera furia, pero ésta manejaba la situación con su característico desparpajo y humor, y se burlaba permanentemente de él y lo vivía acosando de cuanta manera acosarlo podía.

María Gladys era una muchacha verdaderamente exuberante y hermosa, además de muy fuerte físicamente, y dada a los deportes y ejercicios físicos. Javi, también un chico fuerte y viril, exhibía una salud y vitalidad, verdaderamente admirable.

Y de una al principio leve y estudiada manera de comenzar María Gladys a acosarlo, fue rápidamente y de manera aceleradamente creciente, a actuar en el acose de maneras cada vez más audazmente directas, hasta llegar rápidamente a los hechos de manosearlo y buscar cada vez con más frecuencias y audacias, los contactos físicos atrapándolo y manoseándole los genitales.

Javi, que no quería entrar en los hechos de la agresión física hacia ella más por temor verdadero a la fuerza y brutalidad conocida en ella más que por respeto, ya no sabía cómo hacer para eludirla y evitar aquello.

Todas las demás chicas, seguíamos aquel acontecer, con avidez gozosa.

Hasta que una tarde, tarde de copiosa lluvia en la cual al colegio faltan casi siempre todos los profesores, allá en un salón donde el relajo era imperante entre el alumnado, María Gladys atrapa al Javi, y en una lucha cuerpo a cuerpo, lo domina de tal manera que apresándole los brazos con una pierna en el suelo, y con la otra pierna dominándole también ambas piernas a él, le baja los pantalones con bóxer incluido, y en medio del griterío de todas las chicas ahí rodeando aquella lucha y contemplando lo que sucedía, María Gladys comenzó a cosquillearlo sádicamente enloqueciéndolo a desesperaciones deslizándole los dedos por sus piernas y bajo vientre, y sin ningún escrúpulo... por los huevos y la verga que al Javi se le había empinado en erección bestialmente asombrosa, para comenzar aquella tortura de pajearlo bien despacito, diciéndole en la cara que quería ella ver... cómo le saltaba la leche por la verga.

Javi, enfurecido y llorando, no podía evitar lo que María Gladys le estaba haciendo, y mientras todas las chicas soltaban las carcajadas y no se perdían detalles, María Gladys reía pajeándolo sin piedad, y nos decía a todas:

-¡Miren chicas... miren cómo le hago saltar la crema!!!"

El Javi gemía y sacudía la cabeza desesperadamente impotente, y su inmensa verga era "ordeñada" por la mano de María Gladys que con sus dos manos completamente libres, con una mano lo pajeaba, y con la otra le hacía cosquillas por el bajo vientre y las piernas... y obviamente... por los huevos.

El Javi hacía titánicos esfuerzos -se veía-, por evitar "darle el gusto" a su dominante vencedora, pero... "no pudo más", y por su verga saltó un verdadero géiser cremosísimo y blanco que prolongadamente abundante, formó un largo chorrete en el piso quedando su leche a la vista de todos los ojos que miraban y un estridente coro de femeninas carcajadas, coronaban aquello.

Y como aderezo fatal para el Javi, en aquella tarde... ¡era él el único chico varón de la clase entre todas nosotras!

María Gladys alzaba sus brazos festejando aquello mientras en su hermoso rostro dibujaba mirándolo al Javi una morisqueta por demás cómica y burlona sacándole la lengua mientras se la hacía, y aquel chico bramaba en pleno orgasmo y gemía derrotado y apresado entre las gruesas y potentes piernas de la María Gladys que lo tenía así apresado.

Unas chicas habían herméticamente cerrado con llave la puerta de aquél salón, y ahí adentro... la joda aquélla era una verdadera farra por demás gorda y despampanantemente insólita.

El chorro aquel de leche estaba extendido largo y cremoso en el piso mientras varias chicas reían a carcajadas mirándolo y comentando, y María Gladys reía...y no lo soltaba de entre sus aprisionantes piernazas, al pobre Javi que seguía de ella preso. Por el contrario...sus dedos... recomenzaban las cosquillas sobre la desnudez del muchacho. Javi retorcía inútilmente su cuerpo y su cabeza se sacudía en desesperación evidente, y su verga, que había un poco cedido su imponente erección luego de aquella feroz acabada, ahora... ¡volvía a empinarse endureciéndose y engrosándose larga y dura otra vez! María Gladys... reía, y reían todas las chicas también.

-"¡Se vaaa la segundaaaaa!!!" Exclamó María Gladys soltando enseguida la carcajada, que todas acompañaron con un femenino coro estridente largando las carcajadas también.

Aquel muchacho enloquecía sintiendo lo que le hacía María Gladys, sin poder evitar nada de lo que ella decidía. María Gladys lo torturaba sutilmente haciéndole cosquillitas atroces, y en cosa de minutitos más... otra vez la verga aquélla estaba largando otro chorro blanquísimo y más abundante todavía que el anterior, saltándole en cómica parábola loca que en una altura como de dos metros, volaba por el aire chorreando a varias chicas que curiosas, acercaban sus caras para ver mejor. La gritería alocada, hizo que la directora llegase y comenzara a golpear la puerta con gritos enfurecidos, y todas -incluida María Gladys obviamente-, saliéramos disparadas escapando a las carcajadas por allá por una puertecita del fondo.

Javi fue quien le abrió finalmente la puerta a la diré luego de subirse los pantalones, recibiendo de ésta el reto más enfurecido sin escucharlo en ni una palabra a él que llorando quería denunciar, para ser llevado por ésta a la Dirección, donde lo dejó en penitencia como tres horas.

Al otro día, era sábado -recuerdo-. No teníamos clase, y los comentarios entre todas nosotras sobre lo sucedido, era un cotorreo sensacional, y Javi... ¡quería matarnos!!! Nos fuimos todas al parque allí en nuestro barrio, y el tema único, era lo sucedido en la tarde anterior allá en aquel salón del cole. Y Javi, que no sabía que nosotras habíamos ido al parque... ¡allá aparece!

Una de las chicas lo ve aparecer entrando por el sendero de los pinos allá lejos, e inmediatamente nos escondimos en el más total silencio mientras María Gladys decía riéndose:

-"Lo voy a capturar otra vez!!!"

En la más expectante manera nos escondimos entre unos espesos matorrales a esperarlo que cruzase por donde estábamos, y a duras penas podíamos aguantar las carcajadas todas. María Gladys, nos imploraba que no delatásemos nuestra presencia allí con nuestras risas, que deseaba con locura volver a agarrarlo otra vez, y otra vez volver a hacerle "lo que había quedado inconcluso".

Lo veíamos arribar vistiendo como única prenda en aquella calurosísima jornada de primavera, un pequeño shortcito, y notándosele su enorme bulto genital, una de las chicas notándolo exclamó en voz baja:

-"¡Qué tremendo "paqueeeeeteee"!!!" Y eso hizo que varias no pudieran contener la risa, y el Javi... ¡escuchó! Rápidamente se detuvo, y advirtiendo que lo estaban mirando y que eran mujeres... ¡giró para emprender la huida!

Todas salimos corriendo de donde nos encontrábamos y él nos vio reconociéndonos al instante, y viéndola a la María Gladys que era ya la primera adelante de todas corriendo tras él, comenzó a disparar desesperado, corriendo hacia la entrada allá a una distancia no muy cercana de allí.

-"¡No dispares, cobarde, maricón!!!" -Le gritaba la María Gladys corriéndolo, varios metros ya delante de nosotras.

Era ya indudable que aquel chico le había tomado un terror atroz por lo que le había pasado con ella, y disparaba cobardemente sin la más mínima vergüenza de hacerlo.

Habría unos cuatrocientos metros desde donde nos encontrábamos hasta la salida del parque allá en una muy transitada avenida, y el Javi corría desesperadamente por llegar para salvarse. Pero María Gladys, corría desesperadamente por evitar que llegase hasta allí, y atraparlo antes. Todas, quedamos absolutamente rezagadas, contemplando de lejos, aquella huida y persecución.

¡Qué emocionante resultaba contemplar aquellooo!!! El chico aquél corría desesperadamente rápido, pero María Gladys era una formidable atleta... cada vez, estaba más y más cerca de él...

El sendero hacía de pronto un recodo entre los árboles, y los perdimos de vista. Cuando llegamos corriendo hasta un sector donde otra vez los visualizábamos, Javi estaba ya...a punto de llegar aproximándose a la entrada…! Ya los vehículos y la gente podían advertirse a unos cuantos metros pasando por la avenida, y Javi corriendo desesperado hacia allí. Entonces... ¡vemos a María Gladys lanzarse "en paloma" por el aire ahí a escasísimos metros de él, y su cuerpo, volando horizontal por el aire... ¡cae sobre el Javi que cae con ella al pasto capturándolo cuando ya casi llegaba a la salida!!! Una breve lucha dase allí, pero rápidamente ella lo domina volviendo a apresarlo de idéntica manera que la tarde anterior, y el muy maricón del Javi comienza a gritar ridículamente:

-"Socoorrooooo... socooorrooo!!!"

Decididamente María Gladys le captura los huevos con una mano, y dando el muchacho un breve aullido, calla inmediatamente. Obviamente, ella lo había amenazado con apretárselos con toda su fuerza si seguía él gritando, y su silencio... fue inmediato.

Llegamos hasta ellos donde ya María Gladys lo tenía apresado a escasos metros de la salida allí entre unos roquedales y árboles, y decidida nos dice María Gladys:

-"La que tenga medias que me las pase urgente que lo voy a maniatar!!!"

Mariana, una de las chicas rápidamente se quitó las medias que tenía puestas alcanzándoselas a María Gladys, que con rapidez extraordinaria comenzó a maniatar a Javi. Javi gemía y sollozaba suplicándole que lo dejase ir, y María Gladys... reía...

Ya maniatado Javi, María Gladys le quitó el pequeño short sacándoselo de un solo tirón con bóxer y todo, dejándolo completamente desnudo y con las manos ataditas detrás. Y lo que decidió María Gladys ahí mismo y con rapidez notable, nos asombró a todas…! Así, María Gladys le ordenó con tajante autoridad, así diciéndole:

-"¡Rapidito hasta el bosque allá bien adentro del parque!!! ¡Vamos, y me vas a llevar montada sobre tus hombros, o te reviento los huevos!!!"

Javi, agachándose para que María Gladys lo montara, fue montado rápidamente por ella que sobre los hombros de él completamente desnudo... hacia el bosque salió encima de él, y todas nosotras a las risas acompañándolos.

Más de quinientos metros el Javi llevando montada sobre sus hombros a la corpulenta y hermosa María Gladys, para ser juguetito de ella allá adentro del bosque...! Desnudo, maniatado, y empalado ya como un bestia!!!

Pero esta vez, la María Gladys no tenía ningún obstáculo que le interrumpiera "la diversión". Ahora... ¡la cosa era mucho más linda!!!

¡Ayyy...! ¡pooobre muchaaachooo!!! ¡Las cooosas que empezó a hacerle la María Gladys!!! (Continuará)

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