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Mi primera vez como nena -3

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Me fui despojando lentamente de mis prendas, me quité la peluca, me unté crema para limpiarme todo el maquillaje, en fin me bañé y ví mi pene flácido, me dolia un poco el culo, mil preguntas se agolpaban en mi mente ¿Cómo salir de esto? ¿Le contaría a alguien, podía confiar en ese tipo mayor? Poco a poco mientras el agua tibia resabalaba sobre mi cuerpo recree en mi mente los momento sucedidos apenas una media hora antes ¿Cómo se fue? ¿Por dónde? ¿Alguien lo vió? Me sentí como deben sentirse las mujeres cuando han sido sometidas y vencidas en su pobre resistencia por un macho dominante, un poco humillado, mis pocos vestigios de hombría querían aun aflorar rebelándose a la naturaleza de mi ser, en ese momento estaba lleno de contradicciónes, entre las hermosas sensaciones de los minutos anteriores y la humillación de haber permitido ser usada, utilizada para satisfacer los instintos de ese señor, aunque de una manera inconsciente la mujer siempre reproimida en mí se fue imponiendo, para dar paso a los recuerdos gratos, la satisfacción de algo muy íntimo, haber sido una mujer aunque fuera por un momento, mi psíque estaba por romperse, necesitaba a Lora mi hermana para hablar con ella pero, no llegaría hasta el anochecer, me vestí y me puse a hacer el aseo de la casa y a buscar huellas que me delataran, una vez satisfecho de mi trabajo me quedé dormido, ni siquiera pude hacerme algo de comer, la preocupación me estaba matando ¿Cómo saldría a la calle de nuevo?

Desperté como a las 6 de la tarde, me senté al espejo y me ví tal cual era, un chico afeminado, con rasgos ya claramente de mujer, el pelo bastante largo atado con un lazo, los ojos llorosos, sentía una gran tristeza por mí, pensaba: Lora siempre sale adelante se basta a sí misma, no se tortura nunca, hace lo que puede y a veces lo que quiere, así debia ser yo pero, no, siempre me acometía una angustia vivencial. Por fin llegaron de ese pueblo, mamá me preguntó qué había hecho todo el día, nada, bueno hice el aseo y vi la tele. Bien, vete con Lora por pan y leche y no se tarden, me dió dinero y le gritó a Lora ¡Vete con tu hermano a la traerme unas cosas! Lora me vió con cara de asco pero con la mirada le indiqué que necesitaba hablar con ella. Nos fuímos y me preguntó nada más salir de casa ¿Qué pasó? Lora, me cogió el vecino ¿Quién, Carlos, Joel? No, el ruco, el tío de ellos ¡No mames! ¿Cómo? Le conté todo lo sucedido, se quedó como pasmada, por fin me dijo: Pues ya te la metió no puedes hacer nada, ni se te ocurra decirle a nadie más, esto es tu secreto ¿Te gustó? Sí, la verdad es que fue muy rico ¡Ay hermanita, ahora entiendes que una de mujer no se puede negar a veces! No sé, creo que ya somos dos las putas de la casa. No lo tomes así, mira...yo se quién eres tú, tú eres una nena con cuerpo de hombre pero, bueno, es un decir porque eres muy femenina, muy linda ¡Ya deberías cambiar y volverte una nena! Pero ¿Cómo? Si todo el mundo se burla de mí ¿Y qué quieres si tu no te aceptas? ¿Te gustan las mujeres? Sí, me gustan y ¿Los hombres? No, solo para coger. Entonces tu eres lesbiano, sí porque te gusta ser mujer pero te gustan las mujeres.

El viejo no va a decir nada, por el contrario va a querer cogerte más, vas a ver. Esa noche no pude dormir bien, pero los días pasaron y no había visto al viejo, fue una tarde de un lunes o martes en que me lo encontré cerca de casa, de inmediato se me acercó ¡Hola! ¡Hola Don...! ¿Te gustó? No sé que decirle. Bueno mira, si quieres te puedo dar un poco de dinero pero vamos a un lugar ¿Cuándo podrías ir conmigo una mañana cuando tu jefa esté trabajando? ¿A dónde? Pues a una casita que le limpio a una amiga. Allí puedes cambiarte y podemos pasar un ratito agradable. Una pregunta ¿Usted le contó a alguien de lo que pasó? No ¿Para qué? No sé, bueno, mañana si quiere vamos ¿Como a las 10 de la mañana? Bueno, me espera en el parque de la colonia y de ahí nos vamos. Al otro día metí en una bolsa de plástico un vestido azul con blanco de Lora, pantaletas, unas zapatillas y maquillaje, unos aretes y unos moños, pulseras y crema. Esperé que mamá se fuera a trabajar y le dije a Lora. Ahora regreso voy con el viejo un rato. Pinche puta zorra, bueno no tardes para que no se de cuenta mamá, recuerda que hoy vienen los abuelos a comer, espero que no se te note tu putería.

Llegamos a la casa que arreglaba el viejo y entramos, él tenía llave, no había nadie. El viejo la iba a asear y arreglar el jardín una vez por semana. Se veía muy ansioso y caliente, me metí a un baño a lavarme el mculo, me puse las pantaletas, un brasier con un poco de relleno y el vestido, me maquillé lo mejor que pude, incluso me eché rimel y y me puse unas medias, me peiné con una raya del lado izquierdo y me coloqué los pendientes de clip.Me contemplé en el espejo del lavabo y me gustó mi imagen, además las hormonas habían ido distribuyendo la grasa en mis nalgas y piernas y de verdad parecía una chica real. Salí al jardín a que me viera el viejo, este abrió la boca, se tocó el bigote y me señaló un cuarto a la izquierda del jardín, ahí solo había una cama pequeña y cajas y cosas de jardinería, puso un espejo medio quebrado para que nos vieramos y comenzamos a besarnos, me apretó hacia él y me agarró las nalgas con fuerza, me besó por toda la cara, incluidos los labios y en el cuello, me acosté y me levanté el vestido hasta la cintura para que viera mis piernas blancas enfundadas en esas medias color carne. Las acarició, me giré y alcé las nalgas, me bajó las pantaletas y las pantimedias hasta las rodillas, me untó de crema y me sin más me penetró hasta el fondo, gemí de dolor y de placer, logré tomar mi pene y acariciarlo.

El se quitó los pantalones, los calcetines y los calzoncillos y se quedó solo con una playera negra. Se acostó en la cama y yo me encimé en su pene, lo metí en mi culo hasta el fondo, mirándonos a los ojos, me haló hacia su torso y levantándome el brasier comenzó a lamerme las tetas, me sentí una nena gozando esa lengua caliente que por mi primera vez besaba mis pequeños senos.Dejé escapar grititos como de mujer por el placer de estar así atravesada por un falo de macho bien rígido hasta lo más profundo de mis entrañas, él se vino dentro de mí gimiendo. Preciosa, preciosa... preciosa. Acabamos agotados. Mañana les platico más.

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