Nuevos relatos publicados: 0

Violencia de género

  • 12
  • 14.003
  • 9,22 (9 Val.)
  • 1

Soy Ezequiel. Tengo 37 años. Estoy viviendo mi plenitud sexual. Hace poco más de un año conocí en una red social una hembra preciosa de 45 añitos. Toda una dama! Es la materialización de mi deseo sexual hecho cuerpo. Todas mis fantasías fueron comprimidas en esa mujer. Ellas es Santa y puta por igual, y sus dos facetas son de excelencia. Obviamente nos estamos uniendo emocionalmente también. Desde el día que hice el amor con ella no tuve ojos ni pija para otra mujer. Nuestra atracción fue irrefrenable. A los dos meses (previos análisis correspondientes) ya estábamos cogiendo a pelo... Por dios... si me gustaba antes de eso, sentir su interior fue el cielo mismo.

La veo solamente un vez por semana. Ella tiene sus hijos, su trabajo y sus actividades recreativas que le insumen gran parte de la semana, y como vivimos lejos solo nos queda un día para matarnos y luego resucitar hasta el proximo encuentro. Cuento esto para contextualizar lo ocurrido. Encuentro tras encuentro rompemos todos nuestros records sexuales históricos... pero la magia y la calma duran 48/72 hs. Así que ahí es cuando arranco a hacerme la paja. Entro a poringa y miro los videos que grabe con ella. Cada tanto le sumo la estimulación de la marihuana (no soy un asiduo consumidor, solo la utilizo para componer en el piano). Me suma una sensibilidad y unas cosquillas divinas. Suelo servirme un trago, fumarme uno y hacerme una reverenda puñeta de 2 hs. Pero una noche tipo 23:30 hs ocurrió algo "trágico". Estaba en mi faena cuando me dio la sensación de escuchar ruidos que de muebles y una mujer llorando. Seguí en lo mío pensando que era la persecuta típica del porro, pero al rato esto se reiteró más fuerte. Mi intranquilidad fue en aumento. Me saque los auriculares y confirmé que había una "discusión" en el piso de arriba. Ahí vive la típica pareja de 50 años sin hijos, medio apagados y rutinarios. Ella no llama la atención, es muy menudita, de tez blanca, pechos tímidos, con una linda cintura y un culito respingón que luce siempre en su calza negra. Me acerque a la puerta de entrada de mi departamento para ver si se calmaba la cosa o ya iba siendo hora de intervenir quizás. Mientras tanto me iba poniendo los pantalones. En eso escucho que se abre su puerta y sale ella llorando, comenzó a bajar la escalera ante la mirada de otra vecina de arriba y la de abajo enfrente mío. Yo abrí, hicimos contacto visual y ella encaro para mi lado, el venia atrás con la cara típica del poco hombre que es agarrado in fraganti. Ella entro, y yo no tuve siquiera que estirar la mano para frenarlo. La bestia acepto su error, bajo la mirada y volvió a su casa, obviamente sufriendo el escarnio de las otras dos señoras que en batón lo despreciaban con toda su furia.

Cerré la puerta. Ella estaba apoyada con su espalda contra la pared llorando, mirando el piso. Lucía un vestido corto y bastante maltrecho (típica ropa de entre casa). Todo mi cuerpo se bloqueó ante la adrenalina que me corría en las venas por lo recientemente vivido. Siempre hay una gran cuota de terror en esto. Hasta dónde puede llegar un hombre en estas condiciones... cagarnos a cuchillazos a todos quizás... Me estabilice un poco y note que mi falo comenzó a recuperar su dureza. Mucha más dureza que la que tenía minutos antes cuando llevaba hora de una buena jalada. Mucha y más... y supongo que mi pene abuso de mi shock mental y de la locura porrera, y la decisión la tomó la cabeza de abajo. Sin el más mínimo atisbo de razón, me acerque a ella, puse una palma sobre su cabeza, la otra por debajo de su boca como dominando totalmente la voluntad de su cráneo y di el zarpazo. Saque la verga de un tirón y me puse en punta de pies. Como ella estaba casi desmayada sobre la pared, quedo ahí nomas de su boca. Supongo que por la cantidad de lágrimas que tenía en sus ojos no pudo divisar bien mi pija, asique volví a poner la palma de mi mano por debajo de su boca, la acerque un poco y se la empuje de un tirón. Vencí sus labios y la mande hasta el fondo. Ella se atoro. Abrió los ojos como platos, pero en ningún momento atino a separarse. El fondo no era tal aun... volví a empujar más hondo y vino una arcada más fuerte. Estuve unos largos segundos cogiéndole la boca como un poseído. No sé si ella alguna vez había hecho un garganta profunda, pero si previamente no era una profesional, hoy estaba haciendo un curso acelerado y descubriendo un nuevo talento. Note como sus lágrimas pasaban de la frialdad del miedo y la tristeza, a la tibieza de la excitación. Su saliva hervía! Estaba dejando atrás el infierno vivido minutos antes para disfrutar el cielo de la lujuria. Yo sentía que en cada pijazo la estaba curando. Lo mío era casi humanitario! Filantropía pura! No quise abusar de su carita, ya que había tenido mucho por hoy. Me fui a buscar un forro al cuarto (los cuales uso con algún pepino cuando tengo ganas de sorprender a mi amada con una doble cogida o bien con esas chupadas de concha con penetración que tanto gustan) volví y la encontré con la mirada erguida como nunca. Se había inflado, era su renacimiento! Estaba parada más firme que un soldado. Se corrió los breteles y se dejó caer el vestido. Me miro fijo a los ojos con una cara de zorra hermosa y se limpió la barbilla que chorreaba de saliva, restos de arcadas y lágrimas (por suerte ya no de dolor) y se dio vuelta. Puso sus manos en la pared, se bajó su fea ropa interior y dejo al aire ese culito pequeño y paradito que más de una vez en estos diez años le he relojeado. Su pequeñez hizo ver mi verga imponente. Estoy acostumbrado a que mis 20 cms no llamen tanto la atención, ya que me estoy cogiendo el mejor orto del mundo. Le di un par de golpeteos en sus glúteos para que confirme que cada vez la tenía más dura. Pero la curiosidad de su sabor me hizo arrodillar y atacar su clítoris con mi lengua desde atrás. Ella saco y abrió aún más el culo. Recorrí su cajeta una y otra vez tomándome siempre un buen descanso en su botón mágico, el cual lamia con devoción y cariño. Su lubricación fue meteórica... cada dos o tres veces que recorría la totalidad de su raja debía tragar la superproducción de jugos. La empecé a notar cómoda, asique era hora de volver a someterla. En una de las recorridas seguí hasta su ano y la penetre con la lengua. Se puso rígida. Note su incomodidad o impresión. No me extrañaría que el pelotudo de arriba no le haya amado como merecía su culito. Está lleno de gilipollas que sienten asquito... Bueno... entonces si esto era así, hoy era el momento de la liberación total para ella. La culee con la lengua duramente y se lo bese tiernamente. Como para que vaya sabiendo que ahí viviría todo tipo de sensaciones. Primero la penetre por ese mar de jugos que era la argolla. Le apoye la cabeza y por primera vez en el día ella tomo las riendas... se acostumbró a mi glande y estiro su cabeza para atrás. Aproveche para agarrar su pelo, tirarlo más para atrás y por primera vez salió una palabra de mi boca. Le dije al odio "tranquila, va a estar todo bien" ella asintió sin moverse mucho, la tenía sometida por el pelo. Se la fue comiendo toda, sin sacarla, solo empujaba para atrás esperando mas pija, que para su satisfacción aparecía. Decidió un poco de mete y saca mas furioso que acompaño con gemiditos muy tímidos... Note que su estreches se acentuaba... jodeme que iba a acabar. Que linda y fácil estaba, no la había cogido por más de 3 o 4 minutos y ya acababa... le solté la mano de la cintura, asique que con una tirándola del pelo y la otra estimulando su clítoris, me regalo su estallido que casi me hace doler de la acogotada que me pego. Como me apretó la pija esa conchita desatendida. Ella se relajó... le temblaron las piernitas y note como corría liquido por el interior de sus piernas flojas. Casi se me desvanece. Su paz era total... pero ella se olvidó de un detalle. Mis huevos estaban llenos aun... (De ella y de hora de puñeta previa) y su culito regalado. Nunca la solté del pelo, asique la acerque y le dije: "te voy a regalar un orgasmo distinto". Fui en busca del aceite de bebé que tengo para masajes y me embadurne la tranca hasta los huevos. Mi asesoría marital y sexual no había terminado. Apoye mi glande y espere que comiera... como dijo un sabio "el culo se hace solo" Asique luego de minutos de besarle el cuello y la espalda esperando que se amolde, ese culito no la estaba pasando nada mal... me anime a avanzar unos centímetros y me clavo las uñas en el brazo... le pregunte si le gustaba y solo pudo suspirar un suave y casi imperceptible "seeee". La estuve culeando a media pija unos minutos... decidí que había tenido muchas emociones nuevas por hoy. La saque y le pedí que se arrodillara. Le ofrecí mi chota para que la pajeara a dos manos, tenía ganas de que se trague mi bronca. Bronca porque existan seres humanos como mi vecino. Me la sacudió con una fuerza que no era lógica con sus bracitos frágiles. Fue agarrando confianza y me comió los huevos... hasta incluso llego a lamerme el orto. Orto que estaba empapado de sus jugos tibios. Le hice saber que estaba por explotar. La devoro y no la saco por varios minutos. Aunque en ese momento perdí noción de tiempo y espacio. No se si estuvo 30 segundos o 5 minutos con la boca llena de pija. El placer sexual y la marihuana maridan taaaan bien... Si pude notar que trago un par de veces... era obvio que toda mi producción no la podría asimilar tan fácil.

Fui a buscar un papel y escribí: "Ya está más tranquila. Ella dormirá en casa, por favor recapaciten. Lo de hoy no puede volver a ocurrir". Fui arriba y lo tire por abajo de la puerta.

Me conto que nunca la había llegado a golpear como hoy (algún que otro apretón y violencia psicológica si). La deje descansar en mi cama y yo me fui como un caballero al sillón del living. Se levantó temprano y me dijo que lo había escuchado irse al trabajo. Me despidió con un abrazo muy tierno y me dijo que me agradecía mucho, que estaría a mis órdenes para lo que guste. No iba a abusarme de esa mujer agobiada...

Cuando la cruzo por los pasillos o en la vereda la saludo sin tutearla como desde hace 10 años. Le pregunto si está bien y como va todo. Ella secamente me dice que sí. Que cualquier cosa me avisa. Confío que será así.

Al mes me tocó el timbre con una chocotorta preguntando si podía pasar. Digamos que mensualmente me trae algún manjar y me muestra como mejora con sus mamadas profundas y comiendo rabo por el orto. La veo y confirmo que nunca es tarde para aprender cosas nuevas.

En confianza me conto que en estos dos meses la cosa mejoro. Solo una vez intento levantarle la mano, pero ante la reacción de ella plantándose con firmeza (y no ser sumisa como antes) desistió de su idea. Creo que la ayude con su autoestima. Sé que la violencia es una bomba de tiempo, pero tengo fe que habrá quedado como una acción en la cual se cruzó un límite y nunca se repetirá.

En una reunión de consorcio nos "burlamos" de él. La votación salió tres a uno con miradas cómplices. Las viuditas alegres que tengo de vecinas creo que sospechan lo que paso y pasa atrás de mi puerta. El sentido común diría que el día que ella acudió en nuestra ayuda y eligió mi casa, ni bien el salvaje se dio media vuelta y regreso a su caverna, alguna de ellas podría haber venido a poner la oreja en la puerta. Al observar que la contención que le estaba brindando iba bien, no nos interrumpieron.

Cada tanto lo cruzo. Saluda, sonríe nerviosamente y baja la mirada. Como aceptando que el costo que tiene que pagar para el perdón de sus pecados es este. La redención solo será efectiva si lo acepta. Le guste o no debe ver como su mujer confía cada vez más en ella misma, quizás a causa de cogerse una vez por mes a su protector (debe estar casi seguro que lo hacemos).

Este polvo mensual con ribetes humanísticos sospecho que lo puedo mantener. Creo que no soy infiel. NO!!!! Me niego a pensar que soy infiel. Solo fui un buen hombre! Hasta me gustaría confiárselo a mi amada. Pero tengo miedo que no termine de entender. No me gusta otra mujer en el mundo más que ella. Soy muy feliz haciendo el amor tiernamente y garchando de la manera más sucia y perversa que mi cabeza pudo soñar. Tengo todo en una sola mujer.

Lo de mi vecina es algo de buen samaritano. Lavar karma quizás? Lo que sea, ella está mejor y lo merece.

(9,22)