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Familia sin tabúes (10) De cruising por el parque (II)

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Hasta ese día nadie me había follado el culo, siempre era yo el que envergaba los ojetes, y los partía con mi polla. Pero con ese tío me apetecía bastante, deseaba que me follara el ano y sentir su pollón dentro de mí. Me quedé fijamente mirando su polla mientras meaba, esa es otra cosa que da muchísimo morbo, ver a un tío buenorro orinando, y soltando el chorro amrillo por la raja del capullo. Cuando terminó de mear, se la escurrió y se tiró de la piel hacía atrás descapullándola, y ofreciéndomela para que se la limpiara. Le pegué unos cuantos lametones, probando el saborcito ácido de su orín, y rápidamente aquél pollón volovió a coger las dimensiones que tenía al principio. Me colocó de espaldas a él echado contra el árbol, para entonces el niñato mamón que estaba antes con el tío, nos miraba de cerca mientras se manoseaba la polla, y sin perder detalle de lo que hacíamos nosotros.

Sentí sus dedos mojados de saliva, tocándome y lubricándome el boquete del ano. A los pocos segundos, noté su capullo duro en la entrada de mi recto intentando entrar, y luego un dolor completamente desgarrador y angustioso. Su pedazo de pollón se estaba abriendo paso atravesándome el ano, destrozándome las paredes por completo, ensanchándolo y adaptándolo a las medidas de su grandísima polla. Cuando hubo metido hasta la mitad, se paró en seco, mirando como mi culo se había tragado medio cipote, y como mis cachetes se adherían a su tronco comprimiéndolo. Soltó un escupitajo en su verga, la resvaló despacio dentro y fuera de mi ojete, para que se inpregnara la saliva por el tallo, y de un empujón fuerte con las caderas, me la metió hasta el fondo de mis entrañas.

Yo lancé por la boca un sonoro y largo grito, que se escuchó a metros de distancia, al momento el cabrón me tapó la boca con su mano, acallando mi queja de dolor, mientras aquel monstruoso pollón me taladraba y me follaba el ano. Mi forzado grito, hizo que un par de tíos se acercaran a ver la escena, y la masacre que me estaba haciendo Cristián en el ano con su polla. Se colocaron al rededor de nosotros, mirando las embestidas que me daba el colega en el ojete, eran penetraciones lentas pero fuertes, sacando su polla casi completa para luego empujar fuerte y duro hacia dentro, haciendo que mi cara golpeara repetidamente contra el árbol. Para entonces, el niñato que había justamente a mi lado, se había apoderado sin permiso de mi polla, masturbándola suavemente con la mano mientras estaba agachado entre mis piernas, y observando en primera fila, como el cabrón de Cristián enterraba su pollón dentro del boquete de mi culo.

De vez en cuando se la metía en la boca, y aspiraba el chorro de pre-cum que generosamente le regalaba mi cipote, y que se escapaba sin mi control por la raja de mi capullo. Era del gustazo, y del placer tan inmenso que me hacía sentir el cipote del colega... ¡Joder que follada!... Nunca me habían follado hasta ese momento, y menos así, pero ese día descubrí de verdad lo que me gustaba... una buena polla para mi culo... y decidí que el tío que me gustara, me tenía que follar. Después de un rato tragándome el pollón de Cristián, se detuvo sacándolo de mi ano, y me ofreció como una vulgar puta barata, a los dos tíos que esperaban a su lado con la polla fuera. El primer tío no se lo pensó dos veces, apuntó con su capullo en el centro de mi ojete, apretando su verga contra el, y me la ensartó toda dentro de un golpe. La tenía bastante larga y gorda, no tanto como la Cristián, pero daba gusto tenerla dentro perforándote el recto.

En lugar de tener miedo, y ponerme nervioso por lo que me podían hacer aquellos tíos, me abandoné a mis pensamientos más guarros y viciosos. Realmente lo que estaba pasando, era lo que yo había deseado y fantaseado tantas veces, y me dije... "Alfredo, dejate llevar y disfruta del momento"... Y aquél pensamiento, hizo aumentar mi deseo de ser poseído y violado por todos los tíos que quisieran. Así que me relajé, y abriendo bien mis piernas, dejé que el tío me follara el ano a gusto, y que me introduciera la polla hasta el fondo. Mientras tanto el niñato seguía mamándome el cipote, sus intensas chupadas y su insesante ensalivado, me hacían sentir un placer tremendo. De repente noté que mi esfínter se cerraba repentinamente, y que el pollón del tío, se introducía hasta lo más profundo de mi ser. Se estaba corriendo el muy cabrón dentro de mi culo, regándome de leche todo el boquete, y vaciándose los cojones pegando gritos de gusto. Cuando terminó su manguera de bombearme el ano, el niñato se apresuró en soltar mi polla, para recoger la del tío con su boca, y pegarle un buen lavado a base de lamidas.

Rápidamente el otro tío, recogió con la punta de la polla el esperma sobrante, que rebalaba fuera de mi ojete, y lo volvió a meter dentro junto con su vergajo. El segundo tío que me folló, tenía el cipote más delgado y entraba en mi ano con más facilidad. También era, por que el boquete de mi culo lo tenía ya super abierto, y resbaladizo por el semen vertido anteriormente por el otro tío. Me follaba tranquilo, recreándose en mi ojete, saboreando en todo momento cada envergada que me daba, y escuchándolo resoplar y jadear de gozo. Cristián se había apropiado de nuevo de mi boca, jodiéndomela con su polla a lo bestia, y obligándome a mamársela como a él le gustaba... "violándomela". Y el niñato, hacía lo mismo con la mia, después de terminar de limpiarle el cipote al colega que se corrió en mi culo, volvió a trabajar y a chuparme bien la polla.

Estaba en la gloría, como en un paraiso de placer que todo está permitido, y pensaba mientras follaba... ¡Que jili-pollas soy, podía haber hecho esto hace tiempo!... La follada en mi culo era reposada, el tío me metía el cipote lentamente por el recto, recorriendo palmo a palmo cada rincón, para luego al final impulsarlo todo dentro metiéndolo por completo, y esperar varios segundos con su pubis pegado a mis nalgas. Me gustaba, podía saborear dentro de mi ano aquella polla, mientras Cristián me empalaba la boca sin parar, y el niñato me chupaba el pollón sin descanso. Sentí el ojete húmedo, caliente, resbaladizo... el colega que me envergaba el trasero, se estaba corriendo dentro de mí, y ya era el sengundo que lo hacía... ¿Cuantos tíos quedaban por rellenarme el culo esa noche?, pensaba yo con el vicio y la lujuria recorriendo mi cuerpo. Yo no podía hablar, porque tenía mi boca llena con el pollón de Cristián, pero la tremenda succión que le propiné, fue mi mejor respuesta, para darle a entender que el tío estaba regalando la lechada, y que mi ano era el agraciado en recibirla.

Automáticamente el niñato volvió a hacer lo mismo, puso mi cipote en espera y se fué con su boca de mamón en buaca de la manguera bombeadora del colega. No te puedo describir con detalle, como eran los dos tío que me follaron el trasero, por que después de follarme y que el niñato les limpiara las pollas, se fueron sin despedirse... tú ya sabes, como va esto de follar en un parque.

- Si no te follo ahora tío, me voy a correr en tu boca. -

- No, colega... no te corras. Ahora quiero que me folles tú el culazo. -

- Vamos allí... los tres... en aquellos árboles estamos más escondido... ya no quiero que vengan más gente. -

Cristián, nos llevó al niñato y a mí hasta unos arbustos, donde había una piedra grande debajo de un árbol, se veía que conocía ese sitio, y seguramente se habría follado muchos culitos allí. Se sento en la piedra con las piernas abiertas, y me indicó que me colocara sentado encima de su polla, de espaldas a él. Puse mi abierto ojete a merced de su polla, que noté de forma inmediata y rápida, presionando para colarse dentro de mi culo. Me la metió hasta el estómago, no le costó lo más mínimo que entrara, al fin y al cabo, mi culo ya estaba super dilatado y lubricado por varios espermas. Me tenía empalado, quieto, esperando que el chaval se sentara encima de mi, con mi polla dentro de su culo y de cara a mi. El ano del niñato era muy estrecho, me dolía un poco la polla mientras se hacía camino dentro, pero al chaval parecía no molestarle ni dolerle, por que empujó duro y bajó hasta tener sus nalgas pegadas a mis huevos. Mientras me follaban el culo y yo follaba el suyo, el chaval me comía la boca, metiéndome la lengua con gustillo a esperma hasta la garganta, y dejándome en el paladar el saborcito tan delicioso.

Cristián, tenía los brazos fuertes como yo y podía con nuestro peso, subiéndome y bajándome las caderas para envergarme el pollón por completo. Era un trabajo placentero de tres... el niñato moviéndose y recibiendo mi polla... yo dando en su culito y recibiendo la verga de Cristián... y Cristián recibiendo una riquísima comida en el cipote, con mi culazo hambriento. El chaval gozaba de mi cipote sin parar de jadear, moviendo las nalgas que daba gusto, y cerrando a tope el ano al mismo tiempo que lo apretaba contrayéndolo, y me estrangulaba el manubrio. Mi violador no se quedaba atrás tampoco, abriéndome con las manos los cachetes del culo, para que su pollón entrara sin problemas en mi boquetón, y con la boca pegada a mi oreja y diciéndome guarradas que le salián del vicio.

- Eres una verdadera puta, colega... hoy eres mi putita... ¡Uffff, que culazo tienes cabrón!... ¿Has visto como te han follado esos tíos el culo, como una guarra maricona?... ¡Que cachondo me tienes tío!... ¿Te gusta el culito del chaval... del niñato come pollas corridas?... Dale fuerte y reviéntale el ano con tu cipote... ¡Mmmmm! -

- Me encanta su culo, pero más me gusta tu polla cabrón... ¡Que gustazo más grande!... Sigue cabrón... sigue dándome fuerte y duro en el culo... clávamela hasta el fondo... ¡Ahhhh!

A Cristián le gustaba que le hablara, flipaba cuando le decía guarradas, alabando lo bien que me follaba, lo bien dotado que tenía el pollón... y es que era la pura verdad colega, y a mí me ponía a mil por hora follando descontroladamente. El niñato al escucharnos se desbocó, iniciando unos fuertes movimientos con sus nalgas, que casi se cae al suelo si no lo agarro por la espalda, mientras gritaba - Ayyyy... me corro... me corro - y sentí como su leche se le escapaba de la polla, mojando mi estómago, mi pecho, y el cuello. Acto seguido me tocó correrme a mí. Aplasté mi trasero, tragándome completamente y hasta el fondo, el pollón de Cristián. Apreté cerrando el ano con energía, mientras me latía la vena inchada de la polla, que expulsaba a chorros el esperma que almacenaba en mi huevazos, y anegaba el orificio anal del chaval.

- Esperame putaaaa... ¡Ahhhh... Ohhhh!... Toma la leche calentita de tú macho... tú macho follador... ¡Que culo tío... que morbazo de culo!... ¡Siiiiiii!

- ¡Joder cabrón... como me quema!... Me arde el culo colega... y cuanta lecche... no paras, hijo puta... ¡Joder... joder!... Dámela tío, dámela toda... toda para mi culo... ¡Asiiii... siiiii! -

Y esa ha sido la follada más morbosa, excitante y caliente que he tenido. Excitante, por la incertidumbre de lo que te puede pasar, en un parque follando por la noche... morbosa, por el tío que practicamente me violó, y me dió esa noche un placer, que nunca antes me habían dado, ni había sentido. Y caliente, por la situación, el sitio, los tíos, el niñato, las posturas, y las imnumerables corridas de leche.

- ¿Te ha gustado mi experiencía Pablo?... Aúnque veo que sí... se te ha puesto la polla durísima cabrón. -

- ¡Joder, Alfredo!... He alucidado imaginándote allí, con todos esos tíos follándote y proporcionándote placer... y del bueno colega. Normal que se me empalme la polla, con lo que me has contado... mira... cógela Alfredo, verás que dura la tengo. -

- Jajaja... ya lo noto cabronazo... ¡Mmmmm! ¿Y tú?... Cuentame tú follada más morbosa, y con más vicio que hayas tenido.

- Vale, nene... Pues fue una...

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