Nuevos relatos publicados: 9

Hétero decide probar con transexual

  • 15
  • 19.310
  • 8,82 (11 Val.)
  • 2

Después de haberme cepillado a guarras de diferentes tipos, me sedujo la morbosa idea de hacermelo con una transexual sexy, depravada, libidinosa y muy morbosa.

Había oído que cerca de las barras americanas por las que yo solía brujulear y merodear, había un burdel de sexys transexuales y que ahora debía visitarlo y ver lo que podría ocurrir. Aquella noche me vestí como un auténtico y verdadero chulo de putas y me "entoligué" mi mas ajustado "jeans" negro, uno de mis mas libidinosos tangas y una camisa que destacara para que al verme se pusieran cachondas y con libidinosas ganas, apetencias y deseos de joder conmigo. Me perfumé sexualmente para que al acercarse alguna fulana trans se pusiera nerviosa y me mirara con apasionados, ardientes y encendidos ojos de depravado deseo sexual.

Al poco de llegar, observé que había poca clientela, pues había mucha golfa trans en estado de tensa y nerviosa espera.

Nada mas llegar, me dirigí tranquilamente a la barra para pedir un "pelotazo", relajarme y dejar ocurrir lo que debía de ocurrir. Se me acercó una rubia transexual que me comía y devoraba con los ojos, pues la muy guarra, se había dado cuenta que resaltaba y se acentuaba mi rabo, enfundado en un sexy y libidinoso tanga de semental en celo.

La muy provocativa tenía una figura sexy perfecta con un buen par de fascinantes e hipnóticas tetas y junto a su lascivo modelito sexy de color morado con estampado de pantera daba un conjunto sugestivo y tentadoramente sexual.

— Hola muñeco, tu no vienes nunca por aquí, ¿verdad? — comunicó ella.

— Si, tienes toda la razón — confesé.

Pensé para mis adentros que esta sexy transexual se había tirado a toda la clientela y que yo no iba a ser menos y que para ella yo era "carne fresca", pues nunca me había dejado caer por un garito de estas inconfundibles particularidades

— ¿como te llamas? — inquirió ella

— yo me llamo Roberto — descubrí

— y yo soy Julianna — dijo ella

Nos dimos dos castos besos, pues no era plan de empezar con lujuria pues quería dejar que todo fluyera por los cauces normales del sexo

— ¿que estás bebiendo? — examinó Julianna

— un ron con cola — testimonié

— perfecto. ¿me invitarás a lo mismo? — investigó Juliana

— si — aseveré

A esta puta golfa trans de Julianna le pareció perfecto que la invitara al mismo pelotazo y me propinó un lascivo morreo con lengua que me dejo patidifuso y turulato, pues no esperaba una respuesta semejante de una fulana de estas.

Mientras esperábamos los "pelotazos" charlábamos de las cosas mas baladíes y triviales, pues ninguno de los dos queríamos romper el atractivo del momento, pues ambos sabíamos de antemano que esto acabaría en sexo depravado, libertino y vicioso.

Al llegar los "pelotazos", ya estábamos mas animados, pues ya habíamos roto los primeros momentos de nerviosismo y se nos veía mas relajados.

Seguimos de parloteo y cháchara y yo me empecé a fijar en el sexual atractivo de esta descarada golfa transexual y ella se dio cuenta de que mi ya endurecido rabo de semental pugnaba por salir del vaquero y ella con atrevimiento procaz me tocó el rabo por fuera y le brillaban los ojos de complacencia y regusto sexual

— ¿tanto te gusto, Roberto? — habló Julianna lascivamente

— me la pones dura, puta. Ya has visto mi empalme — confesé

— ¿te gustaría que te quitara ese rabioso y frenético empalme? — inquirió Julianna lujuriosamente

— si, no me importaría — aseveré libertinamente

Nos empezamos a dar "la paliza" y empecé por comerla las tetas, mientras ella me sobaba, acariciaba y magreaba sexualmente para ponernos mas "a tono"

Al ver que nos íbamos arriba, Julianna optó porque termináramos en su apartamento

— ¿quieres que vayamos a mi apartamento?, vivo aquí cerca — confirmó Julianna

— Por mi de acuerdo — manifesté

La fulana Julianna me tomó de la mano y salimos del local prestos, raudos y veloces y dispuestos a tener sexo sin límites

Entramos en el portal, pero al penetrar en el elevador, nos empezamos a magrear, sobar, acariciar y restregar lasciva y muy libidinosamente pues la lujuria del momento lo requería

Mientras llegábamos a casa de esta golfa libertina y depravada nos comíamos a besos con lujuria y lubricidad y le comía las tetas con avaricia y ansia sexual, pues estaba muy caliente y cachondo

Al llegar a su piso, todavía estábamos enganchados y proseguíamos con el manoseo y magreo sexual debido a la impudicia de nuestros desenfrenados cuerpos en celo.

— ya hemos llegado, cariño. Es hora de dar rienda suelta al sexo — confesó Julianna

— Si, tienes razón, zorra mía — declaré lascivamente

Salimos del ascensor con prisa lujuriosa y mientras esta puta puerca de Julianna intentaba meter las llaves, yo le magreaba y sobaba las tetas y el culo con impúdica fruición y deleite sexual

— ¡qué buena estás, Julianna!, ¡estoy cachondo! — aseguré procazmente

— ¡y tu a mi me pones muy burra, cabrón! — testimonió Julianna lujuriosamente

Al abrir la puerta, me abalancé con obsceno descaro sobre Julianna y le comía los morros y las tetas con lujuria, obscenidad, libertinaje y erótica concupiscencia mientras la muy puerca jadeaba, gemía y daba mil vagidos y me insultaba sexualmente, lo que hacía que creciera mi libertina cachondez

Al entrar en su casa, nos sentamos en un amplio tresillo para proseguir y continuar el magreo y sobo sexual, yo le devoraba las tetas y la muy cochina, se levantó su sexy vestido de pantera y sacó del obsceno tanga su rabo de zorra transexual para que se lo empezara a comer

— ¿te gusta mi sexy tanga, cabrón? — inquirió Julianna lascivamente

— ¡me da morbo, zorra lasciva! — prorrumpí libertinamente

— ¡pues cómeme el jodido rabo! — ordenó Julianna concupiscentemente

— ¡Enseguida, puerca! — acaté entre gemidos

La cochina de Julianna dobló lujuriosamemente las rodillas para que empezara a comerla el rabo, pero se retiró al brazo del sofá para apoyar mejor su espalda y que yo le comiera a placer su rabo de zorra transexual

— ¡que buena estás, ¡zorra!, ¡como me pones de salido, ¡so puerca! — testimonié obscenamente

— ¡te voy a llevar al mar de la lujuria, ¡cabrón! — comunicó Julianna impudicamente

Tragué su rabo transexual porque ya no podía mas del calentazo que tenía y mientras la puerca de Julianna me agarraba y empujaba la cabeza para que engullera mas su rabo, la muy zorra gemía, gañía, resollaba, bufaba y resoplaba del placer que yo le daba con mi boca

— ¡que caliente me pones, canalla! — advirtió Julianna sexualmente

La muy puerca empujaba arriba y abajo mi cabeza mientras continuaba resollando, bufando y resoplando de placer cual guarra libertina en celo

Mas tarde se movió y se sentó sobre mí para que yo me tumbara y ella follar mi boca mientras la cogía de la cintura

— ¡cabrón, hijo puta, me estás volviendo loca con tus mamadas — enfatizó Julianna libidinosamente

La zorrona de Julianna proseguía gimiendo, bufando, resollando y jadeando del placer que le daba con mi boca y ponía la muy cerda, sus ojos en blanco de regusto sexual.

— ¡slap!, ¡slap!, ¡slap! — lamía yo su rabo

— ¡que bueno estás cabrón!, ¡que bien me comes el rabo! — bramaba Julianna de placer

Le agarraba de las nalgas para que me fuera follando la boca lentamente y darnos mutuo placer y yo la hacía sollozar, bufar, resoplar, jadear y gemir con mi boca

—¡me pones muy perra cuando me la comes, bribón! — aseguró Julianna obscenamente

Le comía el rabo y después lamía sus pelotas, pues ya estaba yo mas cachondo y deseaba darle mas placer a todo su sexo

— ¡cabrón!, ¡hijo de puta!, ¡que bien me la comes, canalla!, ¡eres mi puto cerdo!, ¡dame mas gusto, bribón! — gritaba la puerca de Julianna entre mil vagidos de placer

Me levanté y nos pusimos de pie frente por frente y nos empezamos a comer a besos con lujuria, lascivia y rabiosa y desenfrenada procacidad erótica

Después de unos minutos, me arrodillé y volví a tragar aquel rabo transexual que me estaba volviendo loco de lujuria

— ¡canalla, me estás matando de placer!, ¡no pares hijo de puta!, ¡me cago en ti, me vuelves loca! — exclamaba Julianna lascivamente entre vagidos sexuales

La muy puta agarraba mi cabeza para controlarme y sentir mas placer al devorar yo con avaricia sexual su rabo de zorra transexual en celo

— Soy tu esclava sexual esta noche, haz conmigo lo que desees — afirmó Julianna obscenamente

Yo ingería y engullía su rabo y la muy zorra gemía, resollaba y bufaba de placer mezclados con chabacanos insultos sexuales que me ponían mas rijoso y cachondo

— ¡eres un sucio canalla vicioso y depravado!, ¡me estás poniendo mas burra, cabrón!— ratificó Julianna libidinosamente mientras cogía mi cabeza

Yo ingería su rabo de zorra transexual y la muy cerda no paraba de resollar, bufar, gemir y sollozar de regusto sexual mientras le asía una teta y jadeaba como una sucia puerca en celo cual coíma

— ¡me estás poniendo mas burra, cabrón!, ¡me estás poniendo a tope y estoy mareada de placer! — advirtió Julianna entre vagidos y gemidos

Yo proseguía disfrutando y engullendo como un cabrón, el rabo de esta puerca transexual que tanto me atraía y entre espasmos sexuales y vagidos me largaba una serie de insultos sexuales que me ponían mas verraco y salido, la muy viciosa jodía con su rabo mi boca del vicio pervertido que ella tenía y me atragantaba viciosamente con su duro rabo.

Después nos sentamos y volví a comerla sus tetazas con avaricia y ahínco sexual y la muy puerca gemía, bufaba y gañía del vicio que tenía cada vez que yo lamía y lengüeteaba sus fantásticas tetazas.

Mientras nos comíamos a besos linguales, la zorrona de Julianna manipulaba con depravado vicio sexual mi enhiesta pero dura verga para darme placer y morbo.

— Roberto, cariño, como me has dado tanto placer con tu sabia lengua de semental, ahora deseo que sepas lo puerca y guarra que soy — rogó Julianna lascivamente

La muy cerda empezó a lamer mis tetillas y mi morbo aumentaba y crecía y mi lujuria y cachondez se agrandaba mas por momentos

Fue bajando lentamente con su lengua hasta topar con mi rabo de semental que engulló con presteza para darme un placer sin igual.

Cambiamos de postura y volvió a engullir mi duro rabo para darme placer con su lasciva bocaza de zorra de lupanar en celo.

— ¡chupa, puta!, ¡toma rabo, cerda! — exclamé lascivamente

— ¡glug!, ¡glug!, ¡glug!, ¡slap!, ¡slurp!, ¡Chlok! — mamaba Julianna afanosamente mi rabo mientras yo permanecía bien abierto de patas, pues la muy zorra me iba a hacer igualmente una comida de culo que me iba a dejar absorto y asombrado sexualmente.

Para matarme de gusto, placer, gozo y satisfacción sexual, primero lamió cada milímetro de mi rabo lentamente, mientras yo no paraba de emitir y proferir una lasciva sarta de guarradas, impudicias, liviandades, lubricidades, lujurias y mil obscenidades porque estaba muerto de placer que esta ramera transexual me daba con su bocaza de zorra libidinosa en celo

— ¿te gusta como te la como, bribón? — manifestó Julianna impudicamente

— me estás matando de placer, ¡zorra!, ¡qué gussstooo meee daaass! — proferí lascivamente

La guarrona de Julianna prosiguió a comerme completamente el culo y mientras lamía y lengüeteaba cada milimetro de mi culo y de mis nalgas, observaba la cara de deleite, goce, gusto, satisfacción y placer libidinoso yo tenía porque no paraba de exhalar y lanzar una serie de lujurias, desenfrenos, voluptuosidades, libidinosidades, guarradas, obscenidades, procacidades, impudicias, sicalipsis ya que tenía una brutal excitación sexual

— ¡estas muerto de vicio, cabrón!, ¡que cara de corrido tienes! — observó Julianna depravadamente

— ¡eres una guarra libidinosa, me matas de gozo, zorra! — advertí lujuriosamente

Luego prosiguió a tragar y engullir mas y mas mi rabo para darme placer pues quería llevarme al mar de la libidinosidad e impudicia, pues me estaba dando un gustazo increíble que me hacía gañir y exhalar gemidos y jadeos de una forma continua y muy prolongada

— Ahora te voy a taladrar y darte mas rabo para que jadees mas, canalla — advirtió Julianna procazmente

La fulana de Julianna dejó de comerme el rabo para empezar a petarme el culo inmisericordemente y me puse a cuatro patas para que jodiera a placer mi culo y me diera rabo sin parar

— ¡zorra!, ¡cochina, cerda, puerca!, ¡que gustazo me das! — clamé obscenamente

— ¿te gusta, eh?, ¡vaya jodienda que te estoy dando, cabronazo! — afirmó Julianna entre cientos de jadeos

— ¡si golfa, si!, ¡me estás dando gusto al ojete, cacho zorra! — gemí lascivamente

La puerca transexual de Julianna no paraba de petarme y entaponarme el ojete con saña y deleite y yo seguía prorrumpiendo una sucia y procaz retahíla de mas de ciendesenfrenos, voluptuosidades, libidinosidades, guarradas y obscenidades sexuales debido a mi desenfrenado estado de excitación sexual

— ¡agh!, ¡ah!, ¡sii!, ¡umm!, ¡toma rabo, cabrón!, ¡uuhm!, ¡uff! — jadeaba Julianna depravadamente

— ¡uuhm!, ¡uff!, ¡agh!, ¡agh!, ¡ah!, ¡sii!, ¡umm! — gemía yo lascivamente

— ¡toma rabo, canalla!, ¡todo para ti, cerdo! — jadeó Julianna viciosamente

— ¡siii!¡jódeme mas, puta!, ¡no pares, zorra! — conminé lascivamente

Ambos seguíamos gimiendo y gimiendo y lanzando mil ayes de perturbadora lascivia y nos insultábamos sexualmente y eso nos excitaba y sacaba a la sucia y procaz fulana que llevaba dentro la ramera transexual de Julianna

— ¡eres una jodida puerca, me matas de placer! — bramé de placer

— ¡me gusta petar machos viciosos como tu, toma rabo, cerdo! — chilló Julianna de deleite erótico

La guarrona de Julianna no paraba de petarme y entaponarme con lujuria, vicio, depravación y perversión y me insultaba y deshonraba con chabacano y grosero lenguaje sexual que me excitaba y enardecía sexual y carnalmente

— ¡eres un magnifica zorra!, ¡me vuelves loco!, ¡como me taladras, so puta! — solté preso de erótico impulso sexual

— ¿no querías rabo, cabrón?, ¡toma rabo, so canalla!, ¡me pone a mil joderte, so puto! — bramó Julianna todo lasciva entre mil berridos sexuales

Cambiamos de postura y me clavé en todo el ojete el rabo de esta fulana transexual que tanto deleite me daba y me estaba volviendo loco y poniendo muy lascivamente escabroso

— ¡toma rabo, hijo puta!, ¡me matas de placer! — chilló Julianna depravadamente

— ¡tu si que me pones burro, cerda!, ¡no pares puerca! — jadeé de obsceno vicio

— ¡me vuelve loca petar a muchos como tu, canalla! — aseveró Julianna depravadamente

— ¡Eres una sucia fulana!, ¡me matas de gusto! — confirmé escabrosamente

Julianna seguía tumbada en el sofá y yo me avine a cabalgarla el rabo mientras yo muy preso de la lujuria, lascivia y escabrosidad me movía apasionado, fogoso, ardiente e impetuosamente de arriba a abajo

— ¡me estás poniendo muy cachondo, zorra!, ¡que gustaaaazo! — gemía yo cual cabrón en celo

— ¡zaca!, ¡toma!, ¡zaca!, ¡zaca!, ¡zaca! — seguía Julianna barrenando mi ojete

Yo cabalgaba el rabo de esta zorra transexual y ambos intercambiábamos insultos y groserías sexuales muy procaces y escabrosos mezclados con gañidos, jadeos, gemidos y mil berridos porque estábamos presos de una brutal y concupiscente lujuria muy pervertida y degenerada

— ¡que bueno estás, canalla!, ¡cómo traga tu culo, hijo puta! — chilló Julianna procazmente

— ¡eres una jodida guarra!, ¡me pones verraco con tus rabazos! — gemí lascivamente

— ¡Me encanta entaponar tu ojete, eres un cabrón suertudo! — aseguró Julianna libidinosamente

Ambos gemíamos con mucha y brutal lujuria, escándalo, orgía y lascivo vicio pues teníamos una cachondez y una impudicia ilimitada y libertina

— ¡zorra!, ¡puta!, ¡cochina!, ¡me matas de placer! — chillé depravadamente

— ¡toma rabo, canalla!, ¡siénteme!, ¡gózame, cerdo! — jadeó Julianna entre espasmos

— ¡eres una guarra depravada y escabrosa!, ¡me estás partiendo el ojete, puta! — bramé de vicio sexual

— ¡eres un jodido pervertido!, ¡te estoy petando a modo, canalla! — jadeó Julianna viciosamente

Volvimos a cambiar de postura y me senté en el sofá con el culo en pompa y eché las patas "p´arriba" para que esta ramera escabrosa de Juliana me petara, entaponara y jodiera mas a placer y me clavara hasta dentro su rabo transexual que me estaba enajenando y trastornando

— ¡chulo, bribón, cabrito, malnacido, canalla, depravado, miserable, golfo! — largó Julianna de arrebato lujurioso

— ¡guarra, zorrón, guarrón, golfa, fulana, furcia, hetaira, meretriz, mujerzuela! — solté de enajenación sexual

Julianna me estaba petando inmisericordemente y me estaba dando mil rabazos encadenados y me estaba poniendo como una puta moto pues me estaba enloqueciendo, alienando, trastornando, embelesando, extasiando, encantando y fascinando por la forma en que petaba mi culo y las mil procacidades que me soltaba

Julianna me estuvo petando y jodiendo con fuerza y ambos no parábamos de insultarnos procaz y muy chabacanamente con groserías e impudicias sexuales muy horteras y vulgares

— ¡canalla, como traga tu culo! — vociferó Julianna depravadamente

— ¡eres una jodida zorra!, ¡sigue puta!, ¡no pares, zorra! — chillé procazmente

— ¡toma rabo, canalla!, ¡goza mi polla! — bufó Julianna libidinosamente

— ¡me vuelves loca con tus rabazos, puerca! — largué entre gemidos

La fulana de Juliana me agarraba bien de los pies y yo le así de la cintura para que continuara petando, petando, petando, petando, fornicando, copulando y follando mi culo sin prisa pero sin pausa para darme un incontinente, desenfrenado y muy vicioso placer a mi puto ojete

— ¡que bueno estás, so canalla!, ¡es un placer petarte! — jadeó Julianna lascivamente

— ¡pero que puerca eres, so zorra!, ¡me estás petando placenteramente! — bramé libidinosamente

— ¡eres un macho depravado y vicioso!, ¡tienes mucho vicio, so cabrón! — jadeó Julianna procazmente

La zorrona de Julianna proseguía martilleando mi ojete con su rabo transexual que me estaba poniendo mas burro y verraco y me estaba poniendo desenfrenado y muy libertino

Mientras me petaba el ojete desenfrenada, enardecida y muy apasionadamente yo le pellizcaba los pezones y se ponía mas y mas lasciva y lujuriosa y me hacia gestos procaces con la boca a la par que me insultaba mas sexual y procazmente

— ¡cabrón!, ¡tío bueno!, ¡te deseo mas y mas, canalla! — jadeó Julianna desenfrenadamente

— ¡So puta!, ¡me vuelves loco con este petamiento, guarra! — jadeé lascivamente

La muy puerca de Juilanna me seguía destrozando el ojete y yo estaba extasiado de los mil rabazos que me daba la muy zorra que me tenía preso de una libidinosidad sin igual de tratarme como tu puto, su propio actor porno.

— ¡canalla!, ¡tío bueno!, ¡me encanta petarte, so cabrón! — jadeó Julianna depravademente

— ¡si, me vuelves loco con esta puta jodienda, zorra! — largué lujuriosamente

Después de clavarme su rabo paró para darme un lascivo morreo y sacar su rabo de mi ojete y pajearse frente a mi

— ¡te voy a dar toda mi lefa, canalla! — aseguró Julianna entre jadeos

— ¡si, damela toda, zorra! — pedí lujurioso

La muy cochina empezó a pajearse con vicio lascivia y lubricidad mientras le comía sus tetazas y se ponía mas y mas cachonda y aumentaba su morbo y su libidinosidad hasta que la muy puerca se corrió.

Después nos fuimos a la ducha y me hizo una mamada que me dejó exhausto y muy relajado y hablamos de quedar para otro día.

(8,82)