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Entre-acto. Combate

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Empecé a pensar que era una ninfómana, por tanto era el momento de tenerla ocupada, pero no con las piernas separadas, iba a moler vidrio de colores.

Es el momento de fabricar mis armas y tú vas a moler vidrio de colores.

No sé hacer eso – Replicó contrariada.

Es muy sencillo, más que follar sin control.

No entiendo.

Perfecto, necesitamos de vidrio, botellas pueden valer.

Tengo un cristal roto de un acuarium, es de color verde. Botellas de cerveza las puedo conseguir sin problemas y se me ocurre otra idea, arriba tengo un espejo que rompí cabreada debido a que no me salía cortar bien un ángulo y lo tiré en los contenedores de basura, no supo responderme y le destruí.

Sirve, y un saco de plástico o de algún material duro y por supuesto un martillo para pulverizarle, preciso que sea fino polvo, los guantes de carnicero no hay que olvidarles.

Habrá que enmascarar esa petición, en cocina hay chivatos.

Pide carne pasada por el plancha, pero dejándola cruda, colará.

Buena idea. En el taller de los coches, hay una máquina que te gustará, es una especie de perforadora, la utilizan para hacer agujeros en las rocas, para las vallas metálicas. Un día que estaba aburrida curioseé las cajas que llevaba esa perforadora, tenía varias cabezas, dos de ellas eran trituradoras, las emplean para fabricar una masa con las piedras que producen los agujeros en las rocas, una especie de hormigón de otra clase.

¿Podemos utilizarla?

Quizá, dudo que haya alguien en estos momentos, estarán comiendo y bebiendo, los combates son favoritos de todos, se estarán poniendo a tono.

¿Nos verán?

Es raro, están cerca de la cocina, y ahora estarán más ocupados con mañana, desayunos, poca basura harán.

¡En marcha sin demora!

No vimos a nadie, vi en ella extrañeza y de vez en cuando recorría la mirada, todo el entorno era reconocido y de nuevo ese gesto de extrañeza, pensé que algo no iba bien.

¿Qué ocurre? – Pregunté cuando entramos en el garaje.

Esperaba ver el movimiento normal de coches, sin embargo no hay ninguno, no sé qué pasa, es raro.

Enséñame esa máquina y luego vigilas, no perdamos tiempo.

Me quedé en la puerta mientras ella desparecía entre las altas estanterías llenas de recambios de motores y demás cosas de todo terreno sobre todo. Volvió arrastrándole sobre dos ruedas.

Un mortero y sujeción para un machacador, era mejor de lo que pensaba, dijo de molerlo junto a los contenedores, están en la calle posterior a las cocinas, una tapia y monte, el ruido irá en dirección que el viento quiera, siempre sopla de alguna forma y es mejor que dentro del taller, las paredes aumentarían el ruido.

El espejo entre ellos, dijo que una mezcla sería diferente, me dio lo mismo y con cierto temor puso en marcha el triturador, me pareció muy ruidoso y me asomé por encima del muro, la puerta de las cocinas permanecían cerradas, ni tan siquiera movimiento en los ventanales.

Fui llenando los recipientes que llevaba el carro y volvimos al taller deprisa, casi corrimos, la suerte no hay que desaprovecharla, aunque mi inquietud iba en aumento debido al silencio, y ella me sacó de dudas.

Tengo la sensación de que mi padre interviene, siempre va por delante de todos, cada segundo que pasa me afirmo en que él nos quitado a molestos moscones y espías.

Mejor, vamos a preparar la bolsa con los diferentes apartados, faltan los guantes.

No, los hay en el almacén de la cocina, voy a por ellos, no tardaré, además disimularé encargando la cena.

Miró su reloj, por la claridad debía de ser las algo más de las 20 horas. Tenía que preparar la bolsa con los apartados correspondientes. Fue a por los guantes de carnicero y a encargar su cena.

22:45:00 – COMBATE.

Estaba casi lleno, aparté las cortinas y me acerqué a mi marca, anchas franjas de diferentes tonos señalaban los lugares de los contendientes, así como los márgenes, nadie podía cruzar esas líneas, escrito en el borde indicaba su eliminación.

Hubo gritos, todo fuer insultos, silbidos y abucheos, me lo esperaba, recorrí la grada, estaban en grupos, algunos llevaban un distintivo parecido o igual, tribus me dije, y vi un grupo bien vestido, más tarde Tillia me dijo que eran Emos, tenía enemigos cercanos, góticos, aunque en su mayoría eran tías, a cada cual más espectacular, casi todas muy guapas y mejor vestidas, hubo risas entre ellas, el trono de Lord vacío, pero si sus cuatro torres, su estatura estaba por encima de los dos metros, sus brazos eran más gruesos que mis muslos y todos tenían ojos de buey, mirada ausente, autómatas muy peligrosos. Me desnudé, otra artimaña, pensarán que me esfumaré. 22:59:51.

Los tres estaban en sus marcas, Occon a la derecha con su bate de colores, el más cercano. Dabbles en el centro, un poco más retrasado con su barra de hierro, golpeaba suavemente el suelo de tarima flotante y me miraba enseñándome los dientes y por último Iqcion con su vara para los toros en la dehesa, el más peligroso, supongo que tres metros de largo o más y a su lado Ivien, también había crecido, no era la jovencita que yo conocí.

Cerré la mente a la realidad pensando en las bolas y los naipes, tierra de nadie entre nosotros, esperaba que hubieran bebido, eso estará a mi favor y en esos instantes llegó Tillia, giré levemente la cabeza, se cubría con fina gasa de color blanco, casi transparente, que se deshizo de ella, quedando desnuda, a sus pies las cervezas frías que de dos saltos dejó delante de mí, y me habló la oído, me dijo que un minuto, y fue cuando la música cambió apareciendo Lord, seguido de un pequeño séquito, tres tías y dos tipos malcarados, en sus axilas asomaban culatas de sus pistolas.

Alzó los brazos ordenando silencio y todo el mundo cerró la boca de inmediato, las cuatro torres se movía en los pasillos vacíos, algunos les miraban con temor.

¡Amigos!, ¡Clientes!, (y en otro tono más severo). Siervos, esclavos y demás chusma que he invitado.

Los Emos volvieron sus cabezas y algunos levantaron el puño en su dirección.

Este combate es diferente a todos los anteriores, voy a juzgar a la verdad, en la antigüedad se utilizaba, el mentiroso moría, y quien decía la verdad vencía, y es precisamente el fondo de este combate, mostrar la verdad.

Un Emo gritó poniéndose en pie y señalando a Lord de mala forma.

¿Tres pelotas de Set?, eso es ventaja, mucha ventaja, el resultado será lo que hayas preparado, está manipulado, amañado, no hables de la verdad, habla de la mentira.

Lord hizo un gesto a una de las torres, el resultado fue un solo puñetazo de esa bestia, el Emo quedó tendido en el estrecho pasillo, el silencio fue mayor. Su respuesta.

¡Combate! - Gritó recostándose en su trono.

Y †‡† (RITUALZ) - GHETTO ASS WITCH (feat GVCCI HVCCI) - BLIND BINDINGS REMIX.mp3. 05:34:00. Cambió el ambiente.

Varios focos iluminaron a las bailarinas, de nuevo quedé sorprendido de la conjunción, algunas me miraron sonriendo, les gustaba la percusión.

La bolsa de Tillia con las cervezas frías, y una botella preparada para abrirla. Es decir, abre fácil, mostrar hastío, aburrimiento y en cierto modo no era falso, esto tenía que terminarlo de alguna forma y el tiempo se había terminado, era el momento de mover ficha.

Mis armas de represalia, un viejo bolso de Tillia, lo ha modificado, ahora tiene en su interior cuatro huecos. Abrí la cerveza pero no bebí, crucé las piernas de forma de poder ponerme en pie impulsándome en ellas y metí la mano en un apartado moviendo las bolas, esperé.

Y Occon cambió de apoyo, corriendo en mi dirección y cuando llegó a la mitad de camino entre su marca y la mía, mi mano lanzó las bolas en dos secuencias, ya que había saltado ante la llegada de las primeras bolas, la segunda si le hicieron perder el equilibrio y tuvo que apoyar una rodilla en la tarima, me insultó, yo permanecía sentado y no le miré, en mi mano izquierda más bolas y en la derecha fino vidrio blanco y espejo.

Se impulsó hacia adelante, se acercaba mirando el suelo y donde pisar llegando hasta mi posición, su grito fue triunfal iniciando su golpe, el bate iba a trazar un semicírculo de izquierda a derecha, me levanté ayudándome solo de mis piernas y lancé el puñado de polvo de vidrio y espejo a sus ojos y… fui lento muy lento, el bate me dio en el omoplato izquierdo, vi las estrellas y mucho dolor, creí que perdería el sentido, dudé si me había roto el hombro, el dolor hizo tambalearme, y tuve que arrodillarme para no caer. El gritó soltando el bate y fue cuando le grité.

Si cierras los ojos o te los frotas, quedarás ciego para siempre.

Los gritos, golpes y aplausos debido al golpe del bate, quedaron silenciados lentamente, solo un murmullo, yo volví a mi postura de sentado con las piernas cruzadas, me había sacado el brazo de la articulación, la bola debía de estar fuera de su sitio, el dolor era insoportable, pero de nuevo miraba al suelo, inmovilicé el brazo, nadie podía darse cuenta de mis daños.

Cambio de música. SEMICOLOŊ x FLESH - THE UNBORN .mp3. 06:48:00.

Esta vez fue Iqcion, Ivien corrió en mi dirección, lancé los naipes, estos planearon llegando más lejos de lo que pensaba e Ivien resbaló cayendo a la tarima, me miró sorprendida, le hice un gesto de que se levantara, la mano derecha vacía pero la izquierda estaba oculta, no debía mover el brazo, el dolor era insoportable. Se levantó y anduvo despacio en mi dirección, quedó frente a mí y me dijo.

Mi señor te hace un regalo, yo, tus amenazas le dieron que pensar cuando desapareciste, eres mi amo ¿Qué ordenas?

Ve junto a Tillia.

Si amo.

Iqción mantenía la vara apoyada en la tarima, su largo imponía, pero no se movió y miró al tercero, entre ambos cambiaron varias miradas sin abrir la boca, pensaba si atacarían a la vez y Dabbles dio dos pasos en mi dirección, se detuvo en el borde que marcaban las bolas, mi mano derecha estaba llena de polvos de talco, y la descubrí levemente, se detuvo.

Hay un detalle importante que yo había pasado por alto, los gritos del ciego, y que nadie hacía nada, esperaba que Lord interviniera, pero no, seguía mirándonos con poco interés, pensé si Tillia le había informado de mis armas. El ciego miraba al techo sujetándose los párpados.

Y quizá fuera la causa de que Dabbles se lo pensaba, tenía que acercarse por tanto estaría en la misma situación que Occon. Y una exclamación de la grada hizo que levantara ligeramente la cabeza, vi sus botas, retrocedía andando de espaldas y lo más sorprendente es en esos momentos dejaba la barra de hierro en su marca y se alejaba hacia la salida, hubo gritos y abucheos.

Antes de abandonar combate, se volvió y me hizo un gesto con la mano y gritó “Esta no es mi guerra”, y la penumbra le hizo desaparecer de combate.

Giré levemente mi cabeza inclinada en dirección Iqcion, seguía con la misma postura. Me daba cuenta que dudaba, pensaría que sería ese polvo blanco que estaba en suspensión junto a mi mano derecha, oculta, luego miró a la tarima, hasta donde había llegado el vidrio, el decir que era lo que tenía en los ojos, daba que pensar y ese farol era muy importante, mantuve la posición, tenía el hombro y brazo dormidos.

Dejó la vara en la tarima haciendo ruido, levanté la cabeza, Icqion anduvo en mi dirección despacio, se detuvo junto al último naipe descubierto, era un comodín. Ese comodín había tirado al suelo a su regalo, se agachó cogiéndole y me miró.

¿Qué cartas llevas?

Superan al solitario comodín.

¿Qué daño tendría?

Tus ojos sangrarían.

¿Y si ataco con los ojos cerrados?

Tendrías rotas las rodillas, tengo el bate a mano. No debes cerrar los ojos.

Sonrió dejando con cuidado el comodín donde había estado.

Eres un ventajista, como la vez anterior, juegas con cartas marcadas. Espero te agrade mi regalo, desde aquel día ha sido mimada, nadie la ha tocado, disfrutarla y está limpia.

Y se alejó dando zancadas, cruzó su marca y salió de la pista de combate, el silencio se podía mascar. Miré por encima de mi hombro y les hice gesto a las dos que se acercaran, no podía ponerme en piel, estaba a punto de perder el conocimiento.

Les hablé al oído, entendieron y Tillia me dijo que yo debía autorizar la entrada de ayuda para Occon, que mantenía sus ojos abiertos sujetándoles con su dedos, gritaba pidiendo ayuda, cuando sabía que nadie le hacía caso. Miré a Lord.

Puede recibir ayuda sin moverse. ¡Tillia! Alcánzame el bate.

Ambas dos se miraron, y el bate estuvo en mi mano derecha, adrede dejé que el polvo de talco cayera a la tarima y me acerqué a Occon, pero mantuve la distancia para que pensaran que le iba a atacar con su arma, cambié de posición para no perder de vista a Occon mirando a Lord.

Nunca quise producir daño alguno, todo esto me ha sido obligado, pido por favor que lo pares, no hay vencedor ni vencidos.

Lord me miró sin modificar su postura.

REO, sorprendente tu engaño, he de reconocer que te has defendido, no has atacado, y cierto es que les has parado, sin embargo para detener el combate se precisa del voto, de cinco votos en este caso.

Tres atacantes, un defensor y yo, preguntaré.

Y su voz se escuchó mezclada con la música. Los espectadores estaban divididos, y Lord les silenció, no hubo orden y el contador era modificado continuamente por las apuestas, por tanto no se dio como válido, solo quedaba la cifra que arrojara el combate y Lord preguntó a sus hombres. Primero al neutral, el jefe del clan de Ivien que estaba en la grada con su tribu.

Iqcion. Tu voto.

Silencio por su parte. Asintió con la cabeza. Luego al herido por el polvo de vidrio, este no respondió, lavaban sus ojos mientras llegaba la ambulancia, negó con la cabeza y Lord le avisó que entonces deberían todos retirarse y el continuar la pelea. No se lo aconsejaron, y muy cabreado se retiró del combate.

REO, hablas tú.

Abandono el combate, no hay vencedor ni vencidos.

Incliné la cabeza en su dirección ¿Qué ocurre?, he hecho lo que ellos, no he votado. Nadie ha sido vencedor, tampoco hay vencidos.

Eso es lo que crees tú, esas bestias que rugen y lo hacen por tu desprecio. Has vencido de una forma que les ha jodido, y a los otros dos le ha frenado el miedo, ignoraban que más cosas escondías, no miran que son tres contra uno, y eso te ha proporcionado defenderte como fuera, la ventaja era tuya.

Peor para ellos.

Esa frase “No habrá vencedor ni vencidos”, singular tú y plural ellos, bien jodidos se han sentido, la realidad está ahí y nadie la puede tergiversar.

Ya, olvidan la vara, el bate…- Me cortó.

No tío, esperaban que te esfumaras, que huyeras y dejaras su integridad intacta, sin embargo les has humillado, a los tres, a mi padre y a ellos y a mí por servirte, por ese orden.

No respondí, estaba cansado de todo, había llegado el momento de escapar. Necesitaba ayuda.

Te has metido a todas en él..., iba a decir en el bolsillo, pero no llevabas, en las pelotas, eso pesará a tu favor, seguro que ya habrá quien quiera vengarse.

Me marcho ahora mismo, y diles a los moteros que no voy a mirar si viene algún coche, voy a salir a toda hostia. Pero tengo un problema, el golpe me ha debido de sacar el brazo del hombro, estoy a punto de desmayarme de dolor.

Ahora es la recreación ¡No puedes marcharte! – Gritó Tillia.

¿Alguien puede colocarle y podré moverlo sin problemas?

Hablaré con mi padre.

Ponte algo encima, no le gustará que te exhibas.

Que le jodan, además tienes que recoger la pasta, tiene ocho cifras.

Cogió su ropa echándosele por encima, no es que se tapara mucho, y mis sorpresas no habían terminado. Ilvien pegada a mi espalda.

¡Amo! Debes permitir que te muestre mi sumisión, muchos han apostado por tu rechazo, como haces con Tillia, aquí se apuesta todo, incluso debo decirles cuantos polvos me echarás.

¿Y qué pretendes?

Amo, una buena mamada, dejaré que vean como me impregnas y dejaré que escurra fuera de la boca.

El dolor del hombro no puedo soportarle ¿Lo has olvidado?

Tillia se ocupará, hay gente que sabe mucho de los daños producidos por las peleas.

Y sin más, pegó su oreja derecha a mi vientre y empezó a despertar al penetrador, primero con la boca, y cuando este despertó lo cogió con su mano izquierda haciendo retroceder el prepucio y posando sus labios en el glande, succionaba suavemente y la punta de la lengua intentaba entrar en la uretra.

Eso distraía mi mente, no sabía que atender, si al hombro o al penetrador, y en ese instante se metió todo el penetrador en la boca y apretó con la lengua, y muy despacio se movió, apenas retrocedía ya que procuraba que estuviera lo más dentro posible, y poco después le sacó completamente, y pajeándome despacio me miró fijamente.

Amo, estoy mojada, el mejor momento para que me penetres, me lo debes. Aún tengo en mi mente a “Black Label Society - Bleed for me” ¿Recuerdas?

No puedo modificar mi postura, el hombro.

Yo cabalgaré, verán como escapa tu semen de mi vagina, les gustará, sobre todo a Iqcion, cambiará de opinión sobre ti.

(9,00)