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Me prostituyo con el vecino

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El viejo vecino regresó de la capital como al mes de nuestra última follada, pasó a la casa con un pretexto pero yo sabía que era un tipo que buscaba sexo conmigo o peor... con Lora, Lora era muy bonita para que un ruco feo le interesara, solo lo haría si había de por medio una generosa cantidad de dinero. El tío de mis vecinos no era tonto, sabía eso, por lo cual mejor se aplicó a buscarme a mí, le atraía yo mucho y era la perfecta sustituta de Lora para él. Así simulando buscar a su gato mamá lo dejó pasar al patio, ella no imaginaba en las que andábamos metidas Lora y yo, el viejo preguntó a mamá por sus hijos y dijo: No he visto a Lora y Al... Mara ¿Salieron? No Pepe, andan por allá adentro, haciendo la comida.

Yo escuchaba desde la cocina lo que el viejo y mamá hablaban. Sus hijitas son muy bellas... Bueno, ya sabe Marita es... Sí, no se preocupe todos podemos tener un hijito jotito o como Marita ¿Verdad? Pues, que le digo Pepe, son mis hijas y ya ve, qué se le va a hacer. Oiga pues no está su gatitio por aquí, bueno ni siquiera sabía que tenían uno. Es que me lo regalaron hace poco, pero... me voy... muchas gracias. Yo como al descuido salí al patio a tender una toalla al sol ¡Hola Don Pepe! ¡Hola chiquilla, dichosos estos ojos que te ven! Mamá se despidió y se metió a la cocina con Lora, el viejo y yo nos fuimos a la puerta de entrada y ahí en el umbral me dijo: ¡Te he extrañado Mara! ¿Cuándo puedo estar contigo otra vez? No sé... Le parece ¿Le pareces mañana? ¿No se podrá hoy, por la tarde? Pues a ver si puedo, yo le aviso ¿Cómo? Pues preguntó por usted en su casa ¿Le da pena que me vean? No, para nada.

Así quedamos... unas horas después como a las 5 de la tarde toqué en la casa vecina y me abrió Isis, la sobrina menor de Pepe, una chica gordibuena como de 17 años con una cara muy bonita, un cuerpazo, aunque algo pasadita de peso, de color morena clara, de pelo largo, lacio y suelto. Dime... ¿Está Don Pepe? Sí, pasa. Aquí lo espero... ¡Tío le hablan! Me miró curiosa y se metió contoneando sus caderas, llevaba una minifalda de color naranja de una tela elástica, una blusa sin tirantes de resorte y unos viejos tenis, se le notaban unas piernotas deliciosas. Que puta envidia sentí por esa muchacha que podía tener el mundo a sus pies con ese cuerpo de tentación y esa carita putezca. Pasa Mara y me señaló la entrada. Pasé, los muchachos sobrinos de don Pepe y su madre estaban viendo televisión. Se miraron entre sí con miradas burlonas que no me pasaron desapercibidas ¡Siéntate aquí! Me dijo Pepe. Hola dijo Jonathan, y agregó Tío que guardadito se lo tenía... No hables tonteras chamaco. Bueno Pepe, pues vine porque voy a ir a cobrar un dinero de mi mamá a un barrio un poco peligroso y quería ver si me podría acompañar, mi mamá me pidió que le pidiera ese favor ¿Puede? ¡Claro, chica, yo te acompaño! Se metió a buscar un suéter y salió rápidamente ante las burlonas miradas de sus sobrinos hombres y la comprensiva mirada que me dirigió Isis. ¿A dónde vamos? Pues usted dígame a dónde me va a llevar y cúanto trae de dinero... porque de gratis no me coge. Bueno mi hermana en el DF me dió algo de dinero... ¿Con 300 pesos te acuestas conmigo? ¡Sale! ¡Vámos! Nos metimos a un hotel del centro, debo aclrar que me había puesto muy bonita para la ocasión, vestía una minifalda negra con lunares blancos amplia, una blusa azul pálida y medias, calzaba unas coquetas botitas de Lora que me estaban aplastando los dedos de los pies.

Lora me prestó unos aretes muy bonitos de oro con unas piedritas verdes, eran muy femeninos, me pinté las uñas en rosa y los labios del mismo color, me veía linda. Nada más entrar al cuarto y el viejo, comenzó a besarme las piernas, se hincó y me besó las nalgas mientras metia mano buscando mi culo, lo dejé hacerme cositas ricas, me untó de la crema que yo le pasé y me metió su dedo, suave, rico, me lo metía y sacaba, lo doblaba y me lo metía, sentía rico, me fui poniendo en cuatro para dejarlo dedeárme a gusto, luego de un rato así me senté en la orilla de la cama y le bajé el cierre del vaquero, le saqué el pene y me lo llevé de inmediato a la boca, lo mamé ricamente, el viejo se había depilado los huevos y todo para complacerme mejor, lo chupe como una niña chupa un caramelo y me acomodé en cuatro patas para recibir mi regalo.

El viejo me tomó por la cintura y diciendome tierna palabritas de amor me lo metió hasta el fondo ¡Wow que sensacion! Nada hay más rico que un verdadera verga bien tiesa adentro del culo de una puta travesti o de una mujer bien caliente. Me baño de su semen, mientras yo me dejé solo volteando a verlo de vez en cuando. Lo sacó cuando quiso y contempló cómo una parte de ese semen se salía de mi cuerpo. Lo frotó con su pene y lo embarró por todas mis dos nalgas. Nos lavamos y salimos. Al llegar a casa como a las 7 de la noche mientras amamantaba a su nene Lora me preguntó que qué tal había estado el viejo. Le dije: Coge rico el maldito, Lora y si nos lo cogemos las dos un día de estos, vas a ver que es bueno en la cama. Le podemos sacar unos 600 pesos entre las dos, su hermana en México DF le regaló algo de dinero y creo que nos lo daría por cogérnoslo las dos como una buenas putas. Así además te me calmas un poco. ¡Lo harémos! Dijo Lora, la semana que entra. Continuara.

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