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Gangbang de regalo

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Contraté a tres tíos para hace un gangbang con mi mujer, los tres entre 29 y 35 años y con pollas uno de 20 cm y los otros con 22 cm, ellos tenían los 3 una empresa que hacía fiestas, de despedida de soltera y estaba acostumbrados a estos menesteres y con 600€ que me cobraron por estar unas horas follanose a Amalia, no lo vi caro, al no conocerlos les dije que me tenían que mostrar certificados sanitarios que estaban perfectos y así fue. Esto que sigue lo cuenta mi mujer, que empieza contando como iba vestida.

Una tira de seda negra tapaba mis ojos mientras mi marido Juan me metía en el coche. Después de unas palabras tranquilizadoras, mi cabeza se pone en marcha. No tengo ni idea de hacia dónde nos íbamos. Juan me habla de vez en cuando, que tal el día, cómo te sientes… Pese a tener una fe ciega en él, sentía un nudo en el estómago y los nervios empezaban a consumirme, sabía que me llevaba a que me follarán por la forma de vestirme.

Antes de salir de casa, me bañe y perfume a conciencia, me arregle el pelo, y maquille.

Después de eso mis ojos fueron cegados y Juan se dedicó a vestirme. No sé cómo es el vestido que me puso, no sé su color ni sus adornos, solo que sé que es de tirantes, con un gran escote, a medio muslo y con mucho vuelo.

Llevo medias de liga y zapatos de tacón pero salgo de casa sin ropa interior.

No sé cuánto tiempo tardamos en llegar al lugar donde me llevaba. Me ayudo a bajar del coche y me deje dirigir por él.

Me agarraba de la cintura y me susurraba al oído que no me preocupara, que era una sorpresa y que seguro que me gustaría.

Subimos unas escaleras y pasamos por varias puertas hasta llegar a una sala, desconozco el tamaño que tendría pero debía ser bastante grande ya que varios pasos me separaban de la cama en la que me sentó.

Las sabanas eran suaves y cálidas y la cama era redonda y grande.

Amalia, espero que te portes bien y no me dejes mal. Tu solo relájate y disfruta.

Pasó su pulgar por mis labios y le sonreí a modo de contestación.

Empecé a escuchar voces masculinas a mi alrededor, mis nervios se dispararon, note la boca y el corazón latiendo con fuerza en mi pecho, mi coño independientemente de lo húmedo que está siempre notaba que los labios se estaban hinchando.

Llegaban hasta mis trozos sueltos de sus conversaciones, todas sobre mí que no contribuían a tranquilizarme.

Juan, te has lucido, se la nota buena hembra es tu mujer, se ve que con la edad que tiene se conserva muy bien, te la vamos a follar bien follada, si te parece todos los polvos que le vamos a echar lo vamos a guardar en este bote ¿te parece? yo les dije sí. Muchas gracias.

Mira esas caderas, que bien se marcan sobre el vestido.

Unas manos se posaron sobre mí y varios pares más se unieron. La cremallera del vestido bajo por mi espalda hasta el culo y con delicadeza me fueron quitando la poca ropa que cubría mi cuerpo.

Varios dedos recorrieron mi piel, acariciando mis pechos, pellizcando mis pezones. Separaron mis piernas despacio, como recreándose en la visión de mis muslos abriéndose para ellos.

Un par de manos acariciaban mis piernas desde los pies hasta las ingles por encima de las medias. En ese momento no podía contar las personas que había, por las voces y las manos suponía que unas 6.

Me encantaba esa sensación, entregada para ellos, tocada por todos, lamida por todos. Algunos empezaban a llevar mis manos hacia sus pollas por encima de los pantalones.

Empezaba a excitarme muchísimo, aquello fue mi fantasía durante mucho tiempo y no podía creerme que estuviera pasando. Aunque no pudiera verlo, podía sentirlo todo. Mis sentidos estaban muy sensibles, cualquier roce o susurro lo sentía muy intenso.

Los hombres que estaban a mí alrededor se fueron animando y perdiendo la vergüenza, abrieron sus pantalones y sacaron sus pollas duras y tiesas, rozando con ellos mi cuerpo.

Alguno cogía mi mano y la llevaba a su polla para que les masturbara.

Chicos, recordar, nadie se corre fuera todos en su coño o culo les dije.

La voz de Juan me estremeció, saber que estaba ahí, mirando como varios hombres me tocaban y usaban me excitaba mucho.

Unas manos que no reconocí me voltearon dejándome a cuatro patas mientras varias más acariciaban mi cuerpo note como alguien se colocaba detrás de mí entre mis piernas.

Notaba su polla dura apretando en la entrada de mi coño, abriendo mis labios y metiéndomela despacio, abriendo mi coño poco a poco hasta que estuvo por completo dentro de mí.

Supe que era Juan, no dejaría que ningún otro me follase antes que él porque luego le entraría holguera. Note que colocaban algo debajo de mi pecho, suave y blando. Supuse que eran cojines.

Así pude dejar mis manos libres para masturbar a dos hombres mientras un tercero se colocaba frente a mí para meter su polla en mi boca.

Sensaciones increíbles, mientras Juan me la metía con suavidad me esforzaba por lamer y chupar bien la polla que tenía en mi boca y masturbar a los dos hombres que tenía a mis lados.

Se iban cambiando, las pollas que pasaron por mi cada vez eran diferentes, más gruesas o finas y de diferentes longitudes.

El tiempo pasaba muy deprisa, demasiado. Algunas veces el chico tenía que retirarse para no correrse todavía.

No pude evitarlo y un orgasmo atravesó todo mi cuerpo pero no pude chillar ya que mi boca seguía ocupada. Pero mi marido lo noto, ya que en lugar de aminorar el ritmo, lo aumentó para alargar mi placer.

Cuando termine de correrme paro y se acercó a mi oreja, me mordió el cuello suavemente para que supiera que estaba ahí.

Lo estás haciendo muy bien Amelia, mi putita. Ahora llega el gran final así que cómeme la polla como solo tú sabes.

Me tumbaron boca arriba y Juan metió su polla en mi boca. Me esforcé aún más que de costumbre en darle placer.

Tenía que agradecerle el regalo que me había hecho mi marido. Abrí bien la boca para que pudiera metérmela hasta el fondo y cada vez que salía mi lengua le acariciaba el capullo hasta que note el primer chorro de leche cayendo en mi boca.

Lo aguante ahí y cuando su polla abandonó mis labios abrí la boca para que viera su corrida en mi lengua.

–Genial putita, trágatelo y espera a que ahora el resto se corran sobre ti.

Me dio un beso en la boca y se fue.

Escuchaba las respiraciones de los demás hombres a mi alrededor, pajeandose sobre mí y yo esperando ansiosa sus corridas.

La primera cayó sobre mi cara, mojando parte de la seda que aún se mantenía bien apretada sobre mis ojos.

El resto fueron mojando mi cuerpo a voluntad, mis pechos, mi tripa, uno de ellos se corrió frotando su polla contra mis medias, manchándomelas de leche.

Se acercó alguien a mí y con manos suaves me quito la venda. No pude ver durante unos segundos, la luz se me hizo demasiado fuerte para aguantar y tuve que cerrar los ojos para ir acostumbrándome poco a poco.

Juan estaba a mi lado, mirándome con una sonrisa orgullosa en la cara. Acercó su mano a mi cara para acariciarme la mejilla.

Mira cariño que tres machos te he traído, ahora te van a estar follado hasta mañana, mira que buenas pollas y tiesa que tiene para metértela, ella dijo guapos jóvenes y con buenas pollas, gracias mi amor y le dijo a uno, tú túmbate boca arriba en la cama, le dijo tú el de la polla más grande, y el chaval se tumbó, a continuación se subió encima de él y con su mano fue guiando la polla a su chocho, fue dejándose caer hasta que quedo sentada con toda la polla dentro, subió y bajo una pocas de veces, la polla del chaval brillaba como el charol, a continuación le dijo a los otros dos, que uno se pusiera a la altura de la boca y el otro se la metiera por el culo, y así lo hicieron, cuando Amalia ya tenía las dos pollas una en su chocho y la otra en su culo solo dijo !venga mis machos hacer que me corra aaaa que bien que gusto, la pollas entraban y salían primero despacio y luego fuertemente, yo le dije que iría a comprar comida y bebida, para esas 24 horas de follada, en la hora que volví, cuando llegue ya le había echado cada uno un polvo, y estaba sentados todos en pelota charlando amigablemente, ella me dijo, mira cari , en este bote van a almacenar toda la leche que me van a echar, mira la que me han echado, solo en este polvo, mita como sale todavía de mi chocho y mi culo, porque la de la boca ya está, yo mientras les di unas coca colas, para que se refrescara, y le hice unos buenos bocadillos para que recuperaran fuerzas, ella me conto que se había corrido cuatro veces.

Bueno chicos a comer y recuperar fuerzas que ya mismo vamos otra vez al lio, y mientras me bebo esta coca cola, se la chupo a mi Juan y así lo hizo, me cogió la polla y empezó a chupármela, el más joven que ya estaba con su polla casi tiesa y viendo a mi mujer culo en pompa, se puso detrás rozándole su capullo por los labio del chocho hasta que de un golpe se la metió entera hasta las bolas, Amalia al sentirla toda dentro me soltó mi polla y dijo aaaaahi venga fuerte chaval échame otro polvo y vosotros dos iros empalmando que soy los siguiente el próximo al que se la chupe que no me la ha metido todavía, con la embestidas que le estaba dando, yo me corrí enseguida en su boca, la leche mía también la escupió en el bote, el chaval se corrió dando un fuerte empujón de caderas, cogió el bote y se lo puso debajo del chocho, y así continuaron los otro, yo me fui a casa y quede en que me llamaran cuando quisieran que fueran a recogerlos , el resultado final fue que el bote lo llenaron que era de 500cl y mi mujer termino con el chocho y culo ensangrentado de tanta folladas, yo le pregunte que cuantas y me dijo muchas cari, perdí la cuenta, pídeme cita al ginecólogo porque tengo el chocho y culo en carne viva, me puse el mear y hacer caca. Esto ha sido demasiado muchas gracia amor por tu regalo.

(8,55)