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Historias de madame Lili

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Capítulo 1

Una noche desde mi ventana contemplaba las estrellas, eran maravillosas... Había una gran luna que alumbraba todo el horizonte. Aquella noche contemplando las maravillas de la naturaleza, recordé todas aquellas historias de mi vida, La verdad es que no tuve una vida aburrida, sino todo lo contrario, demasiado agitada, No sé, si fue la Luna llena quien me acerca a todos esos recuerdos, lo cierto es que estoy aquí, pensando ¡fue tanta mi inspiración! Que lo quise escribir para no olvidarlo.

Antes de comenzar quisiera presentarme, mi nombre es Liliana, aunque al final terminaron llamándome Lili. Nací hace ya muchos años, casi ni me acuerdo, Las historias que voy a contar son más bien eróticas, así que me pondré una edad apropiada, Sesenta y nueve años, ja ja ja, Mi vida era normal, dentro de lo que cabe en aquellos tiempos la necesidad era la orden del día, éramos una familia bastante pequeña, yo era hija única. Cuando tenía dieciocho años, mis padres fallecieron, a partir de ese día tuve que buscarme la vida, aunque lo tenía fácil, la verdad es que era muy guapa, tenía un cuerpo perfecto, los pechos duros como una piedra y la sensualidad que desprendía todo mi ser, empecé a trabajar en una casa de ricos me trataban muy bien, sobre todo el señor y el señorito. Llevaba seis meses trabajando interna, terminaba agotada.

Una de las noches los señores salieron de viaje, en la casa, nos quedamos, Esteban que era el cocinero y su señora Carmen que era la costurera, el Señorito no quiso irse, que por cierto!! a mí me agrado muchísimo, Esa noche alrededor de las tres y media de la mañana, sentí un ruido que procedía del pasillo, la curiosidad me hizo levantarme para averiguar lo que ocurría fuera, con miedo pero segura, abrí la puerta y estaba allí plantado delante de mi habitación, yo estaba en camisón era transparente, casi se podían divisar mis pezones, sin quitármelo, Luis, así se llamaba el señorito, si mediar palabras solo con la mirada, sabía lo que estaba pidiendo sin más le ofrecí que entrase en mi habitación, cuando él estaba entrando yo en cuestión de segundos me imagine todo lo que hacía tiempo estaba deseando, sobre todo esas noches solitarias, después de recrearme en él, me metía en la cama imaginándome que me hacia el amor, al final de tanto imaginar terminaba masturbándome, acariciaba mi cuerpo muy despacio, tocándome el clítoris con movimientos sensuales deseando a ese hombre como una loca, era tanto mi libido que no tardaría en llegar el orgasmo, terminaba casi siempre pellizcándome los pezones, pero esa noche estaba allí y todas, todas esas imaginaciones se harían realidad. Él estaba sentado en una silla que tenía en la esquina y yo sentada en el borde de la cama, mirándonos, sin decir nada nos estábamos desnudando, Esa noche sería la primera vez que iba a estar con un hombre, una vez estuve; cuando era pequeña, pero fue con un niño y no pasó nada, esa noche lo presentía que iba a ser distinta.

De repente el hielo que percibía en la habitación se fue derritiendo, se levantó de la silla y se acercó a mi, el camisón medio caído se podía contemplar el pecho semi descubierto, él se arrodilló delante de mí y con mucha, mucha suavidad comenzó a jugar con la yema de los dedos, comenzó a deslizarlos muy despacio hacia los muslos, me apretaba con fuerza los muslos, comenzó a besarme, llevó sus labios hacia mi cuello, sus mordisquitos en la oreja, hacía que me sintiera en las nubes, sin apenas darme cuenta el nudo que sujetaba mi bata se desató y dejó enseñar mi cuerpo desnudo, sus manos acariciaban mis pechos mis manos apretándolo para que no dejara de tocarme, la lengua juguetona de Luis no se conformó con el cuello y la dejó deslizar hasta llegar muy sensualmente a mi pezón dándoles mordisquitos, me sentía cada vez más húmeda, cada vez era más el deseo que sentía por él, estaba excitadísima!!, sus dedos tocaban mi clítoris, introduciendo su dedo de vez en cuando esto hacía que me pusiera más ardiente de lo que ya estaba, le quité la ropa y le desabroche el pantalón, introduciendo mi mano acariciándolo por encima de los slip hasta conseguir tocar su miembro viril, que cada vez, por cierto, estaba mas duro, los dos deseosos de nuestros cuerpos nos echamos en la cama, los cuerpos desnudos entre roces y roces, nuestras manos no dejaron espacios libres de nuestra piel, mis piernas lo apretaban queriéndolo meter dentro de mi, deseaba que me penetrara así que sin más se lo dije, al principio por ser mi primera vez me dolía un poco, pero en cuestión de segundos mi cuerpo empezó a experimentar otro placer de la vida, era maravilloso!! Acariciaba mi cuerpo como si lo conociese perfectamente, sus labios rozaban mi piel... conseguía ponerme los vellos de punta, mis pechos junto a su pecho, sudorosos de tanto placer, el orgasmo estaba a punto de comenzar, notaba como mi sexo se iba mojando cada vez más y más, estábamos enloquecidos, susurros, gemidos, era la llama del fuego, el orgasmo nos hundió, fue una experiencia sin duda alguna para repetir.

En más de una ocasión, nos vimos, el era muy tímido, claro en algunas situaciones, para otras, era demasiado lanzado, no os puedo decir que relación teníamos, ya que ni yo misma lo sabía, pero lo pasábamos bien, y eso era lo que importaba, al menos para mí, aunque debo de reconocer que me gustaba mucho, y creo que él sentía lo mismo por mí, aunque no entendía a Luís era un poco raro.

Un día como otro cualquiera, mi señora me ordenó limpiar el establo, así que me puse a ello, estaba limpiando... escuché, que se acercaba alguien, por el sonido de las botas supe que era un hombre, se acercaba despacio, cuando dirigí la mirada vi que era el señor, el padre de Luis, se fue acercando muy sonriente, yo sin que él se diera cuenta, me sonreí sabia a lo que venía, sin más seguí limpiando el establo, cuando estaba de espaldas él se me acercó por detrás y me puso las manos en mi cintura...

Continuará...

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