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De cómo me follé a mi vecinita

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Después de la cita y el manoseo en el cine Isis y yo nos fuimos de la mano hasta nuestras casas, ella se veía radiante, se notaba que le había encantado esta última salida, su vagina palpitante y jugosa me llenó la mano derecha de sus fluidos y olíamos a sexo, hablamos mientras caminábamos ¿Te gustó Isis? Sí, fue muy rico, nunca había tenido un manoseo como el de hoy ¿A poco nunca has estado con un chico y que te haya tocado la palomilla? No, la verdad es que vivo siempre triste ¿Por…? Porque mi familia me avergüenza, ellos siempre están metiéndose en problemas, son rústicos, groseros y me hacen sentir muy mal. Menos mal que mi tío se fue al DF. Bueno Isis ¡Uno no escoge a la familia!

Yo, por ejemplo, sé que hago sufrir a mamá por mi necesidad de ser mujer, Lora en cambio es feliz teniendo una hermana, mi hermanos se dan cuenta de lo que me pasa pero no me han dicho nada y parece que se han acostumbrado y, papá, pues para nada está de acuerdo conmigo, pero gracias a Dios está en Tijuana trabajando. Nadie es feliz amiga. Una cosita ¿Te gustó Isis? Sí fue lindo, me vine muy rico, tienes buena mano. A mi también me pareció muy bello, no te pregunté si podía echarte mi semen en tu boca ¿Me perdonas? No hay nada que perdonar, a mi encantó tragarme ese liquidito rico. Mara, creo que me siento demasiada atraída a ti, no sé por qué o cómo pero, sueño contigo, con estar siempre juntas. Me encanta que seas como una mujer pero teniendo esa cosita que me encanta, ese pene tuyo, suave y tierno Mara… ¿Mañana lo hacemos todo? ¡Sí, pero ten cuidado con el tío, él no debe descubrir lo nuestro!

 Porque lo va a impedir como sea, está muy obsesionado con Lora y conmigo ¡Lo sabía Mara! Es un cochino. Sí, bueno solo cuidémonos de la gente y ya está. Al otro día que era domingo, nos fuimos las dos a las 3 de la tarde diciendo en nuestras casa que íbamos a dar una vuelta por la feria de un barrio, Lora se las olió ¿A dónde puta…? Voy a salir con Isis. Pero ¡Ella es niña! ¿Y? No pues creía que preferías a los nenes. Lora, te consta que le hago a todo. Pues esta buenona la Isis, semejantes nalgotas y bien piernona la cabrona. Te vas a atascar puta. Bueno me voy. Hermanita. Me cuentas después ¿Son novios o qué? ¡Creo que qué! No sé Lora, no jodas. Oye pues, me gustaría estar con ella y contigo, nunca he estado con una nena así ¿Crees que se anime? Yo le pregunto… no te preocupes. Sale, me voy. Ya en la calle Isis y yo nos decidimos por ir a la casa que cuidaba su tío, ella hábilmente tomó las llaves del llavero donde siempre colgaban todas ellas y para allá nos fuimos. Isis vestía una minifalda negra tipo lycra (no era esa tela pero se le parecía) entallada con una abertura en la cola, una blusita amarilla de tirantitos, zapatillas negras de tacón bajo y el pelo completamente suelto, se maquilló con tonos suaves en rosa, Se veía hermosa, (le faltaban tres días para cumplir 18 y a mí un par de meses para los 20) ojos bien delineados en negro y solo adornó su cara con unos aretes de estrellita y en el cuello un colgante con un dije. Yo me puse un vestido blanco de manta con un lazo en la cintura en azul, zapatillas azules y poco maquillaje, me había cortado apenas el pelo y me lo dejaron muy femenino en la estética (antes se llamaban salones de belleza), me veía linda y fresca. Ya en la casa de la señora, nos fuimos directo a la habitación, nos besamos por un buen rato jugando con nuestras lenguas y labios y mirándonos a los ojos ¿Me estaba enamorando? ¡Siiii!

Me sentía muy loca y atraída a Isis, me encantaba esa nena, sus piernas eran mi delicia junto a esas nalgas inmensas que yo en ese momento acariciaba como un poseso. Nos dimos sexo oral, le dedee el culo y ella a mí también, por fin se abrió para recibir su primer pene en toda su vida, lo puse en sus labios vaginales, lo moví suavemente hacía su clítoris y busqué su abertura vaginal, lo puse ahí y lo fui metiendo suavemente con pequeños empujes, ella gemía de una manera muy bella, me excitaban esos dulces gemidos, tenía los ojos abiertos fijos en los míos, por fin le entró todo (mi pene es pequeñito por las hormonas, medía entonces unos 10 centímetros) Pero fue suficiente para que ella gozara mucho. Ella se vino en un orgasmo que me humedeció la falda, porque no nos desvestimos, solo nos quitamos las pantaletas y ella se aflojó el brasier sacando hacia abajo sus enormes y bien redondas tetas, con unos pezones grandes y café. Le saqué mi verga y la giré para que se pusiera en cuatro, me acomodé recreándome con ese enorme culo frotándole mi verga entre sus nalgotas, lleve mi pene a su culo, ella se levantó a propósito para que le encajara mi verga y se lo metí por el ano. Por fin me vine echándoselos lo más adentro que pude en ese rico y suave culo. Acabamos y nos abrazamos por un rato. Así es como mi vecinita perdió la virginidad. Continuará.

(10,00)