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Mi vecino se coge a mi novia y yo le ayudé

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Una mujer con pene se folla a sus vecinos.

Para solo tener 19 años 10 meses era muy promiscua y desconsiderada pues simultáneamente me follaba a mi viejo vecino de 47 años y a su sobrina de 18. Obvio que ninguno de los dos sabía de mi relación con el otro, además el viejo se podía poner violento si se llegara a enterarse de que a su adorada sobrina le gustaba mi pequeño pero inquieto pene, le encantaba verme bien vestida de mujer, maquillada y todo y que me bajara a mamarle la papaya, le fascinaba eso, le encantaba que le metiera mis dedos bien mojados en sus propios jugos por el ano.

La gordita sacó conmigo todos sus deseos más reprimidos, sus fantasías y por la confianza que habíase generado entre nosotras nos comunicábamos muy bien en lo sexual. Solo me entristecía que ella tarde o temprano se enteraría de que también le daba yo el culo a su tío. Pero entonces no estaba dispuesta a perderla, lo del viejo no tenía mucha importancia para mí, sabía que muchos hombres en cualquier momento estarían dispuestos a meterme sus penes sin ningún problema. Lora andaba entusiasmada con su novio, uno de los ingenieros que conocimos en la fiesta de la finca, cada que podían se entrevistaban y acababan cogiendo rico, me platicaba de sus encuentros sexuales y yo de los míos a ella. Así pasaron algunos días, no sé, tal vez uno o dos meses, el viejo iba y venía del DF, cada que podía yo lo aceptaba y follábamos en el motel o en la casa que aseaba. Parecía muy obsesionado conmigo, tal vez enamorado o algo así, me celaba y solo permitía que saliera a pasear con Isis, su sobrina, sin imaginarse que a ella yo le hacía cualquier cantidad de cosas en su culo y en su vagina. Cierto día nos fuimos Isis y yo a pasarla bien en la casa que su tío aseaba una o dos veces por semana, Isis sacó unas copias de las llaves. Ambas con minifaldas de mezclilla y blusas coquetas, nos fuimos caminando hasta la casona, en la calle los tipos nos silbaban y dirigían obscenidades y piropos colorados.

Nosotras muy satisfechas de nuestras respectivas imágenes íbamos contoneándonos felices sin percatarnos que el tío de Isis nos estaba siguiendo, entramos a la casa y nos dirigimos rápidamente a nuestro nidito de amor y sexo. Estábamos en plena faena, la gordibuena de Isis estaba encima de mí mientras yo me recreaba con sus tetazas, se las chupaba, las mamaba a placer mientras ella gozaba mi pequeño pito en su vagina aun estrecha ¡Cómo estábamos gozando! De repente como una aparición me percaté antes que Isis que desde el umbral del cuarto se hallaba el viejo tío viéndonos enfadado ¡Espera! Le dije a Isis, y ella se quedó congelada viendo a su tío con cara de pocos amigos ¡Que chingaos están haciendo! ¡Isis cómo puedes ser tan…! ¡Tío, perdóname por favor es que…! ¡Puta, mil veces puta y, con este joto hijo de la chingada! ¡Yo lo mato! ¡Pepe, cálmate! Le dije, no insultes, tú sabes cómo es esto. Se sentó en la orilla de la cama fingiendo una enorme decepción, Isis se puso las bragas y sollozaba. A ver Pepe ¿Qué quieres, qué podemos hacer? Miren, solo hay una forma de pasar esto por alto… Isis, perdóname pero estás muy buena, siempre te he deseado. Pero tío… Escúchame Isis, la vida es así, hay veces en que tenemos que ceder, yo cedo y tu cedes, te hago el amor y aquí no ha pasado nada. Yo le dije a Isis tomándola de la cara con cariño ¡Mírame Isis! Yo he estado con tu tío, él me descubrió en mi casa vestida y me folló. La verdad es lo que siempre deseé, si quieres puedes hacerlo ¡Podemos hacerlo! ¡Yo te ayudo!

Isis sin decir nada más se bajó de nuevo las bragas, yo le dirigí a Pepe una mirada y él se quitó el pantalón, los zapatos y los calzoncillos, Isis se acomodó separando las piernotas y su tío se encimó en ella. Se la folló, ella gemía y lloraba, yo me puse su cabeza sobre mis piernas y la comencé a acariciar, poco a poco se fue calmando y empezó a gozar esa verga que me doblaba en grosor y largo la mía. El tío se la metió hasta el fondo, su mirada lasciva estaba fija en mis piernas y en la cabeza de Isis, ella empezó a disfrutar la situación y a gozar, yo me acomodé y empecé a masajear su clítoris, el Tío le alzó las piernas lo más alto que se pudo y le metió un dedo en el culo mientras la follaba y yo mi dedo acariciando su clítoris la hicimos llegar al paraíso. El viejo la chorreo de semen al mismo tiempo en que ella se arqueó para venirse en un orgasmo profundo y generoso ¡Pobre Isis, nos la cogimos sin piedad! Yo sentía emociones encontradas, la amaba pero no quería que esto se saliera de control. El viejo acabó afuera de ella embarrándole su semen en las piernotas. De verdad que esas piernotas valían un reino entero. Les contaré más de cómo nos pervertimos los tres más y más próximamente.

Continuará.

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