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Esos mujerones que llegan a tu puerta los domingos (Final)

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Y ahí estaba pues Rosa, bajo la lluvia caliente de la regadera recostada en el piso del baño totalmente desnuda y con sus enormes piernas separadísimas; el agua humedeciendo aquellas tetas cachondisímas. –"muy bien, aquí estoy de nuevo, todo es tuyo y aprovecha ahora que no me importa nada, pues aun que no me creas jamás había estado en una situación de estas, pero entre las cervezas, provocaciones y mi abstinencia se dio todo, así que vamos satisfácete y de paso satisfáceme a mi…"- Comento aquella obesa dama.

Al estar de rodillas buscando entre sus excesos la entrada de su vagina, se me ocurrió algo fantástico; me pare y busque la maquina de afeitar, espuma y un rastrillo. Rosa me miraba sorprendida y sin levantarse dijo: -"¿Qué vas a hacer con eso? ¿Es lo que estoy pensando? ¡Estas bien loco muchacho..!"- Acto seguido me incline hacía su hermosura de sexo y prendí la afeitadora; la señora me dijo riéndose que nada más tuviera mucho cuidado, que ella me ayudaba. Quitamos todo el exceso de vello púbico que dicho sea de paso era una exageración (como todo en ella) con la maquina, posteriormente todo lo sobrante con la espuma y el rastrillo, hasta quedar bien liso y suave. Con todo esto mi verga estaba súper ansiosa a morir; ahora estaba toda su raja bien a la vista siempre y cuando abriera las piernas. Sobresalía muy notoriamente su clítoris sobre sus labios internos y externos. Era una cosa sorprendente aquella vulva, sentía mi cerebro estallar al verla y perdón por repetir lo mismo pero creo que Rosa sin mucho problema podría satisfacer a un caballo, mejor aún, el único equino en esos momentos era yo, y que atracón iba seguir dándome.

No pude dejar pasar la ocasión (ya que estaba bien limpio bajo el agua y rasurado) de hacerle sexo oral a la propagandista aquella, me incline y lamí largo rato su clítoris y vagina en general, a intervalos incluso lamía y chupaba con emoción su ano el cual si tenía un tamaño más normal; ahora si Rosa jadeaba escandalosamente y se revolvía bajo la ducha apretando mi cabeza con sus piernas contra su sexo. De repente uso sus manos y jalo mi cara contra sí y pegando un grito que deben haber oído hasta los vecinos, fue ella quien ahora se vino descomunalmente en mi cara con un líquido que jamás había yo probado pero que francamente no me gusto, pero en fin, había que agradecer de alguna manera los favores recibidos.

Con todo lo anterior Rosa se recostó en el piso del baño y cerro los ojos, seguía con las piernas abiertas y sin más le metí mi miembro ardiente y empeze a coge y coge tratando de que no se me saliera a cada rato de dentro de ella; la señora sin abrir los ojos abrió la piernas en su totalidad y se dejo llevar como pagándome el placer antes recibido, ahora solo jadeaba despacio, disfrutando aquello que provocaba en mí y de lo cual se sentía orgullosa. Le pedí que se pusiera de rodillas para cambiar de esa sola posición y lo hizo poniendo un gesto picaro.

Pues bien, ahí tenía ante mi aquel culo enorme empinado de rodillas a mi: abrí sus carnes y volví a entrar en su vagina y a meter y sacar con un placer sin igual mi pene de esa raja de record. Yo no dejaba de ver aquel cuerpo por todos ángulos; sus nenas ir y venir con mis embates con aquel pezón que ningún sostén era capaz de tapar en su totalidad, Rosa en lactancia bien hubiese podido amamantar a 10 chamacos diarios sin dificultad. Desde esa posición era inmejorable la vista de su ano, además yo abría sus nalgas lo más que podía para apreciar en plenitud aquel orificio delicioso, total que empeze a meterle el dedo índice poco a poco, lo que Rosa con débiles intentos trataba de evitar; riéndose con complicidad de dijo: -"Hoy no me salvo de nada ¿no es así? Total ya eyaculaste en mi boca, que más da que sepa lo que es tu verga dentro de mi culo; conste que no se que pueda pasar ¿eh?"- Dicho y hecho, metí mi glande bien lubricado por ella misma en su pequeño orificio; poco a poco fui metiendo gradualmente el resto hasta lograr llevar acabo un mete saca lento pero de pito completo. Así estuve gozando unos 5 minutos, Rosa nuevamente jadeaba en exceso, hasta que en un momento dado me grito: -"¡Salte rápido por favor!"- Pues bien, tras del huecote que dejo mi verga dibujado defeco un enorme y largo pedazo de mierda la vendedora y tras de el unos tres pedazos más pequeños; he de decir que el primer pedazo era incluso más grueso y largo que mi pene. Aquello no se por que me excito tanto, viendo que no había más, volví a entrar: ahora su ano era más ancho y caliente, con ello me la cogí lo más rápido que podía y en menos de tres minutos se la deje lo más adentro que pude de su ahora sucio recto y eyacule varios embates muy dentro en una sensación indescriptible, Rosa al sentirlo grito de placer, no supe si se vino ella pero se vio que lo gozo enormemente.

Nos recostamos bajo la regadera ahora juntos largo rato; después terminamos de bañarnos y vestirnos. La invite a pasar por un momento a la sala a ver televisión, me dijo que debía irse, que aún debía vender tres volúmenes de sus doctrinas.

-"Te propongo una cosa amiga: te compro un volumen yo y te ayudo a vender los dos restantes entre mis vecinos, pero quédate el resto de la tarde conmigo a comer y divertirnos. Te diré como lo haremos y matamos dos pájaros de un tiro, nos entretenemos y tu trabajas igual ¿vas?"-

-"Esta bien _dijo Rosa_ , si logras que vendamos eso soy materia dispuesta, pues es mi única preocupación, por lo demás si de paso nos divertimos que mejor"-.

Le mencione a mi amiga que partiríamos de la base de que ella era capaz de excitar tanto a jóvenes como a mayores, así de paso elevaría su autoestima. El primer cliente que llame fue a Julito, era fácil de encontrar jugando con su maldito balón en la calle, tendría unos 16 años; salí a la puerta y lo llame para que entrara. –"Mira Julio la señora ofrece unos libros buenísimos que te pueden servir en la escuela, pasa para que te los muestre y le digas a tu papá que te los compre…"- El chaval se vio obligado al menos a verlos y paso a la sala y se sentó junto a Rosa.

Para esto, previamente convenimos en que no llevara sostén y si un botón más desabrochado de su blusa. La vista de Julito era fenomenal, ni el libro veía, estaba pasmadísimo con los pezones de Rosa que por momentos en el venir de sus agachadas mostraba hasta su enorme punta central. Entre sentada y sentada se fue recorriendo su falda hacía arriba, en una inclinada a la maleta se vio el inicio de su culo gigante. El joven sudaba a chorros y tartamudeaba a más no poder, bajo su short de fútbol se veía su erección notablemente; no podía más, se advertía que de solo ver se vendría en sus calzones; dijo que iba al baño y se fue corriendo. Rosa lo siguió y entro tras el diciéndole: -"No te preocupes por mi, solo voy a cambiar mi blusa, prometo no verte…"-Obviamente Julio si volteo a ver aquello y al ver sin blusa a mi gorda, ya no pudo más y eyaculo de frente a ella en con bastante fuerza y en gran cantidad, de aquellos casi 20 chorros varios calleron en aquellas súper tetas blancas.

-"No te de vergüenza Julio, es muy natural a tu edad, toca si quieres"- No le dijo Rosa dos veces, el chaval comenzó a mamar como poseído aquellas ubres, chorros de saliva caían al suelo. En esa edad la vitalidad es mucha, Julito ya se masturbaba con una mano y con la otra tocaba sin dejar de lamer; en un momento dado levanto la falda de Rosa hasta arriba, se volteo y eyaculo nuevamente ahora en su traserote cachondo. Caramba, Julio ni siquiera la penetro y ya se había venido en sus tetas y nalgas.

El chaval se fue con vergüenza a su casa y más tarde regreso con el dinero del libro, seguía mirando con deseo a la vendedora pero no hubo más se tuvo que ir con su calentura. –"Que cosas he venido a descubrir, y tu también, no creas que no te observe por la rendija de la puerta"- Dijo mi señora gorda complacida.

Para el siguiente y ultimo libro fui a llamar que viniera a mi casa a don Esteban, un vecino de dos casas adelante, de unos 50 años, muy serio y correcto el señor no se nego a mi invitación a ver los libros que me ofrecían en mi casa. Entro y los presente, el don dijo ya haberla visto con anterioridad, pero que no había tenido el gusto de recibirla . Esteban era viudo desde cinco años atrás y nunca se volvió a casar ni a meter con nadie (el decía ser fiel hasta la muerte). Pues ahí estaba Rosa dándole el show de sus nenas grandotas, venudas, pezonudas y claras; con el fue más allá de inicio, en sus agachadas le rozaba la verga con su culo, restregándoselo exageradamente; sus piernas invitaban a ser abiertas y penetrarle. La erección de don Esteban bajo su pantalón de vestir era enorme, no dejamos de sorprendernos, aquello medía al menos unos 25 centímetros; trataba de esconderlo con pudor pero era labor imposible.

Fue Rosa quien ahora aviso iba al baño, dejando la puerta deliberadamente entreabierta y sentándose en la letrina de lado y mirando al fondo del baño, de modo que por la entrepuerta de viera su culazo trabajando. Le dije a Don Esteban que me siguiera y lo lleve a asomarse, de inicio se negaba hasta ofendido, me decía que como me atrevía; hasta que casi accidentalmente vio hacía dentro y ya no pudo apartar su vista de las nalgas de Rosa aventando mierda. –"Ahora vuelvo don Esteban voy a dentro, creo que tocan…"- Le dije al señor y me fui tras la ventana de la sala a ver, al sentirse solo de plano se saco su miembro y empezó a masturbarse. Sabiendo la dama que la veían se paro con lentitud y en la agachada por su falda le mostró lo que se podía de su raja.

Rosa volteo hacía fuera y fingió sorprenderse. –"¡Pero que hace señor Esteban!"-. El le contesto sonrojadísimo sin poder meterse en el pantalón su enorme pito por la erección: -"Disculpeme señorita, yo nunca hago estas sandeces, todo es culpa de este joven idiota que anda jugando con fuego…"- La señora le dijo que no se preocupara, que era muy humano lo sucedido y que no tenía un señor como el por que pasar esas penas, que lo ayudaría. –"Se lo que esto significa para usted, pero hay formas, puede respetar la memoria de su viuda, no necesariamente debe de penetrar a una dama, venga acá…"-

La madura dama se lo llevo agarrado ¡del pito! a la sala hacía el árbol del traspatio junto a la fuente y ahí lo recargo; desabotono su blusa y libero aquellos objetos de deseo y pecado que eran sus enormes ubres, puso sus manos de Esteban sobre ellos y este no dejo de acariciarlos ya. Hecho esto, Rosa comenzó a masturbarlo con su mano lento y luego cada vez más rápido; luego puso aquella enorme verga en medio de sus seno y lo masturbo en un subir y bajar delicioso, los pezones de la mujer estaban ya a reventar. No lo pudo evitar Rosa y metió el segundo miembro de su vida en su boca, tal como le enseñe, hasta donde lo más que podía engullir aquella enormidad (ora si que de su talla).

El don ya no estaba para mucho luego de cinco años de abstenerse por respetar una memoria; de sus huevos también enormes arrojo semen a lo bestia, la señora trato de ir tragando todo lo que salía hasta que la respiración no la dejo y recibió el resto en pelo, cara, cuello y pechos; su boca escurría parte también de lo que ya no ingirió.

Se vistieron lo poco desnudos que estaban y fueron a la sala, Esteban compro el último ejemplar y se fue de inmediato sin saber ya si seguir pidiendo perdón o agradecer.

Con todo lo vivido Rosa y yo principalmente nos encontrábamos mega calientes, ella queriendo por fin una verga dentro y yo estar dentro de ella. Sin más fuimos a la recamara y me la chupo aún con el semen del don en la boca, este se veía entre su saliva en abundancia aun. Luego casi me obliga a hacerle sexo oral, a lo cual accedí , evitando lamer y tragar el semen aun algo espeso que Julio había eyaculado en su culo. Fue muy salvaje esta vez mi amante dominical, no me dejo despegar del clítoris de su vaginota hasta que se vino con fuerza desmedida en mi cara con unos gritos de placer estridentes; hecho esto la puse al borde de la cama, me puse de rodillas, abrí sus enormes y blancas piernas (con su ayuda), y metí mi verga calientísima en aquella vulva rasurada y ardiente. La folle largo rato y ahora si se vino de esta manera, que exagerado era todo con la señora, chorros de sus líquidos corrían por su culo y resbalaban por mis piernas, estaba totalmente empapado de sus jugos; además olía a semen con intensidad por las eyaculadas que recibió con anterioridad. La venida mía fue de época, la cantidad de semen tal vez ya no fue tanta, pero los espasmos de placer en mi verga parecía que no iban acabar nunca, incluso ya veía nublada mi vista y sentía desfallecer de tanta contracción en mi miembro, cada una más fuerte que la otra.

Me deje caer en la cama rendido y por tanto esfuerzo, la resaca y develada del día anterior, me quede dormido. Desperté como a las once de la noche buscando a Rosa; solo encontré una nota en una mesita: -"Me tenía que ir, el último autobús a mi ciudad se iría sin mi. No quise despertarte, estabas muy a gusto; fue un placer y te prometo que volveré algún día… Tu amiga querida, Rosa"-.

Nos volvimos a ver si acaso unas tres veces más, más no se podía, posteriormente mi gran fantasía se caso con uno de sus compañeros de labor, alguien que apreció todo aquello que Rosa podía ofrecer y la tomo para sí. Incluso fui a su pueblo a la boda a compartir ahora si, sólo como el amigo que sería desde entonces.

Ahora si es el fin de esta anécdota, espero lo hallan disfrutado y les doy el mismo consejo: busquen una fantasía a su gusto y luego no paren jamás hasta conseguir realizarla, por una vez en la vida busquen algo diferente y prueben. Gracias y hasta el próximo.

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