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La zorra madura de la discoteca

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Comenzó a venir desde hacía un mes a la discoteca de maduras de mi ciudad y que yo solía frecuentar y concurrir con cierta asiduidad una golfa madura muy depravada que se acababa de divorciar y que no tenía hijos.

Como era muy amigo de la camarera de la barra, me contó un poco los pormenores de la vida de esta golfa libidinosa y como le gustaban los tíos y que a decir de mi amiga la camarera yo no le iba a ser indiferente.

Estuve charlando largo y tendido con ella y observando, examinando, estudiando, y analizando a esta puta golfa para entrarla y ligarla y llevarla a mi procaz y libidinoso terreno. No hacía mas que tontear con la clientela masculina y ninguno parecía hacerla caso, así que pensé que hora era ya de entrarla y ligarla y llevarla a mi procaz y libidinoso terreno. Como no paraba de tontear vanamente con la clientela masculina, la cogí de la cintura y la puse a bailar conmigo y ya se quedó quieta y pareció gustarle, ya que parecía una libidinosa yegua desbocada que nadie era capaz de domarla.

Se quedó perpleja e indecisa pues no se esperaba esta reacción y menos de un hombre que se metió en la pista para ligarla. Seguimos bailoteando y moviéndonos durante al menos 20 minutos y la cosa ya se fue calmando hasta que ella decidió que fuéramos a la barra a tomar unos pelotazos y relajarnos un poco

Pedimos dos buenos pelotazos con whisky y nos presentamos

— Yo me llamo Lorena — dijo ella

— Y yo soy Alessandro — dije

Nos dimos dos castos besos en la mejilla y comenzamos a charlar de cosas intrascendentes, nimias, pueriles y superficiales y sobre el tiempo que ella llevaba divorciada

— ¿Cuánto tiempo llevas separada? — inquirí

— Tres años — afirmó Lorena

A pesar de su aparente alegría inicial, a Lorena se la veía un poco confusa y triste porque estaba demasiado acostumbrada a salir con su marido y su pléyade de amigachos que más tarde se la acabarían tirando porque por culpa del trabajo del marido, se acabaron metiendo uno a uno y de vez en cuando haciendo tríos con ellos, hasta que una noche sin previo aviso, le pilló una noche a ella siendo follada y enculada por dos amigos del marido.

— Supongo que después de aquello no te habrá dejado nada — declaré

— Supones bien, mi cielo, pero la culpa fue de el, que no me hacía caso — aseveró Lorena

— Lorena creo que eres una mujer muy atractiva y sexy — afirmé

— Crees bien, cielo. Todos los amigos que me follaron, me acabaron regalando ropa de putón — aseguró Lorena

— Seguro que después de esto habrás tenido que ponerte a trabajar — formulé

— Estoy en ello, cariño. Mal que bien he ido tirando de unos ahorrillos y de que vivo sola en el piso de mi madre.

Ese comentario tan procaz de Lorena, acerca de su lencería de putón, me puso caliente y eso fue que le hiciera abrirse a mi.

— Me gustaría poder ayudarte — declaré

— Siempre que quieras, cielo — afirmó Lorena

Sus continuos y constantes retintines cariñosos me estaban empezando a poner cachondo y calentorro y ya comenzaba a mirarla con lascivia, lubricidad y mucha lujuria, pues no solo era atractiva sino que ese corte de pelo y esa cara de zorra depravada que tenía la muy golfa, me estaba empezando a recordar a cierta actriz americana y ya me estaba empezando a dar morbo sexual

—¿quieres que volvamos a la pista, querido Alessandro? — interrogó Lorena

— por mi de acuerdo — sostuve

El sensual vestido de puta en color rojo metalizado, con sus tirantes de igual color que gastaba Lorena me habían puesto rijoso y muy cachondo y no paraba de desnudarla con la vista a cada segundo, pues parecía que se le fueran a salir sus electrizantes y maravillosas tetas

— ¡guau, que música tan guapa están poniendo ahora, creo que me estoy poniendo cachonda — asintió Lorena

— Y yo también Lorena, y yo también — añadí

Yo ya estaba con un brutal empalme y mi rabo amenazaba por salir de mi tanga y me ardía el rabo y notaba como me ardía la grumosa lefa dentro de mi afeitados y gordos cojonazos

Acabaron con la música "marchosa", animada y movida y pusieron lento, momento que aproveché para asir y sujetar con fuerza a esta golfa fácil de Lorena que ya se me había rendido sexualmente y ya solo era dejar que las cosas por si solas fluyeran.

En un momento de la música me pegó un lascivo morreo lingual que me dejó atónito y muy turulato, pues no esperaba semejante respuesta de esta buena señora que casi la tenía en el bote

— Me estás empezando a gustar demasiado querido Alessando — confirmó Lorena vehemente

— ¿como te has dado cuenta, querida? — inquirí maliciosamente

— tu ya lo sabes, no hace falta qye te responda — asintió Lorena divertida

Creo que esta sexy madurita de Lorena empezó a darse cuenta del terrible y colosal empalme que yo tenía y estaba como loca por bajarmelo como fuera

— ¿quieres que vayamos a mi casa? — preguntó Lorena

— De acuerdo — sostuve

Como era verano, había buena temperatura en la calle y nos dirigimos raudos y veloces a buscar la parada de taxis mas próxima

— Creo que te deseo con urgencia lúbrica, me arde el coño — certificó Lorena

— Yo también te deseo, estoy mas empalmado que un verraco — afirmé lascivamente

Lorena se echó lascivamente en mis brazos y me volvió a pegar un lascivo morreo lingual como el anterior que me dio en la discoteca y me reafirmó procazmente en mis depravadas ganas de reventarla sus lascivas oquedades sexuales.

En el trayecto el taxista se pensó que Lorena era una fulana cara por las demasiado sexys trazas que gastaba y no paraba de vez en cuando echar una visual a la paliza que nos estábamos pegando por los continuos sobiqueos, restregones y magreos sexuales

— Me estás poniendo como una perra, ¡cacho cabrón! — prorrumpió Lorena lascivamente

— y yo no veas como me has puesto de salido . . . — certifiqué

La golfa depravada de Lorena acercó con rapidez una mano para ver el tremendo y formidable estado de mi empalme y le hacían chiribitas los ojos, pues se iba a comer mi rabo y se iba a deleitar la muy zorra. Con depravadas ganas que teníamos de darnos mutuo sexo, me ardía el rabo y notaba como me hervía y bullía la cremosa y grumosa lefa dentro de mis gordos cojonazos de macho semental en libidinoso celo.

— Noto la caliente lefa en tus putos cojones — advirtió Lorena

— Te vas a tragar toda mi lefa, ¡sucia zorra! — bramé lascivamente

Al llegar a casa de esta lasciva fulana de Lorena corrimos raudos y veloces para adentrarnos en el ascensor y proseguir el pre-calentamiento sexual, pues mi enhiesto pero duro rabo de semental bregaba por salir de mi muy ajustado tanga de actor porno.

— ¡estoy mas caliente, so puerca!, este va a ser el polvo mas lascivo de tu vida — solté lujuriosamente

— ¡soy tu esclava sexual esta noche! — bramó Lorena lascivamente

— ¡voy a comerte y chuparte hasta que grites de placer, zorra! — chillé depravadamente

La fulana Lorena me miró con mas vicio y sinvergonzonería y me agarró de la mano y volamos literalmente hasta su habitación porque la calentura y enardecimiento de nuestros lujuriosos cuerpos en celo estaba en lo mas álgido del momento sexual

— me has puesto muy verraco, cacho puerca. Te voy a matar a polvos, ¡cerda! — grité de vicio sexual

— ¡lo deseo, cabrón lujurioso!, ¡quiero ser la mas zorra de cuantas fulanas hayas jodido! — exclamó Lorena libidinosamente

La muy puta de Lorena se deshizo de su caro y ceñido vestido de fulana libidinosa y se echó en la cama, se despojó de su lúbrico tanga de ramera en celo mientras me echaba unas furibundas y ardientes miradas de depravación, vicio, lascivia y pornografía y empezó a toquetearse lúbricamente su muy perfectamente depilado coñargón de guarra depravada y dejándose puesta sus sexys medias, las ligas y sus muy morbosos zapatos altos de tacón de lasciva buscona

— ¡eres un sucio hijo de puta depravado!, ¡me has puesto el coño a mil! — rugió Lorena depravadamente

— ¡yo te voy a taladrar hasta que se me encoja el rabo, puta puerca! — grité lujuriosamente

Después de machacarse lujuriosamente su bullente coñargón de fulana libidinosa en celo, la muy zorra procedió a sobarse las tetas e imprecaba y blasfemaba con liviandades, lujurias, lubricidades y mil obscenidades pornográficas, cosa que me empujaba a desearla con depravación y lujuria y me ponía mas cachondo y calentorro y la veía como una auténtica golfa profesional

—¡sucio cabrón, vuelveme loca de lujuria! — gañó Lorena con lubricidad

La muy puerca, después de sobarse el coño y las tetas, sacó de su almohada, ya que allí siempre lo tenía, un dildo a pilas y la muy zorra se lo practicó en el coño mientras me largaba una procaz retahíla de mas de cien groserías sexuales, lubricidades, pornografías y sucias chabacanerías cual ramera barata que me enardecían mas todavía

— ¡que bueno estás cacho cabrón!, ¡que rabo tienes, joder! — soltó Lorena lujuriosamente.

Lorena se machacaba el coñargón con el dildo y se lo pasaba de arriba a abajo y sobre todo en el clítoris que la ponía muy cerda y muy puta y jadeaba y chillaba de placer como una cerda en matanza

— ¡este puto dildo me pone muy cerda! — largó Lorena lascivamente

Después de machacarse el coño con ese dildo, sacó otro mas grande y largo en color plata e inicialmente se lo pasó por el coño para metérselo en su puta bocaza de zorra. La muy zorra se deleitaba y gozaba como una ramera en celo y parecía que estuviera tragando un rabo de macho por el depravado careto de zorra de lupanar que tenía al estar así

— ¡estoy muy cerda!, ¡me voy a echar este gel ahora! — gimió Lorena lujuriosamente

La zorrona de Lorena echó un gel que tenía en su mesilla y lo echó sobre su hirviente coñargón de fulana libidinosa en celo

Después de echarse el gel, aplicó los dos putos dildos sobre su bullente chocho de ramera en celo y la muy cerda blasfemaba, imprecaba, jadeaba y gemía liviandades, sinvergonzonerías, chabacanerías y mil procacidades obscenas que le daban mas apariencia de fulana barata callejera y que me ponía mas bruto sexualmente

— ¡cacho cabrón, hoy quiero ser tu puta!, ¡la mas zorra del burdel! — imprecó Lorena lascivamente

La muy cerda, seguía y proseguía martilleando su bullente y borboteante coño con aquellos dildos y el de color plata lo clavó en todo su ojete y la muy puta no paraba de maldecir, blasfemar, soltar, largar y vomitar lujurias, lubricidades, chabacanerías y mil guarradas sexuales que me encendían aún mas

— ¡soy una furcia!, ¡soy la mas puta de toda la fiesta!, ¡que me jodan mil machos a la vez! — blasfemó Lorena lascivamente

El zorrón lascivo y depravado de Lorena permanecía bien abierta de patas como una golfa libidinosa y se estacaba y apuñalaba el plateado dildo que vibraba y la muy perra gañía y gemía como una loba libidinosa en celo mientras me largaba sucias procacidades sexuales

— ¡me estoy preparando para tí, sucio cabrón!, ¡quiero que me la claves a fondo, canalla! — chillaba agitadamente

La golfa de Lorena gemía y gañía agitada y acaloradamente mientras proseguía percutiendo y clavando esos dildos que me estaban poniendo cachondo por la manera en la que tenían loca a esta sucia cerda de Lorena

Después de machacarse y martillarse su bullente coñargón con aquellas pollas falsas yo ya estaba preparado para darle una ración buena de rabo de toro porque la la muy cerda me hacía insinuantes y depravados gestos libidinosos que me tenían encendido y excitado sexualmente

— ¡ven aquí sucia puerca y cómeme el rabo, tía puta! — ordené airadamente

La muy cerda de Lorena ya estaba con un fiero e implacable calentón sexual y se arrodilló cual esclava sexual a mamar, lengüetear y dar mil lamidas a mi enhiesto pero duro rabo que estaba de sobras, preparado para su puta bocaza de zorra depravada en celo

— ¡slap!, ¡slap!, ¡slap!, ¡slap!, ¡slap! — mamaba Lorena como una sucia fulana

— ¡cómeme mas el rabo, zorra!, ¡no pares, sucia cochina! — ordené lujuriosamente

La cochina de Lorena mamaba y engullía como una loca mi descomunal verga que la tenía enloquecida y emputecida y no paraba de hacer ruidos mientras me mamaba como una poseída sexual mi encendido rabo de toro.

— ¡quiero saborearte entero, cacho cabronazo! — bramó Lorena lascivamente

— ¡eres una guarra libidinosa, me matas de gozo, zorra! — advertí lujuriosamente

Me situé mas cercanamente a la cama y me abrí mas de patas para que esta fulana morbosa de Lorena disfrutara y gozara con mi soberbio pollón en su puta bocaza de fulana desbocada y desvergonzada

— ¡que bueno estás hijo de puta!, ¡me encanta tu puto rabo! — rugió Lorena libidinosamente

— ¡me pone mas verraco que seas tan guarra!, ¡que bien me la comes sucia puerca! — solté lujuriosamente

El pendón de Lorena acercó sus maravillosos globos sexuales a mi endurecido

rabo de semental y pajearme con ellos y desatar mas mi atrayente morbo por ella

— ¡que rabazo tienes, so cabrón!, ¡me encanta tu polla, cerdo! — jadeó Lorena lujuriosamente

— ¡ tu que puta eres, cariño!, ¡me ponen mucho las guarras como tu! — gemí lascivamente

La fulana de Lorena dejó de comerme el rabo y la muy cochina se tumbó sobre la cama para que le lamiera y lengüeteara el coño cosa que a mi me encanta

— ¡cómeme el coño, cabrón!, ¡vuélveme loca, canalla! — ordenó Lorena desvergonzadamente

Comencé a lamer ese coño que me había puesto como una puta moto después de haberla visto como se lo machacaba con aquellos dildos vibrantes y que yo ahora me iba a deleitar pasando y repasando mi electrizante lengua para volverla loca con mis lamidas de macho semental en celo

— ¡uuhm!, ¡uff!, ¡agh!, ¡agh!, ¡ah!, ¡sii!, ¡umm! — gemía Lorena lascivamente

— ¿te gusta, eh?, ¡vaya lamidas que te estoy dando, puta! — afirmé entre cientos de jadeos

Lorena seguía gimiendo y gimiendo y lanzando mil ayes de perturbadora lascivia y me insultába sexualmente y eso la excitaba y me empujaba a comerme mas y mas sin parar y sin tino ese delicioso y encendido coño que tenía la ramera libidinosa de la fulana Lorena

— ¡eres una jodido cabrón, me matas de placer! — bramó Lorena de placer

— ¡me gusta comer coños de zorras viciosas como tu!, ¡toma lamida, cerda! — chillé de deleite erótico

Lorena permanecía bien abierta de patas como una fulana de pelí porno y me insultaba e imprecaba sexualmente y eso me gustaba porque me empujaba a comerla mas y mas ese soberbio chochazo que olía a mezcla de buen perfume con libidinosa zorra en celo, por los mil flujos que emanaban de ella

— ¡eres un magnifico semental!, ¡me vuelves loca!, ¡como me lo comes, so canalla! — soltó Lorena presa de erótico impulso sexual

— ¿no querías que te lo comiera, cerda?, ¡toma lametazo, so guarra!, ¡me pone a mil comertelo, so puta! — bramé todo lascivo

Estaba encantado al ver como me miraba la puerca Lorena como le comía y devoraba ese coño y la muy cerda sonreía porque le gustaba como le comía el coño y le pasaba y repasaba la lengua de arriba a abajo y de abajo a arriba y como le taladraba el coño con la punta de mi lengua

— ¡zorra!, ¡puta!, ¡cochina!, ¡me encanta comerte el coño! — chillé depravadamente

— ¡eres un jodido pervertido!, ¡me encanta que me lo comas a modo, canalla! — jadeó Lorena viciosamente

Dejé de devorar ansiosamente ese inmenso chochazo que me estaba poniendo mas y mas bruto y me puse de rodilla delante de esta golfa de Lorena porque le iba a clavar todo mi rabo que estaba bien preparado

Empecé por rozar mi verga de semental por encima del empapado chocho de Lorena y la muy cerda empezó a jadear y soltar lascivos grititos de lujuria

— ¡uuhm!, ¡uff!, ¡agh!, ¡agh!, ¡ah!, ¡sii!, ¡umm! — gemía Lorena lascivamente

— ¡toma rabo, guarra!, ¡todo para ti, cerda! — jadeé viciosamente

La guarra se fue posicionando mejor para que mis acometidas sexuales fueran a mas y la muy puerca, mientras la iba taladrando el chochazo se tocaba el clítoris y no paraba de sollozar, gemir y gañir de gozo y deleite carnal

— ¡oh, Dios, que gustazo me das, canalla! — gimió Lorena depravadamente

— ¿no querías rabo, cerda?, ¡toma rabo, so zorra!, ¡me pone a mil joderte, so guarra! — bramé todo libidinoso entre mil berridos sexuales

La puerca de Lorena se movía espasmódicamente mientras estaba tumbada y recibía mil pollazos y no paraba de gemir y jadear mientras ponía los ojos en blanco de puro placer lascivo

— ¡cabrón!, ¡hijo de puta!, ¡que bien me jodes, canalla!, ¡eres mi puto cerdo!, ¡dame mas gusto, bribón! — gritaba la puerca de Lorena entre mil vagidos de placer

Lorena levantó su torso y apoyó sus manos sobre la cama para proseguir con sus iracundos espasmos sexuales y clavarse mi pollón en todo su coñargon de ramera depravada

Paré un momento de taladrar ese chocho lascivo para rozar mas el clítoris de la guarra Lorena que me deseaba mas y mas y ponía ojos de puerca en celo. Jugué con mi enhiesta verga en la entrada de su acalorado chochazo y la muy zorra gemía y jadeaba como una vulgar ramera de lupanar barato para volverlo a encasquetar en las calientes oquedades de su chocho de ramera emputecida

— ¡ya, cabrón!, ¡que gusto me das, canalla!, no pares hijo de puta! — afirmó Lorena obscenamente

Yo proseguía taladrando y taladrando sin parar a esa puta guarra que me traía de cabeza con sus obscenos insultos sexuales que tanto me enardecían y ponían cachondo y la muy puerca me pedía mas

— ¡vamos, cabrón!, ¡fóllame!, ¡jódeme viva!, ¡no pares, cabrón! — gritaba Lorena lascivamente

Continuaba perforando su acalorado chochazo y la daba empellones y ella se movía hacía adelante para sentir aún mas mi endurecido rabo y gemir y jadear con vicio, lascivia y obscenidad como una vulgar fulana callejera

— ¡me estás poniendo mas burra, cabrón!, ¡me estás poniendo a tope y estoy mareada de placer! — advirtió Lorena entre cientos de vagidos y gemidos

La guarrona de Lorena frenó en seco para que parara de follar su ardiente y encendido coño de ramera libidinosa desbocada y se tiró a lamer y libar mi polla pues parecía querer mas rabo en su lasciva bocaza de guarra

— ¡que bien me estás jodiendo cabrón!, ¡me encanta comerte el rabo, hijo de puta! — chilló Lorena lascivamente

Dejó de lamerme y comerme el rabo para cabalgarme y agarrarse ella sus nalgas de ramera emputecida mientras me denostaba y soltaba imprecaciones sexuales

— ¡canalla!, ¡hijo de puta!, ¡folla a esta zorra!, ¡necesito tu polla, hijo de puta! — bramó Lorena libidinosamente

— ¡toma rabo, cerda!, ¡toma rabo!, ¡pero que puta eres, golfa!, ¡montame mas, sucia puta — rugí procazmente

La putona de Lorena botaba y saltaba de arriba a abajo con mi duro pollastrón e imprecaba mil barbaridades sexuales que me encendían y gustaba

— ¡soy una zorra!, ¡soy una zorra!, ¡matame a polvos, canalla! — gritó Lorena libidinosamente

Paró un segundo para cambiar de postura y me volvió a cabalgar el rabo pero dándome la espalda

— ¡qué gusto me das, bribón!, ¿te gusta, eh?, ¡vaya montada que te estoy dando, cabronazo! — afirmó Lorena entre mil jadeos

El putón depravado de Lorena movía y removía su inflamado coñargón de guarra desbocada y volvía a lanzar gañidos, gemidos y mil vagidos presa de su brutal delirio lascivo

— ¡me gusta montar a machos viciosos como tu, so cerdo! — chilló Lorena de deleite erótico

— ¡eres una jodida puerca, me matas de placer! — bramé de placer

La zorra de Lorena brincaba en la cama sobándose las tetazas como una vulgar cerda muy calenturienta emputecida y lanzaba y exhalaba gañidos y gemidos y me insultaba sexualmente

— ¡me pone a mil montarte, puto cabrón ! — bramó Lorena muy lasciva entre mil berridos sexuales

— ¡eres un magnifica zorra!, ¡me vuelves loco!, ¡como me montas, so puta! — solté preso de erótico impulso sexual

El zorrón de Lorena siguió botando con mi rabo dentro de su excitado y estimulado coñote y seguía gimiendo hasta que cambiamos de postura.

Cambiamos de postura y le clavé en todo el coño mi rabo a esta fulana de Lorena que tanto deleite me daba y me estaba volviendo loco y poniendo muy lascivamente escabroso. La muy golfa se puso a cuatro patas y reiniciamos la jodienda.

— ¡toma rabo, puta!, ¡me matas de placer, guarra! — chillé depravadamente

— ¡tu si que me vuelves loca, cerdo!, ¡no pares, bribón! — jadeó Lorena de obsceno vicio

— ¡me vuelve loca joder a putas como tu, guarra! — aseveré depravadamente

— ¡Eres un canalla!, ¡me matas de gusto! — confirmó Lorena escabrosamente

Arranqué vagidos tras vagidos al guarrón depravado de Lorena que gemía y jadeaba y estaba muerta de gusto de los rabazos que le atornillaba a su muy inflamado coñargón de ramera libidinosa

— ¡me estás poniendo muy cachondo, zorra!, ¡que gustaaaazo! — gemía yo cual cabrón en celo

— ¡eres un jodido pervertido!, ¡te estoy disfrutando a modo, canalla! — jadeó Lorena viciosamente

Volvimos a cambiar de postura y la cerda de Lorena se abrió de patas para que la diera mas rabo y la jodiera con ahínco y perversión

—¡chulo, bribón, cabrito, malnacido, canalla, depravado, miserable, golfo! — largó Lorena de arrebato lujurioso

— ¡guarra, zorrón, guarrón, golfa, fulana, furcia, hetaira, meretriz, mujerzuela! — solté de enajenación sexual

Le dí los últimos arreones a su exaltado e inflamado chochazo de fulana libidinosa en celo para luego sacarlo y darle pastosa y cremosa lefa en su lasciva bocaza de sucia guarra en celo

— ¡sácame el rabo, hijo de puta!, ¡dame tu lefa, cabrón! — vociferó Lorena depravadamente

— ¡te la voy a dar, si cerda!, ¡te vas a comer mi puto rabo, puerca! — largué entre gemidos

Mientas yo estaba de pie en la cama y ella de rodilla frente a mi y con su puta bocaza de guarrona en celo esperando mi crema de semental a que se lo explotara en su careto de guarrona depravada y viciosa

— ¡dame tu puta lefa, canalla! — jadeó Lorena lascivamente

— ¡tómala toda para ti, so puta! — largué lujuriosamente

Finalmente le explote mi crema de semental en la boca y la muy puta me relamió los últimos cuajarones que estaban pegados a mi todavía duro cipote

— ¡canalla!, ¡tío bueno!, ¡me ha encantado joder contigo, so cabrón! — jadeó Lorena depravademente

— ¡si, me has vuelto loco con esta puta jodienda, zorra! — largué lujuriosamente

Después de haber jodido con esta puta puerca, nos retiramos a la ducha y me fui dándola un lascivo beso de lengua para que no olvidara esta puerca fulana de Lorena quien la había follado como ella buscaba.

(8,60)