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Postrarse ante él ¿error o acierto?

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Daisuke quería experimentar el deseo más intenso posible, ser totalmente torturado con placer, lo consiguió, pero en las manos de quien pensaba que podía conducirlo al éxtasis supremo, siempre a él, a su amante, solo con alguien como Takeru podia sentirse en otra dimensión, abandonar su cuerpo físico y sentir lo imposible, algo que con su amor no podía, no sabía porqué, pero con Ken no podía obtener ese fuego, esa experiencia

-- Te lo suplico, no sé que me ocurre, no se que es esto, solo quiero ser libre sintiendome atado

No hace falta decir que su amante aceptó, verle de rodillas, abrazandole las piernas, casi llorando, implorarle que hiciese cualquier cosa con su cuerpo era sin duda uno de los mejores regalos que Daisuke podía ofrecerle, tantas sesiones de abusos, a veces con agresión, a veces con cariño, tal vez era porque Takeru le daba una de cal y otra de arena, llevar a su cuerpo y su mente a sentir cosas nuevas, el estar con él, en sus manos, era tocar el cielo

-- Sabes que quiero, sabes que lo haré, sabes que una vez que entres en mi pequeño mundo no vas a escapar hasta que yo lo quiera. te ofreceré algo nuevo

y ahí estaba ahora Daisuke, renegado por completo de toda libertad, en las manos de su amante , dispuesto a encerrarlo en esa prisión del éxtasis por unas horas, sólo podía estremecerse y retorcerse en respuesta a la constante vibración que irradiaba a lo largo de su cuerpo

La cinta de sus ojos le mantuvo enfocado únicamente en los sonidos de las vibraciones, en el constante ir y venir de esas manos embardurnandole de aceite lubricado, en los constantes sonidos de placer que además añadían un agradable tormento. Lo único que podía hacer era imaginar la fuente de tales sonidos; añadido las salvajes manos de su amante masturbandole , llevandole a un orgasmo deseado bastante largo o penetrando duro con algun juguetito sexual abofeteando la penetración dura desatando su orgasmo.

La cinta sobre su boca sin embargo hizo la prueba mucho más cruel , no podía implorar ni suplicar, sus gemidos tambien estaban encerrados.

Sentirse libre estando atado, que dulce ironía.

Cada vez que gemía o hacía cualquier sonido de placer, el vibrador fue llevado dentro lo suficiente para que el orgasmo cayera sobre él antes de ser colocado de nuevo en su ano, siempre usado para fines sexuales. Al ser completamente inconsciente de su entorno y protegido de los sonidos externos debido a la cinta y las vibraciones, se mantuvo en jaque causando que los ocasionales gemidos de placer se derramaran, por supuesto esto significaba que su orgasmo estaba impedido de salir disparado de su boca cerrada.

Siendo tan sensible a la intensidad del vibrador, la situacion era una autentica tortura, era una situación increiblemente erótica, indefenso, aguantando como el orgasmo quería salir y no se le era permitido sacarlo, los minutos transcurrian así, hasta llegar a las horas, aquel ciclo parecía no terminar nunca.

Finalmente, el había experimentado el placer que tanto ansiaba que le llevaran al pináculo de lo que podía soportar, la frustración extrema de la inclinación y la negación. Aunque ahora no podía hablar o gritar, se vio obligado a soportar aquel orgasmo sin salir de su boca por mucho tiempo

Su primera experiencia, su primera negación de orgasmo, sensación agonizante de tener el éxtasis justo en la garganta y que unas cuerdas no te permitan sacarlo del cuerpo

Placer solo permitido para masoquistas, ese era Daisuke.

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