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Mi mejor amante

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Y ahí estaba el, sentado en la sala de mi departamento, aún no salía el sol, me besaba tan rico, suave y apasionado, lo conocía tan poco pero lo deseaba tanto, no era guapo, es más al principio lo evitaba, lo conocí en mi ir y regresar de la guardería, insistió por meses ofreciéndose a llevarme a mi trabajo o a mi casa y yo lo rechazaba, después de tanto insistir dije ok y porque no? Es solo una comida, platicamos de cosas comunes y me dijo que yo le gustaba, me pidió besarme y acepté, wow que beso!

Me tuvo, fui suya desde ese momento, sus besos y caricias se intensificaron, lo detuve pues estábamos en su camioneta, lo invite a que pasara por mi departamento días después y ahí estábamos, ese sábado, en mi salsa, pronto ya estaba yo recostada en uno de los cojines con el besando mi cuello, sus manos acariciaban cada rincón de mi cuerpo y se detuvieron en mis senos, como ya lo mencione en otro relato soy talla 36 D no tardo en ir debajo de mi blusa y debajo de mi brassiere yo me enderece y me saque la blusa, no quería que nada detuviera lo que estaba sintiendo, estaba súper excitada, su manera de tocarme era tan delicada pero a la vez tan excitante, se detuvo y admiro mis senos antes de tomarlos en sus manos, con su mano derecha rozo mi seno izquierdo apenas y sentía el roce tan suave tan sensual sentía ese cosquilleo que me recorría y mi pezón se puso duro, como un pequeño volcán, se inclinó y lo lamio, ese contacto húmedo con mi pezón duro y excitado fue delicioso, y empezó a lamerlo, lo chupo y mordisque tan rico tan suave, yo estaba que no cabía de placer sus manos y su lengua enfocadas en mi seno de una manera excepcional, se detuvo y comenzó a subir por mi cuello con sus besos y comencé a desabrochar su camisa, su piel blanca, su cuello rojo mostraba signos de que se exponía al sol, delgado mis manos recorrieron por primera vez ese torso que tanto me encanta ahora yo lo recosté, lo besé, nuestros labios y nuestras lenguas se fundían en deseo, ninguno hablábamos al menos en ese momento no era necesario, besé su cuello porque me encanta hacerlo, mientras mis manos subían y bajaban por su torso y con mis uñas arañaba suavemente su piel y baje, mis labios querían recorrer cada centímetro de su piel, el ahí recostado jugaba con mi cabello que es castaño y largo y lacio.

No pude resistir más y fui directo a su pene con mi mano izquierda, el llevaba jean negros y por encima del pantalón sentí que tenía una erección riquísima, de inmediato busque la hebilla del pantalón para desabrocharlo y liberar esa verga, por hacerlo con una sola mano tarde un poco pero por fin estaba ahí, frente a mí, no era enorme pero con un tamaño más que suficiente, él estaba recortado del vello púbico, que verga tan mas deliciosa tenia ahí frente a mí, no perdí tiempo y me la lleve a la boca, el gimió, con la punta de la lengua rozaba todo desde la base a la punta mientras mis labios sabían, lo tragaba lo más profundo que podía, él estaba tan excitado que comenzó a cogerme por la boca, que verga tan deliciosa su verga toda blanquita con una cabeza grande y un poco rozada, unas venitas mmmm que me encanta presionar con la lengua, después de un rato lo detuve no quería que se viniera aun, lo tome con las manos y con una mano giraba hacia un lado y con la otra hacia el otro para este punto yo ya estaba de rodillas frente a él y mientras mis manos giraban con mi lengua rozaba su punta, solo podía escucharlo gemir y suspirarlo solté y lo chupe por los lados por abajo por arriba, sus testículos que perfectos que ricos primero los lamí para ver su reacción, cuando vi que le gusto seguí lamiendo, chupando, succionando, aunque con dificultad los logre meter los dos a mi boca y jugar con mi lengua, volví a su verga y yo parecía hambrienta, no paraba de comer esa ricura, de lamerla de admirarla, lo veía a los ojos y su mirada me decía cuan excitado estaba, no quería que me detuviera, pero supe que se acercaba el momento en que eyacularía y aceleré el ritmo quiso sacarse pues creyó que yo me incomodaría si se venía en mi boca, pero seguí y de pronto empezó a llenarme la boca con chorros de semen, como gimió! Que rico orgasmo, me trague lo que pude, me limpie lo que quedaba fuera y ahí quedamos, el sol ya resplandecía.

Se vistió, nos despedimos con el acuerdo que la siguiente vez yo sería la consentida y le agradecí por tan rico desayuno, y nuestra historia son ya 7 años de historias.

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