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Desayuno con mi cuñado

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Hola chicos y chicas, soy Carolina, sé que debo terminar de contarles la segunda parte de mi primer encuentro con Felipe en un motel, pero antes, debo contarles lo que me paso hoy por la mañana.

Bueno, les cuento; vivo en casa con mis padres y mi hermana mayor que yo por 6 años, se llama Camila y tiene 28 años y vive con su pareja hace un par de meses en un departamento interior al fondo de nuestra casa, su Novio se llama Jorge y tiene uno o dos años más que ella.

La cosa es que hoy me desperté cerca de las nueve, hoy es mi día libre (miércoles) por lo que no fui a trabajar, estaba sola en casa, o por lo menos eso creía yo, hacia un poco de frio, me puse una bata encima de la blusa de dormir, debajo de ella solo se veía mi calzoncito, obvio, duermo sin sostén, baje las escaleras y salí al patio para recoger una toalla, al entrar a casa escuche un ruido, salí nuevamente y vi a mi cuñado, estaba vestido con un bóxer ajustado y una polera sin mangas, él es alto y delgado, bien delgado, es moreno y tiene los ojos pardos -Hola cuñadita- me dijo, acercándose a mí, yo estaba mirándolo, con la bata entreabierta, dejando ver mis grandes tetas y mi pequeño calzoncito por la transparencia de mi blusa, me beso suavemente en la mejilla - que pasa, hoy tienes libre?, yo también- me dijo sonriendo y tratando de disimular su mirada hacia mis tetas, yo le conteste que sí, mirando directamente a el bulto en su bóxer, ahora voy entendiendo por que mi hermana esta con este flaco, pensé mientras cerraba un poco mi bata para cubrirme, en eso Jorge me pregunta ¿Quieres desayunar?, tengo café recién preparado, yo asentí con un movimiento de cabeza y él se acercó a mí, me tomo por la cintura y caminamos hacia la entrada de su departamento, al entrar él se quedó detrás de mí, cerrando la puerta, yo me quede parada en la entrada y él se acercó por la espalda -Pasa sin miedo, no te pasara nada- me dijo apegando su cuerpo al mío, pude sentir el bulto de su entrepiernas pegado a mis nalgas, camine lentamente hasta la sala, moviendo sensualmente mis caderas, deje caer suavemente mi bata, sentía su mirada en mi culo apenas cubierto por mi pequeño calzoncito, me volví hacia él y mirándolo a los ojos le dije - Donde está mi desayuno, tengo hambre- bajando mi mirada hacia su abultado bóxer, él se acercó a mi rápidamente y me beso mientras sus manos me recorrían, le acaricie la entrepierna y pude sentir lo duro que estaba, baje suavemente su bóxer, el pene erecto de mi cuñado salto erguido, apuntando hacia el cielo, era un pene delgado, pero bastante largo, su cabeza roja e hinchada parecía que iba a explotar, me arrodille frente a él y comencé a disfrutar de su duro mástil, era tan largo que sentía que se abría mi garganta y aun no entraba completo en mi boca, el acariciaba mis tetas mientras yo me tragaba su verga, él estaba muy excitado, tanto que no aguanto mucho más las caricias que le daba mi boca y en unos pocos minutos acabo, me trague todo el semen de mi cuñadito, que no fue mucho, mi hermana debe cogérselo a diario, pensé. Seguí con su verga en la boca hasta que comenzó a ponerse flácido, luego me puse de pie y le di un beso suave en la mejilla -Adiós cuñadito, hoy no nos hemos visto... Y gracias por el desayuno- le dije mientras caminaba hacia el patio, me sentía un poco mal por haberle chupado la verga al novio de mi hermana, pero la verdad, no pude contenerme, no pude resistir mis ganas de probarlo y chuparlo hasta hacerlo acabar.

Luego me duche y después de vestida me dispuse a desayunar algo más que verga y semen, pensaba en lo puta y caliente que soy y en cómo me convertí en una chupa verga desde hace un tiempo, bueno, ahora debo irme, pronto escribiré el final del encuentro con Felipe, ahora Matías, mi novio, me está esperando para estudiar y luego ir a clases, les mando un beso ahí, donde más les guste.

Carolina

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