Nuevos relatos publicados: 7

Pasiones prohibidas

  • 5
  • 20.655
  • 9,00 (7 Val.)
  • 0

Te amo, nos decíamos mientras nos besábamos con locura y pasión para dar paso a la consumación de aquel acto salvaje que solamente entre dos machos se puede realizar.

Te necesitaba tanto.

Yo también cachorrito, necesitaba sentirte, tocarte, tenerte cerca, acto seguido mi amante, arranco mi camisa, y los botones salieron volando por toda la habitación, estaba poseído por toda la lujuria que yo le provocaba, nos seguíamos besando cuando de repente me volvía y me pega contra la pared, restregándome todo su bulto en el trasero, se sentía increíble, quiero comerte el culo me dijo, mientras con una fuerza descomunal rompía mi pantalón dejando así mi trasero a su merced, él se arrodillo, y con su lengua hurgaba en el, lo devoraba cada milímetro, mientras me hacía gemir del placer que me provocaba, sentía como su lengua intentaba entrar por mi ano, el cual años antes el mismo había desvirgado, de un momento a otro se detuvo, se había puesto en pie, y toda la ropa se había ya sacado.

Verlo ahí desnudo, con todo su cuerpo trabajado por el gin, lleno de pelos, en el pecho, en las axilas, en su pubis coronando esa hermosa y enorme verga, y sus grandes bolas peludas también, encendía en mí una chispa que provocaba un fuego abrazador, en el cual terminaríamos quemándonos los dos, instintivamente me arrodille ante él, lo mire de abajo hacia arriba, y con sus ojos parecía decirme, chupámela por favor, y lo hice, primero recogí todo su liquido chorreante, lo saboree, y sin pensármelo dos veces devore esa gruesa pinga, cada uno de sus 20 cm, ninguna se comparaba a esta, esta era especial, era la verga del hombre que yo más amaba, se la chupaba con desesperación.

Hay que rico mi amor, no pares; coloco sus dos manos en mi cabeza, y ahora era el quien dirigía la mamada, me introducía su miembro hasta la garganta, me daban arcadas pero él no paraba, se había contagiado de ese fuego que en mi había comenzado, hasta que por fin pude respirar, me restregaba la verga por toda las cara, le chupe las bolas esta vez, que rico es sentir todo el vello púbico en el rostro, áspero y suave a la vez, estaba en la gloria, hasta que me dijo las palabras que yo quería escuchar.

Quiero follarte me dijo, y yo sin más, me acosté en la cama boca abajo, para así recibir a mi amante, mi hombre, que muy lentamente con su lengua recorría desde mis piernas hasta mi nuca, podía sentir su respiración, y también las ganas inmensas que tenia de hacerme nuevamente suyo.

Te voy hacer sentir como un verdadero macho a cada rato me susurraba, de pronto sentí una mordida en la nuca, y comprendí sus palabras, porque solo los machos follan salvajemente, como el león que muerde a su hembra cuando se aparean, a par con la mordida, sentía como entraba su pene caliente en mi interior, me sujetaba los brazos, estaba inmóvil, solo me deje hacer por ese macho que me estaba dominando, su pene entraba y salía relajando mi próstata, nuestro gemidos prácticamente se habían convertido en rugidos, rugidos de dos machos cogiendo salvajemente, su pelvis chocaba con mi redondo trasero, plus, plus acompañado de los chirridos de la cama, y los golpes en la pared, y mi macho no me soltaba.

Mi verga estaba a mil, sentía que me corría en cualquier momento, pero aguantaba, paso su mano por debajo de mi abdomen, y aun estando unidos, nos acomodamos hasta quedar perfectamente como dos perros salvajes, me tomo el cabello, y empezaron las embestidas, cada una era con más intensidad que la otra, la cama ya se movía de su posición, y la pared perecía ya agrietada por los golpes que le daba la cama, el volumen del sonido de nuestra piel chocando aumentaba, mis nalgas estaban al rojo vivo por las embestidas tan fuertes que me daba, sus bolas ya le dolían de lo fuerte que golpeaban, y mi pene a punto de reventar estaba.

Ya no aguanto más, ya me vengo.

Cachorro aguanta un poco más, quiero tenerte así toda la noche si es posible.

Las embestidas eran incesantes, pero el cuerpo ante tan grande estimulo responde, mi verga exploto, y eyacule semen como nunca antes, casi al instante mi amante se corrió también, y mientras soltaba toda su carga en mí, mas y más intentaba meter su pinga, mientras rugía del placer, pero ya la tenía toda adentro.

Nos quedamos estáticos, mis rodillas se desvanecieron y mi padre cayó encima de mí, con la respiración agitada, te amo mi amor, hijo mío, mi adoración, y colocándonos de cucharita, le dije también yo papá, su boca busco mi boca y nos besamos. Nos quedamos dormidos.

**************

Hola me llamo Jonatán, espero les haya gustado este relato, que es como una introducción a lo que les voy a contar más adelante.

Disculpen por no presentarme como se debe, pero quería dar ese sentido de misterio de saber quienes estaban cogiendo en mi historia, hasta este punto ya saben que son padre e hijo, y aunque en ese tema no se centra la historia que quiero contarles (porque de hecho hay más situaciones que he experimentado sin él), pues quería brindarles esto como una introducción.

Les contare como soy en una próxima entrega.

Gracias de antemano y cualquier cosa este es mi correo: [email protected].

(9,00)