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Pasiones prohibidas: El inicio de todo

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Qué serias capaz de hacer por tu padre? Aquel hombre maravilloso que te dio la vida y con el cual pasas momentos inolvidables.

Yo soy capaz de hacer cualquier cosa, hasta dar la vida por él, y el también la daría por mí.

No, no estoy enamorado de mi padre, ni el de mí tampoco.

Es algo difícil de explicar, solo aquel que tenga la mente muy abierta podría comprender.

Es un amor como de cualquier padre hacia un hijo y viceversa, solo que en nuestro caso concretamos ese amor, uniéndonos en el acto sexual, entonces ¿Por qué no entregarte a ese hombre que hizo posible tu existencia? Es verdad que la mamá es la que te lleva los 9 meses, pero es el padre el que te da la sangre, es el padre el que define el sexo del bebé, es el padre el que hace posible que el óvulo se fecunde y que nazca un nuevo ser.

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Bueno antes que nada permítanme presentarme: Me llamo Jonatan tengo 25 años, en cuanto a mis características físicas pues mido 1.73 aproximadamente, cabello negro y ojos marrones oscuros (digamos que son características comunes), piel trigueña (también el típico color de piel del hombre latino), pero eso si guapo, me considero guapo, y varias personas también me lo han dicho, mi cuerpo está formado por el ejercicio y de vez en cuando voy al gym, y el último detalle que más llama la atención de muchos y de muchas jajaja, es mi trasero, tengo un trasero bien formado.

Y pues mi padre, se llama Héctor tiene 40 años, y si me tuvo demasiado joven, fui producto de la arrechura de la edad, un error, o como quieran llamarlo, él es un hombre alto, fornido y de cuerpo bien trabajado por el gimnasio, cabello ondeado, ojos marrones, de piel trigueña también, y es muy peludo, tiene vello por todos lados.

Bueno sin más paso a dar inicio a la siguiente parte de mi relato.

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Cachorrito buenos días, escuchaba yo, mientras mi padre me daba besos en la nuca y con sus grandes y gruesas manos me acariciaba todo el cuerpo; yo mientras despertaba de mi letargo, me acurrucaba más a él, pudiendo sentir una potente erección que se acomodaba entre mis nalgas.

Parece que aun quieres batalla, le dije, mientras guiaba mi mano hacia su verga, que caliente y dura como roca se encontraba, el solo rio, porque su erección era la evidente confirmación a la pregunta que yo había formulado.

Y sin previo aviso, me introduje ese hermoso falo dentro con gran facilidad pues aún tenía el semen de mi amante, quien como acto reflejo me apretó más y más a él, quedando fuertemente aprisionado por aquellos fuertes y macizos brazos.

Me culeaba lentamente mientras me decía palabras que me demostraban su cariño y amor, dame más fuerte papito le decía yo casi como un ruego, y mi papito sin rechistar empezó su incesante bombeo, así en la misma posición que habíamos dormido la noche anterior, gemíamos los dos mientras nos demostrábamos nuestro amor, un amor de padre e hijo como ninguno, podrán criticar y hablar pero nuestro peculiar amor seguirá.

Sudábamos y jadeábamos, pero nuestros cuerpos parecían dos imanes que no querían separarse, sentí la mano de mi padre aprisionar mi verga, que me masturbaba al mismo tiempo que me follaba, y casi al instante eyaculo, varios chorros de semen salieron formando un charco en la cama, y mi padre como si estuviéramos sincronizados depositó dentro de mí su precioso néctar, y mientras nuestra respiración se normalizaba palabras de agradecimiento salían de su boca.

Me hubiera gustado quedarme así todo el día, pero era hora de levantarse, él tenía que trabajar y yo tenía que estudiar, nos separamos, y como si de una botella de champán a la cual le retiran el corcho se tratase, expulse parte de la leche que mi padre me había dejado, nos reímos los dos y cargándome fuimos hacia la ducha donde nos aseamos hasta borrar cualquier rasgo de la incestuosa relación que nos domina.

Nos vestimos, nos arreglamos y antes de salir, nos despedimos con mucho amor, cada uno tomo su camino, pero mientras me dirigía a mi destino, un recuerdo a mi mente llego.

Como no olvidar aquella vez, como olvidar aquella situación, como olvidar el inicio de todo.

Siempre fui muy apegado a mi padre, lo amaba y lo amo con todo el corazón, siempre fue muy cariñoso conmigo (no tanto como ahora, era un cariño dentro de los estándares de la normalidad), salíamos a todos lados, al gym, de viaje los dos juntos, sin mi madre; mi padre la amaba demasiado, pero ella siempre fue muy dura y seca, a veces no demostraba sus sentimientos, en cambio mi padre, me lo demostraba en todo momento era y soy su adoración y el también es la mía.

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30 de enero de 2010

Ese día una serie de acontecimientos pronosticaban como iba a terminar el mismo, con un matrimonio roto, mi padre destrozado, con un chico de 18 "traumatizado", y con el comienzo de una prohibida relación.

Para mi padre, mi madre y yo éramos su mundo, aunque ella le era indiferente, pero a mi padre le daba igual, nos amaba y por nosotros era capaz de hacer cualquier locura.

Habíamos ido mi padre y yo desde el lunes 22 de enero de viaje, nos habíamos divertido, y nos habíamos relajado de todo el estrés que la ciudad provocaba, habíamos planeado regresar el fin de semana mismo, pero por un infortunio de la naturaleza no podíamos viajar por la carretera pues estaba lloviendo fuertemente.

Con las esperanzas perdidas de regresar, habíamos decidido quedarnos una semana más, llamamos a mi madre y como siempre le dio igual, me sentía mal por mi padre, por los desplantes que ella le hacía, pero mi padre aun así la amaba.

Pero para mala fortuna o no sé, si, para buena, la naturaleza había calmado su ira, permitiéndonos a mi padre ponernos en marcha antes de lo previsto y regresar a la ciudad.

Ya en el camino, sentía que algo andaba mal, y mi padre también lo notaba pero aun así no dijimos nada, en completo silencio nos dirigimos hacia la casa donde una acción desencadenaría una terrible reacción.

Entramos despacio, sin hacer nada de ruido, buscamos a mi madre abajo pero no la encontramos, mi padre subió para ir a su habitación pero mientras más se asomaba algo vio que de inmediato sus lágrimas dejo caer.

Vio a mi madre desnuda chupándole la verga a un tipo, pero no era cualquier tipo, era Aldo un amigo de ambos; Aldo gemía fuertemente y mi madre metiéndose la verga hasta la garganta se atragantaba hasta las arcadas.

Pararon y empezaron a reír, ahora mi madre se burlaba con Aldo de mi padre.

Diana insultaba a mi padre de la peor manera, y su amante con su verga babeante le follaba la boca hasta cansarse.

Eres mejor que mi marido dijo ella, y Aldo con su ego en alto solo asentía.

Diana se acostó en la cama y un cómeme el coño soltó, y su amante bien mandado se arrodillo y el coño le devoró, Diana gritaba del placer que la lengua de su amante le producía, mientras en voz alta decía aprende Héctor, tal vez así te quiera un poco más.

Héctor al escuchar esa expresión quiso entrar pero algo lo detuvo y continuo mirando.

Ahora su amante se ponía un condón, y Diana deseosa su coño sobaba a la esperaba de semejante pollón, que de un solo tirón, entro en ese callejón.

Diana fuertemente gemía, mientras mi padre pasaba de la tristeza a la ira, porque en sus oídos retumbaban, Aldo eres el mejor.

Aldo le daba de alma mientras a mi madre, maldecía e insultaba a mi padre.

El orgasmo era inminente, Diana pidió la leche en cara que Aldo con gusto le brindo, mi madre se relamía con los jugos de su amante y este la esparcía por toda la cara.

Mientras yo subía por la escaleras, mi padre viene hacia mí, me abraza y se suelta a llorar podía sentir el dolor de mi padre y en voz baja calma le decía y mi padre en silencio lloraba en demasía, no pasaron ni 5 minutos, hasta que lo aparte le levante el rostro, y nos miramos fijamente a los ojos, mi padre movido por un impulso, un beso me planta que duro una eternidad, yo me quería apartar; pero comprendía que mi padre necesitaba desfogar, así que me deje hacer, mi padre me devoraba la boca se apartó de mí, no se disculpó, solo salió, y yo me quede pensando.

Decidió ir a enfrentarlos, pero se encontró con algo mejor, a los amantes descansando felices se les veía, mi padre desenfundo el arma que traía, y disparo.

Los amantes despertaron y después de otro disparo el silencio reino, yo subí asustado, y cuando llegue a la habitación ambos estaban blancos como el papel, ahora eran ellos quienes no se movían.

Mi padre lloraba, y tratando de acercase hacia mi madre, lo detuvo, y le dijo que no se acercara maldito animal, ¿nos ibas a matar?

¿Por qué? pregunto él y mi madre a la defensiva le grito que era malo como amante, Aldo era más hombre que él, que la hacía sentir más mujer.

Mi padre no dijo nada, el solo me miraba y se puso a llorar, yo me acerque a él y trate de sacarlo, pero mi madre volvió a decir, hazle caso, mejor lárgate, hazle caso al imbécil de tu hijo que es igual a ti, unos completos imbéciles, eso enfureció a mi padre, y quien acercándose le tiro una cachetada, Aldo al fin reacciono quien lanzándose sobre mi padre lo arrojó al suelo, yo reaccione y golpeé a Aldo también y lo reduje.

De pronto llego la policía, pues los vecinos habían avisado, quienes se llevaron a mi padre detenido, al verlo con el arma en la mano.

Afortunadamente Diana no puso la denuncia y soltaron a mi padre muy tarde.

Por la noche fuimos a dormir a un hotel porque no queríamos regresar a casa, dentro de la habitación me bañe y me acosté en la cama desnudo, sin decir una sola palabra, mi padre hizo lo mismo, se le notaba triste, lo mire a los ojos, y me dijo que me quería, que siempre me protegería, me acaricio el rostro y nos fundimos en un tierno y pasional beso.

Bueno hasta aquí la siguiente historia de pasiones prohibidas

Gracias por leer y espero que les guste este relato.

Por favor comenten y díganme que estoy haciendo mal, y que debo cambiar.

En mis próximos relatos les contare otros aspectos de vida.

Cualquier cosa escribir a [email protected].

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