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La inseminación

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Soy Ricardo el marido de Teresa y le paso este relato a Juan para que lo publique en vuestra página.

Llevamos casados casi 5 años ella tenía 28 años, es normal no una modelo pero es buena en la cama, aunque a veces le lleva tiempo llegar a los orgasmos conmigo, llegando yo antes que ella, dejándola insatisfecha siempre me preocupo el tema y si me pregunto si sería igual con otro, le he hablado de hacer tríos pero me dijo de plano que no, que jamás follaría con otro estando casada, frustrado en mis deseos pero esto me propuse que algún día eso cambiaría.

Me olvide de esos turbios deseos y paso un tiempo, queríamos tener un hijo y no podíamos era yo el de los problemas y eran totalmente insanables, no podíamos pagar un inseminación in vitro, no podía costearla y no me animaba a decírselo, ella y yo trabajamos de Auxiliar en un hospital de Castellón donde vivimos, y esto es lo que pasó.

La guardia del hospital era al siguiente día, fin de semana mediados de mes, aburrida, tranquila le toco de asistente un enfermero suplente nuevo al que no conocía, alto, atlético de unos 30 años era atractivo y sus manos eran muy grandes enterándome luego que había sido el portero de un equipo de Fútbol de 2da. División, se llama Antonio y yo tenía amistad con él.

Paso el tiempo no había pacientes y surgió una conversación que giraba en torno al sexo, chicas, poses, etc., su curiosa fantasía me llamo la atención, él quería follarse una mujer sin que ella lo viera, el hombre era muy tímido y no se motivaba si sus parejas lo miraban. No tenía pareja. Le conté mi fantasía y los complejos de mi mujer a él le gustaba mi mujer, y surgió una idea.

Hicimos un plan, yo reservaría habitación en el Hotel. Le pedí a Antonio el enfermero que se hiciera unos estudios en el propio laboratorio, de enfermedades venéreas pues con mi mujer no usamos condones nunca, y no quería que por lo que fuera tuviésemos problemas. Él estaba sano como un roble.

Llegue a casa y le propuse a mi mujer un fin de semana romántico fuera de casa, paseo, cena con velas y sexo en un hotel, ella aburrida de la rutina dijo sí encantada. Llegó el día estaba impecable perfumada, rasurada y depilada al 100% como sabe que me gusta a mí, con un vestido bonito. Durante la cena le puse en su bebida Spanish Fly, un afrodisíaco me dijeron que funcionaba en el sex-shop, necesitaba tenerla muy caliente para poder proponerle nuevas ideas, 30 minutos después salimos hacia el hotel, la droga empezaba a actuar, en rincón del hotel esperaba Antonio con la cámara, entraría en la habitación 20 minutos antes y se ocultaría en el baño. Estando ya dentro empiezo a besar a mi mujer y veo la minúscula luz roja del piloto de la cámara encendida desde el baño, lentamente despojo de la ropa a mi esposa quedando ella en tanga (blanco precioso de encajes) en la cama casi desnudos entre besos y caricias le propongo que para aumentar los otros sentidos, le iba a tapar los ojos con un pañuelo negro y atar las manos a la espalda suavemente, mentí!!! Ella accedió no muy convencida, le ate las manos con unos nudos imposibles de soltar. Por arriba de sus prendas masajeo sus tetas, le refriego su coño, que bien huele!! estaba muy mojada sale del baño silenciosamente Antonio, cámara en mano, enciende todas las luces, sonríe se acerca y me hace señas de que salga que quiere filmarla, luego me pasa la cámara y procede a sacarle el sostén y luego con ambas manos tira de la tanga hacia abajo quitándosela y oliéndola, la imagen de esos grandes labios rojos abiertos húmedos, rasurados hacen que él le meta 1,2,3 el puño entero y los pedidos de mi mujer para que la penetre lo ponen a 100, se desnuda ¡Dios! Su polla como sus manos era enorme, 20 cm., 4 de ancho ¡un cañón! Se pone un pasamontañas de motociclista para ocultar su rostro a la cámara. Se acerca a la cama y, revisa las ataduras de mi mujer ella sin saberlo sigue el juego y deja atar sus manos a los barrotes de la cabecera de la cama, le pone dos almohadas bajo el vientre, su culito queda en pompa y su cuerpo inclinado hacia abajo apoyada su cabeza en el colchón, él le queda mirando unos segundos extasiado por la cachonda imagen delante de mi mujer desnuda a su merced, inmediatamente, le abre el chocho con sus grandes manos y le chupa el coño, que no se enfríe la penetra con su lengua, mordisquea su pipa, ella me pide penetración y el con rudeza le abre las piernas al máximo ,lo necesita su polla es exageradamente ancha y la necesita bien despatarrada, sacándole quejidos e insultos a ella el responde azotándole las nalgas,-“!Hay! Grita ¡desátame! que esto no me gusta así, me quiero ir a casa!”-, forcejea y se entra a mover luchando con las ligaduras y queriendo salir de la cama, suelto la cámara y sujeto las caderas de ella siempre cuidando de no apoyar más de dos manos a la vez en su cuerpo, separo sus nalgas, Antonio apunta su capullo al coño de ella que se mueve empuja para adentro lentamente su polla desaparece en su interior de su coño ella gime ¡Ahh, guarro! él entra a moverse con grandes y rítmicos golpes de cadera, ella se tranquiliza y se queda más quieta, la suelto, cojo la cámara saco espectaculares primeros planos, pasan unos minutos y ¡ahhh! Ella empieza a gozar el coito y llega a su primer orgasmo luego el segundo, dice -“¡Pará! que me duelen las piernas”- esto lo excita más a él que aumenta el ritmo, es una penetración profunda y su polla pega en la matriz de ella, que dice -“Basta que me duele ¡No! No! No! y ahhh!!”- el tercero, los gritos de mi mujer se convierten en ruegos, yo nunca había visto a mi mujer llegar a tres corridas seguidas, sudaba, él haciendo caso omiso a sus suplicas y sin sacar su polla del coño de ella coge un dildo untado en crema y zass con un golpe seco lo mete en el culo de ella que grita, -“Huyy!! Nooo!! sacá eso, por ahí no”- y entra a mover el culo como para liberarse de ese gran objeto, estos movimientos masajean la polla y de repente, un gran grito de ella el ahhhhhhh!! más largo que he escuchado acompañado de contorsiones, convulsiones y contracciones, anuncian la llegada de la cuarta corrida, acompañado de una gran cantidad de leche que llena su coño ,invade sus ovarios, llena su chocho y mancha sus labios de blanco chorreando por sus muslos, manchando las sábanas de leche, él ahoga su grito clavando sus manos en las nalgas de ella, mordiendo su espalda, como si ese polvo hubiera sido insuficiente, esos gritos se escucharon sin lugar a duda fuera de la habitación una corrida escandalosa que lo excita, su polla se pone tensa, crece, continúa como un animal que pretende asegurarse la especie y que su hembra quede preñada, entre llantos ella ruega –“¡Para!”- -“! Por favor si quieres te hago una mamada y te corres en mi boca!”-, ignorándola ahora la toma de sus tetas por debajo del cuerpo le pellizca sus pezones respira en su nuca y continua embistiéndola y con cada golpe desplaza y salpica leche de la anterior corrida, hasta que la insemina nuevamente volviéndola a llenar de leche, ¡Espectacular! Él retira su polla ya flácida y goteante, baja de la cama yo sigo filmando mi mujer jadea, gime y suda a mares, huele, chorrea leche su coño está encantada, en sus nalgas están los dedos marcados de Antonio y en su culo tiene metido el consolador, excitado pero no asqueado subo a la cama le saco el consolador anal y trato de meter mi polla ella grita - “¡No más porfa!”- amenaza con el divorcio, yo dudo pero Antonio suelta la cámara le toma las nalgas sujetándolas y separándolas dejando el dilatado y lubricado, agujero de su culo a la vista con una mirada me indica que no le haga caso y que la encule de hecho. Ella se mueve muerde el colchón y llora pero no demasiado tampoco quiere que por los gritos el administrador del hotel entre la pille en tan bochornosa situación. En 2 minutos me corro llenándole las entrañas.

Antonio se va en silencio, apaga las luces entonces yo la desato ella entre fatiga y jadeos, sucia, sudada, agotada y chorreando leche por doquier se duerme.

Al otro día aún en el hotel me dijo entre insultos -“¡Guarro, bruto!”-que la había lastimado, para luego admitir que fue la mejor noche de su vida y que había tomado yo para aguantar y rendir tanto que nunca había estado tan sucia y había dormido tan bien. Río no le respondo y nos vamos con un hambre loca a desayunar.

Antes de irnos un sonriente administrador mirando su culo, nos pregunta con clara doble intención-“¿Lo pasaron bien?”- sin duda vio a Antonio salir de la habitación. A la semana al irme a trabajar dejan la tarjeta SD de la filmadora en mi taquilla del Hospital.

En casa una mañana al cabo de mes y medio, comprobó contenta que estaba preñada, no puedo ocultarle más tiempo la verdad, le cuento de mi esterilidad, no entiende nada y le muestro la cinta, ella entra en cólera, ”-¿Quién es? ¿Qué me hace, hizo? ¿Dejaste que me violara?”- pero al escuchar sus gemidos, sus gritos orgasmos y ver esa polla entrándole se puso cachonda, saltando sobre mí montándome haciendo que me la follara metiendo mi polla en su coño húmedo. Ya dos meses después…

Acariciando su hinchado vientre pensando en su próximo hijo me pregunto más detalles de Antonio, que no se los di y le pregunte si se había gustado gozar con un desconocido y me dijo -“La próxima vez para tener la nena, el donante lo busco yo”-.-“¿Tríos?” le pregunto me responde con una risa pícara -“Ya veremos”, pero que sepas que cuando me toque turno con Antonio, follare más con él.

Ella los días que tenía guardia con Antonio, solo se ponía la bata blanca, si nada debajo y Antonio en cualquier parte del hospital, se la follaba, había días que cuando llegaba a casa me decía, mira Ricardo se bajaba las bragas y veía como le salía la leche del coño y de su culo, que tío es Antonio hay días que en las ocho horas me folla cuatro veces y como hecha leche.

Así estuvieron hasta que estuvo de 5 meses, yo me la follaba solo una vez por semana, y me decía que era por culpa mía por haberla hecho probar otra polla "Ahora te jodes" cabroncete.

(9,20)