Nuevos relatos publicados: 13

La mejor mamada de mi amiga

  • 4
  • 31.831
  • 9,36 (25 Val.)
  • 1

Mis amigos y conocidos me dicen Luigi, soy estudiante universitario; alto trigueño; ojos verdes. Provengo del campo y por avatares de la vida empecé mi carrera universitaria a los 26 años. Como en todos lados había gente de todas las regiones, culturas, razas y edades. Ya por la edad no me llamaba tanta atención la rumba y hacer amigos. Conversaba lo estrictamente necesario para no ser asocial. En esas clases y aulas conocí a Milena, una chica recién salida de colegio. Era una flaca sexy con una cara inocente pero una mirada cautivante. Me distraía en clase muchas veces con ella, pero de miradas no pasábamos. Dos semestres más adelante coincidimos en algunas materias y empezamos a tratarnos. Sin darnos cuenta resultamos siendo buenos amigos, con una confianza total, todo se lo contaba a ella.

Ella se descuidó y debió habilitar una materia a final de semestre y por vivir en un municipio aledaño corría el riesgo de no llegar a tiempo al examen; por ello me pidió la hospedara en mi apto esa noche previa al examen y accedí era mi amiga como no hacerlo.

La noche transcurrió normal, preparamos la cena y por la confianza nos acostamos en mi cama; ella sugirió el sofá para mí, pero me negué. Hablamos de muchas cosas y llegamos a temas sexuales, yo respondía a sus dudas “inocentes” y ellas a las mías, sin saber que ella sabía muchas cosas que al seguir leyendo sabrán cuales. Tuve que ir a traer un analgésico para ella que dijo le dolía la cabeza y algo de tomar para mí; la charla me dio algo de calor y sed. Al volver a la cama todo cambió al verla en su pijama que poco sensual; si exaltaba sus lindas tetas redondas y provocativas y su pezones que apuntaban como misiles. Me acosté y apague la luz y el la tv para que ella no notara que se me endurecía el miembro; y por aquello de la amistad me hiciera bullyng. Ella continuo con los temas sexuales y yola evite diciéndole que debía dormir ya para que estuviera en sus cinco sentidos para la prueba. Aunque quería era saltar sobre ella y poseerla. Luego de un corto silencio y ella confesó que hablar de esos temas la había excitado mucho y que si a mí no me ocurría igual? Evadí su pregunta creyendo que era una prueba de esas que suelen usar las mujeres y solo le dije que ¿por qué? Si yo siempre le contaba todo y era muy detallista con esos temas. La respuesta me sorprendió!!! Me dijo que siempre le pasaba lo mismo, que se ponía muy húmeda y que llegaba a buscar la forma de tener sexo con su novio para calmarse. Esta segunda confesión hizo que se me pusiera a reventar mi verga y mi corazón se pusiera a mil. Mientras lo asimilaba ella se me acerco y su mirada esta vez tenia fuego, mucho fuego. Me dijo que si me pasaba lo mismo? Atine a decirle que un poco. Me dijo déjame ver y me toco la verga por sobre la ropa, al sentirme excitado dijo que si era por ella? que si ella me parecía tractiva? Mientras preguntaba metió la mano y empezó a masturbarme y besarme. Respondí a su beso y le cogía esas bonitas tetas que acababa de mirar con tanto deseo hacia solo unos instantes ahora eran mías; las tenía en mis manos. La ropa fue desapareciendo pero ella no se dejó quitar su hermoso cachetero negro de encaje. No sabía qué hacer con sus tetas, las cogía, las lamia, las besaba, las chupaba, jugaba con sus pezones los pellizcaba suavemente mientras ella se arqueaba y gemía de una manera que hacía que se me pusiera más dura y caliente deslice una mano por su abdomen en busca de su vagina que imaginaba como un volcán ardiente y húmedo pero ella me detuvo.

Me dijo que no podía tocarla que estaba en sus días; pero que no me preocupara y diciendo esto me puso boca arriba y beso mis pectorales bajó por mi abdomen mientras su mano se encargaba de mi verga hasta que su boca llegó a ella. Besaba mi pelvis lamia mis testículos y subió su lengua por el tallo de mi verga; paro y me dijo con una voz casi de militar No me toques la cabeza o paro.

Asentí con la cabeza y ella siguió; subió lamiendo mi verga; rozo la cabeza con la lengua y bajó introduciéndolo todo en su boca. No podía creerlo; no podía con el éxtasis hasta pensé en que sufriría un infarto. Que maravillosa sensación; que placer que experimentaba en un maravilloso orgasmo eyacule como a mares y ella lo recibió todo, al terminar volví a verla y su mirada desaprobaba y reclamaba el que no le avisara. Volvió del baño nos arrunchamos en cucharita y dormí con sus hermosas tetas en mis manos y una placida sonrisa.

Espero les haya gustado… tengo otras para contarles.

(9,36)