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Limpiando la casa

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"¡OH Joel!, Si así cojéeme!" Gemí y me moví de mi cama con los gemidos que venían de la habitación contigua y que resonaban en mis oídos. El sonido de la cama chocando contra la pared acentuó los gritos de placer. Escuche a mi marido Gerardo también moverse levemente en la cama y me pregunté si se encontraría también despierto. Mientras tanto mi hija y mi yerno continuaban con sus ruidosas relaciones sexuales.

"¡OH si me estas cogiendo tan bien, OH si así!"

Siempre había sido bastante reservada en la cama, no podía creer las palabras que salían de la boca de mi hija, por supuesto mi hija había cambiado mucho desde que se había casado hacia siete meses, parecía que disfrutaba mucho su papel de ama de casa, teniendo que dejar su trabajo para dedicarse a atender a su marido Joel, capataz de una construcción que acababa de empezar a invertir en el pueblo.

Yo y mi marido le habíamos ofrecido a nuestra hija y su marido compartir la casa con ellos, mientras la que ellos habían comprado estaba lista para instalarse. En las primeras horas de llegada mi hija me había confesado que estaba embarazada, por lo que yo sabía, mi hija nunca había estado interesada en los niños, pero ahora ella brillaba de alegría al saber que sería madre, esto me convertiría en abuela a la edad de 44 años.

Joel mi yerno es un hombre alto y corpulento de 27 años, con fuertes brazos y piernas, quien se encontraba también muy feliz de ser padre. Se jactaba de esto constantemente en la casa de cómo había persuadido a mi hija para que aceptara ser madre.

"Ella quiere sexo, pues le dije que si lo íbamos a hacer no usaría condón" Rio Joel mientras nos contaba.

"¡Joel por favor!" interrumpió Karina

"¿Qué?," Respondió Joel parando la protesta de mi hija, "Ve y tráeme una cerveza" De nuevo él se rio mientras le daba una pequeña nalgada a mi hija que caminaba hacia la cocina para traerle otra cerveza.

No sabía con qué estar más enojada si con la vulgar conducta de mi yerno o con la actitud servil de mi hija, aun con toda la antipatía que sentía por mi yerno, mi hija parecía feliz.

"¡Ahhhh! Joel, sigue así eres fantástico, cojéeme así fuerte, así yo te adoro ahhh!" Gemía Karina.

Traté de cerrar los ojos y dormir pero los sonidos llegaban fuertes hasta mis oídos. No sabía que me pasaba pero podía sentir como mi maduro cuerpo respondía ante las morbosas palabras que gemía mi hija.

Lentamente deslicé mi mano hasta la parte baja de mi camisón y levante el dobladillo, deslizando mi mano hasta mis muslos, mi tanga estaba mojada y cuando acaricie con mis dedos a través del delgado material sobre mi vagina, sentí una corriente eléctrica recorrer todo mi cuerpo.

Repentinamente mi marido se movió, poniendo una mano sobre mi muslo superior acariciando mi vagina, gemí girando hacia mi marido, extendí mi mano hasta tocar su pene ya erecto dentro de su calzoncillo.

Parecía que el sonido de las relaciones sexuales de mi hija también había excitado a Gerardo, con ansias acaricie las 6 pulgadas de longitud del pene de mi marido, escuchando como este gemía ante mis caricias. Cesé de acariciarlo y me gire boca arriba, levantando mi camisón hasta la cintura, bajó completamente mi tanga hasta los pies. Mi marido extendió su mano buscando apresuradamente en la gaveta de la mesa de noche un condón, Gerardo era muy conservador en cuanto a esto y siempre prefería protegerse aunque yo fuese madura había escuchado muchas historias de mujeres que aun a mi edad recibían noticias inesperadas sobre embarazos. Así que aun cuando se encontraba más excitado siempre usaría condón.

Tomé el paquete y lo rompí rápidamente con los dientes mientras mi marido se quitaba el calzoncillo, lentamente estire la membrana plástica sobre el pene de mi marido hasta asegurarlo apretadamente alrededor de la base, yo quería que me culeara lo más rápido posible.

"¡OH si sigue fuerte ahhh ahhh!" Mi hija gimió en el otro cuarto y como si fuera mi voz Gerardo empujo su pene fuertemente en mi vagina, estaba mojada y su pene se deslizó fácilmente en el interior de esta, Gerardo no podía contener su entusiasmo e inmediatamente empezó a penetrarme con fuerza, a pesar de los gemidos que escuchaba por parte de mi hija, yo no experimentaba las sensaciones que señalaban un orgasmo, me tomaba generalmente mucho tiempo y caricias para alcanzar mi punto culminante e incluso pocas veces llegaba completamente al orgasmo, mi marido sin embargo se notaba que estaba completamente excitado con los acontecimientos y bombeaba rápida y fuertemente en mi vagina. Al ritmo que lo hacía, pensé que mi marido no podría resistir mucho tiempo más.

Trate de tranquilizarlo un poco haciendo más lento mi ritmo, pero mi marido estaba demasiado excitado para seguirme, lo sentía tenso y sabía que él estaba próximo a terminar.

"Por favor Gerardo, no acabes todavía!" suplique suavemente en el oído de mi esposo mi suplica fue ahogada por el fuerte gemido de mi hija en la habitación próxima.

"Ohhhh siiiiiii! Lléname con tu semen, lléname amor, acaba dentro de mí ahhhh!"

Una vez más, como si mi hija se lo pidiera a Él, Gerardo alcanzo su orgasmo gimiendo, aunque yo no podía sentir el esperma de mi marido disparando dentro de mi vagina, sentí como el pene de este bombeaba desenfrenadamente su semen dentro del depósito en la punta del condón. Ahora mi hija ya se había casado y culeaba tranquilamente en la casa sin que yo la interrumpiera, como cuando la encontré con otro novio que tuvo y no los dejé terminar de culear en la sala de la casa, recuerdan ese relato, el yerno que cité en mi casa para revisarle la verga para ver si no le había hecho daño a Karina y yo la probé en mi vagina y me gustó mucho, y el relato del otro yerno que me culeaba y esperó que Karina cumpliera los 18 años para cogérsela él.

Agotado Gerardo se separó de mí, desplomándose sobre la cama.

"Perdón amor" jadea "pero no lo podía aguantar más" suspire, sintiéndome frustrada porque mi marido no había podido satisfacerme, como pasaba desde hacía muchos años, pero ocultándolo sabiendo que si decía algo haría sentir mal a mi marido, le hable

"Estuvo bien amor, fue bueno de todos modos"

Gerardo se inclinó y me dio un beso en la mejilla.

"Te amo"

"Te amo también"

El día siguiente era sábado, por la mañana me puse a acariciarle el pene a Gerardo logrando que se le pusiera erecto.

¨Quiero que me vuelvas culear¨

Me desnudo completamente, Gerardo nuevamente busca un condón y yo se lo coloco en su pene, me acuesto boca arriba y él me penetra, comienzo a gemir de las embestidas que le da a mi vagina, nos cambiamos de posición y yo me coloco encima de él quedando mi culo hacia la puerta de nuestra habitación, estoy cabalgando sobre el pene cuando escucho un chasquido en la puerta, estoy cabalgando rápidamente porque ya casi me llega el orgasmo y observo que se abre un poco la puerta y es mi yerno que me está observando culear con mi marido, por la posición el observa donde devoro todo el pene, donde mi vagina se lo traga todo, grito, suspiro y Gerardo me da su leche dentro del condón después de cinco minutos de cabalgar sobre su pene, antes de bajarme lanzo la mirada hacia la puerta y mi yerno tiene su pene bien erecto de observarnos culear, él cierra la puerta y yo desocupo mi vagina para que mi marido no se dé cuenta que nos observaron, pero Gerardo aún tenía que terminar algunos asuntos en la oficina y se marcha, Karina también había salido temprano diciéndome que una amiga le ayudaría con unas compras que necesitaba para la casa.

"¡Mas cervezas, me imagino!" Pensé estaba un poco nerviosa sabiendo que estaba sola en casa con mi yerno, pero cuando me preparé para hacer los quehaceres, no lo veía por ningún lugar, me imagine que estaba todavía en la cama, reponiéndose del efecto de las cervezas que se había tomado la noche anterior. Así que me dispuse a limpiar la casa, limpie desde la cocina hasta el baño, cuando pase frente al cuarto de mi hija lo miré abierto, cuidadosamente me cerciore de que mi yerno no estuviera dentro. La habitación estaba vacía y entre para quitar el polvo tratando de mantener mis ojos lejos de la cama donde sabía que mi hija y mi yerno habían tenido una noche de lujuria el día anterior. La cama estaba completamente deshecha y las sabanas arrugadas.

Decidí acomodar la cama, retiré la primera sabana cuando escuché un ruido detrás de mí.

Asustada, me gire para encontrar a mi yerno Joel allí, vestido únicamente con un pequeño calzoncillo blanco de algodón.

"¡Buenos Días suegra!" Joel se mofó mirando de arriba abajo mi maduro cuerpo llevaba una falda larga y una holgada blusa blanca de botones, como estaba en la casa, no me había molestado por ponerme sostén ni tanga, pero de pronto sentía la mirada fija de mi yerno sobre mí.

"¡OH Joel, no sabía que usted estaba aquí!" le dije

"Estaba tomando una ducha" Respondió Joel señalando con su pulgar la puerta ahora abierta del baño de la habitación.

"Ah" era todo lo que podía pensar y decir al mirar a mi yerno casi desnudo, mientras empecé a caminar hacia la puerta para salir de la habitación.

Joel daba un paso delante de mí.

"Espero que su hija y yo no los despertáramos anoche, pero por lo que vi esta mañana Ud. estaba con ganas de culear, que rica se veía su vagina devorando la verga de su marido"

Aturdida deje caer el plumero, mientras las fuertes manos de mi yerno me sujetaban por la cintura.

"¡Joel, deténgase! ¿Qué está haciendo?" grite empujando con mis manos su pecho. Pero era como golpear un pedazo de granito, por la dureza de sus músculos, luchar contra mi yerno era inútil.

"¿Qué?" gruño Joel, jalándome más cerca de él "¿No puede un hombre obtener un abrazo de su suegra?, Recuerde somos familia"

Joel acercó su cara y empezó a besar mi cuello, mientras movía sus manos hacia mis nalgas, lentamente el empujo su abdomen adelante presionando su calzoncillo contra mi vientre. Mis ojos se ensancharon al sentir algo inmenso punzando contra mi vientre. Joel se echó para atrás, sonriendo bajó con su mano el calzoncillo.

Jadee al ver el inmenso pitón que apuntaba fijamente hacia arriba en la mano de mi yerno, debía medir por lo menos 10 pulgadas de largo y era tan grueso como mi muñeca, parecía hacerse más grande mientras Joel lo acariciaba con su gruesa y fuerte mano.

"¿Le gusta señora?, esto es lo que hizo que su tierna y dulce hija se transformara en una mujerzuela anhelando verga, apuesto a que podría hacer lo mismo con usted"

Sacudí mi cabeza como si estuviera en trance, incapaz de apartar la mirada de la gigantesca virilidad de mi yerno.

"Por favor Joel, deténgase, yo nunca traicionaría a mi marido, mucho menos con usted" le dije.

"Sé que piensa que usted es mejor que yo suegra, sé que se cree muy por encima de mí, pero una vez que usted tenga mi verga dentro de su raja, veremos cuan digna y superior es usted en realidad".

Joel movió sus manos rápidamente, tomando mi blusa la rasgo fuertemente, grite al ver como los botones volaron por el cuarto, Joel gruño y empujando su cabeza adelante, se metió mis enormes senos en la boca.

"¡OH NO, Joel, deténgase..:!" suplicaba, sintiendo como mi cuerpo empezaba a responder involuntariamente ante las salvajes caricias de mi yerno. Trate de empujar su cabeza lejos, pero Joel sujetando fuertemente una de mis manos, la forzó hacia abajo sobre su verga, haciendo que sujetara su dura verga, indicándome que la moviera arriba y abajo sobre su inmenso miembro.

Hace mucho tiempo que no había sentido un pené tan grande, ardiendo bajo mi diminuta mano, inconsciente empecé a acariciarlo lentamente mientras mi yerno continuaba mamando mis senos.

"¿Verdad que le gusta suegra, le gusta sentir mi enorme verga verdad?"

Me negué a contestar, pero no soltaba el hinchado miembro de mi yerno. Joel se rio y mi cara se tornó roja de vergüenza.

"Bien doña Haydee, si usted no quiere hablar, yo puedo encontrar algo más que hacer con su boca"

Joel me empujo fuertemente de rodillas, sabiendo que quedaría en frente de su inmensa verga, nunca había chupado un pené, pero cuando mire el masivo instrumento de mi yerno, sentí mi boca hacerse agua. Me di cuenta repentinamente de que quería chupar ese pené. El pené de mi yerno.

Instintivamente abrí la boca, virgen hasta ese momento, y empuje la gruesa cabeza púrpura de mi yerno entre mis labios, mi hambrienta boca era llenada con la abundancia de carne de la verga de Joel, lentamente metí pulgada a pulgada en mi boca hasta sentirla tocar mi garganta, abrí los ojos, sorprendida al darme cuenta de que solamente tenía la mitad del miembro de mi yerno en la boca.

"Creo que es más de lo que puede tragar suegrita"

Rio Joel, sujetándome de la cabeza con sus manos y comenzando a bombear cruelmente en mi boca, cogiéndome la boca como si fuese una segunda vagina. Mi boca estaba completamente llena con el grosor y longitud del enorme miembro de este empujando dentro.

Advertí que mi vagina se mojaba también, mi cuerpo había despertado ante las agresivas acciones de mi yerno. Nunca me había sentido tan avergonzada, me encontraba dominada por otro hombre y lo que más me apenaba era que yo anhelaba esa sensación.

Gemí lastimosamente cuando Joel retiro su verga de mi boca, acercando mi cara traté de meterlo de nuevo en mi boca, no queriendo renunciar a este. Joel me miró de reojo como inclinada abofeteaba su mojada verga contra mi cara.

"Se da cuenta suegra, usted es como cualquier otra mujerzuela, ven una verdadera verga y no se pueden mantener lejos de ella, pues bien suegrita hay más para usted de donde esto vino"

Joel me tomo en sus manos y me levantó, tirándome sobre la cama donde él y mi hija habían cogido la noche anterior, yo ya resignándome a mi destino y anhelando más, mire silenciosa y sumisamente como mi yerno se quitaba completamente el calzoncillo y lo tiraba sobre mí.

Permanecí allí, impotente mientras mi yerno se colocó entre mis piernas, me arrolló la falda hasta la cintura dejando al descubierto toda mi mata de pelos que cubría la entrada de mi hermosa vagina. Fue en ese momento que me di cuenta que él estaba a punto de poseerme sin protegerse.

"Joel… por favor… no sin condón"

Joel froto la gorda cabeza de su verga contra la entrada de mi empapada raja haciéndome gemir al sentirlo rozar mi hinchado clítoris.

"¿Desea sentir mi verga, suegra o no?"

"OH si Joel, lo deseo" suplique, odiándome por dejarme llevar por mi cuerpo.

"Entonces usted recibirá mi verga de la manera que se la ofrezco o de otro modo todo se detendrá en este momento".

No lo podía creer, esta era mi oportunidad de detener a mi yerno, pero yo sabía que quería su verga dentro de mi vagina, quería que el empujara su pené, profundo dentro de mí.

Colocada sobre la cama, lo sentí retroceder.

"¡Joel no se vaya, cójame, por favor cójame de la manera que usted quiera!"

"¿Y su marido suegra?"

Lágrimas de vergüenza llenaron completamente mis ojos cuando pensé en lo que le hacía a mi marido, pero en ese momento no podía detenerme, sabía que solo mi yerno podría satisfacer la ardiente lujuria que sentía.

"¡No lo deseo a él, es su enorme pene de usted el que deseo, métamelo sin condón, lo quiero al natural y sentir su leche recorriendo mis entrañas como hace años no lo siento, por favor, y no se preocupe, ya no puedo quedar embarazada!"

Joel sonrió con su triunfo, empujó mis piernas hacia arriba, levantándolas hacia su pecho, mi impotente raja quedó expuesta completamente, Joel la azotó con su inmenso miembro. Mi raja estaba tan mojada que su verga se deslizó completamente en el primer empuje, estirando las carnosas paredes de mi vagina, hasta que sentí como sus gordas pelotas chocaban fuertemente contra la entrada de mi raja.

Empujando su verga fuertemente en las profundidades de mi raja, yo sentía como el enorme miembro de mi yerno llegaba hasta lugares que nunca habían sido tocados, sentía como separaba completamente mis labios vaginales, solo había tenido sexo con mi marido en el último año, no había vuelto a ser sido cogida por otro hombre en este tiempo, no había vuelto a asistir a reuniones de la escuela y que me culeara mi vecino del pueblo, estábamos esperando formar un comité nuevo y reunirnos, nunca hubiera imaginado que un pene tan grande pudiera hacerme sentir sensaciones tan maravillosas.

Joel empezó a bombear dentro de mí, sus pelotas chocaban rítmicamente contra la entrada de mi raja, su verga traspasaba completamente la entrada de mi indefensa matriz. Había dejado de ser de nuevo la esposa fiel y recatada y en su lugar había sido transformada en una ardiente mujerzuela disfrutando de la enorme verga de mi yerno.

"¡OH Joel esto es maravilloso, nunca he sentido tanto placer, OH! Decía entre gemidos apagados Joel me penetraba más duro, con una fuerza y velocidad tremendas, me estaba cogiendo como a una común puta.

"¿Mejor que la débil verga de su marido, suegra, la que vi que se metía en la mañana?"

"¡OOOH si, si mucho mejor ohhh!" mi traición ahora estaba completa, mi maduro cuerpo se convulsionó fuertemente, un intenso y masivo orgasmo embargó mi cuerpo completamente, nunca había sentido tanto placer, gemía y jadeaba como una puta completamente extasiada.

Joel gozo al mirarme totalmente derrotada y entregada a su verga, su turno de acabar se acercaba después de bombearme intensamente por más de quince minutos.

"OH si suegrita, ahora me toca a mí, voy a llenar su raja con mi abundante y espesa leche"

Mire lujuriosamente a mi yerno, en el momento en que este se disponía a disparar toda su esperma dentro de mi raja, dándole a este la oportunidad de realizar lo que mi marido hacia mucho no había hecho. No había marcha atrás, solo me quedaba una cosa.

"¡OOOOH si, si, hágalo Joel, lléneme con su esperma, deme todo su semen, acabe dentro de mi aaahhh!"

Joel no pudo aguantarse más, enterró su verga profundamente dentro de mi raja sentía como calientes y potentes chorros salían disparados de la verga de mi yerno e iban a estrellarse en lo más profundo de mi vientre, sintiendo la ardiente semilla de mi yerno llenando mis entrañas, fue como un detonante volví a convulsionarme en otro orgasmo.

Joel finalmente terminó de darme toda su leche, me siguió bombeando la vagina haciéndome quedar rendida completamente ante su hermosa y gran verga, apartándose se levantó de la cama y tomando su calzoncillo en la mano, giro y me miro sobre la cama, donde me encontraba completamente satisfecha con jugos y esperma chorreando fuera de mi raja.

"¡Levántese mujerzuela y limpie todo esto antes de que su hija vuelva!"

Joel dejo el cuarto, permanecí un momento más en la cama con lágrimas en los ojos, acababa de disfrutar con mi yerno como no lo había hecho nunca antes y aun con toda la culpabilidad que sentía, envidiaba a mi hija por tener siempre a su disposición esa verga, mi vagina aun latía como jamás lo había experimentado luego me vestí y empecé a limpiar. Estaba en cuatro patas acomodando la cama cuando siento que me toman de la cintura y me arrollan el vestido dejando mi culo al aire y me comienzan a mamar el clítoris y dármele pequeños mordiscos haciendo gemir y suspirar, me meten la lengua en mi vagina como si me estuvieran culeando, es Joel nuevamente. Me deja de mamar y siento donde se incorpora y me comienza a rozar de arriba abajo mi vagina.

¨Suegrita, la pura verdad es que tenemos que aprovechar ahora que estamos solos y seguir culeando, esta oportunidad no la voy a dejar pasar. Ud. siempre está ocupada o mi suegro está en la casa, yo siempre había querido culear con Ud.¨

¨Está bien, sígame culeando, no puedo dejar de desaprovechar esta oportunidad para culear con una verga bien hermosa y rica¨

Me jala de la cadera y poco a poco me introduce toda su verga, en esta posición no queda nada afuera y comienza el mete saca, tengo la vagina bien lubricada por la cogida anterior, me acaricia las tetas y me hace llegar nuevamente a un orgasmo. El apura el paso, las embestidas a mi vagina son más rápidas e intensas, lo siento gemir y contraérsele el cuerpo, se está alistando para disparar su semen dentro de mi vagina, el cual siento que me recorre todas mis entrañas, nuevamente siento esa leche que hace muchos años mi marido no me da dentro por temor a que quede embarazada, en esta mañana ya dos veces he vuelto a sentir eso que tanto deseaba dentro de mi. Me saca la verga y yo quedo rendida en la cama.

“Ahora si suegrita, puede darse por satisfecha de ser complacida por una gran verga, espero que esto se vuelva a repetir”.

Le propondría a mi yerno seguir culeando durante el embarazo de mi hija para que no buscara otra mujer y tenerlo siempre al lado de mi hija. Se iban a mudar de casa, pero yo los iría a visitar para que me cogiera y se satisficiera él y yo también ya que me hacía falta darme unas buenas culeadas.

Haydeé

(9,63)