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La chica del Facebook

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Esta historia es de las más recientes, hace un par de meses abrí una cuenta falsa de Facebook para ir conociendo esa otra parte "oscura" de mi localidad. Comencé a buscar varias páginas de relaciones ocasionales, entre las que siempre salía una chica que llamaré "Mari". Esta chica no era el tipo de mujer que yo acostumbro a flirtear. Ella era una chica de baja estatura, gordita, pero la verdad muy bonita, en sus fotos personales se alcanzaba a ver que tenía unos pechos muy grandes y redondos, precisamente de esos que me gustan para "juguetear" entre ellos.

En fin, le mandé un mensaje privado, diciéndole directamente que me gustaba, que si podíamos conocernos aunque sea por ese medio, ella inmediatamente me dio luz verde y comenzamos a platicar. Esta chica era muy directa hasta que llegamos al tema de los "servicios personales", ella comentaba que no se dedicaba a eso pero que estaba apurada de dinero y que estaría dispuesta a tener relaciones por una módica cantidad, algo así como 500 pesos Mexicanos (25 dólares aprox.). Para lo cual yo me vi muy interesado, la verdad es que la chica "gordibuena" me gustaba bastante y al mirar sus fotos ya me visualizaba haciéndole cuanta maldad se me ocurría.

Platicamos un par de días, ella me pidió una foto mía y la verdad dudé en pasársela, las cosas en internet está muy difíciles como para andarse exponiendo, así que mejor le pedí su celular y empezamos a mensajear vía whatsapp. Ella insistía pidiéndome mi nombre pero nunca se lo compartí, preferí citarla un día por la mañana, le hice la invitación a almorzar a lo cual ella accedió. Ella me gustaba de verdad, sin embargo, con este antecedente no pretendía buscar nada serio, aun así, nada perdía en pasar un buen rato con ella y quizá de ahí saliera una buena amistad, de esas amistades con derecho de preferencia.

Al fin llegó el día y ella se presentó a la cita, desde lejos yo la veía sentada en una de las mesas del centro comercial donde habíamos quedado de vernos. Yo quería asegurarme que fuera ella y que fuera sola, tampoco son tiempos para confiarse mucho en la gente que uno conoce en internet, sin embargo ambos estábamos en las mismas condiciones. Llegué a la mesa y le dije su nombre, ella sonrió y se levantó para saludarme, empezamos a platicar brevemente y le pedí que si mejor nos íbamos a otro sitio, ella accedió y nos fuimos en mi coche a un lugar de comidas más discreto. Ahí platicamos un buen rato pero ella inmediatamente sacó el tema con una pregunta muy curiosa "¿Entonces qué? ¿Se va a armar o qué? (lo que en el norte de México significa que si se va a hacer lo pactado). Ella iba por el almuerzo gratis y la paga de aquel servicio previamente establecido. Entonces yo sonreí y le dije que sí.

Terminamos de almorzar y la llevé a un motel muy cerca del restaurante, uno muy discreto pero con todas las comodidades, ella se notaba un poco impaciente y hasta algo nerviosa, yo también temblaba de nervios porque esto era algo que nunca había hecho antes. Entramos al cuarto y nos sentamos, ella en la orilla de la cama y yo en una silla que estaba a un costado de la cama. Nos miramos y nos reímos nerviosamente. Entonces decidí tomar la iniciativa, le dije que yo tenía especialmente un "antojo" con ella, y este era que me hiciera una "paja rusa" (titjob) con sexo oral. Ella sonrió y dijo que sí. Se levantó de la orilla de la cama y se acercó a mí, primero se montó sobre mi, poniendo sus grandes pechos en mi rostro, ella traía una blusa escotada, por lo que yo alcanzaba a sentir con mi rostro la piel de su hermoso busto. Entonces Mari comenzó a frotarse con mi cara, mientras hacía una especie de gemido muy discreto, yo la tomaba de la cintura y la apretaba mas hacia mi.

Mari se levantó y me pidió apagar el foco, me dijo que le daba algo de pena que la viera sin blusa, le dije que no era necesario, le ayudé a sacar sus pechos por la parte del cuello de la blusa y le quité el brasiere con cierta maestría. Así fue como quedaron solo sus pechos expuestos sin tener que quitarse toda la ropa. Me levanté y me bajé el pantalón junto con mi ropa interior, estaba dispuesto a cumplir esa fantasía que tenía con ella desde que miraba sus fotos. Ella se aceró a mi y me tomó el pene, comenzó a masturbarme con la intención de fortalecer mi erección, Mari se puso de rodillas sobre una almohada y comenzó a hacerme sexo oral. Yo tenía mi miembro un poco erecto, empezando apenas a correr sangre dentro de él, pero esa felación que ella hacía inmediatamente me puso duro. Recuerdo que pasaba su lengua alrededor de mi glande, ella salivaba para crear una sensación de suavidad y frescura en el momento, tomaba con su mano el extremo de mi pene y jalaba toda mi piel para dejar el glande expuesto, ella usaba la lengua con tal maestría que me hacía saber lo experta que era en ello. En un momento comenzó a usar la mano y la boca al mismo tiempo, hacia arriba y hacia abajo, generando una sensación de éxtasis en mi que no puedo olvidar.

Después de unos minutos haciéndome esa deliciosa mamada, ella me empujó hacia la silla donde había estado sentado al principio, abrió mis piernas y comenzó a chuparme los testículos, luego un poquito más hacia el sur, era una chica muy lanzada, vaya que sabía que tenía que hacer. Después de ese regalito que me dio, se puso de rodillas entre mis piernas y pasó a su proeza del momento, llenó de saliva la parte de en medio de sus pechos, tomó mi pene y lo colocó entre esos dos redondos melones. Con cada mano se sostuvo un seno y los apretó contra mi verga. Así fue como empezó a masturbarme con sus enormes pechos, mi pene se deslizaba suavemente entre ambos, arriba y abajo, arriba y abajo, ella me sostenía la mirada y sonreía muy pícara, yo solo me agarraba de las orillas de la silla y trataba de no eyacular. Después de un rato de hacerme la "rusa" regresaba con su boca, tomaba mi miembro con su mano derecha y con la boca al mismo tiempo. En algunas ocasiones se metía todo hasta el fondo de su garganta, se veía como eso le excitaba demasiado, sus pezones grandes se comenzaron a poner muy duros y mientras succionaba se los tocaba y gemía muy deliciosamente.

En un rato más se cansó de esa posición y nos fuimos a la cama, ella se recostó boca arriba y yo me monté sobre ella, puse nuevamente mi pene entre sus tetas y comencé a moverme de atrás hacia adelante, mis manos se sostenía en el respaldo de la cama mientras las suyas apretaban sus bubis entre mi pene, mis movimientos primero eran lentos, después comenzaron a hacerse más rápidos. Pasados los minutos sentía que estaba listo para correrme, sin embargo me detuve un poco y le tuve que contar. Mari - le dije - Voy a terminar, me dejas? para lo que ella me respondió que si, me dijo que le "echara la leche en su cara" lo cual me encendió mucho. Con algo de esfuerzo metí mi pene en su boca, ella seguía acostaba y yo sobre ella, empecé a meter y sacar mi pene de su boca, era un ejercicio algo cansado para mis piernas pero ameritaba el esfuerzo. Casi al terminar me puse de pie en la cama y ella también se incorporó, poniéndose de rodillas también en la cama, estaba lista para recibir mi descarga. Comenzó a chupármela nuevamente pero esta vez con mayor intensidad, tomó mi verga con su mano y empezó a masturbarme de una manera en la que ya esperaba la explosión. Segundos mas adelante sentí como venía desde mi interior todo el semen que traía, le avise que me venía y ella hizo lo impensable, abrió su boca y sacó su lengua hasta el tope, me pidió que me viniera en su boca, lo cual para mi era el extra del servicio, tomé mi pene y apunté hacia su boca. En ese momento salió toda mi caliente leche y cayó en el objetivo, era una descarga muy grande y larga, Mari se trabaja cada mililitro de mi semen, le caía en su lengua y lo trabaja, le caía y lo tragaba. Al final y después de mi grito de guerra, aún quedaba algo de semen en mi pene, para lo que ella se acercó y empezó a lamerlo, quitando de el todo residuo, chupaba lentamente y con delicadeza, ya que ella sabía que yo quería algo sensible de esa parte. Me acosté y aun siguió chupándome, como si quisiera otra carga de energía. Así estuvo unos minutos hasta que mi miembro regresó a su estado normal.

Lentamente ella se levantó de la cama y fue a asearse, nos quedamos un rato mas platicando sobre si me había o no gustado el dichoso servicio. Yo saqué lo pactado y se lo entregué, le dije que si la próxima ocasión pudiera cumplirme otra fantasía, pero esa la platicaré mas adelante.

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