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Pasión en los matorrales

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Era martes en la noche, y como era habitual, Xena salió a hacer algunas compras de última hora. Como algunos alimentos le hacían falta para preparar la cena, decidió ir a la tienda más cercana. Al encontrarla Cerrada, tuvo que ir mucho más lejos de los habitual. Por un instante lo pensó, ya que tendría que pasar por matorrales y “potreros” en medio del lodo y con muy poca luz. Xena iba vestida con un vestido muy cortico el cual hacía las veces de “pijama”, dejando ver sus voluptuosas piernas y dejaba asomar algo de su hermoso culo. También dejaba asomar sus enormes y deliciosas tetas casi al punto de dejar ver por poco sus lindos y grandes pezones. La rubia tomó valor, y decidió aventurarse por los matorrales sin percatarse que un hombre ya la seguía hace varios metros. Después de caminar varios pasos, Xena comenzó a ponerse nerviosa al sentir que alguien la seguía. Al poco tiempo un misterioso hombre la intercepto y le dijo: “No se mueva Monita (así se les dicen a las rubias en Colombia), quédese callada y no le va a pasar nada”, y mostrándole una gran cuchillo se acercó a ella.

Xena quedo petrificada del susto y no se movió ni un centímetro, mientras que aquel hombre se acercó por su espalda y puso el cuchillo en su cuello. “que buen cuerpo tienes, que buenas tetas, están bien ricas” dijo el atacante. Sin esperar un segundo más, empezó a manosear sus tetas y las saco completamente del vestido, apretando con pasión y deseo los pezones y lamiendo los hombros de Xena. La Rubia estaba muy asustada, sentía el metal frio del cuchillo en su cuello, y el manoseo constante de sus senos, pero algo en ella también sentía algo de morbo, y eso la asustaba aún más. Luego tomándola del cabello el hombre la hizo arrodillarse frente a él diciéndole: “rápido, puta tetona, sáqueme la verga del pantalón, quiero que me la mame rico”. Xena se resistió al principio y le dijo, “no, no me obligue a mamársela por favor”, El atacante llamado “Raúl”, la tomo del cabello y nuevamente la amenazo con el cuchillo.

Xena no tuvo más remedio que abrir rápidamente la cremallera del pantalón y sacar su verga. La cual por cierto era gigantesca. No podía creer lo que tenía frente a su rostro, ya que el tamaño de del pene era descomunal, más de 20 centímetros de una roja y dura Verga estaban a poco centímetros de sus labios. Xena pensó: “si se lo mamo con ganas eyaculará rápido y me dejara tranquila”. Así que se dispuso a tragarse el descomunal pene con su boca y a chuparlo como si fuera el más delicioso manjar. Raúl gemía de la emoción diciendo “que bien mama la verga esta tetona”.

Por varios minutos Xena chupaba esa verga con muchísimas ganas, la escupía, lamia sus testículos e intentaba comerse el pene por completo, pero su plan empezó a fallar cuando Raúl le dijo, “pare Monita, quiero hacerme una paja rusa con esas enormes tetas”, y sin mediar más palabras puso su verga en medio de los senos de la rubia y se masturbo con desespero por varios minutos. Xena no lo podía creer, y aunque estaba asustada no podía evitar empezar a sentir excitación. Al poco tiempo el atacante hizo que la rubia se pusiera en posición de perrito (en cuatro) y con los dientes quito el cachetero (ropa interior) que llevaba la chica, para luego, chuparle la chocha (vagina) de una forma salvaje, mordiendo su clítoris y logrando que Xena soltara unos ligeros gemidos de placer. La vagina de la monita ya estaba muy mojada y la chica no pudo evitar decir: “Que chupada de chocha tan rica, hijueputa” Raúl sonrió y solo dijo: “Salió caliente la tetona”.

El atacante tomo su enorme verga con su mano y de un empujón la metió hasta el fondo en la jugosa chicha de Xena, ella no pudo evitar gemir de dolor y placer. Luego de eso, empezó una follada que hacia parecer las películas porno que Xena veía a escondidas en su casa como videos infantiles” por varios minutos Raúl le dio mucha verga y la embistió haciéndola gemir de placer.

De repente Raúl hizo una señal con sus manos y de otro matorral salió otro bandido, un cómplice violador, el cual se estaba masturbando hace más de 20 minutos viendo la gran follada. El nuevo atacante se acercó al rostro de Xena y poniéndole la verga en rostro de la rubia la abofeteo diciendo “me llamo Sergio. Chúpeme la verga también mamita”. Por primera vez, Xena tenía dos vergas al tiempo en su cuerpo, era una sensación extraña, de mucho susto, pero de mucha excitación. Raúl taladraba la chocha de la rubia sin compasión y Sergio la hacía tragar su verga casi al punto de vomitarse. Xena chupaba con muchas ganas la verga de su nuevo atacante, tratando de tragarla lo más posible, (No era un secreto para su novio que le encantaba mamar verga). Mientras la verga de Raúl lubricaba más y más la vagina de Xena, el empezó a acaricia el ano de la rubia, metiendo el dedo índice poco a poco, lo que hizo que la rubia sacara la verga que tragaba de su boca para gritar: por la cuca y la boca si pero por favor, por el culo no”

Raúl se excito aún más, y empezó a penetrar con más ganas a la monita, luego se detuvo, y comenzó a lamer con muchas ganas el ano de la rubia, metiendo con todas sus fuerzas la lengua en su culo. Xena gemía de placer. Después de varios minutos de recibir lengua en su ano, fue obligada a sentarse encima de Sergio, La rubia ya se sentía muy excitada, así que no dudo un instante en comenzar a saltar encima de esa gran verga, cabalgando con muchas ansias, mientras Raúl, se acercó por detrás y lamio de nuevo el ano de la rubia, solo por unos instantes, para luego introducir su gran verga por el aun virgen culo de Xena. La chica grito de dolor, incluso gritaba pidiendo ayuda, pero muy pronto el dolor se convirtió en placer, nunca se imaginó tener una gran verga penetrando su chocha y otra penetrando su ano.

La follada se alargó por otros largos y deliciosos 15 minutos, culminando con un gran orgasmo por parte de la monita. Luego ambos hombres la hicieron arrodillarse y se masturbaron frente a su rostro. Por unos instantes Xena mamo ambas vergas con mucho deseo y en poco tiempo ambos atacantes eyacularon sobre ella, bañando su rostro, boca, lengua y tetas en muchísimo semen. La chica quedó tirada en el suelo, con su vestido completamente embarrado en lodo y semen, se sentía exhausta pero muy feliz por el gran orgasmo y follada que había vivido. Raúl y Sergio salieron corriendo dejándola en el piso casi sin fuerzas.

(9,00)