Era una noche calurosa como muchas otras, vino a nuestra casa Pablo el amigo de mi marido, buen físico, un poco alto para ni gusto peto bueno se quedó porque su auto no marchaba y le dije que se quedara a dormir y mañana lo soluciona.
En fin cenamos los tres sin problema charlamos hasta entrada la madrugada y después a dormir, él durmió en el sofá
¿El baño dónde queda? Pregunta pablo
Al fondo a tu derecha contesto yo, justo en ese instante me acorde de que deje mi bombachita allí ¡¡Noo!! Pensé lo va a ver, después de que salió del baño fui corriendo y para mi sorpresa no estaba donde lo deje... Que rareza dije. Después de apagar las luces e irnos a dormir fui sigilosamente a la sala donde creí que Pablo dormía y para mi sorpresa Se estaba MASTURBANDO con mi bombachita en la mano lo veía haciéndolo fue todo un espectáculo para mi debo confesar que ver ese acto hizo que me mojara y no traía bombachita alguna debajo de mi camisón por eso sentía mis juguitos pasionales deslizarse por mis muslos y tenía los pezones duros como rocas, ya quería yo también tocarme toda lo que me ha impresionado es ese pene grueso, venoso, de 20 cm, como deseaba tomarlo, metérmelo a la boca, saborearlo, rodearle con mi lengua y deleitarme con su néctar de la pasión
De solo pensarlo fui corriendo a nuestro cuarto y desperté a mi marido para masturbarlo pensando en el pene de Pablo, que algún día será todo mío.