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Clases particulares

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Hoy tenía que dar una clase particular a James un chico de 19 años que tenía un problema con las matemáticas.

James era alto, tez morena, ojos cafés y aunque no era un dios griego pero su cuerpo no estaba mal.

Como cada Lunes, llegue a su casa y me dirigí al piso de arriba. Sus padres no estaban de modo que la casa está en suma tranquilidad.

A pesar de estoy bastante joven, me considero una mujer profesional pero hoy fue un día muy largo y no tenía ánimos de dar clases, Así que le hice un examen sorpresa ya que quería relajarme un poco.

Me puse a leer un libro que lleva días leyendo, estaba a punto de terminarlo hasta que siento unas manos tocarme los hombros.

-¿Qué pasa?- pregunte, Al girarme me encontré con James.

-Señorita Jane hace demasiado calor, es imposible concentrarse-

-James estas en mitad de un examen, acaba y si quieres tienes libre toda la tarde-*hoy me había importado un carajo la clase, pero esta vez es la única*

-Por favor, es que no puedo, estoy muy cansado-

-Lo siento, pero yo vengo a enseñarte y ayudarte, solo es media hora más y luego puedes hacer lo que quieras- dije levantándome de la silla

-Por favor Jane, sé que tú tampoco quieres seguir, por favor estamos suda dando-

-James yo soy tu profesora y es mi trabajo, por algo me pagan. No puede dejarte hacer lo que te dé la gana así que por favor si lo entiendes, verdad? Ahora acaba el examen. Cuando menos te demores más rápido pasara la medí hora-

-Pero yo sé cómo hacer para que el tiempo pase más rápido- dijo poniendo sus manos en mis caderas- o despacio, como tú quieras-Esto último lo dijo susurrando en mi oído.

Algo me dice que no estamos hablando de estudiar

Cada vez se acerca más y cada vez hacia más calor. Había sido un día muy largo y yo hacía mucho tiempo que no tenía relaciones con nadie, que James sea tan sexy no me ayudaba en nada... Pero no. Estaba mal.

-James... Para... esto no está bien-

-¿Te había dicho alguna vez que me encanta como suena mi nombre en tus labios? -dijo juntando nuestros cuerpos y formo un camino con su lengua desde mi cuello a mi mandíbula.

Y yo perdí el control.

Puse mis manos alrededor de su cuello y mire sus deliciosos labios, me fui acercando lentamente hasta juntar nuestros labios en un apasionado y salvaje beso.

Gruño al sentir mi lengua chocar con la suya, estas se juntaron en un vaivén exquisito y sentí como la temperatura de la habitación subió todavía más como si eso fuera posible.

Sus manos recorrieron mi espalda, mi cintura, para luego bajar hacia mi culo donde se entretuvo acariciándolo y apretándolo. Yo aproveche tocar su torso por encima de su ramera mientras nuestras bocas seguían entretenidas en un salvaje beso y nuestro gemido invadía la habitación.

Volvió a subir sus manos y dejo una en mi cintura y la otra en mi pecho que toco por encima del vestido. Lo tocaba por encima de mi vestido y pellizcaba mi pezón asiendo que se endureciera y gemidos salían de mis labios. Mis manos bajaron por su pecho y avanzaron para detenerme en el borde de sus pantalones, desabroche el botón y baje el cierre.

Continuamos besándonos un rato más, mientras el manoseaba mis pechos y yo acariciaba su notable erección por encima del pantalón.

-Estoy seguro que podrías enseñarme cosas mucho más interesantes que las matemáticas-me susurro acariciando mis muslos subiendo poco a poco el vestido.

Adentre mi mano en su pantalón agarre su erección encontrándome con su miembro apretado bajo su bóxer. Soltó un gruñido a la vez que intensifico el agarre en mis muslos. Sus gemidos me excitaron lo suficiente como para agacharme y bajar completamente sus vaqueros dejando su bóxer a la altura de mi boca.

Lamí su bóxer me excitaban tanto sus gemidos así que baje sus bóxer y vi su enorme miembro la metí de una vez mientras le hacia la mejor mamada que le habrían hecho en su vida. Subía y bajaba por toda su longitud no muy rápido, saboreándolo tratando de darle el mejor placer posible. Pase a dejar besos húmedos por el largo del tronco hasta llegar al glande y volver a bajar hasta sus huevos mientras lo pajeaba con mi mano.

Sus gemidos aumentaron haciendo que yo me mojara una vez más.

Continúe con mi trabajo, lamiendo de abajo a arriba y metiendo la completamente en mi boca hasta llegar a mi garganta. Pasando mi lengua, subiendo y bajando repetidas veces.

-Jane... Para o me correré en tu boca-me dijo agarrándome de los hombros y poniéndome de pie.

Empezó a subir mi vestido dejándome solo con mi ropa interior negra. Paso sus manos por todo su cuerpo haciéndome humedecer mis bragas y con sus ojos mirando de arriba abajo me van a hacer explotar. Desabrocho mi sujetador tirándolos en alguna parte de la habitación, para empezar a acariciar mis pechos con ambas manos.

Me sentó en la silla del escritorio y paso a acariciar mi intimidad encima de la tela pasando sus dedos por mi clítoris mientras pasaba su lengua por mis pezones ya erectos. Lamia y chupaba mis pezones como si fuera una paleta de helado tiraba suavemente de ellos con sus dientes asiéndome agonizar. Sentía una sensación que era entre el dolor y el placer que había mucho que no sentía

Dejo de prestar atención a mis pechos y bajo dejando un camino de besos hacia mi sexo.

-Esta tan mojada... me vuelves loco-

Haciendo a un lado mis bragas, paso su lengua de lado a lado sobre mi clítoris y vaya que lengua!

-Llevo queriendo hacer esto desde el primer instante en que te vi pasar por mi puerta -gruño posicionando la palma de su mano en mi intimidad -¿Por qué crees que mis notas nunca mejoran Jane? No me dejas concentrarme.

-Dios mío James! No pares!!

-¿Te gusta Jane?-¿Te vas a correr en mi boca?

Yo no tenía fuerzas ni para hablar, en este momento solo podía gemir y gemir.

Volvió a acercar su boca a boca a mi sexo, para volver a torturarme con su exquisita lengua. Mojo mi clítoris lamiéndolo con su lengua de arriba abajo de lado a lado. Movía su lengua repetidamente se siente como el paraíso. Bajaba para luego dar vueltas en mi entrada penetrándola lentamente y acelerando poco a poco el ritmo. El mejor sexo oral que me han hecho en mi vida.

Volvió a subir y rodeaba mi clítoris a la vez que me penetraba con su dedo índice. Dentro de mí crecía una sensación exquisita. Si seguía me correría.

-James! estoy apunto, no pares! sigue por favor! DIOS MÍO!! MÁS RÁPIDO!!!

-Vamos Jane, dámelo, córrete en mi boca, preciosa déjame sentir tu delicioso sabor. Vamos grita mi nombre-

Sus labios succionaban mi clítoris y mientras su lengua se paseaba descontrolada mente por encima. Entonces me penetro de golpe con dos dedos mientras sus dientes tiraban de mi clítoris.

Y efectivamente me deje llevar gritando su nombre

-JAMES!!!

A partir de ese día, las clases nunca fueron como antes y sus notas mejoraron a la vez que nuestra vida sexual secreta.

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