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Afrontando la realidad

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Cuando la casa de Ken se queda huérfana es cuando él siente que tiene la libertad de dejar salir un poco su parte andrógina.

Hace días que se siente atraído por esa parte muy pocas veces mostrada por él y sus inseguridades pero también ha pensado que es una realidad que siempre va a acompañarle hasta el final de sus días y no puede renunciar a ella.

Estaba solo, en su habitación, mirandose en el espejo del cuarto de baño, desnudo, se miraba sus caderas, sus nalgas, sus piernas y pensaba que su constitución, aunque lo niegue, es casi como una mujer.

De pronto pensó en aquel traje de colegiala azul y negro que usó hace días con Daisuke, este se lo cogió prestado a su hermana para poder hacer travesuras con aquella prenda y con Ken, la travesura pasó de un juego entre bromas a una eyaculación de Daisuke en las rodillas de Ken estando Daisuke sentado encima de Ken mientras este le estimulaba los pezones y movía su cadera contra la cadera de Daisuke al filo de la cama.

Era una estimulación mezclada con abrazo, Kwn abrazaba con amor a Daisuke mientras le masturbaba con una mano y sentía la mano temblorosa de su chico tocar aquella falda mientras eyaculaba disparando el semen al suelo y a las manos de Ken.

La falda terminó llena de fluidos por el ano de Daisuke quién procuró llevarsela a casa y lavarla sin levantar sospechas en su hermana.

—Ahora deseo seguir usando por más tiempo un traje así, me he quedado con las ganas.

—Podemos ir a comprar uno indicando que es para una amiga

—Quien te iba a decir a ti que acabarías queriendote vestir como una mujer cuando hace años te sonrojabas por no aceptar que eras casi una mujer

—Me molestaba la forma en que lo decías, no mides bien tus palabras, pero meditando conmigo mismo y buscando apoyo en internet con miles de chicos que son iguales que yo, me he dado cuenta que esti no es nada malo, es casi como una bendición, además... Sólo me estoy reconciliando con mi parte prohibida, quiero no sentir vergüenza cuando se me adjudica que soy andrógino.

—Ser androgino no está mal, te hace ser diferente, me gusta lo dierente

—Eso... En el pasaso me hubiera peovocado miles de inseguridades en mi pero ahora pienso que eso no está mal del todo.

—Parte de ese proceso de cambio se debe a mi —Contestó Daisuke sonriente

—Exactamente, gracias a tí siento menos rechazo de mi cuerpo

—No lo tengas, sabes que me excita mucho verte con ropa femenina

—Es bueno para mi autoestima ver como disfrutas.

Entre los dos compraron aquel uniforme femenino, era esta vez una falda de cuadros azul osvuro con cuadros rojos y una blusa del mismo color, Ken se quedó con la ropa y acordaron usarla un dia de estos.

Y hoy era el día que parecía que iba a estrenarla, desnudo naturalmente y sin ningún tipo de pudor cogió aquella prenda de ropa y se la puso.

Se veía muy bien con aquello puesto, no le incomodaba para nada verse así mismo como una mujer, deseaba que Daisuke estuviera ahí para verlo.

Precisamente ese era el nombre que estaba en su cabeza ahora mismo y estaba pensando en él más de la cuenta, siempre le ocurría lo mismo, cuando pensaba en su chico de forma más obsesiva, más de lo que debería, le entraban esas ganas inmensas de tocarse, estaba solo, no habia nadie y necesitaba gemir un poco, no desaprovechó la oportunidad para hacerlo.

Se arrodilló al filo de la cama y empezó la faena.

Respirando. Sintió que toda la sangre en su cabeza se precipitaba hacia abajo en un despertar deliciosamente vertiginoso.

El olor rancio, indudablemente humano y masculino, se tejía en las mismas fibras de la unión de aquella tela de ropa femenina y su mano, era picante y dulce, salado y lleno, sus propios olores viniendo de él, era lo más morboso que había olido nunca.

Levantando ligeramente el dobladillo de su blusa hizo un camino con sus dedos hacia su estómago, imaginandose lo que iba a vivir, ya de por si la situación le excitaba y ya empezaba la respiración a ser irregulat, el deseo tambien de gemir estaba ahí, todo en silencio.

Con la frentr aún apoyada en el filo de la cama, metió una mano debajo de la cintura de su falsa, su mano eataba envuelta por un cálido calor pegajoso mientras su pene estaba envuelto en su mano

Un chasquido lentamente lamió su piel mientras él acariciaba suavemente desde la base de su polla hasta la cabeza, su respiración se enganchó y luego suspiró en una ardiente mezcla de alivio y creciente tensión, enterrado su cabeza en la cama

Respirando… Respirando…

Tiró de la elasticidad de la falda, mordiensose el labio mientras el suave algodón se arrastró sobre su polla.

Respirando... Respirando... Alcanzando detrás de él y pasando su dedo medio sobre su culo. La presión estaba ahí.

Seguía estimulandose los pezones, el borde afilado de un botón atrapó unos cuantos pelos finos que rodeaban la aureola de su pezón izquierdo, haciendole inhalar bruscamemte, repitió la acción, apretando sus ojos y gimiendo debilmente con cada sacudida de dolor, saboreando los nervios llameantes y el dolor sordo, le dolía tan maravillosamente, como arranques de estrellas, y con cada nuevorasguño. Su polla se contrajo en su apretado agarre mientras empujaba hacia adelante con una mano

El calor se encendió, su constante oleada de aire se convirtió rapidamente en una respiración desgarrada

Ahora movía las caderas sin pensar, concentrandose en querer, el aroma que rodeaba su placer cambió sútilmente, volviendose más salado, el material se calentó con fricción mientras bombraba su polla, eaforzandose contra una línea áspera de costura

Apretó los ojos con fuerza y apretó la tela más cerca de su polla mientras su garganta se ahogaba al soltar un jadeo, se presionó desesperadamente contra la tela, la cara, el pecho y la entrepierna que necesitaban tanto expulsar aquel placer inminente

Acariciando, acariciando apretando, más rápido, más rápido, moviendo sus manos contra aquella carne picante y húmeda

—Dios... Dios... Dios...

Llegó en una oleada de espasmos, tensándose los músculos con un grito de placer quebradizo cuya respiración sin forma llevaba el fantasma de un nombre susurrado, el nombre de su chico, el que estaba gobernando en su mente en ese momento, ese nombre que le hizo tener una fuerte corrida y un fuerte orgasmo

Cayó, con el cuello extendido y enterrado mientras su cabeza se deslizaba por la longitud de la cama, se quedó así, esperando a que su visión se despejara, su respiración firme, la ola de sonido que emitía en su oído para calmarse.

Pero ahora se odiaba a si mismo, aquella ansiedad se había multiplicado por 1000, tenía su polla demasiado caliente y excitada por encima de la falda que no era capaz de estar relajado sin tener la mente albootada, no le había bastado con un orgasmo y aliviarse un poco. Quería más, incluso su mente le hizo pensar que podía llamar a Daisuke para hablat y calmarse, no lo hizo. Eso solo aumentaría su deseo, lo mejor era esperar a mañana confiando en que la erección y excitación bajase.

La noche llegó y con ella las ansias, no entendía el porqué pero la excitación no se le iba de la mente, acostadl en la cama tapado con las sábanas y con aquella prenda de ropa femenina aún puesta en su cuerpo, necesitó la urgencia de irse aliviando muchísimo más.

Tan solo le mandó un mensaje a su dispositivo digital diciendole

—"No dejo de pensarte... Mis manos me están dominando, te pienso con nuestra falda en mis caderas, me enloqueces... Te necesito mañana, estoy muy a ecelerado, el corazón ae me desboca..."

Ni siquiera esperó a recibir una contestación, la urgencia de aliviarse le podía más, entre las sábanas, se bajó un poco la falda y con la tela se frotaba la punta de la polla provocando intensos gemidos y fuertes ladeos de cabeza.

En su agonía placentera abría la boca agonizando del calor que todo le provocaba, acabó sudando y al borde de la locura, el pensarle demasiado lo estaba volviendo loco.

Nunca imaginó que una prenda de ropa de la que antes hacía uso de rechazo se convirtiera en un detonante sexual que le mantendría excitado por largas horas.

Definitivamente aún debía conocerse más a fondo y acabar con esta tensión sexual no resuelta

A la mañana siguiente, contra todo pronóstico, Daisuke estaba en casa de Ken dispuesto a escuchar y a hablar todo lo que su chico necesitaba expulsar por aquella boca.

Tambien llevaba puesta la falda sexy y provocativa en conjunto con aquella blusa.

La conversación se mantenía en la cama, uno en frente del otro con las piernas cruzadas

—Te notaba muy angustido, como muy ansioso, ni siquiera viste el mensaje que te respondí.

—¿Contestaste?

—Claro, siempre lo hago

—Disculpame pero no estaba en condiciones de hacerlo

--¿Porqué?

—Porque mietras me estabas respondiendo yo me estaba tocando sofocando mi deseo sin dejar de pensar en ti

—Ahora lo entiendo...

—Con nuestra falda, me corrí una vez, pequé de lujuria pero no debo estar arrepentido, es lo que deseaba en esos momentos.

—Me gusta que te toques pensando en mi cuando no estamos juntos.

—Es el hecho de no verte, me siento un poco solo cuando nos separaos, al no sentirte juego con mi mente que sigo haciendote el amor y ese sentimiento se hace más poderoso, me domina y puede conmigo, aparte... Quiero de verdad reconciliarme y estar en paz conmigo mismo, sentirme bien y con este trozo de ropa... Se me alborotan las ganas de tí, estás muy dentro de mi cabeza... Y de aquí —Se tocó la entrepierna a través de la falda quedandose Daisuke totalmente en silencio, sus manos frotaron aquel bulto haciendose cada vez mas grande. Separó sus piernas para sentir el frote nucho mas intenso

—Daisuke

—¿Si?

—Necesito hacer algo

—¿El que?

—Quiero oir el sonido de tus gemidos, estoy muy ansioso de ti, quiero tocarte, mi necesidad es mas gramde que las ganas de controlarme

Sin esperar a una respueata de Daisuke, Ken y sus manos quisieron tocar la entrepierna de su novio aún con los pantalones puestos, frotó encima de la tela sin dejar de frotarse así mismo también.

Los ojos de Daisuke se cerraron, encontrando dificil permanecer quieto mientras notaba la mano de Ken acariciar su erección bajo el pantalón, su sudor empujado hacia abajo alrededor de sus pantorillas mientras le tocaba.

Pasó el pulgar hacia arriba por encima de la cabeza de su polla, Daisuke se mordió el labio para contener un gemido, cualquier ruido era seguro para estimular a Ken y seguir, lo que llevaría a Daiauke a mas calor en su propio rubor, sin nada más, así que se mordió el labio con más fuerza, notando aquella mano de Ken en él, acariciandolo, apretando de la manera correcta para hacer que Daisuke se arqueara y gimiese de placer, en realidad, los dos estaban gimiendo despacio, observando el camino y el movimiento de la mano.

Podía verlo tan facilmente en su mente, la forma en que Ken se movía agil, esa manera tan buena de estimularle la forma en que la mano de su novio era una con su polla, la forma en que Ken casi se inclinaba con los labios entreabiertos para intentar masajearlo con la boca.

El sonido de las respiraciones entrecortadas de los dos y la tensión placenterao hacía todo muy erótico.

Los ojos de Daisuke se abrieron más, su cuerpo estaba helado, su corazón latía en su pecho, Ken estaba tan cerca de él vestido con aquella falda tan morbosa... De solo versela se excitaba, la tela tanto de la blusa y la falda rozaban el brazo de Daisuke y eso le provocaba gemir más aún, el calor, la tensión, los roces, todo ello los estaba llevando a la locura

—No te detengas... -Dijo Daisuke suavemente, Ken se vió incapaz de apartarle la mirada mientras Daisuke gemía a ratos

—Haces unos sonidos tan encantadores... Quiero que lo sepas

Daisuke gimió entonces, incapaz de sostener el sonido dentro sintiendo como su polla se contrajo con fuerza, hasta sus bolas estaban en tensión, Ken lo estaba mirando, mirando a su polla mientras le tocaba. Daisuke se encontró jadeando duro, cuerpo vivo y hormigueo bajo la mirada de Ken, el dueño de la erección lamió sus labios secos, tragando con fuerza.

—¿Puedo? -Ken sencontró con su mirada, su mano hizo un gesto hacia la polla de Daisuke como si estuviera preguntando si podía pedir prestado un boligrafo, este gimoteó, arqueandose como si su cuerpo ya hubiera tomado la decisión por él.

No podía hablar, no estaba seguro de que recordara como hacerlo, en cambio, asintió con la cabeza, la mano de Ken ahora iba más fuerte, al mismo ritmo que su propia mano frotando su polla emitiendo gemidos para ir a la misma sincronía que Daisuke.

Ya gemían los dos a la vez, el único movimiento humano que había era las dos manos dd Ken en cada una de ambas pollas.

La mano de Ken se deslizó hasta la base de la polla de su novio, apretandola lo sificiente como para atraer un jadeo mas intenso de Daisuke

—Aún no, tenemos que ir juntos-. Dijo Ken con un tono de voz suave y firme, Daisuke sintió que su inminente orgasmo tetrocedía un poco y dejó que sus ojos se cerraran brevemente.

Tragó saliva, abriendolos ahora y asintiendo con la cabeza para decirle a Ken que tenía el control otra vez, la mano de este se deslizó por su polla, manchada de las primeras gotas de semen y sudor de esfuerzo. Ken apartó la mano de Daisuke con facilidad, sus ojos subieron hasta su cara, Ken lo observó, jadeando ante la sensación, le excitaba, se volvía loco de placer poco a poco, era muy bonito verlos a ambos excitados, sintiendose el aliento y haciendolo todo poco a poco.

—Es oir tus gemidos y no dejar de tocarme y también -Ken no dejaba de tocar, incluso necesitaba algo más como ponerse a horcajadas en él, quería mover su cadera con aquella falda, que aquella tela rozase la piel de su novio, tenerle más cerca, mirarle a los ojos, sentir la felicidad envolviendoles, esa falda los estaba enviando al mismisimo infierno del placer extremo. Estaban en la antesala, donde todo se resumía en frote y refrotes, gemidos, pieles llamandose, miradas excitadas, expresión de inminente eyaculación, todo se volvía intenso.

No lo aguantó más, le fue bajando lentamente los pantalones hasta dejarselos por los tobillos y terminó poniendose como él deseaba, a horcajadas encima de él y siguió el continuo refrote de pieles humedas y totalmente mojadas que venían de ambas pollas.

Mientras duraba el frotamiento de piel suave y sensible, Ken tenía ambas manos ahora mezclando el semen de los dos penes frotandose entre si sin dejar de emitir gemidos cada vez más potentes, Daisuke por su parte tenia su brazo rodeando el cuello de Ken para agarrarse mejor sin dejar tampoco de gemir, los dos gemían en la boca del otro, sus frentes chocando mirando hacia abajo, tanto a la mano de Ken sacudiendo los dos penes con el contínuo salir de semen chorreando la mano de este empapando tambien la falda más el baile erótico que los dos estaban organizando.

En el borde del orgasmo, Ken inició un baile muy sexy con su cadera encima de las rodillas de Daisuke, ese baile tan morboso, dejando salir su androginia al máximo posible, moviendo su cuerpo como una autentica mujer, siendo libre seduciendo a Daisuke con el mejor de los movimientos y la mejor de las sonrisas.

Tambien hubo una danza de lenguas moviendose insaciables en la boca del otro, movimiento rítmico, a cada lado, arriba. Abajo y chocandose entre ellos al igual que sus fluidos salivales, llegó un beso cargado de erotismo, labio contra labio mientras el movimiento sensual de cadera no tenía fin ni el continuo refrote, solo los gemidos llegando o los gritos presagiaban el orgasmo que estaba por llegar.

Mientras más fuerte era la sensación que ya estaba por aparecer, mas intensos eran los besos y los gemidos, los sudores y el continuo robo de aire

—Ahh Ahhh Ahhh

—Ahh Ahhh Ahhh

Se miraban en el orgasmo que ya estaban teniendo, cuerpos rigidos, miradas nubladas y expresiones ruborizadas.

Ken seguía frotando con una mano y la otra buscó la mano de Daisuke para llegar juntos, y juntos llegaron, gritaron de placer al unísono mirando aquella falda llena de semen de los dos con un hilo grueso de saliva colgando de sus bocas, los besos les hicieron llegar juntos mirandose por momentos.

Daisuke fué el primero en llegar y quedó petrificado, como le solía suceder en estos casos, estaba agarrado a Ken intentando recuperarse y este último se tiro encima de Daisuke ya que soportó una fuerte sacudida placentera que los mantuvo uno encima del otro respirando fuerte con los corazones latiendo mucho y los rostros excitados totalmente.

Y todavía Ken necesitó ir a más, quería hacer eyacular a Daisuke un poco más, le desabrochó la camisa para lamerle los pezones con la punta de la lengua y morderselos al terminar de llegar a ellos, con lentitud y dedicación mientras su pene lo rozaba suavemente con el pene de Daisuke aún con oleadas de placer en su cuerpo.

Esa sensación era tan salvaje que Daisuke ladeó su cabeza de un lado a otro gimiendo un poco más, Ken buscó su boca y dejó que ambos penes chorreasen su amor uno encima del otro manchando aquella falda teniendo ocultos ambos miembros debajo de ella mientras Ken de nuevo besaba a su chico por todas las partes que él encontraba, clavicula, hombro, pecho, manos. etc

En definitiva, haciendo el amor como personas amadas y enamoradas.

A Daisuke no le importó para nada sentir todo el peso de Ken sobre él y que este lo aplastara, era tan maravilloso el sentir lo que los dos estaban experimentando que todo se volvía eterno, único, maravilloso.

Gimieron más veces, ya que la excitación existía en sus cuerpoa sedientos de placer, se pasaban la excitación, sólo un pequeño frotamiento de pene y la necesidad de gemir era obligatoria.

Esto era necesario, muy necesario, en especial para Ken quien solo hacía lo que su cuerpo pedía

El protagonista, una simple prenda de ropa que los mantuvo todavía más conectados fisica y espiritualmente, eso y la liberación de la androginia de Ken, reconciliarse con su parte más oculta

Androginia, adjetivo sexy y morboso para realizar cualquier travesura sexual.

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