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La liberación de Rebeca

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Esta historia que voy a relatar sucedió hace dos veranos, me llamo Jaime, actualmente tengo 29 años, soy moreno de estatura media y de complexión delgada, nunca me ha ido eso de hacer deporte por el mero hecho de sudar pero supongo que mi buena alimentación de los últimos años me ha permitido no engordar.

Mi novia se llama Rebeca, tiene 37, es bajita y con algún kilito de más, tiene el culo redondo y muy bonito y unos pechos bastante grandes que resaltan sobre todo lo demás. Por ninguna razón en particular casi todas mis parejas han sido mayores que yo pero con Rebeca es con la que mejor me entiendo en cualquier ámbito a pesar de llevarnos 8 años.

Tras muchos meses hablándolo nos fuimos a finales del mes de agosto de vacaciones con nuestros mejores amigos al este de la isla de Mallorca (somos del centro peninsular) para descargar todas las tensiones acumuladas durante el año en el trabajo.

Ellos son Leo y Alicia, Leo tiene mi misma edad y le conozco desde que tenía 10 años, es un poco más alto que yo, también moreno de complexión delgada y de cuerpo un poco (no en exceso) más curtido por el gimnasio que yo.

Alicia, su novia, tiene 32 años, es un poco más bajita que Leo y yo, pelo muy negro y tez muy blanca, algo que resalta bastante, es de complexión delgada y tiene el pecho y el culo acorde su complexión.

La idea era estar de vacaciones 7 días y así fue, el primer día llegamos pronto a la isla para aprovechar el primer día, una vez instalados nos fuimos a la cala más cercana de nuestro apartamento, indicar que entre los 4 cogimos un apartamento bastante coqueto y bien de precio conformado por un salón abierto, cocina americana, una pequeña terraza, dos habitaciones y un baño.

Indicar que buscábamos la tranquilidad de las calas (por eso escogimos esa parte de la isla) y los 3 primeros días los pasamos en la más absoluta tranquilidad: por la mañana tras el desayuno bajábamos un rato a la arena para tomar el sol y bañarnos, subíamos a comer y tras una larga siesta a última hora íbamos a alguna cala cercana bien andando o en el coche que habíamos alquilado, por la noche salíamos a tomar algo en busca de temperaturas algo más frescas.

Al cuarto día después de comer fuimos a una cala de la que nos habían hablado era bastante bonita y tranquila, efectivamente al llegar vimos que era de esas calas con arena blanca y muy fina y el agua de un azul turquesa increíble, además era tranquila seguramente por lo difícil de acceder a ella (juraría que para llegar incluso cruzamos la piscina de un hotel).

Al llegar nos dimos un chapuzón y mientras Alicia y Rebeca tomaban el sol nosotros jugamos un poco con una pelota de plástico que disponíamos, llegado el momento vimos como las chicas hablaban y se quitaban la parte de arriba del bikini, mientras Alicia dejaban ver una tetas muy bien formadas Rebeca liberaba sus enormes pechos al sol del Mediterráneo, en ese momento Leo y yo dejamos de jugar con la pelota para deleitarnos con la escena que nuestras respectivas nos brindaban, estábamos cerca de ellas así que escuchamos lo siguiente:

- (Alicia) - Rebe, menudas tetas hija

- (Rebeca) - Calla calla que me sonrojo.

Y es que aunque ella tenía unas tetas de concurso a la hora de enseñarlas era bastante aprensiva (que no vergonzosa) y aunque a mí no me importaba a ella a veces le constaba, aunque en ese momento estaba en su salsa.

El sol caía y no pegaba tan fuerte como en las horas anteriores así que estuvimos un buen rato los cuatro juntos y Alicia y Rebeca con la parte de arriba al descubierto, Leo se comportaba bastante correcto pero noté como miraba mucho las tetas de Rebeca, lo que no sabía en ese momento es si ella se estaba dando cuenta.

Llegamos al hotel y nos preparamos para cenar fuera y luego tomar algo, estando con ella en la habitación decidí preguntar:

- (Yo) - Rebe cariño ¿te lo has pasado bien esta tarde?

- (Rebeca) - Muy bien, la cala era muy bonita

- (Yo) - Yo también (aunque no me había preguntado) pero… ¿te has dado cuenta que Leo te miraba bastante los pechos?

En ese momento se dio la vuelta para mirarme:

- (Rebeca) - Que va, me habría dado cuenta, estaría mirando a Alicia

- (Yo) - También, pero te digo yo que a ti te miraba mucho

- (Rebeca) - son imaginaciones tuyas, me hubiera dado cuenta

Me percaté en ese instante que se estaba poniendo un vestido bastante sugerente con el cual se le veía bastante canalillo y permitía perderse entre sus melones.

- (Yo) - OK, ya que te vas a poner ese vestido esta noche lo comprobaremos.

Salimos a cenar y Leo y Rebeca se sentaron uno enfrente del otro, estuvimos cenando un buen rato y nos tomamos en ese mismo sitio unos mojitos de bastante calidad, me percaté que Leo (aunque mucho menos que por la tarde) seguía mirando a Rebeca y no precisamente a los ojos, antes de pagar Alicia le dijo a Rebe si iban baño y salieron ambas, al levantarse me di cuenta que Alicia llevaba un vestido negro bastante ceñido y se le notaba un tanga muy bien dibujado, no voy a engañar, la miré hasta que se perdieron de vista, si Leo me decía algo desde luego era el mejor momento para soltarle el tema de los pechos de mi novia, pero no lo hizo así que todo siguió igual.

Tras ir de bar en bar nos tomamos varias copas cada uno y decidimos ir a casa, llegamos a eso de las 3 de la mañana, nos despedimos cada pareja hasta el día siguiente, en ese momento y ya dentro de nuestra habitación le pregunté a Rebeca:

- (Yo) - Bueno ¿te habrás dado cuenta no? En la cena madre mía…

- (Rebeca) - Es verdad que algo me ha mirado pero… tampoco es para tanto, a Ali también le ha mirado…

Parecía como si Rebeca supiera que efectivamente sus tetas levantaban el interés de Leo pero le costaba admitirlo.

- (Yo) - como hombre te puedo decir que le ponen y no precisamente poco

Llegado a ese punto ya estábamos los dos listos para dormir, yo en calzoncillos y ella únicamente con un pequeño pantaloncito corto gris de pijama, la parte superior en verano solía dejarla al descubierto.

Al rato de apagar las luces aun seguíamos hablando del tema cuando escuchamos a alguien por el pasillo pasar dirección a la cocina, carraspeó en ese momento y nos dimos cuenta que desde luego no se trataba de una mujer por lo que sabíamos quién era.

Fruto seguramente que ambos estábamos aun achispados le dije lo siguiente a Rebeca:

- (Yo) - ¿por qué no compruebas si le gustan o no? Ahora es el momento

- (Rebeca) - ¿lo dices en serio?

- (Yo) - si tan segura estás… tienes carta blanca, pero luego debes contarme todo lo que pase.

Esta última frase pareció calarle hondo, me dio un beso, se levantó y fue hacia la cocina para encontrarse semidesnuda con el novio de su mejor amiga.

Exactamente no sé cuánto tardó pero por la situación (Alicia y yo cada uno en nuestros respectivos dormitorios) no fue mucho tiempo (3 minutos aproximadamente), Rebeca llegó a la habitación y nada más entrar le pregunté que qué había pasado, lógicamente lo que voy a relatar a continuación es 100% lo que ella me dijo.

Al llegar efectivamente Leo estaba bebiendo agua en la cocina, estaba en calzoncillos y apenas se inmutó al ver a Rebeca aparecer con las tetas al aire:

- (Rebeca) - Hola Leo, vaya calor ¿eh?

- (Leo) - Ya ves, y menuda humedad, no podría vivir aquí todo el año…

Rebe se rio y prosiguió tras beber agua:

- (Rebeca) - Ha estado bien la noche, me he divertido

- (Leo) - Yo también, hay que volver al último garito, estaba muy bien

Rebe cambió de terció drásticamente:

- (Rebeca) - Por cierto, me he dado cuenta que hoy me has mirado mucho a mis gemelas

Leo pegó un respingo sin decir nada

- (Rebeca) - pero no pasa nada, ya somos todos mayorcitos ¿no?

Leo un poco sonrojado dijo:

- (Leo) - un poco la verdad, son bastante grandes

- (Rebeca) - jejeje, alguna vez me lo han dicho… pero contigo hay confianza…

En ese momento Rebe le cogió las manos y llevó una a cada teta para que las tocara, Leo estuvo varios segundos manoseándolas y ambos se juntaron hasta que Rebe notó el miembro erecto de Leo, en ese momento ella le deseó buenas noches y cada uno fue a su dormitorio.

Cuando me contó lo ocurrido estaba anonadado de que ella hubiera hecho eso, estaba totalmente excitado, se había comportado como una auténtica puta y eso a mí me gustaba, en ese momento no estaba yo para dormir y ella tampoco así que nos quitamos la poca ropa que teníamos y con cuidado de no hacer ruido follamos como dos adolescentes, al acabar y justo antes de dormirnos le dije: ¿Ves cómo tenía razón?

Al día siguiente decidimos no decirles nada a nuestros amigos de lo ocurrido la noche anterior, seguiríamos intentando jugar con mi amigo, el asunto era saber cómo hacerlo esta vez y si llegar más lejos, hablando con Rebeca en la hora de la siesta ella tenía ganas de más y, porque no, llegar más lejos.

Aquel día fue muy caluroso como casi todos, volvimos a ir a la famosa cala del día anterior y tanto Alicia como Rebeca nos volvieron a mostrar sus pechos al viento, todo hacía presagiar que al día siguiente (en anterior a irnos de la isla) volveríamos a aquel mágico lugar.

Y llegó el día anterior a la partida, tras estar todo el día en la playa apurando los últimos baños del verano llegamos a casa para acicalarnos y salir a cenar los 4 juntos, Rebeca y yo habíamos estado hablando de cuando volver al ataque y se nos ocurrió que podíamos dejarles que se duchasen los dos últimos y yo me intentaría “librar” de Alicia; al llegar de la playa me duché yo primero y posteriormente Alicia, una vez los dos estábamos ya vestidos le dije a Alicia:

- (Yo)- Ali ¿bajamos tú y yo a tomar algo mientras ellos se arreglan? Venga, te invito

- (Alicia) - Pues sí, porque vaya dos petardos estos dos, vamos yendo tú y yo.

Rebeca ya se estaba duchando por lo que entré al baño y le avisé, ese era su momento, Alicia y yo bajamos a un bar que había en la calle de atrás de nuestro apartamento para sentarnos en la terraza, como hacía dos noches lo que relataré aquí es la versión que Rebeca me dijo que ocurrió.

Leo estaba en el salón viendo la televisión aun en bañador cuando Rebe terminó de ducharse, fue al salón para avisarle únicamente vestida con un tanga rojo bastante sensual a lo que Leo asintió, al volverse Rebe antes de salir del salón se dio la vuelta y vio que Leo se levantaba con un bañador claramente abombado:

- (Rebeca) - uy! ¿has puesto la tienda de campaña? Ajajá!

- (Leo) - Claro, es que vienes así pues mi cuerpo reacciona

Rebeca se va acercando a Leo mientras siguen hablando

- (Rebeca) - Bueno, habrá que ponerle remedio

Ella le ayuda a quitarse el bañador, se agacha y comienza a chuparle la polla poco a poco mientras le toca los huevos muy despacio, Leo reacciona y mientras le toca las enormes tetas como hizo 2 días antes, nada nuevo para él.

Una vez terminado el problema inicial de la hinchazón de mi amigo fue él quien tomó la iniciativa quitándole el tanga a Rebeca y sentándola en el sofá del salón:

- (Leo) - ábrete de piernas

- (Rebeca) - Uy que tosco, pero lo que tú digas cielo

Rebeca se abrió de piernas y mi amigo comenzó a penetrarla primero con movimientos lentos y luego con embestidas más rápidas y seguidas, en ese momento ella empezó a gemir de puro placer: el mejor amigo de su novio se la estaba follando sin ningún miramiento y manoseando los melones que tanto le gustaban y que dieron origen a todo.

Una vez terminado decidieron que se correría fuera, ella se puso de rodillas y él a los pocos segundos se corrió en sus tetas creando entre sus pechos un fluido de semen que llegó al suelo, posteriormente Leo se duchó, Rebeca se lavó y bajaron con Alicia y conmigo para terminar la última noche en la isla de Mallorca.

Aquellas vacaciones supusieron un punto de inflexión tanto en nuestra relación como en nuestra forma de ver el sexo, ¿Rebeca querría volver a hacer algo parecido?

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