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Espiral

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—Yo nunca solía hacer esto ya sabes, antes de ti. Ah. Y ahora. Ah ahora esto es tan necesario...

—Todos venimos del sexo, el sexo es algo muy natural, masturbarse es necesario

—Y yo quiero que me veas, lo necesito es como si me estuvieras masturbando tú ah ah AH!!

—No dejes de hacerlo, mantén tu atención en los calambres y las reacciones de tus manos y de tu cuerpo, yo centro la atencion en tu expresión placentera

Ken lo sabe, por supuesto, sabe que Daisuke más que unas pocas en cuestion de sexo, a veces es muy pulcro, se averguenza facilmente, y esta vez, cuando Ken le dijo sorpresivamente que deseaba verle masturbarse al principio se sobresaltó un poco, pero era Ken, todo lo compartía con él, a Ken le gusta que Daisuke se masturbe, le gusta el sonido de voz que Daisuke hace, le gusta su expresión de placer, a los dos les gusta, todo porque a Ken le gusta oírlo, oír esos gemidos que lo vuelven loco, todo porque él es el hombre que convirtió a Daisuke en un monstruo necesitado de masturbarse, de dar placer a su cuerpo, y este no iba a ceder a esa designación concedida en él

Los dedos húmedos de Daisuke se burlan de las perfectas líneas rosadas que irradian desde su agujero como los puntos de una estrella. Ken se pone en cuclillas al pie de la cama, respirando hondo, observando el estremecimiento de la estrella bajo el toque de Daisuke. Siente que se estremece a través de su cuerpo y cerebro con más fuerza como si los dedos de Ken estuvieran sobre él.

La voz de Ken tambalea, también, rompiendo con la necesidad.

- Yo también necesito masturbarme, Ah. Contigo, junto a ti, porque. Yo fuí esa primera persona que entró en tí, de la forma mas gentil posible. A pesar. De que mi cuerpo se llenaba de adredalina ahhh. Por momentos. Ah la forma en que lo pediste cuando te tocaba, la forma en que me agarrabas los dedos y me empujabas con ellos dentro de ti. -Dejó escapar un gemido rudo y le acercó los muslos a su pecho para extenderse más y volvió a decir

—Se siente tan bien, Daisuke estoy disfrutando -. Dice Ken, y no está seguro si está hablando de lo que se siente cuando ve los dedos de Daisuke dentro de él o si está hablando de este momento, ahora mismo, la forma en que las palabras y el cuerpo de Daisuke que se despliega ante él, hacen que Ken se sienta más desnudo de lo que nunca ha sentido antes.

Daisuke mueve su dedo índice en una lenta espiral alrededor de la estrella, dejando que los dedos de la otra mano acaricien sus pelotas y muslos y la base de su polla.

—La primera vez que lo hicimos, después, no pude dejar de pensar en los ruidos que hiciste, y cómo te sentías alrededor de mis dedos. Tenías hambre de mí

—Siempre por y para ti.

—Y yo quería que me llevases dentro de ti otra vez. Quería sentirte alrededor de mis dedos. Así que -. Kurt se muerde el labio inferior mientras presiona la punta de su dedo medio en el centro y Ken lo observa hundirse, la punta se tragó lentamente por esa estrella brillante.

—Hice lo siguiente. Y sentía . Como si tú estuvieras allí con mis dedos, pero también . Tengo una idea de lo que sentí por ti, y por qué hiciste esos ruidos, y por qué lo querías tanto. Ahhhhh

Daisuke suelta un gemido y arquea, levantando la parte baja de su espalda de la cama por un momento antes de empujar las caderas hacia arriba y su dedo se traga un poco más, hasta que está a mitad de camino.

—Te quiero tanto, Ken. Ahh Siempre Ahh Ahhh

Ken mira a través de los muslos abiertos de Daisuke a su cara y acaricia su tobillo con tranquilidad.

—Estoy aquí -. Susurra con amor

Los ojos de Daisuke están relajados como el cielo

—Lo sé. Ahh ahhh

Daisuke cierra los ojos y deja escapar un poco de jadeo y Ken vuelve a mirar la mano de Daisuke, su culo rosado perfecto y el dedo se ha ido todo ahora, todo adentro, envuelto en el perfecto calor de terciopelo de Daisuke y este gime de nuevo.

—Mierda Ken. Mierda mierda lo quiero Ahhh. Ahhhhh

—¿Qué quieres? -. Contesta seductoramente mirando a Daisuke deslizar el dedo lentamente, incrementalmente, hacia dentro y hacia fuera.—Quiero sentir esto para siempre. Esto DIOS. Se siente tan bien. Dentro de mí. Y tú. Tu aquí. Mirandome. Estando conmigo. Se siente tan bien Ken. Ahh si Dios...

Daisuke desliza el dedo hacia afuera y luego dos, dos dedos resbaladizos se burlan de su agujero, dos dedos son tomados y tragados, y un dulce resplandor de transpiración estalla en el pliegue de las caderas de Daisuke y en su clavícula. La polla de Ken está hormigueando y dura, pero apenas se da cuenta, su cuerpo es más consciente de cada movimiento de Daisuke y su respiración, más que la suya.

Los ruidos de la garganta de Daisuke más puros que la música. Ken se siente familiarizado con ese sonido, esos gemidos de aquella primera vez cuando entró de forma suave dentro de él, nunca podra olvidar la primera expresion de placer de Daisuke sintiendo la polla de Ken dentro de él, dos inexpertos que no sabian qué a sentir, solo sabian que iban a vivirlo juntos, amó ver a Daisuke llorar aquella primera vez y una vez mas, es feliz de volverle a ver soltar lagrimas de placer y felicidad mientras le está viendo penetrarse a si mismo

Mira la mano de Daisuke girar y dice

—Estás justo en ese punto de placer, no te detengas, porfavor

Daisuke murmura, suena su otra mano alrededor de su polla y comienza a acariciar lentamente, ligeramente, pero pronto es un agarre firme y un tirón y tiene tres dedos dentro de sí mismo ahora, no todo el camino, pero todavía lo estira tan bellamente su culo apretado firmemente mientras sus dedos tratan de entrar y salir, pero Daisuke no los deja ir.

—Oh, mierda, Ken, no sé qué hacer se siente tan bien quiero más me quiero correr otra vez. Quiero más quiero - Oh, Dios, Ken. Oh Dios.

Las caderas de Daisuke se levantan de la cama y sus ojos chocan de par en par y su boca se retuerce con la agonía del placer y sus temblores en la llanta y su polla revuelve y pulsa, la corrida fluye caliente y gruesa e interminable sobre sus dedos. Ken mira a los pies de Daisuke, los dedos de los pies se curvan y se flexionan, y todo acerca de Daisuke es tan bello y fuerte que la visión de Ken se vuelve borrosa. Todavía puede ver el contorno de Daisuke, sin embargo, puede tocar su mano a la pantorrilla de Daisuke y sentirlo pulsar con los choques del orgasmo. Puede besar la bisagra de la rodilla de Daisuke, el dulce nudillo del hueso a un lado.

—Eres tan hermoso -. Dice, y Daisuke tiembla, su cuerpo retorciéndose con cada último deleite del orgasmo.

—Tú...-. Daisuke comienza a hablar pero se detiene, porque su cuerpo está apretado y su garganta no deja que las palabras salgan, aún no, no dejará nada fuera sino jadeos y gemidos. Ken roza sus dedos por todos lados: los arcos de los pies de Daisuke, los tendones, las rodillas y los muslos, la atractiva punta de las caderas y las crestas exteriores de las costillas, Ken siente que los músculos se bambolean y se alzan y se relajan y se apoderan de nuevo sorprendidos de que un cuerpo puede soportar todo este trastorno.

Por último, finalmente, Daisuke se relaja sus músculos acuosos y sin peso y con unas palabras muy bellas

—Me haces sentir hermoso, es tan magnífico

Ken se relaja junto a Daisuke, envuelve un brazo y una pierna sobre él, besa su sien y sus labios y piensa que nunca lo dejará ir, no puede dejarle ir, porque su corazón se abrió hace años y Daisuke entró en el, siempre estará ahí, acelerado pulso eléctrico que hace latir el corazón de Ken.

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