Nuevos relatos publicados: 13

Con mi amiga Mica en la pileta

  • 7
  • 22.007
  • 9,62 (53 Val.)
  • 0

Mi nombre es Ángel tengo 18 años y este relato tiene lugar en unos de esos calurosos días de diciembre en Buenos Aires; Argentina; me despierto en mi cuarto con cierta resaca, solo con un short de futbol y un poco transpirado. Toca la puerta mi madre avisándome que Micaela ya se había despertado y me esperaba en la mesa para compartir el desayuno.

Micaela es una amiga que conservo desde la secundaria, es un año menor que yo y tenemos una relación de mucha confianza. Tiene ojos claros de tez blanca, 1,65 y cuenta con un muy lindo cuerpo. Habíamos salido a bailar la noche anterior y debido a nuestro estado etílico convenimos en que se quede a dormir en mi casa; tengo una casa con varios cuartos por lo que no hacía falta compartir el mismo. Una vez en la mesa el estado de nuestras caras fue motivo de risa ya que mis ojos todavía no asimilaban bien la luz y no los podía abrir completamente y ella todavía tenía el maquillaje de la noche anterior un poco corrido. Cuando terminamos de desayunar el calor se había puesto insoportable por lo que le pregunte a mi amiga si tenía alguna maya en la mochila; mi edificio cuenta con una pileta bastante grande en planta baja como espacio común. Si respuesta fue sí; ya que el día anterior había pasado la mañana en una quinta y todavía estaba en su mochila.

Le pareció genial la propuesta y nos fuimos a cambiar. En mi cuarto opté por una maya amarilla de estilo “retro” la cual era cómoda pero a la vista era un poco apretada. Cuando termine de ponérmela agarré una toalla, unas ojotas y me dirigí hacia la puerta para llamar el ascensor. Cuando llego, Mica estaba de espaldas con un bikini rojo con los márgenes en negro; me fue imposible no bajar mi mirada hasta su culo; la verdad no lo podía creer! No solía ver a mi amiga de esa manera. Me abstuve de cualquier comentario y cuando se dio vuelta no llegó a notar que mis ojos habían recorrido todo su cuerpo. Ya de frente en el ascensor puede ver como la parte superior de bikini apenas podían contener sus redondas tetas; esos 8 pisos se me hicieron infinitos.

En ese momento me propuse distraerme para no correr el riesgo de una erección frente a mi amiga. Cuando llegamos solamente estaba presente una vecina de entre 40 y 45 años tomando sol en una reposera; luego de un breve saludo siguió con lo suyo y nosotros procedimos a meternos al agua. Hicimos todo lo típico que se hace en una pileta; jugamos competencias de velocidad; a ver quién aguantaba más debajo del agua y alguna que otra guerra de agua. En cierto momento empezamos a luchar abajo del agua y en un descuido mi mano se desliza dentro de su bikini haciendo que mis dedos toquen por completo su peso haciéndome notar que estaba muy duro; como acto reflejo saqué la mano provocando otro roce el cual me dio suficiente material para que se me comience a parar la pija.

Ella se rio solamente asumiendo que fue un descuido y como venganza atinó a pellizcarme un pezón; pude agarrarle las manos y darla vuelta para evitar su intención quedando mi pija a medio parar apoyada en su cola; hasta podía sentir la tela de su bikini. El forcejeo en esa posición duró bastante; algo así como un minuto hasta que pudo zafarse y alejarse un poco; en ese momento sentí vergüenza de que se me note mi completa erección por lo que me ubique en una esquina lejos de ella. Por unos minutos estuvimos alejados cada uno en la suya pero yo ya estaba muy caliente; no podía pensar en otra cosa; ya me costaba verla como una amiga; quería seguir sintiendo su cuerpo cerca y alimentar mi calentura. Ella, ya con una mirada más pícara, se acercó a mi esquina y me empezó a querer ahogar sumergiendo mi cabeza acto que provocó otro forcejeo pero esta vez, no sé si intencionalmente o no, su mano recorrió toda mi pija parada provocándome un pequeño suspiro. Su reacción, para mi sorpresa, fue agarrarme la pija entera con su mano comenzando una muy sutil paja por arriba de mi maya.

Cuando abrí mis ojos nuevamente pude ver su expresión de calentura marcada por sus cachetes rojos. Yo observando que no sea muy evidente ante la vecina que estaba cerca no me pude controlar y coloqué dos dedos sobre la parte de debajo de su bikini y empecé a presionar y frotar haciendo que se muerda los labios y exponga pequeños gemidos. Al minuto sus dos manos estaban dentro de mi traje de baño, una pajeándome mientras que la otra jugaba con mis huevos; para entonces yo ya había logrado correr la tela del bikini y acariciaba su clítoris haciendo que su respiración aumente. Esta situación se mantuvo hasta que nos percatamos de que la vecina se había puesto en una posición en la cual nos podía descubrir. Si separar nuestros cuerpos comenzamos a nadar juntos de acá para allá; yo aprovechaba cada descuido para apretar sus tetas; tocar su culo, morderle el cuello. Lo único que atiné a decirle fue “quiero coger ya” a lo cual su respuesta fue “yo también; no doy más”.

Acto siguiente nos ubicamos en la única esquina donde no nos podía ver nadie y mientras nos besábamos ella bajo mi maya dejando mi pija libre bajo el agua. Mientras ella me tocaba la pija y jugaba con uno de sus dedos en mi ano; cosa que me calentó demasiado haciéndome olvidar de donde estábamos, yo corrí la parte de arriba de su bikini dejando sus tetas descubiertas para que empezar a jugar con mi lengua y dándole pequeños mordiscos en los pezones. La verdad que nunca había tenido sexo en una pileta, eso me motivó a dar vuelta su cuerpo dejándola entre una de las paredes y mi cuerpo; corrí la bikini y al mismo tiempo que la agarré del cuello metí mi pija entera dentro de ella provocando un gemido que logré callar tapando su boca con mi mano. Ella mordió mi mano y yo empecé a cogerla cada vez más fuerte, era la primera vez que me sentía así de excitado. Estuvimos así cerca de 5 minutos; el ruido que generaba el sexo violento que estábamos teniendo era indisimulable lo cual hizo que nos giremos para ver si la vecina se había percatado. Para nuestra sorpresa la vecina no solo nos estaba mirando sino que ya se encontraba sentada tocándose con una mano. En ese momento nos miramos y la calentura fue tal que me salí de la pileta sentándome en un borde; sin sacarla de la pileta, tome a Mica del pelo e hice que toda mi pija entrara en su boca provocándole una pequeña arcada.

La situación me volvía loco; mientras me cogía a mi amiga por la boca la vecina tenia las dos manos ocupadas entre sus tetas y vagina. Pasaron unos minutos; podía ver la cara de Micaela con lo que restaba del maquillaje todo corrido mientras mi pija se perdía en su boca. Escucho que la vecina empezaba a gemir cada vez más fuerte anticipando un orgasmo; no me pude contener más y comencé a acabar dentro de la boca de mi amiga, vi como su boca se llenaba tanto que tuvo que sacarla para poder tragar; pero todavía seguían saliendo chorros de semen que terminaron en sus labios. Mientras la vecina, sin emitir palabra, se vestía para irse, Micaela pasó su lengua por la cabeza de mi pija limpiando las últimas gotas que quedaban. Una vez que la vecina ya no estaba salimos de la pileta ubiqué a mi amiga en una reposera; la abrí de piernas y coloque mi boca en si clítoris. Ella me tomó de la nuca con una mano haciendo que toda mi cara sienta el calor de su vagina y con la otra se estrujaba una teta. Al parecer la calentura de mi amiga era tanta que a los pocos minutos pude sentir como latía su clítoris; era evidente que estaba acabando. Inmediatamente sin sacar mi lengua de si clítoris le metí dos dedos haciendo que sus gemidos se vuelvan gritos de placer. Terminamos la experiencia secándonos uno al otro para luego subir a mi casa y pretender que nada había pasado.

(9,62)