Nuevos relatos publicados: 18

La magia habita en dedos y lengua

  • 3
  • 28.529
  • 8,38 (8 Val.)
  • 0

Presentimos los dos que iba a ser una semana de locura y lo fué, mucho ajetreo, muchos encargos, peleas, discusiones con el mundo, no tenía tiempo para ti ni tu para mi, tan solo podíamos vernos 5 minutos en la noche, cada noche lo mismo, cada dia igual... siempre lo mismo... ¡ya está bien!

Pero inesperadamente amo tus sorpresas, sin avisar, en silencio, de forma prudente.

Cuando hoy llegué a casa, tarde, al entrar en mi cuarto para dormir, noté un bulto en la cama, destapé las sábanas y ahí estabas, de sorpresa, esperandome desnudo, como un gatito esperando su recompensa, esperandome a mi.

Me acerco rápidamente y me acurruco junto a tí, nos mantuvimos allí un poco pero yo sabía que necesitabas dormir, deseé decirte que durmieras, aún sin los dos quererlo.

Estabas completamente despierto, te daba igual la hora, te daba igual todo,te moviste discretamente bajo la manta. Te pregunté qué estaba pasando y tu respuesta fué...

—"No hemos compartido mucho tiempo estas semanas, estoy feliz de tener unos minutos contigo"-. Tu sonrisa era tan inocente... Apagué la luz.

Cuando me di la vuelta y me acosté para estar a tu lado, soltaste un pesado suspiro y rozaste tu culo contra mi brazo, Hmm... chico travieso

Me acerqué a ti agarrando tu pecho y te susurré en tu oído, algo entre los dos, algo íntimo.

Te volviste hacia mí, ingenuo, sarcástico, preguntándome cómo podías ser útil mientras te relamías las ganas moviendote como una autentica mujer con ese cuerpo que me vuelve loco, Hmm... tu boca parecía realmente dulce, te ordené que te arrastraras hacia abajo, parecerá locura pero aún hoy me siento nervioso cuando bajas hacia abajo, sé que vas a jugar con mi debilidad, vas a jugar con mi punto debil, algo que amo y temo.

Estamos acostumbrados a más rugosidad, más sudor, gritos... Pero ahora, en esta noche, agarraste la boca lentamente, suavemente, y la metiste lentamente en mi extensión, ya completamente puesta en una erección previa, se sentía increíble, te miraba moviéndote, lento y firme, escuchando tu respiración corta y yo sosteniendo tu nuca sedosa bajo mi mano, y esa mirada que lanzaste hacia mí cuando sentía las reacciones, cada vez más profundo y más profundo, tu lengua me acosaba, sabías que yo era frágil. Y sabías que no te ibas a detener.

—"Gracias, Motomiya" -. tengo estas simples palabras grabadas a fuego esta noche, todavia resuenan en mi cabeza, tu tono de voz diciendole, tu, tan calmado, tu, tan comodo, tú, tan natural, Tú, llamandome por mi apellido, como en los viejos tiempos, como en el principio, con todo el semen casi apareciendo por mi polla, palpitando a todo el toque que le das, tu dandole besos, poniendola mas dura, y yo... muriendo, simplemente muriendo, esto es muy insano, eres una puta adicción.

Amo que abras la boca, que recorras el camino con esa lengua tan juguetona, tan mojada, sentir el calor de tus besos, esos besos de los que se me acelera el pulso y me hace correr la sangre más de lo debido, el sentir de tu lengua alrededor de mi polla, a cada pequeño tacto consigues que todo mi fluido salga debilmente, ese momento es tan excitante, me muero el labio super acalorado, super caliente, muy excitado, me excita mirarte, me enamora ver esos ojos de deseo hacia mi, tus dedos, tus manos mojadas, sensualmente acariciando, hoy te siento muy comodo, disfrutando de tu recompensa, de tu premio, disfruta de mi, hoy somos somos de los dos, en silencio, en estas sabanas, de forma sensual, muy calmada, de forma natural. !me encanta joder!

Degustando mi fuego, de forma primitiva, me esclavizas, anclandome más hasta ponerme febril de emociones, consigues cada vez más que no consiga salir de ti.

Hoy, en esta noche tan oscura, me has ganado, me rindo a tu toque, me rindo ante ti, esta noche, hoy, para ahora, para siempre, hoy unidas mi ternura y la poesía con tus dedos y tu maravillosa lengua, creandose así esas risas nerviosas, esas miradas fijas y cómplices y sentimiento mútuo de excitación, ese deseo que nos domina a los dos.

Esta noche, la suavidad ganó, mi cuerpo, ardiendo, consciente de tus dedos, de tus manos, de tu lengua, restos que se marcan en mi piel y se quedan en mi alma, entre nosotros.

(8,38)