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Mercedes

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Había sido un duro día para Mercedes, el trabajo por turnos y las guardias contribuían por igual a su agotamiento. Para colmo una inoportuna avería en el coche le obligaba a volver a casa haciendo uso del transporte público, lo cual alargaría la vuelta de forma considerable.

Caminaba con paso decido hacía la parada de autobús, en fin de semana y a aquellas horas de la mañana la calle estaba prácticamente desierta y el ruido de sus tacones revotaba en las paredes antes de perderse en la lejanía.

-Ahora ves tú a saber cada cuanto pasa el autobús en fin de semana- Pensaba para sí misma algo agobiada ante el largo camino para llegar a casa.

Por fin, tras caminar durante diez minutos, divisó la parada del autobús en la lejanía de una calle completamente solitaria a excepción de por un individuo que estaba apoyado contra la tapia de un edificio en construcción situado algunos metros antes de la parada del bus.

Mercedes lo examinó detenidamente a modo de precaución. Parecía un chico joven, de entre veinte y veinticinco años y por su indumentaria, pantalones azules de trabajo, camiseta gastada y unas botas de seguridad, pudo intuir que se trataba de un obrero que posiblemente estaba trabajando en aquel mismo edificio.

El chico parecía estar esperando a alguien y miraba distraído al otro lado de la calle mientras, con las manos en los bolsillos y las piernas cruzadas, se apoyaba de espaldas contra la tapia en una pose algo chulesca.

-Qué raro que esta gente trabaje en fin de semana- Pensó.

El sonido de los tacones de Mercedes llego hasta al chico que, instintivamente, giró su cabeza en la dirección de la causante de aquel ruido.

Mercedes disimuló enseguida mirando al frente como si no hubiese estado examinando al joven tan solo hacía unos segundos. Este, enseguida hizo fuerza contra la pared con sus codos e irguiéndose se dispuso a contemplar el paso de aquella apetecible madurita al más puro estilo albañilense.

-Pisa fuerte chata, que paga el ayuntamiento. Eso sí es andar y lo demás estropear el suelo- Le dijo el muchacho a la vez que acompañaba su paso con la mano en una pose torera.

Lejos quedaban ya sus pinitos como modelo en los años de facultad, pero Mercedes sabía perfectamente que su privilegiado físico continuaba atrayendo a los hombres a pesar del paso de los años. Miró al chico y le regaló una sonrisa mientras continuaba andando en dirección a la cercana parada, al fin y al cabo no había sido grosero en exceso y ella estaba más que acostumbrada a los piropos.

-Tienes dos ojos, como dos sartenes, que cuando me miras se me fríen los huevos- Soltó el chico envalentonado por su sonrisa y añadió - Si fueras mi madre mi padre dormía en la escalera.

La sonrisa de Mercedes desapareció de su rostro, lo que comenzó como un inocente piropo se estaba tornando en algo desagradable. Aquel chico, de la misma edad que sus hijos, tenía unos modales que estaban muy alejados de lo que ella conocía en su entorno más cercano.

-No tienes pelos en la lengua ¿verdad?- Le dijo con una mueca de desprecio en la cara.

-No tengo pelos en la lengua porque tú no quieres- Contestó él, que sin duda ya se las sabía todas a pesar de juventud.

Un ataque de orgullo invadió a Mercedes, quien no pensaba dejar que semejante niñato tuviese la última palabra y frenando en seco, cuando tan solo le había sobrepasado en un par de pasos, giró sobre sus tacones y lentamente se acercó hasta quedar frente a frente con el granuja. Cruzó sus brazos y adoptando ella también una pose chulesca y desafiante le contestó.

-Mira niñato, posiblemente te crees muy hombre porque sueltas cuatro gilipolleces por tu boca a una mujer que va caminando sola por la calle, pero no eres ni serás el primer crío como tú que me encuentro y dudo mucho que seas lo suficientemente hombre como para poder satisfacer a una mujer hecha y derecha como yo, dedícate a las crías de tu edad y seguramente alguna sea lo suficientemente inocente como para dejarse engañar. Y para tu información y desesperación la única forma de que acabes con un pelo mío en la boca es que me chupes la cabeza.

Mercedes le miraba ahora con una sonrisa de desprecio en espera de una disculpa que juzgaba inminente. Él había escuchado el rapapolvo sin que en ningún momento desapareciese la sonrisa de su cara y cuando se dispuso a contestar las palabras que salieron de su boca fueron todo lo contrario de lo que ella estaba esperando.

-No me digas que lo llevas bien afeitadito morena, en ese caso te metería un lametón de culo a coño y de coño a culo que no sabrías si cagarte o correrte de gusto- Pronunció las palabras muy lentamente mientras en su cara se personificaba el demonio de la lujuria.

Mercedes cayó derrotada, no supo que contestar, su rostro adquirió en seguida un color rojo provocado por una mezcla de ira y timidez sobrevenida. Durante su vida muchos chicos más jóvenes que ella le habían tirado los trastos, incluso con un par de doctores residentes había estado a punto de llegar a algo, pero normalmente los jóvenes galanes terminaban por echarse atrás ante una enfermera madura y casada que terminaba siendo mucha mujer para ellos. Los escarceos que había tenido a lo largo de los años habían sido siempre con hombres de su edad y no se podía decir que hubiese sido por falta de ganas por su parte.

En estos pensamientos andaba inmersa Mercedes cuando su interlocutor, que se sabía vencedor del duelo, le lanzo un último golpe demoledor.

-Bueno, ¿qué? ¿Digo alguna tontería más o me la chupas aquí mismo?- Llevando su codo izquierdo hacia atrás golpeo la puerta metálica que daba acceso al recinto en obras y está se abrió a modo de invitación.

-Eh, tengo que irme, voy a perder el autobús- Contestó ella nerviosa, apartando su mirada en dirección al suelo y desanudando sus brazos, que habían permanecido cruzados hasta ahora, comenzó un giro en dirección a la parada del autobús.

En ese momento el joven albañil rompió la barrera física y la sujetó durante unos segundos de una mano.

-Acabo de bajarme del autobús, no volverá a pasar al menos en media hora, es fin de semana.- Soltó su mano dejándola escapar y esta vez le dedicó una sonrisa mucho más dulce.-Sabes que lo estas deseando, pero tú misma.

Tras decir esta última frase giró sobre sus talones y desapareció con andar chulesco y silbando por la puerta, que quedo abierta tras él.

Mercedes quedó inmóvil, un millón de ideas contradictorias corrían por su mente. La cabeza le decía que fuese hasta la parada del autobús y se sentase a esperarlo, pero no podía dejar de sentir curiosidad hacía aquel joven y sentía su autoestima subir por las nubes ante todas las cosas que le había dicho el muy patán.

Miró a un lado y a otro, ni un alma en la calle, avanzó unos pasos hasta el umbral de la puerta llevada por la curiosidad, volvió mirar a un lado y a otro y finalmente, con más miedo que vergüenza, atravesó lentamente el marco de la portezuela.

Tan pronto dio un par de pasos la puerta se cerró ruidosamente y el muchacho que estaba escondido tras ella abrazo a Mercedes desde atrás apretándola fuertemente contra su cuerpo.

-Pero que buena que estás, no veas como me has puesto so macizorra- Le dijo mientras intentaba besar el cuello de Mercedes que se retorcía intentando liberarse sin mucha insistencia.- ¿Cómo te llamas?- Preguntó.

-Mercedes, me llamo Mercedes.

-Encantado Mercedes, yo soy Javi. ¿Quieres ver lo burro que me has puesto?

-Sí, sí quiero.

Por aquel entonces ella ya estaba dispuesta a dejarse llevar por completo en aquella locura y ladeo su cabeza ofreciendo su cuello, que él comenzó a lamer y mordisquear.

-Dame tu mano- Dijo, y tomándola la llevo hacia atrás hasta plantarla sobre su paquete donde ella pudo palpar la excitación del joven. – ¿Estás caliente Mercedes? ¿No te dan en casa todo lo que necesitas?

- Sí, estoy caliente y no, no me dan lo suficiente en casa.- Contestó apretando la polla del chico por encima de la tela del pantalón.

-No te preocupes Mercedes, que te vas a hartar de rabo. Ahora mismo te vas a dar la vuelta y te vas a poner de rodillas para comerme la polla.

Sujetándola por un brazo la zarandeo haciendo que se girase y empujándola hacia abajo con sus fuertes brazos, acostumbrados al trabajo duro, hizo que Mercedes se clavase de rodillas en el suelo.

Inmediatamente el muchacho comenzó a desabrochar sus pantalones mientras Mercedes le miraba hacia arriba desde una posición totalmente sumisa. Cuando finalmente el deslizó pantalones y calzoncillos hacia abajo su polla salto como un resorte hacia delante golpeando el rostro de Mercedes, que retrocedió ligeramente y bajando la mirada se dispuso a contemplar el aparato que allí se le ofrecía.

Su mano temblorosa avanzo en dirección a la palpitante polla rodeándola y tomándola por la base. Era una polla de tamaño medio, pero le pareció realmente bonita. El chico estaba circuncidado y la piel de su polla era de una palidez absoluta en contraste con la tostada piel del resto de su cuerpo acostumbrado al trabajo en exteriores. Las hinchadas venas que llenaban de vida aquel miembro destacaban especialmente en una piel tan blanca y un glande redondeado y terso le invitaba a rodearlo con sus labios.

-Vamos ¿A qué esperas? Estoy deseando sentir tus labios en mi polla.

Mercedes sacudió la verga tres o cuatro veces antes de abrir su boca para engullirla mientras miraba a los ojos del muchacho con cara golosa. Él, al sentir la humedad de la boca contactar con su piel dejó escapar el aire y relajado se dejó caer hacia atrás apoyándose en la pared, como si el contacto de la saliva con su miembro hubiese actuado en forma de bálsamo.

-Joder que gusto, me encanta como me la chupas y la carita de salida con que me miras cuando lo haces.

Mercedes chupa con maestría ensalivando el joven miembro, se la saca de la boca y completamente húmeda la restriega por sus labios, la sacude haciendo que golpee contra su cara y finalmente escupe sobre ella antes de volver a engullirla llenando de felicidad al propietario.

-Veo que tienes experiencia Mercedes, por la forma que tienes de chuparla sé que eres toda una calentorra, seguro que tienes el chocho hecho caldo.

-¿A qué esperas para comprobarlo?- Contesta ella sacándosela de la boca y deseosa de sentir tanto placer como el que está proporcionando.

-Ven aquí zorrita.

El muchacho sujeta Mercedes por una mano y dando un tirón la hace levantarse arrinconándola de cara contra la pared. Lleva sus manos a las caderas de ella y estira de la minifalda que viste Mercedes haciéndola subir hasta la cintura.

-Quiero que separes tus piernas y levantes bien el culo para mí- Le dice al oído mientras su polla presiona sobre el trasero tan solo cubierto por unos pantis.

Mercedes obedece sin rechistar y apoyándose con sus manos en la pared se inclina hacia delante empinando su culo tanto como puede para ofrecerlo al joven que se arrodilla tras ella.

-Desde que te he visto caminado por la calle he sabido que eras una calentorra Merceditas, no llevas bragas so guarrona, pero que sepas que estas medias tampoco vuelven hoy a tu casa.

Ella no tiene ninguna intención de rectificarle y decirle que se trata de unos pantis y no de unas medias, en su lugar aguarda impaciente mientras el desgarra la prenda dejando, ahora sí, su perfecto culo y su depilado coño totalmente al aire.

-Creo que es verdad que no voy a tener ni un pelo en la lengua Mercedes, pero no será porque yo no lo busque a conciencia- Diciendo esto separa los cachetes del culo de ella con sus manos y se abalanza con ansia para devorarlo.

-Aaaaghh- Gime Mercedes, con la boca abierta y dejando escapar el aire de sus pulmones mientras cierra los ojos concentrándose en sentir la lengua que se desliza surcando la raja de su conejo para terminar en el mismísimo hoyito que custodia su puerta trasera.

-Ufff que mojada estás Merceditas, no imaginas el olor que desprende tu coño- Dice él antes de hundir su lengua en el húmedo sexo haciéndola chapotear en el mar de flujo en que este se ha convertido.

Mercedes clava inconscientemente sus uñas en el muro mientras levanta ligeramente la pierna derecha ofreciendo un mejor y completo acceso para la lengua que la devora. Gime y se muerde el labio inferior ante el placer recibido y siente que ya no puede resistir más.

-Métemela ya por favor, fóllame de una vez, clávame tu polla hasta el fondo- Suplica primero- ¡Vamos fóllame!- Ordena después impaciente.

El joven retira su cara del encharcado sexo con una sonrisa. Sabe que tiene a Mercedes a su merced.

-¿Quieres polla Mercedes? Vas a tener polla, no te preocupes, tan solo quiero oír cómo pides que te folle una vez más.

-Por favor, clávame la polla en el coño y fóllame duro. Estoy demasiado caliente, haz lo que quieras conmigo, pero, por favor, no me tengas ni un segundo más sin llenarme el coño de rabo.

-Tus deseos son órdenes, preciosa.

El joven albañil se coloca en posición y tomando su polla la dirige hasta el maduro y calenturiento coño de Mercedes. Comienza a restregarla por los húmedos e hinchados labios que rápidamente rodean su glande empapándolo y preparándolo para la inminente penetración.

-¿Como la quieres Merceditas? ¿Despacito o de golpe?- Pregunta mientras coloca la polla directamente apuntando a sus entrañas.

Mercedes no responde y esta vez es ella quien, impaciente, toma la iniciativa echándose hacia atrás y enterrándose la polla del muchacho de un solo golpe mientras cierra los ojos fuertemente y deja escapar un gemido con la boca abierta de puro placer.

-Aghhh, fóllame, fóllame fuerte y deja de torturarme.

-Uff, joder que caliente y mojada estás me cago en la puta- Dice él sujetándola por las caderas mientras retrocede sacando su polla por completo antes de volver a clavarse con un golpe seco.

El muchacho comienza a follarla lentamente. Sus estocadas son bruscas y profundas. Tras cada embestida aguanta durante unos segundos haciendo fuerza contra el culo de Mercedes antes de volver a sacarla casi por completo. El ruido que emiten sus cuerpos al chocar se mezcla con los gemidos de Mercedes al sentirse llena y los bufidos del albañil cada vez que embiste.

Mercedes quiere correrse, necesita aliviarse y lleva su mano derecha a su entrepierna donde comienza a masturbarse estimulando su clítoris con los dedos. Puede notar como el flujo escapa de su coño y desciende por sus muslos con cada penetración que le propina el muchacho.

Se oyen voces a lo lejos, ni Mercedes ni el albañil reparan en ellas ya que todos sus sentidos están concentrados en el sexo salvaje que están teniendo. Poco a poco las voces se aclaran, parece que se acercan. Se puede distinguir a dos hombres que conversan alegremente mientras caminan.

-Ya te dije yo ayer que tu amigo perdía la apuesta. Todavía no ha llegado ni un solo día a su hora, así que ni de coña iba a ser hoy sábado el primero. Menuda jeta que tiene tu colega.

-El Javi es buen tío, Papá, luego curra como el que más. ¿O no?-

-Ya, pues que se ande con cuidao con la chulería esa que tiene que le puede traer más de un disgusto, al Ernesto no le gustan las tonterías.

-Bueno, ya le diré yo que se corte un poco.

La conversación cesa justo cuando ambos personajes llegan a la altura de la tapia tras la cual Mercedes está siendo follada y prácticamente llevada al orgasmo.

La puerta metálica se abre de golpe y ambos personajes, padre e hijo, entran en escena. Mercedes gira su cabeza en dirección a ambos con los ojos abiertos como platos por la sorpresa, pero es incapaz de despegarse del joven, que justamente ahora acaba de hacerla llegar a un primer orgasmo.

Los dos nuevos personajes en escena se sobresaltan ante tal panorama y el padre con el primer susto retrocede un par de pasos sin poder evitar caer de culo, mientras su hijo se lleva las manos a la cabeza y sonríe con aire bobalicón.

-¡Buenos días Pareja!- Saluda Javi, sonriente y como si la situación fuese de lo más normal, mientras sigue follándose a Mercedes a un ritmo más tranquilo- Ya era hora, que os llevo esperando un buen rato. Manuel, me debes una comida.-

-¡Que cabrón! Me gana la apuesta y encima se trae una puta pa celebrarlo el peazo mamón- Contesta el padre mientras se levanta del suelo y se sacude el polvo del culo con las manos.

-¡Eh! Ten cuidado con lo que dices, que no es ninguna puta. Se llama Mercedes, ¿verdad Mercedes?

-Uf, sí. Sí, me llamo, uf, Mercedes ummm- Contesta temblorosa intentando tomar aliento.

-Joder, Javi tío. ¿De dónde la has sacado? Está buenísima- Dice el hijo acercándose a ella y repasándola de arriba abajo todavía incrédulo.

-Pues nada, Mercedes venía a coger el autobús a la parada y yo estaba aquí, aburrido esperándoos, así que hemos decido pasar un rato divertido.

-Eres el puto amo Javi. No sé cómo te lo montas para pillar cacho siempre.

El muchacho parece estar acostumbrado a las aventuras de su amigo y haber compartido más de una, pues ni corto ni perezoso lleva una mano hasta el escote de Mercedes y adentrándose en el comienza a sobarle las tetas sin que ella oponga resistencia.

Oye tío, ¿porque no te la llevas al colchón? Allí seguro que te la follas más a gusto.

Javi detiene el movimiento de su cadera y pregunta:

-¿Tú que dices Merceditas? ¿Quieres que vayamos al colchón para seguir follando?

Mercedes al sentir que dejan de follarla despierta de una especie de trance y sintiéndose avergonzada de golpe contesta mirando al suelo con timidez y un hilo de voz, como si de una niña pequeña se tratase.

-Bueno, vale- Dice asintiendo con la cabeza avergonzada por sus palabras.

Javi desenfunda su polla del caliente coño y sujetándola por una mano estira atrayéndola hacia él. Busca su rostro y con la boca abierta comienza a besar sus labios, prácticamente los devora y pronto ella corresponde abriendo su boca permitiendo que la lengua de Javi entre sin el menor impedimento.

-Ven, sígueme- Dice decidido abandonando el húmedo beso y estirándola por la mano la conduce, verga en ristre, hacia la parte trasera del solar.

Mercedes avergonzada mira con el rabillo del ojo a los dos nuevos personajes mientras el hijo les sigue como si de un perrillo zalamero se tratase y el padre llevándose la mano derecha a la boca tose intentando llamar la atención del hijo.

-Ejem, Ejem. El muchacho se gira en dirección a su padre y tras acercarse a él escucha lo que este le comenta en voz baja.

-Joer papa, pues claro.

-Que le preguntes coño- En voz baja y rechinando entre dientes.

-Javi, que dice mi padre pregunta si podemos mirar.

-Ja ja ja, pues claro Manuel. Estamos entre colegas, quien sabe, lo mismo si Mercedes se anima hasta podéis participar. ¿Verdad Mercedes?

-No sé- Contesta algo insegura.

-Claro que si mujer si lo estas deseando-Javi da un palmetazo en el culo de Mercedes invitándola a que continúe avanzando

Cuando llegan a su destino no se trata precisamente de una suite de hotel. El colchón es literalmente eso, un colchón viejo, raído y polvoriento tirado en una esquina y que al parecer alguien utiliza para tumbarse a descansar de tanto en tanto.

Javi se deshace de sus pantalones que hasta ahora llevaba por las rodillas y se tumba boca arriba en medio del colchón con sus piernas abiertas.

-Anda, Merceditas, ven y me comes los huevos un ratito- Pide en tono cariñoso

Mercedes, convertida en una niña obediente, se arrodilla y avanza entre las piernas de Javi situándose a la altura de su polla que apunta a cielo abierto. Toma la verga con una mano y la aplasta contra el abdomen del muchacho mientras comienza a deslizar su lengua por el escroto lubricándolo perfectamente antes de comenzar a succionar los testículos de forma sonora.

-Uff sigue así Merceditas que gustazo.

El imponente culo de Mercedes se exhibe frente a padre e hijo. Manuel se muestra indeciso, pero su hijo ansioso por disfrutar también de la suculenta madura se acerca y pronto comienza a sobarle el culo. Primero juega con ambos cachetes, los separa y los junta arrastrando con el movimiento al conejo de Mercedes que se abre y se cierra solidario.

-Joder que pedazo culo tiene Javi. Esta sí es una jamelga de las buenas y no las de nuestra edad, tiene el coño totalmente empapado- Dice mientras sus dedos se deslizan arriba y abajo por la raja de Mercedes, que pronto se abre dejando que dos de ellos la penetren con total facilidad.

Mientras Mercedes continua continúa chupando los testículos de Javi su amigo se tumba también boca arriba situando su cabeza entre las piernas de ella a fin de tener una mejor visión del depilado coño. Levanta ligeramente su cabeza y de un soberano lengüetazo recorre le coño de Mercedes, quien por un momento, deja de atender el sexo de Javi al perder la concentración con la descarga de placer recibida.

-Este coño sabe de maravilla Javi, la de veces que hemos hablado de follarnos a una tía los dos juntos.

-Sí, pero no me la desconcentres tío que quiero que siga comiéndome los huevos.

Mercedes retoma su tarea mientras el muchacho, que descansa entre sus muslos, hunde tres dedos en su coño y comienza a follarla lenta, pero profundamente. Los gemidos comienzan a escapar de su boca conforme la mano del chico aumenta el ritmo y finalmente se ve obligada a abandonar la polla de Javi. Acomoda su cabeza en la pierna de su impertinente albañil y se concentra en el castigo que su amigo le está proporcionando en el coño mientras con una mano sujeta la polla de Javi intentando pajearla.

Mientras tanto nuestro obrero maduro y padre de uno de los dos angelitos no pierde detalle de como su vástago está castigando el conejo de Mercedes. No puede evitar sentir como su verga se hincha bajo los pantalones y pronto se la saca para comenzar a cascársela mientras piensa que Mercedes debe tener aproximadamente la edad de su mujer, pero que está mucho más buena y que ojalá su mujer fuese igual de fogosa en la cama.

-Mmm- Gime ella mientras intenta menear con torpeza el miembro de Javi, pero su excitación solo le permite concentrase en el orgasmo que el segundo joven está a punto de arrancarle.

El coño de Mercedes emite un sonido de chapoteo mientras el muchacho lo folla con una mano de forma violenta, presionando con los dedos en las paredes interiores, a su vez que con la otra mano estimula el hinchado clítoris.

Un calambre recorre el abdomen de Mercedes, su vientre se contrae y su respiración se detiene justo antes de que su vagina comience a contraerse contra los dedos del chico en un orgasmo incontrolado. Su coño gotea sobre la cara del muchacho en forma de placentera lluvia que este recibe con orgullo.

-Joder, que pedazo de corrida se ha pegado la tía- Dice satisfecho mientras ella intenta recobrar la respiración de forma entrecortada.

-Ya te digo so cabrón, se ha quedado que no sabía que hacer con mi polla. ¿Has visto, Merceditas, como con mi amigo también te lo pasas divinamente?

-Sí, sí ufff, estáis haciendo que me vuelva loca niñatos- Contesta intentando recuperar el aliento y ya totalmente desinhibida.

-Y lo que te espera, Mercedes, y lo que te espera. Pero te has portado mal conmigo mientras mi amigo te trabajaba el coño, casi no le has hecho caso a mi polla, deberías intentar arreglar eso.

Mercedes sonríe, en su vida se había sentido tan excitada como se siente con este niñato y llegados hasta aquí piensa disfrutar al máximo. Gatea, cual leona en celo, quedando el cuerpo de Javi entre sus piernas y al llegar a la altura de su cabeza inicia un fogoso morreo sacando su lengua y lamiendo los labios del muchacho que pronto se abren en una lucha de tú a tú. El miembro del chico se restriega ahora contra el húmedo conejo de Mercedes cual culebra que busca la entrada a la madriguera de su presa.

-Trae aquí esta polla, que ahora voy a ser yo quien te folle a ti- Dice Mercedes mientras lleva su mano atrás y sujetado el viril miembro lo sitúa a la entrada de su coño-

Poco a poco deja caer el peso de su cuerpo y la polla de Javi atraviesa su coño cual cuchillo caliente la mantequilla hasta que queda totalmente enterrada en el cuerpo de Mercedes.

-Ufff, qué coño más caliente tienes Merceditas.

Ella se echa hacia atrás y sitúa sus manos sobre las piernas de Javi que tiene una visión perfecta de su polla ensartada en el maduro y resbaladizo coño mientras ella comienza a subir y bajar follándolo a placer.

Mientras tanto el amigo ya se ha levantado y situándose junto a Mercedes ha dejado caer su pantalón y calzoncillos liberando su verga erecta a más no poder.

Ella mira detenidamente la nueva polla que tiene a su disposición, acomoda su posición mientras cabalga a Javi y libera su mano derecha que rápidamente aferra el miembro que tiene frente a ella para comenzar a pajearlo mientras dirige la mirada en dirección a la cara del propietario.

-¿Y tu padre? ¿No se apunta?- Pregunta sacudiendo la cabeza en dirección al progenitor.

-Joer Papa, que haces plantado como un pasmarote pajeándote, ven aquí y ponte al otro lado coño.

El padre camina torpemente con los pantalones por los tobillos y termina por situarse a la izquierda de Mercedes, que rápidamente toma también la polla con la otra mano comenzando una doble paja simultánea padre-hijo.

-Jajaja, aquí hay loba suficiente para los tres- Dice Javi mientras soba las tetas de Mercedes, que previamente se ha encargado de liberar.

Mercedes estira de las pollas de padre e hijo hasta que las tiene ambas a escasos centímetros de su cara y las pajea alternado miradas a las vergas y a las caras de los propietarios.

Mientras que el hijo la tiene larga y delgada, la del padre es más corta pero de mayor grosor, al igual que su barriga cervecera que contrasta con la delgadez casi extrema de su hijo.

Mercedes ha tomado ahora la iniciativa y es quien marca el ritmo de la follada mientras cabalga a Javi sin olvidarse nunca de sus dos colegas. Por fin abre su boca y engulle la polla del padre mientras masturba la del hijo que sonríe bobamente.

-Bufff- Un bufido es todo lo que alcanza a salir de la boca del experto obrero mientras echa su cabeza hacia atrás con los ojos cerrados y disfruta de la mamada.

Pronto Mercedes retrocede dejando la polla cubierta de babas y tras abandonarla se dirige a por la del hijo engulléndola de igual manera.

-Que mamada más buena nos va a hacer la puta esta Papá-

-Que no es una puta, que se llama Mercedes- Dice Javi desde abajo que no pierde detalle mientras recibe la follada de su defendida.

La madura abandona ahora la polla del hijo dejándola igualmente cubierta de saliva y mira hacia arriba, a las caras de ambos mientras sacude sus rabos. Escupe de forma lasciva, primero a la polla del chico e inmediatamente hace lo propio con la del padre, las pajea mientras comienza a lamerlas y a chuparlas intentando que ninguna de las dos quede sin atención.

-Así Mercedes, demuéstrale a esos dos lo que sabes hacer.

Ella no necesita indicaciones, sacude ambas pollas y las hace golpearse entre si, restregándoselas en la cara y en los labios a la vez que lame ambos capullos a la vez.

El morbo de la situación hace mella pronto en el padre que comienza a bufar y advierte:

-Joderrr, me voy a correr.

Mercedes le dirige la mirada y sacando la lengua comienza a pajearle de forma enérgica invitándole a que lo haga en su cara.

-Bufff, bufff, me corro, me corro.

Los primeros chorros incontrolados salpican la cara de Mercedes, los siguientes caen en la lengua mientras ella aprieta la polla exprimiéndola. Cierra la boca, traga con gusto y sin dejar de mirar al obrero vuelve a abrir la boca enseñando la lengua, ahora limpia, mientras se restriega la polla esparciendo el semen por su cara. Finalmente la engulle por última vez y retrocede llevándose cualquier resto con sus labios dejándola así totalmente limpia.

-Joder que mamona está hecha- Dice el padre recuperando el aliento y el uso de razón mientras se sube los pantalones y se los abrocha- No vayáis a tardar niñatos, que tenemos trabajo.

Y diciendo esto se marcha en dirección al interior del edificio en obras como si nada hubiese pasado.

Mercedes no pierde el tiempo y dedica ahora total atención a la polla del hijo, quien está demostrando un mayor aguante que su padre.

-Los dos jóvenes se miran entre si mientras Mercedes sigue follándose a Javi y mamando la polla de su compañero. Ambos parecen tramar algo y entenderse a la perfección.

-Dime Mercedes- Pregunta Javi. – ¿Te han hecho alguna vez una doble penetración?

Mercedes abandona la polla de su amigo y mirando a Javi con la ansiedad de quien se ve tentado por un premio inesperado contesta:

-No, nunca.

-Pues, ¿Sabes? Ese es el sueño de mi amigo y hasta ahora con todas las chavalas que lo hemos intentado no hemos tenido suerte. Apuesto a que una pedazo de hembra como tú eres capaz de eso y mucho más. ¿Qué me dices? ¿Lo intentamos?

-¡Venga Mercedes! ¡Anímate!- Le dice el segundo joven.

-¿Queréis metérmela los dos a la vez? ¿En el coño?- Pregunta mientras interroga con la mirada a los dos.

-En el coño o uno en le coño y otro en el culo, como tú prefieras Merceditas-Contesta Javi.

-¿Seríais capaces de ambas cosas niñatos?

Javi sonríe y su amigo directamente aplaude de felicidad ante la pregunta de Mercedes.

-Todo es empezar Mercedes, todo es empezar-Contesta Javi

Mercedes mira la cara de felicidad del muchacho que está de pie junto a ella y mientras le sacude la polla escupe dejando caer un hilo de saliva sobre ella. Seguidamente la mete en su boca hasta que sus labios hacen tope con el delgado cuerpo del aprendiz de albañil y finalmente retrocede dejando un reguero de saliva a modo de lubricante.

-Vamos, creo que esto ya está apunto- Le dice mirándole a la cara totalmente excitada ante lo que le espera.

Mercedes se inclina hacia adelante dejando que sus tetas cuelguen al alcance de la boca de Javi, quien rápidamente comienza a succionar los erectos pezones, mientras su delgaducho amigo se deshace torpemente de los pantalones que tiene colgando a la altura de los tobillos.

El muchacho se sitúa tras Mercedes que intenta empinar su culo tanto como puede sin que la polla de Javi se salga de su caliente y mojado coño. La postura es difícil, pero el esbelto muchacho es ágil y tras ponerse en cuclillas comienza a restregar su verga en la zona trasera del coño de Mercedes intentando hacerse un hueco junto a la polla de su amigo.

Javi sujeta a Mercedes por los hombros mientras se dedica a lamer sus tetas y ella al sentir que su cuerpo tiene el apoyo necesario lleva sus manos hasta su trasero separándolo y ofreciendo una mejor puerta de entrada al nuevo inquilino.

-Métemela niño, vamos llenadme el coño por completo de polla como habéis prometido.

La segunda polla comienza a avanzar por el coño de Mercedes abriéndose paso con sorprendente facilidad, su calentura y excitación es tal que su sexo se dilata adaptándose a las dos pollas sin problema.

-Aghhh, que llena estoy, vamos folladme, folladme.

La postura dificulta los movimientos, pero ambos jóvenes son fuertes y ágiles y consiguen ingeniárselas para comenzar a follar a Mercedes con movimientos acompasados mientras ella cierra los ojos y abre la boca dejando escapar el aire con cada embestida doble.

-Joder Javi menuda silla de montar tiene esta yegua. ¡Pedazo de culo que se gasta!-

-Mmm, sí, ummm- Es lo único que puede contestar Javi que tiene su boca ocupada mamando de las tetas de Mercedes.

Mientras tanto su amigo comienza a jugar con su pulgar en el hoyo trasero de Mercedes. Deja caer un hilo de saliva desde su boca que aterriza directamente sobre la raja del culo de ella deslizándose por esta y llegando a su ano donde la aplica y extiende con el pulgar relajando el esfínter que pronto se dilata dejándolo entrar.

Los sentidos de Mercedes comienzan a saturarse de placer, las dos jóvenes pollas perforando su coño, Javi comiendo de sus tetas y chupando sus hipersensibles pezones y su amigo hundiéndole el pulgar en el culito mientras lo dilata poco a poco. Todo es demasiado para ella que siente que un terrible orgasmo se acerca.

-Ummm, seguid así cabrones, ufff seguid así que me corro.

-Sí, córrete Merceditas, córrete que sé que lo estas deseando.

Ambos jóvenes aceleran el ritmo de sus puyazos y pronto una descarga eléctrica recorre el cuerpo de Mercedes haciendo que todos sus músculos se contraigan con violencia mientras siente como un torrente de flujo se derrama desde su interior.

La polla que la penetra desde atrás es expulsada con violencia acompañada por un potente chorro de flujo mientras su coño comienza a contraerse con fuerza exprimiendo la polla que ha quedado en su interior.

-Ufff. ¡Ahora mismo te lleno el coño de leche Merceditas!- Exclama Javi que no puede evitar comenzar a correrse al sentir las contracciones del coño de Mercedes acompañadas del abundante flujo que desciende por su polla empapándole los huevos.

Los chorros de leche escapan de la polla de Javi impulsados por fuertes espasmos e inundan el coño de Mercedes que no puede evitar encadenar un segundo orgasmo al sentir como la llenan.

Las fuerzas parecen abandonar a Mercedes que se derrumba entre temblores, el más mínimo roce con su piel le resulta insoportable ya que sus terminaciones nerviosas están totalmente saturadas por el placer.

-¡Bufff que forma de correrse tío! Mírala como tiembla.

-Tranquila Mercedes, respira- Dice Javi mientras acaricia las caderas de la mujer derrumbada sobre su pecho que se esfuerza por recobrar la respiración- Todavía no hemos terminado, aquí mi amigo está deseando llenarte también el culo de lefa, recuerda que tú misma lo has pedido.

Mercedes levanta su cabeza y mira a Javi con una sonrisa mezcla de felicidad y rabia. Es feliz por el placer que recibe pero al mismo tiempo siente rabia ante la superioridad que demuestra Javi, quien hace con ella lo que quiere sin que ella pueda, ni quiera, negarse a nada.

-Te has corrido. ¿Serás capaz de aguantar hasta que tu amiguito me folle el culo y me dejéis todos los agujeros rebosando vuestra leche?

-¿Nunca te han echado dos corridas seguidas sin sacarla? Pues eso es justo lo que pienso hacer contigo.

Bendita juventud, piensa Mercedes al notar que la polla de Javi sigue totalmente tiesa dentro de su coño.

-¡Vamos demuéstralo!

A pesar de que hace apenas unos minutos acaba de tener el orgasmo más intenso que recuerda, Mercedes continua con las mismas ganas de sentirse follada y usada por los dos muchachos. Busca fuerza y encuentra la suficiente como para clavar rodillas y brazos en el colchón y separarse ligeramente del cuerpo de Javi. Ofrece su culo al segundo albañil sin permitir que la polla de Javi abandone su coño y el muchacho rápidamente vuelve a situarse en posición.

-Que ganas de follarme este culo- Dice mientras apoya su capullo en el ano de Mercedes y lo atraviesa con una leve presión.

-Despacio colega, deja que se acostumbre- Le pide Javi que ve como Mercedes resopla y cierra los ojos en un leve gesto de dolor.

El muchacho aguanta durante unos segundos con solo el capullo ensartado y no continúa hasta ver que el esfínter se relaja y facilita la penetración. Poco a poco la polla va desapareciendo dentro de Mercedes hasta que finalmente queda totalmente ensartada.

-Umm que gustooo- Se le escapa a Mercedes que siente todos sus agujeros abiertos- Vamos, ahora folladme bien follada- Suplica.

Esta vez la posición de Mercedes permite mayor libertad de movimiento a ambos albañiles que comienzan a follarla directamente con un ritmo desenfrenado. Mientras Javi folla su, ya maltratado, coño a gran velocidad el amigo hace lo propio con su culo al más puro estilo canino.

Los gemidos escapan de su boca al sentirse follada con semejante ritmo y sabe que no va a tener que esperar para llegar a su próximo orgasmo. Todo lo que quiere es sentir como los dos jóvenes descargan su semilla en todos sus agujeros y lo desea ya.

-Aghhh, vamos sí, folladme así ummm. Quiero que me llenéis de leche, quiero sentir como vuestras corridas terminan goteando de todos los agujeros.

Ambos incrementan todavía más el ritmo en una follada espectacular y desatada que tiene como único objetivo descargar su esperma en las entrañas de Mercedes.

-Síííí, no pareissss- Dice Mercedes con voz temblorosa ante los envites que recibe su cuerpo.

Sus gemidos se mezclan con los bufidos de ambos que están cerca de llegar al orgasmo.

-¿Pero qué coño esto? Me cago en la puta, seréis cabrones los dos.

Ambos muchachos detienen sus movimientos en seco y dirigen su mirada hacia el personaje recién aparecido en escena y que no para de lanzar improperios. Se trata del encargado de la obra, a quien el padre del segundo muchacho intenta retener por todos los medios.

-NO OS PAREIS AHORA CABRONES, SEGUID, SEGUID- Grita Mercedes a quien nada importa ya y solo desea su recompensa.

Las palabras de Mercedes despiertan a ambos muchachos que vuelven a follarla a ritmo desenfrenado hasta que entre bufidos comienzan a correrse llenado su culo y su coño, por segunda vez, de semen.

Mercedes recibe las corridas como mana que cae del cielo y se deja llevar también a un delicioso orgasmo mientras siente las descargas de leche de ambas pollas. Los tres gimen y bufan en un auténtico orgasmo múltiple.

Finalmente el segundo albañil se sale del culo de Mercedes y esta rueda aun lado del colchón abandonando la polla de Javi. Una mezcla de flujo y semen resbala por su coño y se mezcla en sus muslos con la leche que también gotea de su culo.

-Que sí Manuel, que ya estoy calmado, que me puedes soltar- Grita el capataz quien tras conseguir soltarse de Manuel se acerca a los tres.

-Me cago en vuestra sombra cabrones, ahora mismo estáis tirando para adentro antes de que se me hinchen los cojones más de lo que ya los tengo- Dice a la vez que propina una soberana colleja al hijo de Manuel.

Este se levanta ipso facto y recogiendo su ropa corre al interior de la obra sin ni tan solo despedirse.

Mercedes asiste divertida a la bronca y disfruta al distinguir por primera vez una sombra de indecisión y miedo en la cara de Javi.

-Tranquilo tío, tampoco hace falta ponerse así.

-¿Tranquilo? Anda y tira tú también para adentro que no te muelo a palos por quien es tu padre.

-Vale, vale- Contesta Javi recogiendo también su ropa y emprendiendo el camino indicado con andar chulesco- Adiós Merceditas, ha sido un placer.

-Adiós- Contesta Mercedes mientras le ve desaparecer en el interior del edificio.

-Y a usted señora ya le vale, anda vístase y lárguese de aquí- Le dice el capataz con mirada indulgente.

Mercedes se levanta e intenta recomponer su vestimenta, decide deshacerse de sus pantys rotos y tras ponerse los zapatos y acomodarse blusa y falda emprende el camino a la salida acompañada por el capataz y sintiendo como de su coño y su culo todavía gotean la leche de los dos granujas.

Llegan a la puerta que da la salida del solar hacia la calle y el capataz la abre invitándola a salir, pero esta vez le sonríe y se despide mientras se palpa el paquete sobre los pantalones con las siguientes palabras

-Estaremos aquí otras tres semanas, por si le apetece visitarnos- Dice guiñándole un ojo.

Mercedes sonríe y mirando a un lado y a otro de la calle atraviesa la puerta para dirigirse a la parada de autobús.

Mientras espera el autobús, piensa que ha llegado el momento de que ella también haga algo por el planeta y que va siendo hora de que abandone el coche y se decida por el transporte público.

-Lo que sea por la naturaleza- Piensa mientras no puede evitar que una sonrisa de oreja a oreja se dibuje en su cara.

FIN

(9,25)