Verano, la época favorita de los fetichistas de pies, donde el calzado abierto se exhibe, mayormente en las mujeres y donde te puedes quedar embobado mirándolos.
Fue en esta época cuando me reencontré con mi exnovia Itziar, me pillo acostándome con su mejor amiga llevándonos a la ruptura, iba con unas sandalias gloriosas y las uñas pintadas de rojo, había olvidado que eran los pies perfectos que nunca llegué a probar, ya que aún no había salido del armario con este fetiche.
Los pies de Itziar
Tras el encuentro la invite a tomar algo en un bar, me empezó a contar que le iba muy bien en la vida, que tenía pareja etc... intentando provocarme celos, pero a mi solo me importaban sus pies y aprovechaba siempre que podía para desviar la mirada hacia ellos, y ella...digamos que se percató de eso y también de un pequeño bulto en mi pantalón.
Salimos del bar y nos dirigimos a un parque, mi intención era irme ya pero ella insistía en pasar un rato más, asique llegamos hasta el parque y nos sentamos en un banco.
Sentados en el banco ella me lanzo una mirada picara y acto seguido poso sus pies en mis piernas, el calor y los nervios de tener esas joyas tan cerca me hacía sudar, fue entonces cuando me dijo "He andado mucho hoy y me duelen los pies, ¿te importaría darme un masaje?", rechace la oferta pero ella no lo tolero, "Oh venga, un masajito cortito" y levanto su pierna derecha acercando su pie a mi cara, el bulto de mi pantalón se hacía notar, al final acepte y le quite sus sandalias, nunca en mi vida me hubiera imaginado masajeándole los pies a una completa diosa, masajeaba de arriba a abajo, ejerciendo presión desde los dedos hasta su pulido talón, la gente que pasaba por el parque me miraba confusa mientras Itziar se reía de mi, sabía perfectamente lo excitado que estaba.
Inconscientemente elevaba su pie con el objetivo de que estuviera mas cerca de mi cara y poder apreciar el olor de unos pies que habían caminado toda la mañana en un día caluroso, cuando tenía su pie izquierdo casi en mi nariz me lo quito de las manos y me pidió que me tumbara en el suelo del parque, ¿sabéis lo que me hizo verdad? Me tumbe en el suelo, me daba igual que la gente me mirara, yo solo quería que dejara reposar sus pies en mi cara, apreciar su olor y porque no... sacar mi lengua y recorrer los dedos, el talón, la planta del pie... adorarla como la diosa que es...
Cuando finalmente me tumbe en el suelo de aquel parque, atraje las miradas de todo el mundo, Itziar, lentamente, elevo sus pies sobre mi cara y los bajo lentamente hasta que mi cara fue completamente tapada por ellos, el olor glorioso de los pies de una diosa entraba por mi nariz como si fuera mi nuevo oxígeno, movía lo pies frotándome la cara mientras se reía, yo no sabía en ese momento cuanta gente me miraba, solo oía voces y risas, y también niños preguntándoles a sus madres porque yo estaba haciendo de suelo.
"Saca la lengua" obedecí de inmediato y con su pie derecho comenzó a pasármelo por la lengua mientras el izquierdo permanecía en mi nariz, al menos ya tenía los ojos descubiertos y pedía contemplar el rostro de superioridad de Itziar mientras le limpiaba un pie y olía el otro, la gente que veía como mi polla quería escapar del pantalón se reían, nunca me había sentido tan humillado en mi vida.
"Mirad a este inútil, que me dejo por mi amiga y ahora le tengo lamiéndome los pies como un perro" En ese momento me metió el pie derecho bruscamente en la boca.
Comenzó a sacarme fotos con su móvil, como llevaban haciendo los jóvenes que me veían al pasar cuando me puso los pies en la cara.
Cuando Itziar me retiro el pie de la boca y de la nariz se calzo de nuevo sus sandalias y me dijo "Si no quieres que enseñe esto, ven conmigo". Me llevo hasta su casa, donde culminaría su venganza por acostarme con su mejor amiga y dejarla tirada, en su casa descubrí un nuevo significado del dolor, el dolor que produjeron sus pies de domina.