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Soy la regalona de mi jefe (Segunda parte)

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… abrí rápidamente su cinturón y bajé lo más rápido que pude sus pantalones, luego su ropa interior, estaba como desesperada por probar su miembro, apenas lo tuve enfrente me lo metí a la boca sin miramientos, quería comérmelo, tragarme su tronco y sentir como su glande, hinchado de excitación se abría paso por mi garganta, lamia su tronco, chupaba sus testículos y seguía comiéndome su rico falo mientras el acariciaba mi vagina.

Su verga era gruesa y media unos 20cm, no me cabía entera en la boca, mis labios en forma de anillo subían y bajaban por su erecto miembro, lo sentía cada vez más hinchado y pensé que pronto acabaría en mi boca, estaba ansiosa por probar su semen, seguí comiéndome su rica verga mientras él seguía acariciando mi vagina, de pronto me tomo por los cabellos y me levanto quitando de mi boca su rico miembro, me acerco a su cara y me beso, metió su lengua hasta mi garganta, luego me quito la camiseta y el sostén, yo estaba tan caliente que no pensé en ningún momento que alguien podía llegar y vernos, estaba desnuda, masturbando a mi jefe mientras él me chupaba las tetas.

Claudio acariciaba mis pezones con fuerza, pero con suavidad a la vez, era brusco, pero delicado, su boca y su lengua jugaban en mis pechos brindándome un extraño placer nunca antes sentido, seguro era la experiencia de ese hombre mayor la que le daba esas habilidades, Me acomodo sobre el pallet y él se puso tras de mí, levanto mi pierna y yo acomode su verga para que entrara en mí, comenzó a cogerme con furia y también con delicadeza, besaba mi cuello y mi oreja mientras sus manos apretaban mis pechos y su verga entraba y salía de mi caliente vagina, yo gemía de placer, luego me tomo por las caderas y me monto de espalda a el sobre su miembro, yo movía mis caderas en forma circular mientras subía y bajaba por su falo, su mano izquierda se deslizo de mis pechos hasta mi vagina y empezó a masturbar mi clítoris mientras yo saltaba sobre él, el orgasmo fue tremendo, tanto que me derrumbe, caí recostada a su lado sobre el pallet mientras mi jefe aún seguía con su verga dentro de mí, sentía como mis jugos mojaban toda su verga, su vello púbico, sus testículos y también mis muslos, nunca antes había tenido un orgasmo así, tan intenso. Claudio saco su verga y con sus manos acaricio mi vagina y luego mi culo, para lubricarlo con mis jugos vaginales, yo solo gemía, estaba completamente entregada a él, en esa misma posición acomodo su pene y entro en mi culo, sentí como poco a poco su verga se adueñaba por completo de mi ano, el movimiento de su miembro dentro de mí me provocaba placer y dolor, su verga entraba cada vez más profundo, mis gemidos eran cada vez más parecidos a gritos de placer, por lo que Claudio tapo mi boca y aumento la velocidad de sus embestidas, sentía como su duro miembro entraba por completo en mi culo hasta que chocaban sus testículos en mis nalgas y luego salía para luego volver hasta el fondo de mi cavidad. Sus gemidos se volvieron más fuertes y podía sentir en mi oído que pronto se correría, me volví hacia él y quite su mano de mi boca –Dámelo en la boca, quiero probar tu leche papi -le dije, él no me contesto nada y siguió con su mete y saca hasta que en un momento se salió de mi ano. -Chúpalo que me voy -me ordeno, rápidamente obedecí, metí su verga a mi boca y me concentre en su glande, tan hinchado que casi llenaba mi boca, suavemente mi lengua jugaba por su pene haciendo movimientos de circulo mientras no dejaba de chupar, acariciaba sus testículos con mi mano y lo miraba a los ojos, Claudio tenía una expresión de placer en su mirada, sus manos acariciaban mis pechos y en un par de segundos escuche un agudo gemido y la boca se me empezó a llenar con su rico néctar, el espeso y cremoso liquido salía a borbotones llenando mi boca, lo fui saboreando y me trague hasta la última gota.

Yo seguía con su verga en mi boca, succionando y saboreando, aunque ya estaba flácida, mientras el acariciaba mis cabellos, luego me acomode junto a mi jefe, el me beso largo y apasionado, su forma de besar era exquisita, hablamos durante unos momentos, me conto de su familia, su esposa y sus hijos, me dijo que desde que llego al súper que se fijó en mí, me pregunto si tenía novio, le conté de Matías y otras cosas.

Nos vestimos y seguíamos hablando, le pregunté la edad, tiene 46 años y una hija de mi edad, me sentí un poco extraña al escuchar eso.

Seguimos hablando de todo un poco, le conté de mis estudios, de mi familia, Claudio me miraba y ponía atención a lo que yo le decía, me acerque a él y lo bese, me colgué de su cuello y seguía besándolo, me sentía hipnotizada por él, por ese hombre que tenía la edad de mi padre, sus manos jugaban con mi culo mientras seguíamos abrazados, besándonos como novios, escondidos del mundo en una sucia bodega de supermercado. Así paso la hora y llego el momento de salir, acomode bien mi ropa y mi cabello, nos besamos y salimos de ahí.

Al salir a la calle camine hacia la entrada del metro como de costumbre, antes de llegar a la escalera escuche la bocina de un auto, me volví y era Claudio, mi jefe me hizo señas para que me acercara y me invito a subir, amablemente se ofreció a llevarme a casa, acepte y me subí a su auto, me llevo hacían sitio eriazo cerca del aeropuerto, cuando se detuvo, oculto tras unos árboles a la orilla de la calle, mis manos ya jugaban con su verga por encima de su pantalón de tela, nos besamos y sus manos jugaban con mis pechos, saque su verga fuera de su ropa, estaba tan duro como en la bodega, le di un suave beso –Relájate, que yo me ocupare de esto -le dije casi en un susurro, me acomode y comencé a acariciarlo, saboreaba su deliciosa masculinidad, chupando y succionando su miembro, tratando de meterlo cada vez más dentro de mi boca, quería tragarme ese rico pedazo de carne, como me gusta la verga de mi jefe, chupaba y gemía mientras me tragaba su tronco, escondida dentro de su auto, a plena luz del día en una calle cerca del aeropuerto, así seguí mamando hasta conseguir mi premio, su leche se derramo en mi boca nuevamente, me bebí hasta la última gota, dejando su verga limpia, sin ningún rastro de semen -Me vas a volver loco, como lo chupas niña -me dijo mi jefe y luego me beso– Yo me volveré loca con tu pene, es lindo y tu leche me encanta -le conteste, luego le pedí que nos fuéramos, me acerco a mi casa dejándome a un par de cuadras, antes de bajar lo bese descaradamente y puse mi mano sobre su miembro, quería demostrarle que quería más –Mañana nos vemos niña, no faltes -me dijo– Hasta mañana, jefecito -le dije con una coqueta sonrisa al bajar del auto, él se quedó un momento mirándome caminar y luego se fue.

Bueno, pronto escribiré cosas que han sucedido estos días, ya quiero que llegue la hora de ir al trabajo y poder estar en la bodega con mi jefe, me tiene caliente y no dejo de pensar en él y en lo que le cuelga entre las piernas, de solo imaginármelo se me hace agua la boca.

Les mando un besito, rico, caliente y húmedo ahí, en eso que esta duro entre sus dedos.

Muack.

Carolina.

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