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Historias de madame Lili - Capítulo 4º

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En el capítulo anterior, Lili aprovechando que se encontraba un poco mal, decidió ir a ver al doctor Ernesto, un caballero, maduro de buen ver y muy atractivo, a Lili le dio morbo la situación, así que en su despacho jugó peligrosamente con la bata de él, masturbándose con ella, siendo sorprendida por el doctor cuando ella no se lo esperaba, dando paso a una aventura con él, que después volvió a arrepentirse...

Una noche cuando estaba sola en casa vio una silueta a lo lejos mirando para su casa, ella se asustó al ver que aquella sombra estaba más cerca de su hogar, así que decidió ir a acostarse, pero en esos instantes, sonó la puerta de la calle...

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Capítulo 4º

Yo estaba aterrorizada, mis piernas no hacían caso a mis pensamientos, yo quería ir a abrir, pero no podía dar ni un paso, seguían insistiendo llamando nuevamente a la puerta, así que me armé de valor y fui hacia ella, con voz baja dije...

-¿Quién es?

No debí de decirlo alto por qué no me escuchó y sonaron nuevamente los golpes en la puerta, así que pregunte más alto...

-¿Quién es a estas horas?, ¿Que quiere?

Una voz masculina y conocida contestó...

-Lili, soy yo, por favor abre.

-¿Yo?, ¿quién es, diga a lo que viene y su nombre?

Lo cierto es que estaba muy asustada y no quería abrir, por eso me hice un poco más valiente para que no viera que estaba asustada y podía pensar que estaba sola en casa, de repente su voz volvía a escucharse a través de aquella puerta.

-Lili, soy yo, Luis...

¿Luis?, no podía ser, ¿Luis el señorito?, no podía dar crédito a aquello, sin más y sin hacerle esperar más, además hacía un frío tremendo, al abrir...

-Luis, tu aquí, no puede ser, no me lo puedo creer.

-Lili, disculpa las horas pero no me he atrevido antes, ¿puedo pasar por favor?

-Si claro disculpa, es que me he quedado sorprendida...

Le hice pasar para el salón aún quedaba leña quemando en la chimenea.

-Luis me has asustado, no sabía quién era, de haberlo sabido te hubiese abierto mucho antes, disculpa.

-No te preocupes lo entiendo, no ha sido muy buena idea acercarme a estas horas, lo siento.

-No pasa nada tranquilo, que ocurre, ¿cómo has llegado hasta aquí?, ¿cómo me has encontrado?, hace mucho tiempo que no nos vemos...

-Es largo de contar, lo importante es que te he encontrado, y me alegra muchísimo que me hayas atendido.

-Es lo menos que puedo hacer, después de aquello, lo siento Luis, de verdad, siento mucho haberte hecho eso tan desagradable.

-No te preocupes Lili, después de aquello, jamás pensé en perdonarte, nunca hubiese dicho que te buscaría, pero fíjate aquí estoy mirándote y deseando abrazarte, claro si me lo permites.

Me acerqué a él y lo abrace con todas mis fuerzas, lo cierto es que me alegró muchísimo verlo, pero estaba raro, algo no estaba bien, si me odiaba ¿cómo que estaba aquí?, no entendía nada, le dije que se acomodara...

Mientras se quitaba el abrigo, la bufanda y los guantes, me decía...

-Disculpa que haya venido así sin avisar.

-De verdad Luis, no te preocupes, lo que sí me tiene sorprendida, es que me hayas encontrado, como lo has hecho...

Él no me contestó solo me miraba y me decía.

-Lili eso no es importante, déjalo, te he encontrado y es lo que me importa, llevo tiempo buscándote, mucho tiempo.

No sabía qué decirle seguía sin entender como me había encontrado, pero no le dí importancia, como bien dice él eso no tiene importancia.

Le ofrecí una copa o café caliente él decidió una copa, le eche una a él y otra para mí, y nos sentamos en el sofá uno frente a otro, no sabía tampoco cómo actuar ni qué decir estaba totalmente impactada de tenerle frente a mí.

Con su copa en la mano mirando para las llamas que alumbraba casi todo el salón, pensativo sin decir nada, yo estaba a la espera de una respuesta al porqué de buscarme, después de lo mal que yo lo había hecho, el silencio era el protagonista en esos momentos, como la primera vez que me hizo suya, pero esta vez era distinto no sabía por qué estaba aquí en mi salón y tomando una copa, y lo peor sin decir ni una sola palabra...

Después de unos minutos de absoluto silencio decido hablar.

-Te preguntarás el porqué del que yo esté aquí ¿verdad?, el motivo es para pedirte perdón y decirte que me comporté como un burro, solo ví lo que quise ver, y no te escuché, aquel día comencé a odiarte, a despreciarte por lo que habías hecho, y así un tiempo, no te voy a negar que pensara en ti cada noche y cada día, que tu ausencia me hacía daño y a la vez tristeza, pero estaba muy dolido contigo, no podía quitarme de la mente aquella imagen tuya desnuda con mi padre que estaba al igual que tú.

-Luis, no debes pedir perdón...

Pero me cayó para seguir hablando el...

-No Lili déjame terminar por favor, déjame que te diga lo que he venido a decirte, aquel día comencé a odiarte como nunca he odiado a nadie, sin embargo tu partida me dolió muchísimo, me di cuenta lo importante que eras para mí, pero según iban pasando los días me ibas importando menos, el dolor y la traición fue haciendo que los sentimientos fueran menguando, pero un día volví a escuchar voces que venían del cuarto de la criada nueva, cuál fue mi sorpresa cuando ví el mismo escenario que vi contigo, pero esta chica estaba llorando y suplicando a mi madre que la escuchara, cuál fue mi sorpresa cuando escuché de esa voz llena de terror, mi señor a abusado de mi, al igual que lo hizo con la chica anterior, el me lo ha contado mientras me forzaba a hacer cosas con él, mi madre la creyó por qué parece ser que ya lo había hecho anteriormente y lo perdonó, mi padre no dijo nada agachó su cabeza y se dirigió para salir del cuarto.

Esa chica estaba allí asustada, mi madre sin más la dijo lo siento hija, lo siento, habrá bebido, hablaré con él, tú estás bien?, ella miraba a mi madre desconcertada y muy asustada...

Yo estaba sin palabras, estaba escuchándolo muy atentamente, asombrada de lo que estaba oyendo, y a la vez sintiéndome muy culpable por la parte que me tocaba...

-La chica cogió sus cosas y se marchó sin decir ni adiós, mi madre estuvo dos horas gritando a mi padre y diciéndole de todo, reprochándole la vida que le estaba dando, yo estaba aturdido, dándome cuenta que tú fuiste una de ellas, y nadie te dio opción a nada, ni siquiera yo, Lili ya sé que mi padre abusó de ti como de todas y no te dejamos ni siquiera defenderte, lo siento mucho Lili, mi madre no habla a mi padre desde ese día, vivimos juntos pero como si fuéramos desconocidos, ya no es lo mismo vivir allí.

En ese momento estaba que no sabía qué decir, por qué la verdad es que, Juan su padre abusó de mí, pero yo después no lo sentí así, me dejé llevar aún sintiéndome mal, tampoco quería perder el trabajo, fue un cúmulo de cosas, lo cierto es que no sabía que decir, por qué ni yo misma sabía que había pasado ese día, así que no dije nada, le miraba a los ojos sin saber qué contestar, os puedo asegurar que me arrepentí de haberlo hecho, pero como se suele decir lo hecho, hecho está...

-Lili, ¿estás bien, no dices nada?, siento mucho lo que te hicimos mi madre y yo, y por supuesto lo de mi padre...

-Luis tranquilo, es normal después de aquello que actuaras así, pero si tú madre lo sabía ¿cómo no me preguntó?, porqué me echó de allí sin más, sin darme la oportunidad de decir nada...

A esa pregunta se quedó callado, yo tenía sentimientos de culpabilidad por haber sentido con aquel hombre, pero pensé que mejor no decir nada, y dejarlo estar.

Solo le dije que no quería volver a hablar del tema y él respetó mi decisión, entonces se preocupó por saber que había hecho en todo este tiempo, cosa que no le voy a contar, solo le conté lo que me convenía. Y comencé a contarle todo cómo conocí a Mr. Adams, él me preguntó si tenía novio.

-Lili ¿estás con alguien?

-No Luis, pero no te voy a engañar si he conocido a otros hombres.

Él me miró, y dijo.

-Y con algunos de ello, ¿te ha hecho sentir algo?

-No, aún no ha llegado ese hombre.

El me miró se sonrió y se levantó para acercarse a mí con su copa en la mano y se sentó a mi lado.

-Lili, ¿me has recordado en algún momento?

Después de unos instantes le respondí.

-Luis, para mí también ha pasado el tiempo, y no siempre ha sido así, cuando pasó aquello pensé que me buscarías aunque fuese para pedirme una explicación, ni siquiera para eso me buscaste, me sentí mal aunque te entendí, y eso no te lo voy a reprochar, a tu pregunta, he pensado en ti muchas veces, pero también me he dado cuenta de muchas cosas, ya no es lo mismo, en este año han pasado muchas cosas en mi vida, y me ha hecho ver que no tengo derecho a decirte nada por qué quizás tú tampoco tienes que decirme a mí, solo una cosa, ¿que fui para ti?...

Él sin más, se acercó, puso su cara cerca de la mía, y sus labios rozaron los míos, no pude pararlo ya que yo también deseaba ese beso, yo misma me contradecía en los sentimientos, por qué aunque le decía que había pasado tiempo, desde que lo he visto entrar por la puerta deseaba besarlo, mis labios se entreabrieron buscando que los suyos también lo hicieran, y así fue, nos estrechamos en un fuerte abrazo presenciado con un largo beso, me besaba muy apasionado, me estrechaba con fuerza, estaba gozando envuelta en sus fuertes brazos, fue tumbándome poco a poco en ese sofá de tres plazas, hasta estar totalmente encima de mi todo sin dejar de besarnos, mi corazón estaba acelerado, podía sentir el suyo que latía muy deprisa, mientras me besaba por el cuello, los labios, besaba mi rostro con delicadeza, decía..

-Oh! Lili cuanto te he extrañado, he pensado en ti muchas veces, abrázame Lili, déjame hacerte mía esta noche, déjame que te sienta de nuevo...

A veces las palabras sobran, estaba totalmente entregada a él, me tenía en su poder y claro que deseaba que me hiciera suya, lo deseaba con toda mi alma...

No dije nada solo le miré a los ojos, y volví a besarlo con más pasión, sus manos acariciaban mis pechos, los besaba por encima de mi bata, se levantó del sofá me cogió en brazos y me tumbó en la alfombra que teníamos en el salón, cerca de la chimenea…

De fondo se podían apreciar las llamas alumbrando y el sonido de la leña quemándose, era todo perfecto.

Luis me abrazaba mientras su lengua en mi boca jugaba con la mía, nuestros cuerpos empezaron a sentir deseo el uno del otro, nos quitamos la ropa muy despacio sin prisas, teníamos toda la noche para disfrutar del sexo, Luis desnudo y yo desnuda, dos cuerpos deseosos de ser uno, acariciaba con delicadeza el miembro de Luis quería verlo erecto como aquellas noches de pasión, ¡sus testículos en mi mano! ¡su tronco cada vez estaba más duro!, con movimientos sensuales Luis me provocaba, lo tumbé boca arriba cogí su miembro y lo puse en medio de mis pechos, él se puso ¡excitadísimo!

Miraba como su miembro se rozaba con mis pechos yo me cojí los pechos ¡apretándolos fuerte! para sentir el miembro de Luis que cada vez se estaba poniendo ¡más grande y más gordo!, de arriba a abajo ¡moviéndome con mis pechos!, mirándole a los ojos, sentí la necesidad de saborear su pene, así que bajé un poco y despacio me la metí enterita en la boca, hasta lo más profundo, humm! Qué sabor más delicioso, mi lengua jugaba con su glande, y después bajaba muy despacio hasta llegar a sus testículos, haciendo una parada para succionarlo uno a uno, y muy lento, Luis no pudo contener soltar un gemido en cada juego con mi lengua y mis labios, lo saboreaba y saboreaba una y otra vez, cuando le miraba veía como disfrutaba, me estaba poniendo muy excitada, podía sentir la humedad en mis braguitas...

Luis no podía aguantar más y ¡quiso penetrarme!, ¡mi vagina estaba ansiosa de ser penetrada por su miembro!, me puso boca arriba sujetándome las muñecas hacia arriba, me abrí de piernas para él, estaba tan húmeda que entró solita, fue a rozarla por mi sexo y se deslizó dentro de mí, ufff! Que placer sentí, hummm! Cuando la sentí dentro después de tanto tiempo, tenía un pene especial lo tenía curvado hacia arriba y eso me volvía loca cuando estaba dentro, y !encima gordita¡ lo dicho era muy especial, y en más de una ocasión la he echado de menos en mis noches de insomnio...

Comenzó a penetrarme despacio besándome toda mi piel, sus manos soltaron mis muñecas para apretar mis duros pechos, pellizcando mis pezones con sus labios, sus penetraciones iban acelerándose, hasta moverse sin piedad, que a la vez, me provocaba un placer inmenso, se puso de rodillas y seguía introduciendo su miembro yo estaba empapada podían oírse las embestidas, me tenía cogida por la cintura levantándome con sus manos para penetrarme más profundo, y lo conseguía vaya que si lo conseguía, lograba llevarme al paraíso del placer, su pene y sus movimiento eran de locura, no podía aguantar mis gemidos, me mordía los labios e intentaba abrir los ojos para mirarlo, pero se me cerraban de nuevo...

Me dio media vuelta y me abrazo por las espaldas, es una postura muy sensual y tierna, ahora la llaman la cucharita, pero en aquel entonces no tenía nombre, al menos yo no lo sabía...

Su miembro encontró la forma de entrar en mi agujerito, me abrazaba mientras me penetraba, su falo se salió en más de una ocasión y él volvía a meterla despacio para después embestirme como un animal y no en el mal sentido de la palabra todo lo contrario, sus manos rodeaban mi cadera para jugar con sus dedos en mi clítoris, eso ya me mató, su pene ya no se salía, lo metía y lo sacaba a su antojo, en un segundo llegue a tener un orgasmo, eso no se podía aguantar, sus embestidas sus dedos su lengua por mi espalda, imposible no fluir como una loca...

Me tenía totalmente atrapada en sus brazos y su pene, se apartó ,se sentó y me dijo…

-Ven Lili, siéntate aquí encima de mi, ven quiero seguir poseyéndote...

Mirándolo con mucho deseo, me levanté y me senté literalmente en su duro miembro, hasta tenerlo totalmente dentro de mi, el me sujetaba mis glúteos con sus manos, apretándolo fuertemente, comencé a cabalgar sobre él, mis pechos se movían, rozando su velludo pecho, estábamos unidos un cuerpo y otro, haciéndose uno, su lengua buscaba la mía para enredarse en ella, gemidos que se mezclaban para hacerse uno solo, tal como estábamos, el roce y las penetraciones tuve otro orgasmo, no me lo podía creer dos seguidos, desde luego que este chico sabía lo que me gustaba, ¡qué bien se movía!...

Él no podía aguantar más, y me separó un poco, echándome todo su semen calentito en mi pubis, podía sentirlo correr hasta mi sexo, una vez dejó de fluir sin moverme volví a meterla dentro de mi vagina para darle un mejor final, a cada movimiento se estremecía de placer, tanto que de escucharlo y sentirlo casi vuelvo a fluir de nuevo, aunque creo que al final fue así...

Terminamos agotados yo echada en su pecho, acariciándolo y descansando en él, su respiración aún estaba agitada, Luis no dejaba de rozar con sus manos mi piel desnuda, me miraba y me besaba dulcemente, su voz interrumpió ese bello momento.

-Me vuelves loco Lili, tanto que no puedo pensar que has conocido a otros hombres, perdóname Lili, pero no puedo evitar tener celos de cualquier hombre que esté cerca de ti, y tampoco he podido dejar de pensar en ti.

Yo seguía jugando con mis dedos en sus rizados vellos del pecho, y le dije...

-No tienes por qué Luis, aún no me has contestado a la pregunta que te hice, respóndeme. ¿Quién fui para ti?

Él como siempre respondió con silencio, volví a sentirme pequeña ante él, no me daba seguridad no decía nada que me hiciera sentir mujer a su lado, alguien importante, así que le dije...

-Está bien, no sabes qué decir, yo sé quién fui y que signifique para ti.

Mirando hacia él y al lugar donde me entregue, le dije...

-Se perfectamente lo que significó para ti.

Cogí mi bata me la puse y me fui para mí cama, lo dejé allí que hiciera lo que quisiera, pero al segundo estaba en mi habitación.

-¿Puedo dormir contigo?

Le mire y le conteste que si, así lo hicimos nos abrazamos y nos dormimos, al despertar él ya no estaba, se había ido, no lo podía creer que me hiciera eso, al mirar para el lado donde él se había acostado vi un nota, la cogí y la abrí, en ella estaban escritas unas letras que decía...

"Lili, lo siento, quizás sea un cobarde, quizás no debí venir, pero quería estar una vez más contigo, siempre serás mi reina erótica, siempre tuyo Luis"…

¡Ya!, esto es lo que me das después de venir aquí y hacerme tuya, esto es lo que merezco, no caeré más Luis, nunca más, la partí en tres trozos, y la tire y sin saber por qué se me saltaron las lágrimas, me sentí utilizada una vez más por él, pero no podía permitir llorar por semejante hombre, niño malcriado, ¿siempre tuyo?, no, no será así porque ya se acabó, después cogí la nota la pegué y la guardé, estaba dolida pero no podía dejar de pensar en él, en esa noche que fue nuestra, aunque había algo que me decía que algún día volvería a verle...

Pasaron unos días, mi dolor aún seguía patente, en esos instantes creo que le odiaba, no sé, pero tenía que borrar aquello que ocurrió, tenía que seguir con mi vida...

Mr. Adams no regresó de su viaje, se le complicaron las cosas, y tuvo, que quedarse más tiempo de lo pensado, así que seguía sola en casa, en la casa teníamos una gotera y decidí llamar a un albañil para que lo arreglase antes que regresara Mr. Adams, quería darle una sorpresa, localicé un albañil conocido del barrio, me lo recomendó la mujer de la frutería, me puse en contacto con él para que viniese a echar un vistazo, al día siguiente llegó ese chico, fuerte y un olor muy varonil, le dije que si él podría hacerlo, me dijo que sí que volvería en dos días, cuando se fue mi imaginación voló, ese hombretón fornicando tenía que ser un toro, en dos días estaría en casa, los dos solos...

Continuará...

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