Don Efra me sentó en sus piernas y me dijo:
-Si mamita yo te compró 5 de esos putivestiditos de esos que tanto te gustan para que levantes vergas por donde tu vayas primor no te preocupes.
Yo miraba al jefe adormilado y ebrio diciendo incoherencias.
-Shii cojanshelaa esh mi putha yo sje las presthjo.
-Aaaayyy de veraas doon Efra muacksss- lo besé emocionada.
-Siii mamazota pero con 3 condiciones más que debes cumplir ahora ehh -me dijo.
-Uuuhh cuáles??? –pregunte.
-La primera es que saques tus manitas de esas hermosas tetotas que tienes mamazota la segunda es que te quites esa rica tanguita que traes y me la regales ahorita.
-Pero oo -interrumpí- Me voy a quedar desnuda jijiji.
-Si mami no te preocupes yo te voy a comprar aparte de tus vestiditos unas tanguitas muy sexys para ti -me dijo.
-Me lo promete dooon Efra?
-Mira te dejo las llaves de mi carro en garantía -sacó unas llaves de su bolsa y me las dio en mis manos mismas que puse sobre la mesa.
-Y la terceraaa?? –pregunte.
-Bueno la tercera ya te la había dicho que me cuentes tu técnica para mamar vergas sentadita en mis piernas.
Me quede pensando.
-Oki -y destape mis tetas.
-Mamita que chichotaaas -dijo el burrito.
-Cositas para acabarme de criar! -rugió don Efra.
Sentía un placer morboso de ver como las veían.
-Ahora la tanguita mami -me dijo.
Me la fui quitando lentamente y al estar por mis zapatillas me empiné completa y mi culote quedó cerca de la cara de ambos tipos. Me levanté y le di mi tanguita a don Efra y él se la puso en su cara pervertida y aspiró.
-Aaaaaaahhh que rico huele mamita a coño y culo de mujer caliente puta y arrecha huele hijo -le dijo al burrito.
-Aassjjj rico huele y además está muy mojada -decía al mismo tiempo de aspirarla.
Don Efra se metió mi tanguita a su bolsa extendió sus brazos.
Ahora si bizcochito venga che con chu papi jejeje.
-jijiji -sonreí y me acomodé en su bultote completamente desnuda.
-Que rico culote tiene esta putita -le dijo a su hijo y yo alcancé a escucharlo.
-Ahora sí mamazota cuéntanos como mama vergotas esa boquita tan chiquita y deliciosa que tiene.s
-Jajaja -solté la carcajada- Como le diré mmm eso es por instinto más que por técnica.
-Instintos de putita mamadora? -interrumpió don Efra.
-Jajaja aaayyy don Efra es terrible -reí a carcajadas.
-Es la cachondería el momento aah -interrumpí pues don Efra había puesto una de sus manos en mi puxita.
-Mmm esta cómoda su mano ahí don Efra???
-Jejeje perdón nena es instinto como tú dices pero sigue mami sigue jejeje.
-Si les decía que las mujeres también traemos el instinto de perras y de putas y que cuando aaaaayy dooon efraaa -el abusivo de don Efra me sobaba mi puchita con su dedote.
-Uuupps perdoon mamazota se me resbalo -me decía pegado a mi orejita.
-Jejeje -sonreía
-Le decía que aaaahh -don Efra metió su dedote en mi puchita haciéndome abrirme de piernas mientras con su otra mano apretaba mi tetota y lamia mi orejita al estar toda abierta el burrito veía mi puxita siendo dedeada por el dedote de su papi.
-Papa tengo antojo de pepa! -dijo el burrito.
Pegándome su lengüota a mi orejita don Efra me decía.
-Ya ves putita mi hijo quiere limpiarte tu pepa llorona sale chancesito mamazota!
-Aaaahh -gemía yo.
-Oraleeee cabrón ahora es cuando! Jejeje –ordenó.
El burrito se recostó a la altura de mi pepa poniendo mis muslos en sus orejas y mis zapatillas en su espaldota saco su lengüota sshuuut empezó a lamer.
-Aaahh oooohh mmm -empecé a gemir acomodando la punta de mis zapatillas de aguja en su espalda- Aaaaayyy aaaaahhh.
-Te gusta cómo te limpia la pepa, putona? Jejeje -me decía en mi orejita don Efra.
-Que rica pepota, mamazota -me decía el burrito lamiendo hondo mientras su papi me deseaba duro.
-Aaaaahhh siiiii papiiiis -gemía extasiada.
De repente sentía en mis manos algo enorme y grueso volteé a ver y era la enorme vergota de don Efra era inmensa tal vez de unos 27 cm de largo y 6 de ancho la vida espantada.
-Aaaayyy don Efraaaaa que es estoo -dije sorprendida mientras él la ponía en mi manita.
-Jejeje la carne que te vas a comer golosaa.
-Aaah perooo -le dije chaqueteándolo mi manita no la abarcaba completamente.
(Continuará)