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La lujuriosa e infiel tía política

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Los días de ese puente festivo transcurrían normalmente. Eso sí, en cualquier momento oportuno había un beso, una tocadita o un roce con Cris. Mi tía algo sospechaba y siempre trataba de tenernos vigilados. Aprovechamos los momentos de las noches de feria para bailar y decirnos cosas al oído. ("muy calientes y obscenas, eso me encantaba de ella").

Llegó el lunes y debíamos regresar a la capital, mi tía se ubicó con sus dos hijos en dos de las cuatro sillas que habíamos reservado y en las siguientes Cris y yo. Tenía muy buenas expectativas de este viaje, ya que eran cuatro horas de recorrido y salíamos a las 5 pm. Nana mi prima peleo con su hermano y llegó con su cobija a nuestros asientos buscando refugio. Estuvo un tiempo con nosotros y durmió un poco mientras la tía Cris y yo, aprovechamos para darnos "cariñitos". Al pasar por un reductor de velocidad de uno de los pueblos que quedaban sobre la vía, Nana despertó y decidió ir en busca de su mamá. Dejándonos su cobija, lo cual fue maravilloso para nosotros. Quedaban dos horas de recorrido y mucho deseo y temperatura entre Cris y yo!!

Los besos y las caricias fueron ascendiendo de ternura a pasión. Mordía sus labios suavemente. Por debajo de la cobija y su blusa, mis manos recorrían en busca de sus protuberantes y apetitosos senos. De nuevo tenía la dicha de tenerlos en mis manos.

- Mmmmm ronroneó de una manera muy sexy!!!

Ella estiró el cuello como un gato desperezándose. Estoy deseando quitarte la ropa me dijo con una mirada brillante y ardiente. Cada poro de su piel emanaba fuego y su cuerpo pedía pasión descontrolada. Su cuerpo reclamaba mis manos!! Y yo obediente brindaba lo que estaba a mi alcance.

Para mi también era una tortura!! Estar tan cerca de ella, y no despojarla de toda su ropa, colonizar su cuerpo. Deseaba estar dentro de ella. Penetrarla sentir su fuego, lo ardiente de su interior. Su lubricación dándome paso. Sus músculos apretando mi erección.

Mi mano abandonó sus pechos, rozó su abdomen y buscó su entrepierna. Rozaba por sobre su ropa y era un estrella ardiente, era fuego puro. Encorvó su espalda y levantó su pelvis, mientras su mano también buscaba mi miembro. Lo tomo en la mano tan suyo, que sentía que se reventaría.

-Estás excitada? Pregunté roncamente, en susurro.

No hubo respuesta, sólo un jadeo que tomé como afirmación.

La situación era de éxtasis. El contener las expresiones, las respuestas del cuerpo y el ver cómo los pasajeros del otro lado del pasillo nos miraban de reojo en la penumbra. No sé pero ello pensar en que mi tía nos viera, que los pasajeros se quejaran. Inclusive que el personal del bus nos bajara por estar en esas. (Si lo hicieran, que fuera frente a un motel).

El hombre en la silla lateral se levantó y buscó un nuevo asiento. La mujer continuó allí y notaba como me veía de reojo. Esto hacia que sintiera más excitación. Daniel despertó y le dijo a mi tía que se encontraba muy incómodo, que mejor se pasaba a donde su tía Cris. Ya con él en su regazo bajó la temperatura. Llegamos a la capital donde el esposo de mi tía esperaba en la terminal de autobuses para recogernos. Yo le dije que compartiríamos taxi con Cris para que no se desviaran de su ruta. Ello porque vivíamos en sectores aledaños. Mi tía, que ya sospechaba muchas cosas y que creo, había notado nuestra atracción (que de seguro era evidente) se negó. Dejamos a Cris frente a su edificio, luego ya en el mío, entre dejé la maleta y salí en busca de taxi, para ir a donde Cris. Debería terminar algo ya iniciado. Me anunció el portero, ingresé al ascensor y se me hacían eternos los 8 pisos que debía subir. Cris había dejado la puerta entreabierta, ingresé y las luces estaban apagadas. La luz de la calle dejaba marcar una silueta y dos copas de vino. Su cabello rubio suelto su piel blanca contrastaba de lujo con un babydoll negro y un chatero transparente del mismo color. Quedé quieto, momificado, como si estuviera en una galería de arte analizando pieza a pieza la maravillosa composición de este cuadro.

-Te vas a quedar ahí toda la noche. Replicó Cris mientras se dirigía la minicomponente que inicio a reproducir chocolate de Kylie Minogue (como me encantaba este tema a la hora del sexo. No sé, si le había dicho, o a ella también le gustaba) mientras hacía esto el paisaje era espectacular. Su cuerpo en un ángulo de 90° exponía ese maravilloso culo a mi vista, mi respiración era más profunda y mi corazón empezaba a acelerarse. Creo que era premeditado, ya que al enderezarse y dirigirse hacia mí, había una risa picara dibujada en su rostro. Me alcanzó la copa de vino y paso su mano por mi mejilla y luego entre mi cabello...

-Se van a explotar tus ojos, tienes la pupila demasiado dilatada mi cazador! Dio un sorbo a su copa. (Esto suena a cliché, pero paseo su lengua por los labios suavemente y esto me terminó de encender)

Puse una mano en la espalda y otra en su trasero y la traje hacia mí. Al ir a besarla lo evitó. La miré y me dijo sonriente:

-No has probado el vino... tenemos toda una noche!

-No me gusta esa copa!!

-Entonces que copa quieres, una de oro? Lo siento por ser tan humilde mi niño cazador!!

-La verdad quiero una de piel, pero como no hay, este niño cazador lo solucionara!!

Diciendo esto situé el borde de la copa junto a su cuello y vacié el contenido, me miro consternada mientras aseguraba que estaba loco. Sus senos endurecieron y sus pezones tomaron más rigidez y me lancé de nuevo a sus labios que esta vez me esperaban!!

Nos acariciábamos mientras besaba su cuello, ella me ayudaba a deshacerme de la ropa, era una confusión ella me empujaba y me quitaba la ropa salvajemente, aquel volcán de pasión que era Cris estaba en plena erupción. Tropezábamos con los muebles mientras yo le despojaba del babydoll y lamía el vino de sus teticas y abdomen. Hasta que llegamos a la pared. Presioné mi cuerpo al suyo, sujete su muñecas he hice una pausa para verla, sin saber cómo, ella me giró y ahora era yo quien estaba contra la pared, se deslizo besando mi abdomen, mi pelvis. Su mirada vertical mientras me la chupaba era un privilegio, su mirada de lujuria, de placer, de picardía, pecado, fuego... de todo mmmm. En una cadencia perfecta yendo de menos a más deslizaba su boca por mi miembro erecto y hacia que roncara de placer. Empecé a sentir la cercanía del orgasmo por lo que la detuve. Quería más, no quería hacer una pausa tan rápido. Nos besamos y le dije que quería recompensarla. Baje su sexy cachetero y me incliné. Tenía frente a mí su depilada y deliciosa vagina, húmeda rosada. Depilada como una bebe y con sus labios esperando a ser besados. Puse una pierna en mi hombro y me consumí en ella. Besé primero sus muslos, su pelvis, mientras mis dedos rozaban delicadamente con ligera presión su clítoris. Ella aceleraba su respiración también. Ronroneaba como una gata, uno que otro gemido mientras sus manos deslizaban mi cabeza. Deslice un dedo dentro de ella y gimió. Al interior su vagina era ardiente, húmeda, podía sentir como sus músculos internos se contraían y aprisionaba mi dedo, luego fui poco a poco descubriendo su clítoris y rozándolo con mi lengua, unas veces suave, otras fuerte. Ella se arqueaba gemía, algunas veces acariciaba mi cabeza, otras me presionaba contra ella. Y ya a medida que subía su éxtasis se contorsionada y tiraba de mi cabello. Su lubricación aumentaba y ya no era un dedo sino tres dentro de ella. Mi lengua hacia lo suyo y arremetía contra sus labios y su clítoris hasta que se contorsionó un poco y lanzó un largo gemido y por mis manos corrían como lava sus fluidos, mientras mis dedos estaban aprisionados dentro de ella. La pierna que tenia de apoyo temblaba pero no tanto como la que estaba en mi hombro. Quedamos quietos un instante. Me separe de ella, tenía mi verga aun erecta como un cohete a punto de despegar. La recorrí con mi mano por su torso hasta llegar a su boca, que muy acomedida, lamio y limpio mis dedos. Se acercó y nos fuimos besando hasta su habitación. Allí me tumbo sobre la cama, me miro lascivamente y me dijo señalando mi erección. Alguien necesita ayuda. Pero ahora eres la presa!!

Saco de un armario varias tiras de seda roja, primero ato mis manos por las muñecas. Luego vendo mis ojos. Esto era nuevo para mí y me ponía a mil. Supe que volvió al escuchar sus pasos.

Uno de sus dedos rozo mi cuello y bajo a mi pecho. A mi oído me dijo- Soy una felina, y antes de comer juagamos con la presa... prepárate pedacito de carne. Lo primero es beber algo, y sentí un líquido... (Vino lo adivine por su olor) dejaba caer pequeñas cantidades por mi cuerpo y lamia luego. Así llegó a mi pene, lo bañaba en vino que luego bebía y lamia. Toda esta situación me era excitante porque solo podía sentir el tacto e imaginar, era una buena mezcla. Ella seguía en su juego. Estaba tan excitado que cuando sentía sus labios en mi pene empezaba a embestir su boca. Ella se retiraba y a la tercera vez que lo intente empujo mi pelvis hacia atrás. No es como tú quieras, chiquito!! Como no has hecho caso tendrás un castigo. Bajó de la cama (ahora para ser sincero, sentía algo de temor junto a la excitación) tomó algo de la cómoda y llegó a la cama. Como estás desobediente pondré algo de aromas para que estés tranquilo. Encendió unas velas aromatizantes, lo sé porque escuche cuando frotaba el cerrillo contra a la caja. Me beso suavemente, le dije -Suéltame ya que quiero tocarte. Eres un malcriado, y diciendo esto me vendó la boca. Ahora perdiste el derecho a hablar pedacito de carne. Beso mi cuello y me acariciaba toco mis pectorales y sentí un pellizco sobre una de mis tetillas. Había puesto algo como una pinza. Me quejé. Llorón eres débil voy a tratar con alguien más fuerte y empezó un maravilloso sexo oral. Sí que sabía de ello. Empecé a trenzarme ya casi sentía que eyaculaba. Aun no replicó al detenerse. Y sentí de nuevo el pellizco en la otra tetilla.

-Que delicioso esta mi pedacito, eres todo mío, ¿solo te gustan las niñas, las dominas? Hoy nooo!!! Me volvió a mi pene y sentí algo frio... hielo lo pasaba sentía que se contraía más la piel de mis testículos sus caricias me gustaban, sus lamidas sus besos, inclusive ahora sentía algo de placer en el dolor de las tetillas. Se posó sobre mí. Frotaba su rica vagina rosadita sobre mi pene, sentía aun su calidez (extraño que aun la tuviera tan caliente) Sin tocarla con sus manos la introdujo mi verga en ella ufff que maravillosa sensación. Empezó a subir y a bajar aumentaba la velocidad, y yo roncaba, lo notó. De nuevo quejándote!! Bajo de mí y casi al instante y regresó. Se posó sobre mí y de nuevo sin manos, se clavó solita. Empezó el sube y baja. Sentí un quemón de repente!! Era cera caliente, había traído una de las velas y dejaba caer cera en mi pecho. Al contraerme sentía que me iba más profundo dentro de ella. Su respiración se agitaba al igual que la mía, su lubricación aumentaba, su vagina increíblemente era más ardiente. Arrojo el cristal de la vela al piso sin parar de cabalgarme. Nuestros cuerpos hacían una melodía, moría por tocarla, acariciarla, besarle, pero el no poder hacerlo me ponía más caliente y excitado. Ella aumentaba la velocidad gemía, roncaba y apretaba mi pecho con sus manos, clavaba las uñas como la felina que auto promulgaba que era. Ya no pude más me tense, ya al igual que ella no podíamos aguantar más!! El clímax de ella hizo que apretara su interior y presionó mi glande desatando una eyaculad y el maravilloso orgasmo que empezaba a recorrer mi cuerpo. La sentía vibrar sobre mí y yo dentro de ella sentía como se empapaba mi pelvis con nuestros fluidos. Recostó su cabeza en mi pecho y quedamos quietos un rato. Retomando el aliento y la vida. Me liberó nos besamos y consentimos un buen rato. El pos polvo en ocasiones como esta, es tan rico como el pre polvo.

Esa noche lo hicimos una par de veces más y un mañanero. No creo sea importante como esta para contarlas; aunque si quieren saber cómo fue, dejan un mensaje haciéndomelo saber y les cuento.

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