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Divirtiéndome con los amigos de mi esposo -4

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Hola muy buenas tardes a todos mis lectores deseándoles buenos augurios para el día de hoy les voy a contar una de mis tantas travesuras. Como casi todos los días iba a almorzar con mi esposo pude conocer bastantes compañeros de trabajo de el inclusive en las reuniones que hacían en la empresa.

Así fue como conocí a Daniel uno de los ingenieros con quien me conocí en una de las tantas reuniones a las que fuimos.

Esta fue un día en que le llegue a David a la oficina porque tuve una cita muy cerca de la zona y como era viernes tenía ganas de tomarme unos roncitos. Había tenido una buena semana y tenía ganas de celebrar. Espere a David en la esquina y luego caminamos a un bar que queda cerca, entramos y había bastante concurrencia, pero como siempre nos hicimos en la barra a mi me encanta. Y en el sitio había varios compañeros de David, quienes se acercaban nos saludaban y luego seguían con su grupo. La música sonaba y uno que otro bailaba ya que eran pocas las mujeres que había. Dos compañeros que llegaron un poico tarde se nos acercaron y como no había más sillas vacías nos unimos para conversar. Daniel y Arturo baile también con ellos al rato de estar tomando y yo me había excedido en los tragos ya estaba más ebria que sana. Y como no había comido nada, además el almuerzo fue un sándwich en una cafetería cerca de un juzgado, fue rapidito que los tragos me cogieron, teniendo que irnos para la casa. Que lastima porque me gusto Daniel y como tal le di una tarjeta mía por si necesitaba de mis servicios él también me dio una de él la que guarde en la cartera. Salimos para la casa pedimos un taxi David no quiso manejar dejando el carro en el parqueadero y regresar mañana por él.

Pasaron varios días y un día que fui con Ana María a recoger a David a la hora del almuerzo para ir a un restaurante los tres. Mi hija se fijó en Daniel

– Huy mami pero quien esta con mi papá.

Me reí

- ha si es un compañero de tu papá. Lo conocí el viernes pasado. Busque su tarjeta en la cartera y no la encontré no me acordaba de su nombre. David entro al carro y nos saludó. El día se estaba poniendo gris. Y le pregunte.

- ¿Ese es el ingeniero que estuvo el viernes en el bar? - Si, si ¿Daniel? - Ese mismo. Hay que pena con tus amigos yo estaba bien borrachita. - jajaja si eso me dijeron pero si hasta comentaron de todo.

Arrancamos y se vino un aguacero bárbaro entonces tocaba de cambiar destino e ir a otro restaurante para no mojarnos tanto. Al regresar a la oficina mi hija seguía con el cuento del Daniel.

– Huy mami ese ingeniero está bien re papacito, me extraña que no lo conocieras. – Si esta divino él porquería tengo que buscarla la tarjeta que me dio y llamarlo. – Huy si mami yo de ti termino en la cama con él, esta como a ti te gustan. – Voy a buscar la tarjeta en la otra cartera y lo llamo.

Y así fue al llegar a la casa me subí al cuarto y busque en la otra cartera la tarjeta y la encontré, enseguida lo llame afortunadamente estaba ya en su casa y hablamos casi una hora. Volví a llamarlo y yo empezar a coquetear

l- Hola Danielito como vas - Dianita mi señora muy bien y más con esa llamada tuya, me compone el día. – sí y eso no tenías buen día hoy. – Pues con mucho trabajo y me toca quedarme hasta tarde para terminar unos planos. – Hay en verdad que lastima. – Si ¿y eso? – no es que me hubiera gustado que nos viéramos y tomarnos unos roncitos. – ¿Los dos? – Si mi vida los dos no más. – Hay no me mate no, no puedo dianita no sé a qué horas vamos a salir hoy de acá, pues si todo sale bien por ahí a las 2 de la mañana. –Bueno será otro día muñeco ya abra tiempo para vernos mi amor. – Diana podría ser mañana en la noche te invito a cenar a un restaurante italiano digo si no hay problema en que nos vamos mañana. - Pues por mi hay problema y si acepto tu invitación para mañana ¿a qué hora me recoges? – Dianita yo te recojo a las 7 de la noche ¿está bien? - Listo te espero a esa hora. Entonces a si quedamos preciosa, bueno me alegra mucho hablar contigo y nos vemos mañana que descanses. –Ok muñeco nos vemos mañana te espero. Trascurrió el sábado y David me noto ansiosa, salimos a almorzar y en el camino le conté

- Mi amor Daniel tu compañero va a venir a llevarme a cenar esta noche. – ¿Hay como así y eso? No yo lo llame para conocerlo esta semana hemos estado hablando y ayer me invito a un restaurante italiano. – Haja y después que me imagino que se irán para su apartamento y te quedaras con el esta noche. - Yo creo que si mi amor esa es la idea. Porque me gusta ese hombre esta delicioso.

Lo miraba y tocándole la pierna sentí su verga en erección mientras seguía manejando. Llego la noche y yo me estaba arreglando me había colocado una minifalda de prenses y una blusita con un descote bastante abierto dejando ver bien la redondez de mis tetas. Cuando Daniel llego David le abrió la puerta y se saludaron y lo hiso entrar haciéndolo seguir hasta mi habitación en donde yo no terminaba de arreglarme, me faltaba colocarme una chaquetica y ya. Lo vi entrar al cuarto y me pare del butaco del tocador a saludarlo no tenía abotonada la blusa lo que dejo ver mis tetas por momentos. Mis piernas me temblaban mi cuerpo ya sentía las ganas de pasar un excitante momento, Daniel estaba divino tenía un pantalón habano un suéter negro bien afeitadito y una fragancia deliciosa, nos acercamos, lo bese en la boca por casi un minuto acariciándole su espalda y arrimando mi cuerpo contra el suyo a lo que el también realizo. Le quite el buzo que traía y lo deje caer al suelo. Nos separamos me di una vuelta entera para que mirara mi cuerpo parándomele de frente le pregunte.

-¿Te gusta lo que ves? - dianita vos sos divina y hoy estas radiante.

Me sonreí y volví a acercármele, y el miraba hacia la puerta pensando en mi esposo no fuera a vernos así. Mis manos tocaron su pantalón sintiendo su verga.

– Papacito yo te estaba esperando con ganas locas de estar contigo.

No sé porque se me salió eso pero no aguante las ganas de decírselo a la vez que mis acciones desviaban lo pensado.

Le solté el cinturón. Y le baje la cremallera. Mientras él sequia mirando asía el estudio donde mi esposo había entrado.

- ¿y tu marido. Él está en el estudio y nos puede ver?

Mi mano derecha entro a escarbar su pantalón buscando su verga la que agarro. Cerré con llave nos acercamos a la cama lo senté y arrodillándome en frente metiéndome entre sus piernas termine de desamarrarle el pantalón bajándoselo al piso, le quite los zapatos y le agarre su verga masturbándolo un poco.

– Humm muñeco tenia tantas ganas de mamártela mi amor, y valla que la tenes bien grande papacito, que rica verga tienes tu muñeco me vas a hacer pasar un excitante momento.

Me restregaba su verga por la cara mis manos acariciaban sus huevos, mi lengua comenzó a recorrer su tronco de arriba abajo. Por varios segundos hasta que me la metí todita a mi boca.

– Humm deliciosa papacito, me encanta.

Volvía y me la metía chupándosela, saboreándosela. Me pare quitándome la blusa y dejando caer la falda al piso, nos acostamos en la cama el boca arriba formando un 69 dejando que me chupara mi cuquita en esa pose duramos casi 30 minutos y es que yo no paraba de mamarle la verga, estaba fascinada y bien arrecha. Pare cuando sentí que se venía deteniéndole la derramada para poder continuar montándomele encima me quite el calzón, mis manos agarraron su verga y me la coloque en mi cuquita dejándome rodar por su tronco hasta tocar fondo. Empecé a fallármelo suavemente sintiendo su tronco dentro de mí, paulatinamente mis movimientos fueron aumentando llevándome a sensaciones exquisitas, mis jadeos aumentaban de volumen y ya eran gritos de placer. Cambiamos de pose acostándome boca arriba levante mis piernas asía los lados y el me penetro otra vez mi cuquita, ya encima mío su movimientos fueron súper frenéticos, que pronto me llevaron a un glorioso orgasmo el que expulse choreando la cama, cambiamos de pose y me acosté de lado el detrás me agarro por mis tetas y siguió follándome la cuquita. Cosa de 20 minutos más de placer excitante. Lo sentí venirse sacándomelo de una y girándome para recibir su semen en mi boca, terminando por chupársela dejándosela limpia.

- Papacito que rico estuvo eso mi amor, me alegra demasiado el haberlo hecho, yo sabía que me ibas a gustar y me has dejado satisfecha. Papacito rico.

Nos acomodamos en la cama arruchándomele al lado. Me pregunto.

- Y tu esposo que no se habrá preguntado ¿qué hacemos en el cuarto? – No mi amor él sabe que los dos estamos teniendo relaciones sexuales, no te preocupes que yo le conté que iba a hacerlo contigo y después íbamos a salir a comer algo. Pero te cuento me gustaría seguir gozando de ti y mas bien otro día salimos ¿qué dices muñeco? – Pues siendo así nos quedamos mi amor por mí toda la noche. – Listo muñeco te quedas esta noche conmigo.

Lo bese en la boca por más de un minuto.

– Ven mi amor bajamos a la cocina y comemos algo.

Él se colocó su pantalón y yo una bata, bajamos y en la cocina estaba mi esposo preparándose algo, entramos abrazado nos acercamos al mesón en donde me pare enfrente de Daniel y lo bese abrazándolo.

– Que preparas mi amor - No solo calentando el arroz atollado que quedo del almuerzo y una carne la estoy fritando. ¿Quieren que les prepare algo? Si podrías fritarnos dos pedazos de carne.

Me fui para la nevera y saque una papa en pedazos para también fritarla, un tomate y dos cervezas se las coloque a David para que las preparara. Mientras volví con Daniel y abrazándolo me metí entre sus piernas besándolo nuevamente por un largo rato, más de un minuto que duramos.

– ¿Pensé que iban a salir? – Si pero decidimos más bien quedarnos, Daniel se va a quedar esta noche conmigo papi voy a dormir en sus brazos, delicioso. - A perfecto que bien espero que pase una buena noche me alegra por ti mi vida.

Mire a Daniel quien estaba pensativo de ver a mi esposo tan tranquilo y a él basándose conmigo y volvimos a besarnos y este beso si duro mucho más tiempo. Paramos y nos tomamos un sorbo de la cerveza y volvimos a besarnos me quite la bata para que Daniel me tocara toda, le coloque mis pezones en la boca para dejar que me los chupara.

– Me encantas papacito rico, que rico fue haberte invitado tenía unas ganas inmensas de comerte todo. – Ha dianita mi hermosa a mí me alegra mas todavía el poder disfrutar de ti. En verdad tienes un cuerpo exquisito.

Seguimos besándonos apasionadamente, jugueteamos a mordernos suavemente por el cuerpo. Mientras mi esposo nos preparaba la comida. La que sirvió y nos sentamos a comer dejándonos atender por mi esposo quien nos alcanzaba todo.

Al terminar y charlar un poquito David nos levanta los platos y nos dice.

– Bueno queridos ya es hora de que se suban y sigan divirtiéndose en el cuarto, vamos, vamos que yo voy a quedarme acá limpiando la cocina. Sin más nos paramos y nos fuimos abrazados para el cuarto a continuar nuestra velada sexual. Entramos al cuarto y nos encerramos montándonos en la cama me acosté boca arriba y levantando mis piernas y espalda me besaba la cuquita, haciéndome sentir sensaciones deliciosas sus labios me devoraban frenéticamente sus manos agarraban mis tetas estrujándomelas. Luego me acosté boca arriba y se me monto encima clavándome su verga en mi cuquita para follarme por casi 30 minutos aumentando sus envestidas a momentos en donde me hacía gemir del placer tan delicioso. Paramos y me baje a mamarle la verga mientras cambiábamos de pose sentándome después encima y dejarme rodar por su tronco empecé a brincar cual jinete cabalgando su corsario, sintiendo su carnosidad dentro de mi.

Los dos nos venimos en un frenesí de temblores, gemidos y gritos placenteros dejándonos extasiados y satisfechos por la labor cumplida abrazados por unos momentos nos besábamos.

– Delicioso papacito que rico estuvo mi amor me encanto. – Hay dianita para mi el mejor polvo en muchos años corazón me gusto bastante preciosa guau que mujer tan exquisita sos. En verdad una noche inesperada aunque en cierta forma algo de esto pensaba que iba a pasar pero no así y menos el que nos besáramos y te pudiera chupar las tetas delante de tu esposo, eso fue muy excitante, es mas ¿si me hubiera quitado el pantalón me hubieras mamado la verga hay delante de tu esposo? - Claro mi amor me hubiera encantado hacerlo no le veo problema. – Ha debiste haberlo hecho me hubiera gustado ver la cara de él viéndote hacerlo. - Humm no te preocupes en cualquier momento lo hacemos a mi me encanta que mi esposo me vea hacerlo, me excita demasiado. – ¿qué forma de divertirse la de ustedes dos? Gauu. – Somos un par de locos, adoro a mi esposo. – Genial.

Nos pusimos a ver la tele y nos quedamos dormidos. Al otro día me desperté y baje a preparar café estando en la cocina mi hija llego, estaba en una fiesta donde unos compañeros de su universidad y le conté que estaba con Daniel y lo que pasó la noche anterior. Entro también a la cocina mi adorado esposo quien le toco dormir en el cuarto de huéspedes.

– Buenos días mis dos mujeres ¿cómo me les va? – Hay papi estoy cansada anoche bailamos en una pata no hace rato no brincábamos tanto, estoy que me quedo dormida de pie. – jejeje ¿quieres tomar café? - hay no tengo una pequeñísima resaca solo agua no más y un calmante para la maluquera. – En el cajón de arriba hay pastas. – No más bien espera y te hago una salde frutas. - hay cualquier cosa para irme a dormir todo el día. – ¿Y tu esposa mía como te termino de ir anoche? - ¡hay esposo mío!… delicioso, fue delicioso, ese hombre es todo un semental, papacito rico me vine a mares valla si estuvimos súper. – Perfecto mi vida me encanta que te diviertas. Les preparo algo de desayuno. – Hay si podrías hacernos un caldo y nos lo subes es que queremos que nos veas, o mejor él quiere que tú me veas mamarle la verga. – Listo preciosa te lo preparo y se los subo. Y tu hija. - Hay si yo también quiero un caldo bien rico.

Serví café para llevarle a Daniel y me subí.

- Camina hija me acompañas y te lo presento que debe estar todavía durmiendo.

Nos subimos y al entrar al cuarto Daniel se había levantado estaba en la ducha, yo me quite la bata.

– ¿hija te quieres bañar?

Al voltearme a verla ya se había quitado la blusa y me respondió

- Si claro que sí.

Termino de desvestirse en medio de risas, abrimos la puertita, entramos, él estaba debajo de la ducha, el agua caliente.

– Hola muñeco buenos días. – Hola preciosa. – mira te presento a mi hija Ana María. – Guauuu hola como estas.

Quedo sorprendido de verla desnuda, Ana María se le acerco y agarrándole la verga se besaron en la boca.

– Hola papacito hermoso.

Su verga rápidamente se puso firme como una vara, yo me coloque detrás de él y mis manos rodearon su cuerpo abrazándolo, mi hija se agacho y se metió su verga en la boca.

- ¡NO QUE ES ESTO! Un sueño guauuu. No que locura mujer ¿tu hija en verdad? - Si mi dulce niña. ¿Porque no te gusta? - Como no me va a gustar mamacita hermosa ambas están divinas.

Mi hija lo masturba diciéndole.

- Y tú también estas delicioso hum me encanta tu verga.

Volvió a metérsela a la boca gimiendo de placer. Cerré la llave pues el agua estaba ya muy caliente, deje que Ana María le mamara la verga colocándomele a su lado nos besábamos. Salimos de la ducha y agarrándolo de la verga colocamos toallas en el piso, lo acostamos boca arriba cada una a lado contrario nos dedicamos a mamarle la verga entre ambas, engolosinadas disfrutamos de ese hermoso momento de pasión, excitadas con su bien dotada verga la que recorríamos con nuestros labios sintiendo sus venas palpitar, sus gemidos lo tenían ahogado, su respiración acrecentaba sus pulmones. Lo teníamos a nuestra merced. Fueron caso 15 minutos de sexo oral. Luego Ana María se levanta encima de él y agarrándole la verga se la coloca en su cuquita y deslizándose se la mete toda haciéndola gemir de placer, mientras que yo me coloque encima de su cabeza quedando de frente a Ana María viéndola como disfrutaba de la verga de Daniel entrando y saliendo de su cuerpo, le chupaba los pezones agarrándole las tetas y nos dábamos besos abrazándonos. Luego cambiamos de pose, mi hija se quitó y yo pase a su lugar quedando de espaldas a Daniel y sentada sobre su cintura me deje rodar por su verga sintiendo su carne dentro de mí. Comencé a follármelo mi hija detrás mío se colocó encima de su cara para que la chupara. Los gritos y gemidos abundaban en la habitación. Fueron 15 minutos de disfrute y volvimos a cambiar Ana María se acostó boca arriba y Daniel se le monto encima y penetrándola se la follo por otro buen rato, colocándome encima de la cara de mi hija deje que me chupara mi cuquita, llevando a un exquisito orgasmo también. Daniel no aguanto más y sacando su verga termino viniéndose encima de las dos, a mí en la cara y a Ana María en su barriga. Mi boca busco su verga la que deje limpiecita. Volvimos a meternos a la ducha para refrescarnos nos secamos, nos colocamos unas batas y bajamos a desayunar, mientras con mi esposo servíamos, mi hija y Daniel que juntos estaban se besaban y manoseaban esperando que sirviéramos. Terminamos de desayunar y Ana María se subió a descansar y dormir todo el día.

Daniel se quedó también hasta la noche, pero antes me acompaño a hacer una diligencia que tenía que realizar con un cliente de la oficina y con funcionarios del Agustín Codazzi en una vereda en la sabana por los lados de Chiquinquirá ya que había un problema por la mala señalización de unos terrenos y estuvimos hasta bien tarde en el sitio junto con la contraparte quienes se habían apropiado de unos terrenos de mi cliente en forma abusiva a la vez que tumbaron bastantes arboles lo que está totalmente prohibido sin una autorización expedida por los organismos de control. Regresamos casi a las 5 de la tarde pero pasamos por su apartamento a que recogiera una ropa para que se quedara esta noche también conmigo. Al llegar David estaba trabajando en el comedor plasmando un intrincado sistema de acueducto que estaban realizando para un municipio en el Huila. Como ese día habíamos almorzado en Chiquinquirá y es un pueblito vende una fritanga deliciosa le traje a mi amado esposo que le encanta. Entre al cuarto de estudio para guardar los documentos de la diligencia. Afortunadamente todo salió bien les toco a los invasores devolver los terrenos secuestrados y el lunes tocaba que llevarlos al juzgado para su archivo. Volví a la sala y me los encontré en el comedor, David le explicaba el plano y Daniel que era el que después tenía que pasarlo al sistema le decía como lo haría. Yo mientras tanto coloque música y les serví unas copas de ron para calentar la fría noche Bogotana.

Me encanta la música antillana tropical y todos los boleros. Escuchamos a la Sonora Matancera. Las copas se servían y eran rápidamente desocupadas el humo del cigarrillo cruzaba por el aire. El ambiente se estaba poniendo en relax baile un bolerito con David mostrándole a Daniel como nos complementamos a la perfección (aunque me cueste la vida de Leo Marine) algo que aprendí en mi antiguo oficio y que sirve para deleitar a los clientes, el baile, la danza tan sensual, divertidamente erótica. Saque a Daniel y algo funciono pero le falta esa energía, la fuerza del movimiento, son muy pocos los que se dan el lujo de decir que son bailarines, si de pronto sabrán bailar salsa, merengues, vallenatos pero danzar un bolero eso son muy pocos y en Colombia se ha perdido mucho eso. Los salones de baile fueron cambiados por bares y tabernas de música popular y estruendosa.

Volví al equipo y busque un tango. Casi no lo encuentro pues es casi nada de ese género que tenemos en casa, y con David nos alistamos para bailarlo me subí a cambiarme de ropa pues tenía un jean y colocarme un vestido completo de escote en la falda a la altura de la rodilla y sandalias de tacón bajito. Y le baje un saco de paño y un sombrero, mientras que entre Daniel y mi esposo quitaron la mesa de centro y corrieron los muebles para abrir campo para el baile en la sala. Fue todo un show el que ya hemos practicado en fiestas swinger. Le alcance lo suyo se lo coloco y quedo hablando con Daniel, mientras que yo colocaba el disco. Espere a que empezara, guau, la música estaba muy dura me devolví a bajarle el volumen y volver a empezarlo. El disco comenzó y yo haciendo el papel de una callejera que busca placer en las esquinas de los barrios. Camine por la sala y al pasar por su lado mi esposo me agarro de la mano y lo que me sorprendió fue que se sabía la canción lo que ayudo al show, en ese momento sentí un corrientoso en mi cuerpo que me sorprendió haciéndome respirar a fondo, mis emociones estaban a flor de piel y el baile nos trasporto a un mundo de paz y armonía en la que solo se viven en los buenos momentos. El disco solo duro unos 3 minutos pero en ese tiempo disfrutamos en verdad de algo que nos ha unido mucho más, poco a poco sus pasos me llevaban por la sala y sus manos me fueron desnudando. Primero mi vestido fue abierto dejando ver por momentos mi cuerpo ya el escote dela piernas era completo y en dos vueltas quede en mi ropa interior, luego mi sostén salió a volar. Seguimos bailando para luego soltar las tiras del calzón y hay ya quedar totalmente desnuda, bailando unos segundos más y terminar arropada por el saco del bailarín quien me acostó delicadamente en el suelo para dejarme a la merced de nuestro visitante. A quien mi esposo invito a que me acompañara, levantándose se dirigió a la mesita y se sirvió un trago de ron, mientras Daniel me besaba mis tetas y yo le acariciaba la cabeza. Sus manos me acariciaban mi cuquita metiéndome sus dedos, sus labios me besaron y yo le acariciaba su espalda. Se desabotono la camisa, se la ayude a quitar, luego su pantalón sin dejar de besarnos y acariciarnos. Se acostó boca arriba y yo encima haciendo un 69 le agarre su verga y lo masturbaba, abriendo mi boca gemía de placer, comencé a lamberle el tronco a cada costado y luego metérmelo a la boca engulléndolo como culebra a su presa, miraba a mi esposo quien continuaba arreglando la mesa, para luego sentarse en un sillón de la sala. Disfrute mamando esa verga por casi 15 minutos, lambiéndola, chupándosela, masturbándolo. Y cumpliéndole el deseo de Daniel. Hacer que mi esposo me vea mamarle la verga, lo que me encanto hacerlo. Es una forma de mostrarle a mi esposo lo que me gusta hacer. Cambiamos de pose y me le senté encima de su cintura y agarrándole la verga me la coloque en mi cuquita y deslizándome me deje penetrar hasta tocar pared, volví a sacármela lentamente y otra vez para adentro, miraba a mi esposo que nos veía extasiado, sus manos tocaban su pantalón, volvía a sacármela y metérmela lentamente mis cuerpo temblaba emocionado en mi estómago corrientasos de placer inundaba mi ser, aumentaba mi ritmo hasta alcanzar una fuerte follada brincando y gimiendo del placer tan verraco. El tener a mi esposo de mirón me arrecha me pone mas caliente lo que me hace venir en varias ocasiones soltando chorros de mi líquidos. Cambiamos de pose sacándome su verga me le arrodillo y vuelvo a mamársela – ha hijueputa que rica verga tienes papacito me encanta haa…

Al ver otra vez a mi esposo lo vi masturbándose se había quitado el pantalón seguía fascinado con el espectáculo que le brindábamos. Me acosté boca arriba, sin dejar de mirar a mi esposo, Daniel se me monto encima y me volvió a penetrar mi cuquita con su verga, seguía mirando a mi esposo demostrándole con mis acciones lo rico que la estaba pasando, gozando con otro hombre de placeres excitantes, deliciosos. Apoyando sus manos contra el piso me follaba incansablemente, volviéndome a dar dos orgasmos que humedecieron mi cuquita, cambiamos de pose y nos acostamos de lado el detrás mío volvió a penetrarme y me hiso otra vez volver a sentir otro orgasmo el que solté y él se me salió para también venirse, sobre mi espalda restregó su verga y acostándose encima mío me besaba la nuca y los hombros. – Guau estuvo genial corazón que rica verga tienes papacito. Me voltee para besarnos apasionadamente, juntando nuestros cuerpos sus manos levantaron mi pierna derecha y sentí que su verga volvía a penetrarme la que recibí con agrado y seguimos follando por 15 minutos más cambiamos de pose y volví a montármele encima y clavarme su verga en mi cuquita. Volví a venirme estaba muy sensible y ansiosa. Cambiamos de pose me coloque en cuatro y me lambio por un buen rato sintiendo su lengua en mis labios vaginales para luego volverme a penetrar, como perra en celo. Hasta que se vino dentro de mi dejándome toda untada de su semen. Descansamos en el piso, mi esposo nos trajo par cervezas para la sed.

– A mi niña hermosa te luciste con Daniel que rico estuvo me encanto verlos. – David vos tenés una mujersota, en verdad te envidio.

Nos miramos de frente y nos dimos un beso corto pero sustancioso. La tarde continuo Daniel y yo nos quedamos en mi cuarto yo aproveche para leer unos libros de leyes que tenía que hacer para un caso. Hasta cuando lo llamaron a su celular y le toco irse no, pudiéndose quedar esa noche. Solo hasta el otro fin de semana nos volvimos a ver pues yo tuve demasiado trabajo. Espero me envié sus comentarios por esta página o al correo.

DIANA LUCIA SAAVEDRA

[email protected].

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