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El maestro y la aprendiz (3)

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Escucharon el timbre de la puerta alguien ha ingresado a la panadería, rápidamente se vistieron pero no antes darse un profundo beso apasionado y Silvia le susurró al oído a David "Esta noche hazme tuya" y antes de sacar su mano del bóxer de su maestro lo apretó fuerte y su mano fue a su nariz aspirando su olor a macho y eso subió su excitación por las nubes, una vez vestidos los dos David se encontró con la sorpresa de quien era la persona que había ingresado al local era su prima Beatriz maestra pastelera muy reconocida internacionalmente, vino de visita después de su viaje a suiza tierra del chocolate.

-Hola primo querido ¿Quién es esa belleza detrás tuyo?

-Hola Bea te presento a Rosalía mi nueva aprendiz vino el lunes para reforzar sus conocimientos aquí -dijo David.

-Vaya bienvenida señorita mi primo es un excelente maestro te iluminara bien tu camino no te preocupéis de nada, voy a dormir en su cuarto primo espero que no te moleste -dice Beatriz.

-Adelante ponte cómoda prima.

El día transcurrió bien la aprendiz y el maestro trabajaron cerca uno del otro no se separaron ni un solo momento, las ventas fluían sin problema alguno, llego la hora de cerrar, cenaron los tres en una mesa llena de deliciosa comida, música suave y después cada uno a su cuarto. Las chicas "Duermen" por así decirlo perooo... Había resultado que Beatriz es lesbiana y vio a Rosalía desnuda pues la espió mientras se bañaba y una vez acostada en su cama Bea empezó a masturbarse frenéticamente imaginándola a su lado chupando sus tetas besándola y deleitándose con su vagina, mientras tanto, Rosalía estaba abajo con su camisón corto de color azul, sin sostén y sin braguita esperando acostada en la mesa de amasar a su maestro, a su macho que le saque todo este calor que siente, sin saber que era también deseada por otra pastelera..."

Rosalía seguía excitada. Estaba caliente y deseaba tener a David a su lado, encima o como fuera. Quería gozar de su cuerpo. Quería que le diera placer. Ansiaba sentir esa sensación. Quería experimentarlo ya. Por fin oyó el ruido de sus pasos acercarse. Y tal como lo vio llegar se expuso para el sobre la mesa abriendo un poco más sus piernas.

La visión que tuvo su maestro de ella le hizo aumentar su excitación. No se lo pensó dos veces y acercando una silla a la mesa se sentó en ella y agarro a Rosalía por sus muslos, sumergiendo su cabeza entre sus piernas. El suspiro de Rosalía al notar el calor de su lengua recorrer el interior de sus muslos se debió oír en el piso de arriba. No sabían si eso podría haber despertado a su prima. Pero no les importó. Siguieron con su sesión de placer.

Le dio un lametazo rápido e inesperado en su sexo. Silvis suspiró. Otro. De abajo a arriba. De derecha a izquierda. Una mano pellizco a la vez uno de sus pezones. El metió la lengua en su vulva. Estaba muy mojada. Excitada. Gimió. Saco su lengua de su interior y subió hasta su clítoris. Y allí se entretuvo. La besó. Lamio y lamio. Succiono y beso. Y ella se retorció de gusto. Introdujo en su vagina un dedo a la vez que le lamia. Luego fueron dos dedos. Ella gimió. Los saco lubricados con sus jugos y los acerco a su ano. Y fue metiendo un dedo muy muy despacito. Solo un poco. Suave. Con calma. Se estaba excitando mucho. Siiiiii... Ella no paraba de jadear. Vio que estimulándola así de esta manera le proporcionaba un gran placer. Siguió jugando con sus dos orificios...

Continuará...

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