Nuevos relatos publicados: 6

Deseos de Any

  • 3
  • 20.593
  • 8,89 (9 Val.)
  • 0

Los deseos de Anita. I

Hace tiempo que nada ni nadie atraía mi atención, tengo 34 años vivo en una urbanización de casas y mis vecinos son de lo más normal, parejas, familias, creo que yo era el único soltero allí, no sé si eso es bueno o malo, que leches es muy bueno.

Una tarde llegue del gym y divise enfrente de mi puerta, el coche de mis vecinos, una pareja joven y moderna. Él, buena gente aunque un poco estirado y ella más cortada así una chica sencillita a simple vista poquita cosa, tímida no se al menos siempre la vi a la sombra de él o al menos lo que pude observar.

Pues bien me bajé del coche y ese instante salió de la casa una chica.

-pufff vecina nueva pensé, y me acerque para verla mejor, estaba de espaldas, pelo rubio por los hombros y de cuerpo chiquito ahora llevaba unas mallas que le hacían un trasero chiquitito apretadito y respingón.

Acto seguido se volvió y quede asombrado, era mi vecina de toda la vida, vaya cambio, ¿que había pasado?, incluso por delante su cara sus ojos ese brillo, todo era diferente y se había operado el pecho y estaba súper sexi puff sentí excitación con mi pequeña vecinita, cosa que jamás pensé, al menos no con ella.

Llevaba cinco minutos mirándola sin decir nada hasta que escuché.

-adiós vecino que pasa.

Su saludo me hizo volver en sí, la mire a los ojos y disimulando me acerque a ella para hablar, estaba nervioso no me lo esperaba aunque esa sensación me gustaba y a ella creo que también ya que sonreía creo que se había dado cuenta.

Me estuvo contando que se había separado y que bueno tras mucho papeleo se había quedado con la casa y que seriamos nuevos vecinos, cosa que me encanto, tener una vecina soltera y más conociéndola o al menos pensaba que la conocía a la pequeña Any.

Pasaron los días y no podía dejar de pensarla en me había masturbado en alguna ocasión pensando en la situación que no sé porque no dejaba de gustarme y de inspirarme.

Por las tardes suelo salir andar y ayer me la encontré de vuelta más bien me pillo mirándole el culo iba a su espalda.

-Ei vecino que tal, oye y tú sigues soltero con lo mono que estas no encuentras el amor me pregunto.

-si vecina sigo soltero y por el momento seguiré así, quiero tranquilidad y placer y lo que venga vendrá, hay que disfrutar. (Sonreí pícaramente).

-así que disfrutar no? -Contesto ella con una gran sonrisa.

Llego la noche sobre las 11 saque al perro y la basura y al entrar me fijé en que la ventana de mi vecina estaba abierta y bueno hasta ahí todo normal, hasta que apareció ella, estaba hablando por teléfono y no me vio, por suerte, llevaba una blusa de tirantas sin sujetador y se le notaban todos los pezones parecía tenerlos chiquitos pero gorditos, y unas braguitas tanga de esas brasileñas muy chiquititas de color blanca de encajes dejándolo todo muy ajustadito y apretadito que pena que no podía verla por delante seguro se le notaria todo.

Mmmm... Estaba poniéndome caliente, la verdad no me esperaba esa imagen y me fui a mi casa, cerré la puerta y fui a mi habitación. Me asome a la ventana para ver si seguía abierta, pero ya la había cerrado, y no lo dude me desnude me tumbe en la cama y mi pene lo decía todo estaba eufórico quería saciarse, quería explotar y me empecé a masturbar pensando en mi vecina que tal vez estaría igual que yo en su sofá, sin blusa, con esas tetas al descubierto y tal vez con el tanguita quitado o puesto echado a un ladito, dejando al descubierto una preciosa rajita, rosada con unos labios apetitosos y jugosos, o sea un precioso coñito. Me la imagino jugando con sus deditos chiquititos y su clítoris y teniendo un grandísimo orgasmo como grandísima iba ser mi corrida.

Pufff jamás pensé que mi vecina hubiera protagonizado este momento, el verano prometía así que mañana comenzaría mi plan para provocar los deseos de Any, una vecinita diferente.

(8,89)