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Follando a la Dermatóloga (Parte 1)

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Cuando tenía 18 años empecé a sufrir de acné así que decidí ir con una Dermatóloga para que estos desaparecerán, hice la cita por teléfono y al llegar el día fui al consultorio, era muy pequeño, estaba una recepcionista muy guapa tenía el cabello recogido, lentes, camisa blanca, típica que parece niña buena pero a la vez muy sexy, como estaba solo el lugar me dijo que pasará, al abrir la puerta estaba una tremenda mujer llamada Susana, le cálculo unos 33 años, usaba una camisa con escote y se veían sus grandes tetas, me pidió que me sentará y me pidió mi información, cuando escribía en su computadora lo único que hacía era mirarle y como la mesa tapaba de la cintura para abajo me empecé a agarrar la verga que en ese momento quería explotar.

Una vez tomado mis datos empezamos a hablar de mi problema, en ese momento se levantó y ¡uff! tenia puesto un pantalón pegado que le hacía ver su culo impresionante, imagino que va a gimnasio, en eso se me acerca y me dice: te voy a revisar la cara, se agacha y me pone sus tetas enfrente, yo tenía unas ganas de tocarlas, mi pantalón lo sentía apretado, una vez volvió a su asiento, me acomode mi verga hacia un lado para que dejara de hacer presión, me dice que tenía que tomar unas pastillas y usar jabón, yo le veía las tetas a cada rato, en eso me dice que ya podía irme y que le dijera a la recepcionista que me hiciera otra cita en 15 días, ella se levantó y me iba a acompañar a la puerta, yo aún con mi erección por esas tetas no tuve más remedio que pararme, en ese momento vi como su mirada se dirigió a mi pantalón se rio y dijo ¿muchacho, en que andabas pensando? Solté una carcajada nerviosa, aunque vi que no le molesto y salí, eso me dejó aún más caliente de lo que ya estaba, como tenía una hoja que me dio la doctora me tape con ella, hice la cita y empecé a pensar en cosas para que se me bajara y no ir por la calle con aquello parado.

Durante los 15 días de espera me masturbe pensando en ella decidí que tenía que follarmela si o si, viendo que no le molesta mi erección decidí entrar con la verga marcada en mi pantalón, llegó el día, fui y me senté a esperar para poder entrar, la recepcionista me dijo estaba atendiendo a una paciente y que me sentará a esperar, yo ya tenía mi plan, saque mi celular y me puse a ver algo de porno para poder entrar excitado con la doctora, vi salir a la paciente y me dijo que entrará pude ver cómo la recepcionista pudo alcanzar a ver que tenía la verga marcada en el pantalón.

Una vez dentro puede notar como ella vio mi pene marcado (17 cm), ella seguía con una camisa escotada que dejaba ver ese par de tetas, me dijo que iba mejor con el acné y que continuará, terminamos y antes de salir me dijo:

— Oye veo que otra vez tu pantalón te aprieta jaja, es la segunda vez que te pasa ¿en qué piensas?

- Es que me parece muy guapa y discúlpeme la expresión pero aparte de sus tetas no puedo dejar de verlas.

— Jaja ¿te gustan mis tetas?

- Si, me encantan, son muy grandes.

— Tu verga no se queda atrás eh.

- Le voy a hacer una pregunta y espero no se moleste ¿ok?

— ¿Qué cosa?

- ¿Puedo tocarle las tetas?

— Mira que atrevido muchacho.

- Por favor, solo 5 segundos, es que de verdad no sabe cuántas ganas tengo de tocar unas tetas así de grandes.

Dudo un poco y dijo:

— Bueno pero solo 5 segundos ¿está bien?

Mi temperatura estaba por todo lo alto, las empecé a tocar y pude notar como se le empezaron a poner los pezones duros.

—¡Ah! sigue, sigue.

- ¿Te gusta verdad?

— Calla y sigue tocando. Comenzaba a lanzar pequeños gemidos.

Se desabrochó la camisa y el brasier, apareciendo unas tetas que daban ganas de comérselas sin parar.

— Sacate esa verga que quiero chuparla.

Baje mi pantalón y comenzó a comérsela como una verdadera puta, intentamos hacer el menor ruido posible para que no se escuchará afuera, ella se quitó el pantalón y se acostó en su escritorio:

— Cógeme cabron, te gusta mirar mis tetas eh pervertido.

- ¿Te gusta, verdad puta?

— Meteme esa verga.

Comenzamos a follar como locos, le chupaba las tetas, su coño estaba tan mojado que mi verga entraba y salía fácilmente, poco a poco comenzaba a gemir cada vez más fuerte, me decía:

— Hace tiempo que no cogía, ¡dale cabron! metemela. Gemia y gemía, estábamos sudorosos, sus tetas rebotando.

En eso volteo a la puerta que tenía una ventana azulada y voy viendo como la recepcionista nos observaba, de seguro los gemidos se oían afuera, le doy una sonrisa y se va, me la imaginaba masturbándose en su escritorio escuchándonos follar.

— ¡Dale! Metemela duro, soy tu puta.

El sonido de mis huevos chocando con sus nalgas cada vez era más intenso.

— ¡Me vengo maldito pervertido, sigue, reviéntame ese coño!

Un chorro de sus jugos salía volando, dejando la mesa toda mojada pase mi mano por la mesa y se la metí en la boca probando sus propios jugos.

- ¡Ten mi leche perra!

— ¡Échalos en mi tetas!

Una cantidad descomunal de semen salió de mi verga estrellándose en sus tetas.

Con su boca terminaba de sacar la última gota de semen.

Con sus dedos empezó a limpiar sus tetas para después comérselos, se abrochó la camisa y me dijo: — En otros 15 días te vuelvo a ver, traes tu verga también. Y se rio, le agarre las nalgas y me dirijo a la salida.

Al estar con la recepcionista para decirle de la otra cita pude notar como estaba nerviosa y pude ver cómo hacia unas miradas a mi pantalón que aún marcaba mi excitación, a los 15 días volvería a ir y no solo me cogería a la Dermatóloga...

Este es el primer relato que escribo, si les gusto valorar para la segunda parte.

(9,14)