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Deseos de Any II

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Había pasado una semana desde el encuentro con mi vecina en su versión nueva, sexi y morbosa. Desde esa noche que la vi desde la ventana en tanga y blusa mi mente y cuerpo no pararon de pensar y estimular de qué forma seducirla.

Encontronazos por la calle, cruces de miradas atrevidas, si llevaba falda le hacía notar que me había fijado, quería darle a entender con el lenguaje de las miradas que la deseaba. No sé si ella se daría cuenta, o estaría jugando, o tal vez no sentía lo mismo que yo, pero costaba que soltara prenda o la notara yo nerviosa.

Un día en la piscina, aunque suelo bajar mucho a nadar, nunca era de quedarme tomando el sol, Y ese día lo hice, con la mala suerte que me quede dormido unos quince minutos al sol sin protección ni nada.

A los quince minutos sentí una mano fría tocarme y pegue un respingo, yo sin saber muy bien donde estaba, y allí estaba ella mi vecina;

- Oye vecino que te has quedado dormido al sol y te has quemado.

Era cierto me había quedado dormido y encima quemado y sin crema, pero eso no era lo más importante. Mi vecina venía con un short corto vaquero y una blusa ancha abierta al hombro y dejando ver su escote y su bikini y por consiguiente, sus suculentos pechos.

Aunque la verdad me había quemado y sentía cierto resquemor en la piel, cierta molestia, y mi vecina entonces me sorprendió saco si instinto maternal por así decirlo y como si fuera mi madre me dijo;

- Anda estate quieto que te voy a echar crema, sino te puede entrar hasta fiebre.

La verdad que era una mezcla de necesidad para mi piel por haberme quemado y por qué no podía moverme y de fantasía, que mi vecina me echara crema.

Saco un bote mágico de su bolso y empezó a untármela por espalda, hombros, pecho, y lo más sorprenderte me pidió permiso para echármela en mis piernas, por su puesto yo le dije que estaba en sus manos.

Y así fue pero cometí un error que debí suponer, viendo las manos de Any y lo bien que masajeaba y echaba crema al tocar mis muslos debí suponer lo que iba a ocurrir.

Algo dentro de mí empezó a concentrar sangre y acumular tensión, si en efecto mi pene empezó a despertar incontrolablemente. Yo no sabía dónde meterme? Mi bañador era ni muy corto ni muy largo, normalito pero al estar sentado pues se ajustaba más y yo que no suelo llevar calzoncillos pues era evidente.

Un bulto arremetió dentro del bañador de forma exagerada, se podía apreciar perfectamente donde empezaba y donde acaba vamos la punta y no sabía dónde meterme, mire a Any y no se había dado cuenta aun, y digo aun por que acto seguido subió las manos por el muslo derecho y vio por el rabillo del ojo algo ahí un bulto que antes no ocupaba ese espacio y por inercia miro y vaya si se fijó. Durante 10 segundos se quedó mirando mi paquete marcado en el bañador, 10 segundos en los que yo la miraba y observaba como Any miraba detenidamente todo lo que allí se apreciaba desde principio a fin. Sus manos pararon de golpe, y siguió mirando unos segundos más y acto seguido se levantó soltó una pequeña sonrisa acompañada de;

- ea ya está, todo enfocado con crema, ahora no te expongas al sol súbete y te relajas vecino.

- gracias Any muchas gracias no sé qué haría sin una vecina tan apaña y guapa como tú.

- de nada, toma llévate el bote y ya me lo devuelves, y te lo echas luego y si ves que no puedes, vienes a casa ok. Y tomate algo por si te da fiebre.

Reconozco que ese instinto de protección me cautivó y fascinó, y así hice despidiéndome y agradecido de todo me marche a casa y me eche un rato. Con el aire acondicionado, y aunque quise masturbarme por lo acontecido mi estado no me lo permitía

Desperté sobre las 9, vaya siesta, me incorpore pique algo antes de cenar y me fui a duchar. Al salir de la ducha tenía tal erección, que mi mente entendió el mensaje, y cogiendo el bote de crema fui a casa de mi vecina.

Supuse que estaría allí aunque era de extrañar que siempre tenía el balcón de su salón abierto, y hoy lo tenía encajado.

Abrí su verja y entre y al dirigirme al dintel se su puerta escuché unos ruidos, como gemidos.

Lo primero que sentí celos, cosa que me sorprendió, mi vecina follando con otro, no me lo creía. Fui despacio hacia la ventana deje el bote en una mesa justo al lado de balcón y allí ya podía oír con más intensidad esos gemidos y había llegado justo a tiempo porque por la intensidad mi vecina parecía estar a punto de correrse.

Mire por las rajitas de la ventana y para calmar mi celos mi vecina no follaba sino se estaba masturbando. Mis ojos describían a mi vecina sentada en el sofá y con las piernas apoyadas en la mesa abiertas prácticamente desnuda, allí estaba ella acariciaba su clítoris con una mano y con la otra introducía un consolador de color rojo todo a la vez y con la intensidad que llevaba, el orgasmo estaba al caer. Sus pechos, ¡¡¡dios que tetas!!! Operadas y perfectas, que pezones como yo los imagine al ver cuando se le marcaban, gorditos y duros y de aureola pequeña, brillantes por la calor desprendida de su piel.

Un detalle entre tanto gemido, la bolsa de la piscina encima de la mesa, oxease llego de la piscina cachonda perdía y se empezó a tocar como una gatita salvaje, puffff mi pene estallo y mis venas empezaban a rodearlo de forma bestial eso quería decir que estaba listo, totalmente listo.

- ¡¡¡oh si, oh si me corro , si si!!! ¡¡¡ME CORROOOO!!!

Mi vecina acaba de irrumpir en mi erección con una gran corrida, un orgasmo que le hizo temblar las piernas y del tembleque dejarlas caer de la mesa hacia abajo, se retorció allí de gusto en el sofá y aunque no alcanzaba a verlo seguro que estaba todo súper mojado y empapado de ella.

No sé si por mi culpa o no pero mi vecina mi Any, acababa de darme accidentalmente la señal que durante una semana llevaba esperando.

Ahora si comenzaba el juego.

Continuara...

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