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El ojo discreto

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Llovía copiosamente y la tarde estaba siendo un verdadero tedio, la televisión ofrecía la misma porquería de costumbre de que si Pepito se ha acostado con Menganita o si Fulanita le gustaban más las mujeres que los gatos de angora y por hacer algo distinto me fui a mi habitación y conecté mi ordenador, muchos de mis contactos aparecían en línea y yo estaba conectado pero sin aparecer como conectado y tampoco tenía muchas ganas de hablar, confieso que tampoco estaba muy “caliente” por lo que empecé a brujulear por las diferentes páginas que podía encontrar en la web, obvié las páginas explícitas de sexo y terminé por entrar en un chat de personas de más de 40, uno termina cansándose tratando de conectar con gente afín y que la gran mayoría sean perfiles falsos, tipos “disfrazados” o coleccionistas de tonterías y en los chats de sexo explícito abundan ese tipo de perfiles, el chat que descubrí estaba animado por el último derby con que si se equivocó el portero en el gol o si ese famoso delantero estaba muy bueno, el caso es que reparé en cierto nick que se salía de lo habitual: Alma y con un escueto privado traté de entablar una conversación con ella, no me llamó la atención que tardase bastante en responderme pues generalmente las mujeres suelen ser bombardeadas en esos chats y algunas ni pueden decirte que no le interesas lo más mínimo, pasados unos minutos mientras me perdía entre las líneas de una conversación sin sentido una pequeña ventana se abrió en la parte superior de mi pc:

- Hola, perdona que no te hubiese respondido antes, poniéndome un té.

Sus primeras palabras me resultaron simpáticas, ningún hombre suele empezar una conversación con algo tan trivial como eso por lo que despertó mi curiosidad.

- No te apures, imagino que también estarás agobiada cerrando ventanas de privados. Por cierto si entro en esta sala es porqué tengo más de 40 aunque la vida me ha tratado muy bien y me conservo mejor que la momia de Tutankamón.

- Uys, eso se lo dirás a todas, jeje, pues yo también tengo más de 40 y me conservo divinamente.

Y sin mediar palabra me mandó una foto con una imagen tras una sábana blanca que vislumbraba un hermosa figura, el juego de luces hacía deliciosa la imagen.

- Un fantasma, que miedo, respondí.

- No me digas eso, que los fantasmas son otros, jaja y yo soy real, te lo prometo.

- Vale, te creo. Y siendo un poco vulgar, ¿qué hace una chica cómo tu en un sitio como éste?

- Pues esperaba a mi príncipe azul pero ha debido perder el autobús.

- Oye, yo no soy príncipe y mucho menos azul y además viajo en Metro por lo que casi nunca llego tarde, ¿te vale un proyecto de rana con la que charlar como yo?

- Sólo si sabes croar al revés.

- Vale, acepto la prueba. En ese instante recibí una invitación para abrir mi web-cam, mi nerviosismo o mis ganas de agradar no se si se dejaron ver, pero creo que no tardé ni medio segundo en conectarla y ella se dio cuenta.

- Vaya, eres rápido, jaja, pero quiero ver como croas al revés.

No sé si la edad o la falta de vergüenza pero cuando nuestras cámaras se conectaron mostraron nuestras caras y no un pecho, un teclado o una parte de anatomía de difícil calificación.

- Hola Brad, espero que Angelina  no se entero de lo nuestro.

- Jaja, tranquila Charlize, nunca sabrá lo nuestro. La verdad es que me gustó la forma en la que me desarmó, no es que me parezca a él, mejor dicho, creo que me parezco en que los dos tenemos dos brazos, una cabeza, nariz, boca y poca cosa más pero Alma era realmente bonita, una mujer de unos 35 años habría jurado con una media melena color caoba lisa, unos sensuales labios sin carmín, una naricita propia de una muñeca y unos ojos marrón claro muy sugerentes. Vestía una camiseta de tirantes que dejaban al aire unos hombros delicados con unas pocas pecas muy sugerentes y que no desentonaban en blanca y presumo, cálida piel.

- Venga, la prueba.

Giré mi silla para darle la espalda y croé sólo como la ranas saben hacerlo, mi idea original era ponerme haciendo el pino y croar pero uno ya no está para saltos acrobáticos y opté por esa opción y por lo             que pude comprobar con maravillosos resultados.

- Jaja, bien, has aprobado y con nota, me quedo.

- Gracias, es que español-rana, rana-español era un asignatura optativa en mi colegio y yo la cursé.

- Pues la cursaste muy bien y no sólo esa asignatura, veo que la educación deportiva tampoco se te deba nada mal, dijo entre pícara y coqueta.

La verdad es que cuando uno no deja el deporte y lo sigue practicando pues es fácil mantenerse y yo lo hacía, el banco de remo era una obligación y una delicia para dejar esa mala energía que acumulada en la oficina todo los días.

- Perdona que sea tan directa, tengo sólo media hora y vendrán mis hijos que los trae mi exmarido, me gustaría preguntarte una cosa y espero que no pienses nada raro, ¿te has masturbado para una extraña por la cam alguna vez?

Yo estoy seguro que  ella sospechaba que si, pues quien no lo ha hecho y no quise mentirle pues su voz me embargaba y podría haber hecho de mi lo que quisiera y eso de recalcar la parte del ex, de la palabra exmarido me excitó un poco.

- Pues si, algunas veces, dependiendo de la situación es muy excitante y morboso, ¿por qué quieres saberlo?

- Es que me gustaría verte hacerlo para mi, me gusta ver tocarse a los hombres, ¿lo harías?

Seducido por su voz debí responder que si, sus hipnótica mirada estaba tan fija en mi que rea imposible negarse a nada que me hubiese pedido y como un resorte me levanté para colocar la cam lo suficientemente lejos para que me viese pero sin que perdiese nitidez y me dispuse a desvestirme.

Lentamente saqué por mi cabeza mi camiseta gris claro de una misteriosa universidad americana que ha debido existir nunca dejando al aire mi torso desnudo, con los restos del moreno del verano aún tenía un color agradable y no ese color crudo que se nos queda a los morenos en el invierno, lo hice muy despacio, recreándome en sacar mis brazos para que los hombros redondeados por el ejercicio fuesen apetecibles para Alma, su voz marcaba un ritmo más rápido pero quería que aguardase y me demoraba con movimientos sensuales y dulces, sin brusquedades ni prisas para que se recrease.

Mi vaquero de botones se fue cayendo poco a poco a lo largo de mis piernas dejando al aire un slip negro para disfrute de Alma, su voz apareció entre mis conteneos

- Nene no estás nada mal, pero que nada mal y me gusta como te mueves, tu has hecho esto antes.

Me sonreí ante las nada inocentes palabras de Alma y saqué mis pies de las perneras y girándome le mostré mi culo duro y ejercitado mientras lo bajaba hasta el suelo, estaba completamente desnudo para ella y lentamente me giré pero tapándome mi pene con las manos a lo que ella con una voz lastimera pero dulce protestó.

- No seas malo, quiero ver tu cuerpo, no me castigues.

Confieso que sería incapaz de negarle nada, estaba completamente idiotizado por su voz, mi culo mostraba las marcas del bañador pero no le quitaba un ápice de atractivo.

- Está bien, respondí y lentamente pasé mi mano derecha al costado mientras con la mano izquierda acariciaba mi abdomen subiendo hacia mi pecho para acariciar mis pezones.

- Gracias cielo, acaríciate para mi, como si estuviese enfrente tuya, que poquito pelo, pasar la lengua por tu cuerpo debe ser un placer.

Obediente pasé mi mano derecha por mis testículos depilados sin tocar mi pene que aún estaba dormido pero que poco a poco estaba empezando a tomar cierto tono, mi mano izquierda se olvidó de mis tetillas y se fue hasta mi trasero, con toda la palma abierta acariciando leve y suavemente apretar mis glúteos firmes. Mi respiración aumentaba su ritmo y mi pene ya había cogido un tamaño y color que no envidiaría a la de cualquier jovencito y Alma pareció apreciarlo pues agradecía lo que veía a través de esa pequeña pantalla.

- Que rica y encima con poquito vello, me gusta mucho lo que veo corazón.

Yo seguía preso de mis ganas de agradar y mojando la palma de mis manos con mi propia saliva e impregné mi palpitante y sonrosado glande que adquirió un color sonrosado pulsante como queriendo salirse de mi propio cuerpo. Mientras acariciaba mis testículos tirando de ellos comencé a pasar la palma de mi mano sobre mi pene hasta que lo agarré firmemente, mis mano cubría algo menos de mitad de su longitud y con un ligero movimiento comencé a masturbarme lentamente, desde que había descubierto que acariarse recien depilado se sentía y dsifrutaba más, nunca había permitido que los pelos sobrepasasen una medida que yo consideraba poco higíenica o mejor dicho, que me restase sensibilidad.

Alma disfrutaba y me animaba con su suave voz a que continuase.

Duro como una piedra, apenas me permitía moverlo  más que arriba y abajo, llevé mi mano izquierda para ayudarme y poniendo mis palmas alrededor de mi pene continuaron mi delicioso masaje.

- Mmmm que gusto, decía a la cam ajeno a lo que pudiera estar haciendo Alma pero atento a sus peticiones y su voz, acércate un poquito cielo, quiero tenerte cerca.

Me empujé como pude hasta casi perder la perspectiva, pero Alma me podía ver aún entero y mejor aún, podía oirme y eso la excitaba sobremanera. Mi pene empezó a segregar líquido preseminal que lubricaba mi palpitante glande haciendo más placenteras mis propias caricias, fui a recostarme sobre mi silla para no caer a la par que mi respiración se entrecortaba y mis exclamaciones y gemidos de placer excitaban a Alma.

- Me gusta escucharte tanto como verte, eres una delicia.

Yo no sé si ya estaba sordo o no pero apenas podía escuchar lo que Alma me susurraba, mi ritmo se acrecentó hasta que solté una de mis manos para acariciarme el perineo mientras alzaba mis piernas y aumentaba cada vez más mi ritmo, mis embestidas manuales cada vez eran más fuertes con ese ritmo y fuerza que solo nosotros podemos darnos. Antes de que me diese cuenta ya me había metido la punta de mi propio dedo dentro de mi culo y las contracciones del anillo anal me marcaban el punto de no retorno, una oleada incontrolada de placer me invadía completamente, todo mi cuerpo gozaba de una excitación total y hasta las uñas de mi cuerpo parecían estar en comunión con ese instante. Llevé mi mano a la punta de mi glande y un primer pequeño chorro de semen mojó la palma de mi mano, un primer latigazo de placer de los varios que me llevaban desde lo más hondo de mi cuerpo hasta mi médula.

Una cantidad ridículamente pequeña para lo que se imagina por las películas porno acabó en mi mano pero mis ojos cerrados no repararon en ello, poco a poco fui recobrando la compostura y la respiración y abrí los ojos para fijarlos en la pantalla, hacía unos instantes que Alma se había marchado y yo no me había dado cuenta, por toda despedida me había dejado una pequeña nota:

- Me encanta ver como disfrutas pero está llegando mi ex, me gustaría volver a verte, mi mail es xxxxxxxxx , gracias.

Nunca entendí esas gracias aunque tampoco importa demasiado, sólo sé que esa fue la primera de muchas y sin haberme tocado, ella tocó mi alma.

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